Cada fecha patria nos ofrece una oportunidad única para conectar a nuestros alumnos con las raíces de nuestra identidad. El 12 de agosto, cuando conmemoramos el día de la Reconquista de Buenos Aires, no es la excepción. Este acontecimiento, ocurrido en 1806, no solo marcó un antes y un después en la historia de nuestra ciudad y del Virreinato del Río de la Plata, sino que también sembró las semillas de la conciencia criolla que florecería pocos años después en la Revolución de Mayo. ¿Pero cómo llevamos este episodio, a veces complejo por sus múltiples actores y el contexto bélico, al aula de primaria de manera significativa y atrapante?
Este artículo está pensado para vos, docente, que buscás comprender a fondo el día de la Reconquista de Buenos Aires y encontrar herramientas prácticas para transmitir su importancia a los más chicos. Vamos a recorrer juntos los hechos, conocer a sus protagonistas y, fundamentalmente, explorar actividades y recursos para que este capítulo de nuestra historia cobre vida en tu salón de clases.
Qué vas a encontrar en este artículo
Un poco de contexto: El mundo a principios del siglo XIX
Para entender la importancia del día de la Reconquista de Buenos Aires, es fundamental situarnos en el mapa geopolítico de la época. Europa estaba convulsionada por las Guerras Napoleónicas. Napoleón Bonaparte, con su Francia imperial, se enfrentaba a una coalición de potencias europeas, entre las que se destacaba Gran Bretaña. Esta última, dueña de una poderosa flota y un imperio colonial en expansión, veía con recelo el poderío francés y buscaba debilitar a sus aliados, entre ellos, España.
España, bajo el reinado de Carlos IV y luego el de su hijo Fernando VII (aunque este último estuvo prisionero de Napoleón durante gran parte del conflicto), era una potencia en declive. Sus vastas colonias en América, como el Virreinato del Río de la Plata, eran vistas por los británicos no solo como posesiones de un enemigo, sino también como mercados potenciales para sus manufacturas y fuentes de materias primas. Buenos Aires, en particular, con su puerto estratégico y su creciente actividad comercial, resultaba un objetivo tentador.
En este marco, Gran Bretaña, bloqueada en sus intentos de comerciar con Europa continental por el bloqueo napoleónico, puso sus ojos en las colonias españolas. La idea de “liberar” estas colonias del yugo español (o, más bien, incorporarlas a su propia esfera de influencia) comenzó a tomar forma. Las Invasiones Inglesas al Río de la Plata fueron, en esencia, un capítulo más de este gran conflicto global.

La Primera Invasión Inglesa (1806): Una sorpresa desagradable
El 25 de junio de 1806, una flota británica al mando del Comodoro Sir Home Riggs Popham y con tropas terrestres bajo el General William Carr Beresford apareció en las costas de Quilmes. La sorpresa fue total. El Virrey Rafael de Sobremonte, máxima autoridad española en el Virreinato, no había tomado las previsiones necesarias para defender la ciudad, a pesar de algunos rumores y advertencias.
Las fuerzas británicas, compuestas por unos 1600 hombres, desembarcaron y avanzaron casi sin oposición hacia Buenos Aires. La resistencia inicial fue escasa y mal organizada. Sobremonte, en una decisión que sería duramente criticada y que marcaría su desprestigio, se retiró hacia Córdoba con el tesoro real, con la intención (según él) de organizar la defensa desde el interior. Sin embargo, para muchos porteños, esto fue visto como una huida cobarde.
El 27 de junio de 1806, Buenos Aires cayó en manos inglesas. La bandera británica ondeó en el Fuerte, y Beresford se proclamó gobernador en nombre del rey Jorge III. Durante 46 días, la ciudad vivió bajo ocupación. Los ingleses intentaron ganarse el favor de la población local asegurando el respeto a la propiedad privada, la libertad de culto (aunque con primacía anglicana) y, fundamentalmente, la libertad de comercio, una medida que beneficiaba a algunos sectores mercantiles criollos que sufrían las restricciones del monopolio español.
La resistencia se organiza: Surge la figura de Santiago de Liniers
Pese a la aparente pasividad inicial de algunos sectores y la política conciliadora de Beresford, el descontento y el orgullo herido de los porteños no tardaron en manifestarse. La ocupación extranjera era una afrenta intolerable. En secreto, comenzaron a organizarse grupos de resistencia.
Aquí emerge una figura clave: Santiago de Liniers y Bremond. De origen francés pero al servicio de la corona española, Liniers era capitán de navío y estaba al mando de la Ensenada de Barragán. Al enterarse de la caída de Buenos Aires, se trasladó a Montevideo (que no había sido ocupada) y, con el apoyo del gobernador Pascual Ruiz Huidobro, comenzó a reclutar hombres y a planificar la reconquista.
Paralelamente, en Buenos Aires, criollos como Juan Martín de Pueyrredón, Martín de Álzaga (un acaudalado comerciante español con gran influencia) y otros patriotas organizaban milicias urbanas. Hombres de todas las clases sociales, desde hacendados y comerciantes hasta gauchos y esclavos, se unieron a la causa. La resistencia no fue solo militar; también hubo espionaje, sabotajes y una red de información que mantenía viva la llama de la esperanza.
El glorioso 12 de agosto: La Reconquista de Buenos Aires
A principios de agosto de 1806, Santiago de Liniers cruzó el Río de la Plata desde Colonia del Sacramento con una fuerza de aproximadamente 1000 hombres, a los que se sumarían las milicias urbanas organizadas en Buenos Aires. El desembarco se produjo en Las Conchas (actual Tigre) el 4 de agosto. Desde allí, avanzaron hacia la ciudad.
El pueblo de Buenos Aires recibió con entusiasmo a las tropas de Liniers. El 10 de agosto, se produjeron los primeros enfrentamientos serios en los Corrales de Miserere (actual Plaza Once). Los ingleses, superados en número y enfrentando una población hostil que los atacaba desde techos y ventanas (se cuenta que arrojaban agua hirviendo, aceite, piedras y todo tipo de proyectiles), comenzaron a replegarse hacia el centro de la ciudad.
La jornada decisiva fue el 12 de agosto de 1806. Las tropas de Liniers, apoyadas por miles de vecinos armados como podían, avanzaron por las calles de Buenos Aires. Los combates fueron encarnizados, especialmente en la Plaza Mayor (actual Plaza de Mayo) y en los alrededores del Fuerte. Beresford y sus hombres se vieron acorralados. La resistencia popular fue tan intensa que desbordó la capacidad de respuesta de los soldados británicos, acostumbrados a otro tipo de guerra.
Finalmente, tras horas de lucha y viendo la imposibilidad de mantener la posición, el General Beresford aceptó la rendición. La bandera británica fue arriada y en su lugar volvió a ondear la española. El júbilo popular fue inmenso. La Reconquista de Buenos Aires se había consumado gracias al coraje y la determinación de sus habitantes.
Consecuencias de la Reconquista: Más que una victoria militar
La Reconquista de Buenos Aires tuvo consecuencias profundas y duraderas, que trascendieron el mero hecho militar:
- Desprestigio de las autoridades españolas: La ineficacia y la huida del Virrey Sobremonte minaron la confianza en la administración colonial.
- Fortalecimiento de la conciencia criolla: Los criollos, que habían sido los principales protagonistas de la defensa y la reconquista, tomaron conciencia de su propia fuerza y capacidad para autogobernarse. Se sintieron capaces de defender su tierra sin depender de España.
- Creación de las milicias criollas: Tras la Reconquista, y ante la amenaza de una nueva invasión (que efectivamente ocurriría en 1807), se crearon regimientos militares formados por criollos. El más famoso fue el Regimiento de Patricios, comandado por Cornelio Saavedra. Estas milicias se convirtieron en un nuevo actor político y militar, y jugarían un rol fundamental en la Revolución de Mayo de 1810.
- Ascenso de Santiago de Liniers: El héroe de la Reconquista se convirtió en una figura inmensamente popular. Un Cabildo Abierto lo nombró jefe militar de la ciudad, desplazando de hecho al Virrey Sobremonte.
- Fracaso del primer intento británico: Aunque los ingleses volverían a intentarlo en 1807 (la Segunda Invasión Inglesa, que también sería repelida), la victoria de 1806 demostró que Buenos Aires no era una presa fácil.
El día de la Reconquista de Buenos Aires es, por lo tanto, un hito fundamental en el camino hacia la independencia. Marcó el inicio de la participación popular en la política y la defensa, y demostró que los habitantes del Río de la Plata estaban dispuestos a luchar por su tierra y su identidad.

El día de la Reconquista de Buenos Aires en el aula
Transmitir la complejidad de las Invasiones Inglesas y la Reconquista de Buenos Aires a niños de primaria puede parecer un desafío, pero también es una oportunidad fantástica para trabajar conceptos como la identidad, la valentía, la unidad y la defensa de lo propio.
¿Cómo abordar el tema?
- Adaptar el lenguaje: Utilizá un vocabulario sencillo y claro. Evitá términos demasiado abstractos o complejos sin una explicación adecuada.
- Enfocarse en los valores: Resaltá el coraje de los hombres y mujeres que defendieron la ciudad, la importancia de la unión para lograr un objetivo común, y el amor por la tierra.
- Hacerlo cercano: Buscá puntos de conexión con la vida de los chicos. Por ejemplo, la idea de defender algo que les pertenece (su casa, su escuela, sus juguetes) puede ayudarles a entender el sentimiento de los porteños de 1806.
- Protagonistas humanos: Centrate en figuras como Santiago de Liniers, pero también en el rol del pueblo anónimo, incluyendo mujeres como Manuela Pedraza (la “Tucumanesa”, que luchó valientemente) y niños que colaboraron. Esto humaniza la historia.
- Utilizar recursos visuales: Mapas de la época (simplificados), ilustraciones, pinturas históricas (analizadas con guía) pueden ser muy útiles.
- Narrativa atractiva: Contá los hechos como un relato emocionante, destacando los momentos de tensión, de coraje y de alegría.
Actividades para trabajar el día de la Reconquista de Buenos Aires en la escuela
Línea de tiempo ilustrada:
- Objetivo: Ordenar cronológicamente los principales sucesos y visualizar el proceso.
- Desarrollo: Dividí la clase en grupos. A cada grupo, asignale un momento clave (llegada de los ingleses, gobierno de Beresford, organización de Liniers, cruce del río, combates, rendición). Pediles que investiguen brevemente (con material adaptado que vos les proveas) y que realicen un dibujo o collage que represente ese momento. Luego, armen una gran línea de tiempo en el aula con todos los trabajos.
“Somos cronistas de 1806”:
- Objetivo: Fomentar la empatía y la comprensión del sentir de la época a través de la escritura creativa.
- Desarrollo: Proponé a los alumnos que imaginen que son niños o niñas viviendo en Buenos Aires durante la ocupación inglesa y la Reconquista. Pediles que escriban una breve carta, una página de diario íntimo o una pequeña noticia contando lo que ven, lo que sienten, lo que escuchan.
Dramatizaciones sencillas:
- Objetivo: Vivenciar la historia a través de la representación.
- Desarrollo: Seleccioná escenas clave (por ejemplo, Liniers arengando a sus tropas, vecinos arrojando objetos desde los techos, el momento de la rendición) y prepará guiones muy simples. Los chicos pueden crear vestuario sencillo con telas o papel. No se busca una actuación profesional, sino la participación y la comprensión a través de la acción.
Conociendo a los héroes y heroínas:
- Objetivo: Investigar y valorar el rol de diferentes personas en la Reconquista.
- Desarrollo: Presentá brevemente a figuras como Santiago de Liniers, Juan Martín de Pueyrredón, Martín de Álzaga, y también a mujeres como Manuela Pedraza o Martina Céspedes. Pedí a los alumnos que elijan uno y, con tu ayuda o material seleccionado, busquen información básica sobre su participación. Pueden hacer un dibujo del personaje y escribir dos o tres frases sobre su importancia.
“¿Qué defendemos hoy?”:
- Objetivo: Conectar el concepto de “defensa de lo propio” del pasado con el presente de los alumnos.
- Desarrollo: Después de explicar cómo los porteños defendieron su ciudad, abrí un debate: ¿Qué cosas son importantes para nosotros hoy y sentimos que debemos “defender” o cuidar? (Puede ser la escuela, la plaza del barrio, el medio ambiente, nuestros amigos, el respeto, etc.). Esto ayuda a que el concepto de defensa trascienda lo bélico.
Creación de una maqueta de la Buenos Aires colonial:
- Objetivo: Visualizar el escenario de los hechos y trabajar habilidades manuales.
- Desarrollo: Con cajas de cartón, plastilina, papeles y otros materiales reciclables, proponé construir una representación sencilla de la Plaza Mayor, el Fuerte y algunas casas de la época. Esto puede ser un proyecto grupal a largo plazo.
Análisis de imágenes o pinturas (adaptado):
- Objetivo: Desarrollar la observación y la interpretación de fuentes visuales.
- Desarrollo: Mostrá alguna pintura que represente la Reconquista (por ejemplo, “La Reconquista de Buenos Aires” de Charles Fouqueray, aunque con cuidado por la violencia que pueda mostrar, o fragmentos de ella). Guía la observación con preguntas: ¿Qué ven? ¿Quiénes son los personajes? ¿Qué están haciendo? ¿Qué colores predominan? ¿Qué sensación les transmite la imagen?
Música y canciones de la época (o inspiradas en ella):
- Objetivo: Acercar la cultura de la época y explorar otra forma de expresión.
- Desarrollo: Si bien puede ser difícil encontrar música exactamente de ese momento y lugar accesible para niños, se pueden buscar marchas militares o canciones patrióticas que evoquen el espíritu de la época, o incluso crear letras sencillas con melodías conocidas sobre la Reconquista.
Recursos para el docente
- Documentos adaptados: Fragmentos de cartas de la época o testimonios, simplificados para la comprensión de los chicos.
- Videos educativos: Hay muchos videos cortos y animados en plataformas como YouTube (filtrando adecuadamente el contenido) que explican las Invasiones Inglesas y la Reconquista de manera didáctica. Canales como Pakapaka suelen tener material excelente.
- Sitios web de museos: El Museo Histórico Nacional, el Museo Saavedra o el Cabildo de Buenos Aires suelen tener recursos en línea, imágenes y a veces hasta propuestas educativas.
- Libros de texto y literatura infantil: Buscá en los manuales escolares y en libros de cuentos históricos adaptados para niños. Hay colecciones que narran episodios de nuestra historia de forma amena.
- Mapas históricos: Un mapa de Buenos Aires colonial, aunque sea una reproducción simplificada, ayuda a ubicar espacialmente los acontecimientos.
- Películas y series (fragmentos seleccionados): Si bien hay que ser muy cuidadoso con la edad y el contenido, algunas películas históricas argentinas (con supervisión y selección de escenas muy específicas) podrían ofrecer un vistazo visual. Por ejemplo, fragmentos de “La Vuelta de Obligado” (aunque es posterior, muestra el espíritu de defensa) o documentales.
Enseñar sobre el día de la reconquista de buenos aires no es solo transmitir datos y fechas. Es una oportunidad para:
- Fortalecer la identidad nacional: Comprender de dónde venimos y los sacrificios que se hicieron por nuestra tierra.
- Promover valores cívicos: El coraje, la solidaridad, el compromiso con la comunidad.
- Desarrollar el pensamiento crítico: Analizar las causas y consecuencias de los hechos históricos.
- Fomentar la participación ciudadana: Mostrar cómo la acción de la gente común puede cambiar el curso de la historia.
El día de la reconquista de buenos aires nos recuerda que la historia no es algo lejano y abstracto, sino una construcción colectiva en la que cada persona, con sus acciones, juega un papel. Al llevar este episodio a tu aula, estás sembrando en tus alumnos la semilla del conocimiento, del orgullo por lo nuestro y de la comprensión de que ellos también son protagonistas de la historia que se escribe cada día. Que la valentía de aquellos porteños de 1806 nos inspire a seguir construyendo una patria más justa y soberana.
Bibliografía
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