Actos en la Escuela

día de la conservación del suelo: propuestas y recursos para docentes

Seguramente escuchaste hablar, y mucho, sobre la importancia del agua, del aire puro, de cuidar nuestros bosques. Pero ¿cuánto nos detenemos a pensar en ese manto que cubre la tierra, ese que pisamos todos los días y del que, literalmente, depende nuestra vida? Sí, hablamos del suelo. Cada 7 de julio, tenemos una fecha especial para recordarlo y tomar conciencia: el día de la conservación del suelo.

Como docentes, sabemos que plantar semillitas de conocimiento en nuestros alumnos es fundamental, y la del cuidado del suelo es una de esas que puede dar frutos enormes a futuro. Porque entender el valor del suelo es entender cómo funciona el mundo que nos rodea y cómo podemos protegerlo. En este artículo, vamos a explorar por qué es tan vital conservar este recurso, cómo podemos llevar este tema tan importante al aula de primaria con propuestas concretas y dónde encontrar buenos materiales para seguir aprendiendo y enseñando. Así que, ¡manos a la obra, o mejor dicho, manos a la tierra!

Qué vas a encontrar en este artículo

¿Por qué es tan importante hablar de la conservación del suelo? Más que tierra bajo nuestros pies

A simple vista, el suelo puede parecer solo tierra, polvo o barro. Pero es muchísimo más que eso. Es un ecosistema complejo y vivo, lleno de minerales, materia orgánica, agua, aire y millones de microorganismos que trabajan sin descanso. Pensemos un poquito en todo lo que nos da el suelo:

  1. La base de nuestra alimentación: Casi todo lo que comemos, directa o indirectamente, proviene del suelo. Las frutas, las verduras, los cereales crecen en él. Los animales que nos dan carne, leche o huevos se alimentan de pasturas que también crecen en el suelo. Sin un suelo sano, la producción de alimentos se pone en jaque.
  2. Filtro natural del agua: El suelo actúa como una esponja gigante. Retiene el agua de lluvia, la filtra y la purifica, recargando así las napas subterráneas que luego usamos para beber o regar. Un suelo degradado pierde esta capacidad, lo que puede llevar a inundaciones o a que el agua se contamine más fácilmente.
  3. Hogar de la biodiversidad: En un puñado de suelo fértil hay más microorganismos (bacterias, hongos, pequeños insectos, lombrices) que personas en todo el planeta. Esta biodiversidad es clave para mantener el suelo sano, descomponer la materia orgánica y hacer que los nutrientes estén disponibles para las plantas.
  4. Regulador del clima: Los suelos tienen la capacidad de almacenar grandes cantidades de carbono, ayudando a mitigar el cambio climático. Cuando se degradan, ese carbono se libera a la atmósfera como dióxido de carbono, uno de los principales gases de efecto invernadero.
  5. Soporte para nuestras construcciones: Casas, escuelas, caminos, todo se apoya sobre el suelo. Su estabilidad es fundamental.
  6. Fuente de materias primas: De él extraemos minerales, arcilla para ladrillos, arena y otros materiales esenciales para nuestra vida.

Amenazas al suelo: cuando lo ponemos en riesgo

A pesar de su importancia vital, el suelo está amenazado por diversas actividades humanas y fenómenos naturales que aceleran su degradación:

  • Erosión: Es la pérdida de la capa superficial del suelo, la más fértil, por la acción del agua (lluvia, ríos) o del viento. La deforestación, el sobrepastoreo y las malas prácticas agrícolas dejan el suelo desnudo y vulnerable.
  • Deforestación: Cuando se talan árboles y se elimina la vegetación nativa, el suelo pierde su cubierta protectora. Las raíces que lo sujetaban desaparecen y queda expuesto a la erosión.
  • Contaminación: El uso excesivo de agroquímicos (pesticidas, herbicidas, fertilizantes sintéticos), los desechos industriales, la basura mal gestionada pueden contaminar el suelo, afectando su fertilidad y la salud de los seres vivos.
  • Prácticas agrícolas insostenibles: El monocultivo (plantar siempre lo mismo), el laboreo excesivo, la falta de rotación de cultivos pueden agotar los nutrientes del suelo y compactarlo, disminuyendo su capacidad productiva.
  • Sobrepastoreo: Cuando hay demasiados animales pastando en un mismo terreno por mucho tiempo, la vegetación no llega a recuperarse y el suelo queda desprotegido, facilitando la erosión y la compactación.
  • Urbanización y sellado: El crecimiento de las ciudades implica cubrir grandes extensiones de suelo fértil con cemento y asfalto, impidiendo que cumpla sus funciones naturales.
  • Desertificación: Es un proceso complejo de degradación de las tierras en zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas, resultado de diversos factores, incluidas las variaciones climáticas y las actividades humanas. Un suelo desertificado pierde su capacidad productiva casi por completo.

Las consecuencias de la degradación del suelo son graves: menor producción de alimentos, escasez de agua, pérdida de biodiversidad, aumento del riesgo de desastres naturales como inundaciones y deslizamientos, y un impacto negativo en la lucha contra el cambio climático. Por eso, el día de la conservación del suelo es una llamada de atención para actuar.

día de la conservación del suelo

El 7 de julio: un homenaje al pionero Hugh Hammond Bennett

La elección del 7 de julio para conmemorar el día de la conservación del suelo no es casual. Rinde homenaje al científico estadounidense Dr. Hugh Hammond Bennett, considerado el “padre de la conservación del suelo”. Bennett fue un pionero en la investigación sobre la erosión del suelo y dedicó su vida a alertar sobre los peligros de su degradación y a promover prácticas para su cuidado. Gracias a su trabajo, en Estados Unidos se creó el Servicio de Conservación de Suelos en la década de 1930, un modelo que inspiró a muchos otros países.

El objetivo de esta fecha es sensibilizar a la población mundial sobre la importancia fundamental del suelo para la vida y la necesidad urgente de adoptar prácticas sostenibles para protegerlo y restaurarlo.

Enseñar sobre la conservación del suelo en la escuela primaria: sembrando conciencia

Llevar el tema de la conservación del suelo al aula de primaria puede ser una experiencia muy enriquecedora. No se trata de dar una clase magistral llena de datos técnicos, sino de despertar la curiosidad, fomentar la observación y conectar el tema con la vida cotidiana de los chicos.

  • Cómo abordar el tema:
    • Partir de lo cercano: Empezar por el suelo del patio de la escuela, de la plaza del barrio, de la maceta de casa. ¿Cómo es? ¿Qué color tiene? ¿Está húmedo o seco? ¿Hay plantas creciendo en él? ¿Vemos bichitos?
    • Enfoque práctico y vivencial: La mejor manera de aprender sobre el suelo es experimentando con él. “Ensuciarse las manos” es parte del aprendizaje.
    • Conectar con los alimentos: ¿De dónde vienen las frutas y verduras que comemos? ¿Cómo crecen? Mostrar el rol esencial del suelo en este proceso.
    • Fomentar la observación y la pregunta: Animar a los chicos a observar los cambios en el suelo, a preguntarse por qué pasan ciertas cosas (por ejemplo, por qué se forman charcos en algunos lugares y en otros no).
    • Promover el respeto por la naturaleza: Enseñar que el suelo es un ser vivo que debemos cuidar y respetar, como cuidamos a las plantas y los animales.
    • Lenguaje sencillo y adaptado: Usar palabras que los chicos entiendan, evitando tecnicismos innecesarios.
conservación del suelo

Propuestas y actividades para trabajar en el aula:

  • Nivel Inicial / Primer Ciclo (1°, 2° y 3° grado):

    • “Manos a la tierra”: Permitir que los chicos exploren diferentes tipos de suelo (arena, tierra negra, arcilla si es posible) con sus manos. Describir texturas, colores, olores (con cuidado). ¿Qué sienten? ¿Cuál les gusta más?
    • “Pequeños jardineros”: Plantar semillas de crecimiento rápido (lentejas, porotos, rabanitos) en macetas o en un pequeño sector del patio. Observar el proceso de germinación y crecimiento. Conversar sobre qué necesita la planta del suelo.
    • “La casa de las lombrices”: Si es posible, armar una pequeña compostera o lombricompostera simple para observar cómo las lombrices transforman los restos de frutas y verduras en tierra fértil. Explicar que las lombrices son “ayudantes” del suelo.
    • “El suelo tiene sed”: Experimentar con diferentes suelos y agua. Poner un poco de arena en un vaso y tierra en otro. Echar la misma cantidad de agua en ambos. ¿Qué pasa? ¿Cuál retiene más agua?
    • “Dibujamos con tierra”: Usar diferentes tonos de tierra (previamente tamizada y mezclada con un poco de agua y cola vinílica para hacer una especie de témpera de tierra) para crear dibujos.
    • “Guardianes de nuestro patio”: Recorrer el patio de la escuela. ¿Hay lugares donde el suelo está descubierto? ¿Por qué es importante que haya plantas? ¿Cómo podemos cuidarlo?
    • Cuentos y canciones: Buscar o inventar cuentos y canciones sobre la tierra, las plantas, las lombrices y la importancia de cuidar el suelo.
  • Segundo Ciclo (4°, 5°, 6° y 7° grado):

    • “Detectives del suelo”: Tomar muestras de suelo de diferentes lugares (patio, jardín, cerca de un árbol, un lugar sin plantas). Observarlas con lupa. Describir qué ven (restos de hojas, pequeños insectos, diferentes colores, texturas). Comparar las muestras.
    • “El experimento de la erosión”: Construir maquetas simples con bandejas, tierra y diferentes coberturas (pasto, hojas secas, nada). Simular la lluvia con una regadera y observar qué pasa con el suelo en cada caso. ¿Dónde se va más tierra? ¿Cómo podemos evitarlo?
    • “Nuestro proyecto de compost”: Organizar una compostera escolar más elaborada. Investigar qué se puede compostar y qué no. Asignar roles para su mantenimiento. Usar el compost producido para abonar las plantas de la escuela.
    • “Investigando el suelo de mi zona”: Investigar qué tipos de suelo predominan en la región donde viven. ¿Para qué se usan principalmente (agricultura, ganadería, etc.)? ¿Existen problemas de degradación del suelo en la zona? Pueden buscar información en internet, libros o entrevistar a algún productor local (con ayuda del docente).
    • “El ciclo del agua y el suelo”: Investigar y dibujar cómo el suelo participa en el ciclo del agua (infiltración, recarga de acuíferos).
    • “Mensajes para cuidar el suelo”: Crear afiches, folletos o presentaciones digitales para concientizar a otros compañeros y a la comunidad escolar sobre la importancia de la conservación del suelo y qué acciones podemos tomar.
    • “La huerta escolar”: Si las condiciones lo permiten, iniciar o mantener una huerta escolar. Es una forma excelente de aprender sobre el suelo, los ciclos de las plantas y la producción de alimentos de manera práctica y colaborativa.
    • Debate: “Desarrollo vs. Conservación”: Plantear situaciones problemáticas sencillas (por ejemplo, construir un nuevo barrio en una zona de campo fértil) y debatir sobre los pros y los contras, buscando soluciones que equilibren las necesidades humanas con el cuidado del ambiente.

Recursos educativos para docentes sobre la conservación del suelo:

Encontrar buenos materiales es clave para enriquecer nuestras clases. Aquí algunas pistas:

  • INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria): El INTA es una referencia fundamental en Argentina en temas de suelo. Suelen tener publicaciones, guías y material divulgativo para diferentes públicos, incluyendo el escolar. El programa ProHuerta, por ejemplo, ofrece muchos recursos sobre huertas y compostaje. (inta.gob.ar)
  • Secretaría de Ambiente / Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación y provinciales: Suelen tener programas y materiales sobre educación ambiental que incluyen el tema suelo.
  • Portales educativos:
    • Educ.ar: El portal educativo del Estado argentino tiene una gran cantidad de recursos, secuencias didácticas y material multimedia sobre ciencias naturales y ambiente.
    • Continuemos Estudiando (ABC Provincia de Buenos Aires): Ofrece propuestas pedagógicas y materiales específicos.
  • Organizaciones de la sociedad civil: Hay ONGs dedicadas a la agroecología, la permacultura o la educación ambiental que pueden tener materiales interesantes o incluso ofrecer talleres.
  • FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura): A nivel internacional, la FAO tiene mucha información y campañas sobre la importancia del suelo (por ejemplo, la Alianza Mundial por el Suelo).
  • Libros de texto y divulgación científica para niños: Existen muchos libros muy bien ilustrados y con explicaciones claras sobre el suelo, las plantas y los ecosistemas.
  • Videos y documentales: En plataformas como YouTube o canales educativos como Encuentro, se pueden encontrar videos sobre el compostaje, la erosión, la vida en el suelo, adaptados para chicos.

El día de la conservación del suelo es más que una fecha en el calendario. Es una invitación a reflexionar y, sobre todo, a actuar. Como docentes, tenemos la oportunidad de sembrar en nuestros alumnos la conciencia de que el suelo es un tesoro que debemos proteger. Un suelo sano es sinónimo de alimentos saludables, agua limpia, biodiversidad y un planeta más equilibrado.

La tarea es grande, pero cada semilla de conciencia que plantemos en el aula, cada pequeño gesto de cuidado hacia la tierra, cuenta. Enseñemos a nuestros chicos a mirar el suelo con otros ojos, a valorarlo y a entender que su futuro, y el nuestro, está íntimamente ligado a la salud de ese manto que nos sostiene y nos nutre.

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