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La Literatura Renacentista: Una ventana a la historia y la cultura europea

El Renacimiento fue una época de gran creatividad e innovación en el campo de la literatura. Los escritores de esta época se inspiraron en los clásicos griegos y romanos, pero también experimentaron con nuevas formas y temas, como la exploración de la individualidad humana y la crítica social. Al mismo tiempo, el surgimiento de la imprenta permitió una mayor difusión de la literatura, lo que a su vez condujo a una mayor influencia de las obras renacentistas en la cultura occidental.

En este artículo, exploraremos los aspectos más destacados de la literatura renacentista, desde sus autores más importantes hasta las características literarias que la definieron, y cómo esta época dejó una huella duradera en la literatura y la cultura universal.

Contenidos

Características del Renacimiento

El Renacimiento se extiende durante el siglo XVI, pero sus raíces se remontan a los siglos XIV y XV, y su impacto se siente hasta el siglo XVII. El movimiento surgió en Italia, donde el contacto con los vestigios de la Antigüedad clásica era más intenso, y después se difundió por toda Europa. El Renacimiento no solo implicaba una admiración por las formas de arte clásicas, sino también una búsqueda de un nuevo concepto de la vida y una valoración diferente del hombre.

En contraste con la Edad Media, donde Dios era el centro del universo y la vida terrenal era vista como un paso hacia la vida eterna, el hombre renacentista se sitúa en el centro del mundo y lo considera digno de ser vivido por sí mismo. En este período, la Tierra ya no se veía como un valle de lágrimas, sino como un lugar de disfrute, y la inteligencia se entendía como la capacidad para descubrir los secretos de la naturaleza. Además, el cuerpo ya no se veía como una encarnación del mal, sino como una fuente de placer.

El humanismo fue acuñado como un concepto filosófico, social y moral que coloca al hombre como centro y finalidad de todo. También comprende un conjunto de actividades para conocer y reconstruir la cultura clásica, gracias a ediciones, traducciones e imitaciones. El Renacimiento fue impulsado por la invención de la imprenta, el aumento de la riqueza gracias al comercio y la llegada a América, que amplió los horizontes del conocimiento.

Estimulado por estos factores, el hombre renacentista exploró la naturaleza, hizo grandes descubrimientos científicos, creó magníficas obras de arte y trató de hacer el mundo más confortable y bello. En contraste con el hombre medieval, que menospreciaba el cuerpo en favor del espíritu, el hombre renacentista buscó la plenitud a través del desarrollo armónico de todas sus facultades, tanto físicas como espirituales, con el fin de aprovechar todas las posibilidades del ser humano.

El Renacimiento fue una época de grandes logros literarios, artísticos y científicos, que dejó una huella duradera en la cultura occidental y siguió inspirando a generaciones de artistas y pensadores. A través de la historia, se ha mantenido como una época de renacimiento y reinvención, y sigue siendo objeto de estudio y admiración en todo el mundo.

Características de la literatura renacentista

La llegada del Renacimiento produjo cierta uniformidad en los distintos países europeos, puesto que todos se inspiraban en los mismos ideales y modelos.

  • La forma, que en la Edad Media había sido considerada como un elemento accesorio, adquiere valor en sí misma.
  • La belleza se concibe como el reflejo de Dios, por lo que se convierte en la meta capital del artista. La naturaleza es la fuente principal de inspiración.
  • Renacen los principales temas de la antigüedad pagana: los relatos mitológicos, el bucolismo pastoril y las preceptivas de Aristóteles y Horacio, considerados como maestros imprescindibles.
  • Los escritores del Renacimiento adoptaron como modelos que debían ser imitados, por un lado, a los escritores de la antigüedad clásica y, por otro, a los grandes italianos del siglo XIV (Dante, Petrarca y Boccaccio).
  • Los temas de la literatura renacentista son un reflejo fiel de su afición por las cosas del mundo: los poetas cantan, sobre todo, al amor humano, la naturaleza (el paisaje), y los hechos guerreros (en cuanto estos últimos conducen a la fama). También se desarrollaron los temas históricos, filosóficos y políticos, expuestos muchas veces en forma de diálogo.
  • La literatura del Renacimiento se inicia en Italia con el surgimiento de los humanistas, aquellos estudiosos que se dedican a recopilar textos de la antigua Grecia y Roma, para traducirlos y darlos a conocer a través de la imprenta. En general, los humanistas centraron su mirada en el hombre y en la capacidad que tiene el ser humano para razonar y conocer la verdad por sí mismo. Esto trajo como consecuencia una revaloración de las ciencias humanas. También el humanismo se expresó e influyó en el arte y la literatura, que se guiaron por los moldes clásicos. Se revaloraron las obras de Virgilio, Horacio, Catulo y Ovidio, que se impusieron como cánones a seguir.
  • Relacionado con la revaloración de la vida del ser humano, que ya no es un mero tránsito para el más allá, como se pensaba en la Edad Media, la literatura renacentista va a expresar la preocupación del ser humano por la fugacidad de la vida y la necesidad de aprovecharla al máximo. De esta preocupación provienen los tópicos intensamente desarrollados del carpe diem (aprovecha el día) y el ubi sunt (dónde están).
  • Al contrario de los autores medievales, que no se preocupan por pasar a la posteridad con sus obras, a los autores renacentistas les preocupa la fama y la trascendencia de la misma. Por esta razón, el tema de la autoría se vuelve relevante y todos van a firmar y dar a conocer sus nombres como poetas o escritores.
  • Baltasar de Castiglione escribió un libro titulado El cortesano, donde caracteriza al tipo humano más valorado en la época, el cortesano, descrito como aquel hombre galante, diestro tanto en las armas como en las letras, buen amante y de actuar natural. Muchos escritores de la literatura renacentista responderán a ese ideal cortesano, como, por ejemplo, Garcilaso de la Vega, Alonso de Ercilla o Miguel de Cervantes, quienes se destacan como soldados y escritores.
literatura renacentista

Principales creaciones literarias

Dentro de la literatura renacentista, la narrativa tuvo un impresionante desarrollo:

  • Hay un retorno a la épica clásica, renovada con nuevos temas de carácter heroico como las cruzadas o las empresas de conquista. Así por ejemplo, en Italia se escribirán Orlando Furioso, de Ludovico Ariosto, Orlando enamorado, de Matteo Boiardo, ambas inspiradas en la figura de Roldán y las cruzadas. Torcuato Tasso escribe su épica de carácter más religioso, también inspirado en las cruzadas, La Jerusalem liberada. En Portugal, el poeta Luis de Camoens escribe la gran épica nacional Os Lusíadas, inspirada en el primer viaje de Vasco de Gama. En España, Alonso de Ercilla publica La Araucana, poema inspirado en la empresa de conquista de Chile por parte de los españoles y la esforzada resistencia de los aborígenes de Arauco
  • El género ensayístico cobra vitalidad en el Renacimiento con pensadores tan destacados e influyentes para el pensamiento occidental, como Erasmo de Rotterdam con su Elogio a la locura; Tomás Moro con su Utopía, Nicolás Maquiavelo con su obra El príncipe, Michel de Montaigne con su obra Ensayos, que sienta las bases del género; y Baltasar de Castiglione con El cortesano.
  • La novela comienza a tomar cuerpo en el Renacimiento con la novela pastoril, iniciada en Italia por Lacopo Sannazaro que escribe La Arcadia y, el inicio de la novela picaresca en España con la aparición de El Lazarillo de Tormes, de autor anónimo. En Francia, François Rabelais escribe Gargantúa y Pantagruel, una de las obras importantes para el desarrollo de la narrativa posterior por su carácter burlesco y satírico.
  • En España, el siglo XVI marca el inicio del Siglo de Oro español, por las importantes obras literarias del período. En narrativa, la figura que domina todo es Miguel de Cervantes con Don Quijote de la Mancha, Novelas ejemplares y La Calatea.

La literatura del Renacimiento también desarrolló la lírica:

  • La lírica renacentista está fuertemente influenciada por Petrarca y su Cancionero. En Italia, poetas destacados son Pietro Bembo con Rinas, Angelo Poliziano y su obra Estancias. En Francia destacan las obras de Pierre de Ronsard como sus poemas Odas y Sonetos para Helena. En Inglaterra, un poeta destacado de la época es Edmond Spencer con su obra Calendario de los pastores inspirado en los poemas pastoriles de Virgilio.
  • En España hay una renovación de las formas métricas debido a la influencia italiana. Poetas destacados son Garcilaso de la Vega y sus Églogas, fray Luis de León con sus Odas, San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús destacan por la poesía mística. Un poema destacado de San Juan es el Cántico espiritual.

Finalmente, la literatura renacentista permitió grandes novedades en lo referente al teatro:

  • En Inglaterra, el teatro está dominado por el llamado teatro isabelino con autores y obras tan destacadas para la literatura universal como las de William Shakespeare y Christopher Marlowe. Obras destacadas de Shakespeare son: Romeo y Julieta, Hamlet, Otelo, Macbeth, Sueño de una noche de verano. De Marlowe sobresalen El judío de Malta y La trágica historia del doctor Fausto.
  • En España, se considera a la Celestina de Fernando de Rojas, como la primera obra de teatro renacentista, por su temática. Otro autor importante es Lope de Rueda con sus Pasos, pasajes cómicos influenciados por la comedia italiana.

La literatura renacentista en Italia

El Renacimiento floreció en Italia, donde los gobernantes y los líderes religiosos protegieron y fomentaron todas las artes, permitiendo que éstas alcanzaran un esplendor sin precedentes bajo su mecenazgo.

En este período surgieron muchos escritores que enriquecieron la literatura renacentista con su creatividad y originalidad, algunos creando géneros literarios completamente nuevos y otros expandiendo y perfeccionando las ideas de sus predecesores.

Uno de principales escritores de la literatura renacentista italiana fue Jacobo Sannazaro (1458-1530), quien introdujo la novela pastoral en prosa, inspirándose en la obra de Teócrito, en las Bucólicas de Virgilio y en el Ameto de Boccaccio. En su obra Arcadia, en la que incluyó numerosos poemas, sentó las bases para que muchos otros escritores imitaran su estilo, especialmente en España.

Poesía épica italiana

Entre los poetas de la literatura renacentista italiana que incursionaron en la poesía épica, destacan Ariosto y Tasso.

Ludovico Ariosto (1474-1533)
La obra más representativa de la literatura del Renacimiento italiano es Orlando furioso, escrita por Ariosto en 1505 y publicada en 1516 en una primera versión dividida en 40 cantos. En la segunda edición, de 1521, se agregaron seis cantos más y el autor continuó haciendo correcciones durante el resto de su vida. Este poema, que tuvo una gran influencia en Europa, es considerado como la obra literaria más destacada del Renacimiento y su autor, el poeta más grande de la época.

La trama de la obra se desarrolla en un laberinto de aventuras centradas en las guerras de Carlomagno contra los infieles y cuenta con tres núcleos temáticos: el sitio de París y la derrota de los sarracenos, la locura de Orlando y los amores de Ruggiero y Bradamante. Aunque el interés principal de la obra es pintar el mundo de la caballería, canta también sobre las damas, los caballeros, los hechos de armas, los amores, las cortesías y las intrépidas empresas.

La obra de Ariosto es un mundo fantástico que mezcla los valores caballerescos, los ideales del amor cortés, el honor, lo mágico, lo maravilloso y la aventura. El autor hace excelentes descripciones de paisajes y batallas, así como también penetra en la psicología de los personajes, sobre todo en Angélica, la protagonista femenina.

Ariosto utiliza la exageración para lograr un efecto cómico, lo que se ve reflejado en la pasión amorosa que se convierte en locura, el sentido del honor que aparece como un extravagante y ridículo amor propio, y lo maravilloso que deja de ser verosímil. Además, su obra también incluye algunas comedias imitadas de las de Plauto y Terencio, así como siete sátiras que son cartas poéticas a sus amigos y parientes.

Torcuato Tasso (1544-1595)
La máxima obra de Torcuato Tasso fue Jerusalén liberada, poema épico cuyo tema es la conquista de Jerusalén, llevada a cabo por Godofredo de Bouillón durante la primera Cruzada (1099). En la acción principal se intercalan gran cantidad de episodios, aventuras o historias de amor, que le sirven al poeta para dar rienda suelta a su fantasía.

Jerusalén liberada es el primer intento por conciliar la épica clásica con la poesía cristiana. Además, escribió Jerusalén conquistada, otro poema épico; Torrismondo, una tragedia, y Aminta, poema dramático pastoril.
La poesía de Tasso se caracteriza por la expresión de una emoción lírica hasta entonces poco estudiada: la melancolía, así como por la consonancia de la naturaleza con el sentimiento humano: la soledad del desierto, la oscuridad del bosque, los gemidos del viento, etc.

Entre los escritores italianos de mayor relieve están Nicolás Maquiavelo y Baltasare de Castiglione.

Nicolás Maquiavelo (1469-1527)
Si existió un referente de la literatura del renacimiento italiano es este político y diplomático florentino, quien escribió numerosas obras, entre ellas: Discursos sobre la primera década de Tito Livio, Historias florentinas y El príncipe. Este último, un tratado político cuyo modelo se cree que fue César Borgia, y en el que sostiene la teoría de que la conducta del gobernante debe estar subordinada al éxito político. Éste fue un libro que provocó numerosas réplicas y polémicas en los siglos posteriores, especialmente en España.

En esta obra Maquiavelo expone lúcidamente los principios que guiaban a los estadistas italianos del siglo XVI. Por primera vez aparecen formuladas explícitamente una teoría y una moral de gobierno que responden sólo a los intereses del gobernante.

Así, reconoce el uso de la fuerza y el fraude como medios legítimos para alcanzar fines políticos y plantea el éxito como única justificación de la conducta. Además, establece como premisas la corrupción, la venalidad y la bajeza de la humanidad en gran escala.

Baltasare di Castiglione (1478-1529)
Otro exponente destacado de la literatura del renacimiento italiano fue este miembro de una distinguida familia lombarda; Castiglione reunió en sí mismo todas las cualidades de un perfecto caballero: elegante, culto, hábil, de gusto exquisito y buen soldado.

Fue nuncio del papa en la Corte de Carlos V y a raíz de una conversación bajo la presidencia de la duquesa Elisabetta de Gonzaga en la corte de Urbino, Castiglione escribió un tratado en diálogos, El Cortesano, en el que establece las cualidades físicas y espirituales, los conocimientos y las habilidades que debía poseer el modelo del hombre de la corte o cortesano.

La literatura renacentista en Francia

François Rabelais (1494-1553)

Rabelais es el primer gran prosista francés. Recibió una educación esmerada y profesó como monje en 1510. Diez años más tarde abandonó el monacato y estudió medicina. Entabló correspondencia con Erasmo, y publicó Pantagruel, historia de un fantástico gigante que recorre Francia, en ella se satirizan muchos aspectos sociales y culturales del país.

En 1534 publicó Gargantúa, en la que narra las peripecias del supuesto padre de Pantagruel; en este caso centra su sátira contra los métodos pedagógicos y dialécticos de la universidad parisina de la Sorbona. Después publicó tres adiciones, que provocaron otros tantos escándalos. Gracias a su extraordinaria imaginación y su dominio del idioma, Rabelais contribuyó a destruir la ideología medieval y edificó un sistema cultural con base renacentista.

Michel de Montaigne (1533-1592)

Creador del ensayo como género literario. Montaigne fue el primero en utilizar el término ensayo en su acepción moderna para caracterizar sus escritos. Miembro de una familia de buena posición, nació el 28 de febrero de 1533 cerca de Burdeos. Estudió leyes en Burdeos y Toulouse y muy pronto adquirió una sólida cultura.

En 1571 heredó las propiedades de su familia, y allí se dedicó a estudiar a los autores clásicos y a escribir sus Ensayos, cuyos primeros dos tomos fueron publicados en 1580. Viajó a Alemania, Italia y Suiza y, a su regreso, fue alcalde de Burdeos (1581-1585). Escribió un tercer tomo de ensayos que se incluyó en la quinta edición de sus Ensayos en 1588. Los últimos años de su vida los pasó recluido en sus propiedades.

En sus ensayos, Montaigne aborda una gama muy amplia de temas, entre los cuales analiza instituciones, opiniones y costumbres de la época; además, manifiesta su oposición contra cualquier forma de dogmatismo, así como también rechaza la esclavitud de las pasiones y los deseos. Su visión de la vida expresa un cierto escepticismo filosófico, haciendo hincapié en las contradicciones e incoherencias propias de la naturaleza y la conducta humanas. Su estilo discursivo incluye un tono coloquial y el uso de numerosas citas de autores clásicos.

La poesía francesa

Uno de los primeros poetas de la literatura renacentista francesa es Clément Marot (1496-1544), secretario de la princesa Margarita de Navarra, autora de un libro de cuentos con influencia de Boccaccio, el Heptamerón, que le hizo conocer la importancia del Renacimiento italiano. Influido por la Reforma, Marot tuvo que abandonar Francia. Son famosas su Epístola a Lyon Jamet y sus Epístolas al rey, que escribió estando prisionero y desterrado.

La adopción total de la estética italianizante la llevó a cabo años después un grupo de poetas conocido como la Pléiade, entre los que destaca Pierre Ronsard.

Pierre Ronsard (1524-1585)

Pierre Ronsard es el genio de la lírica renacentista francesa. Formado en el estudio de los clásicos grecolatinos, Ronsard renunció a toda ambición política para dedicarse por entero a la poesía. Fue reconocido como jefe de la Pléiade. A lo largo de su vida publicó numerosas obras líricas: Odas (pindáricas, horacianas y anacreónticas), Amores de Casandra, Amores de María, Himnos y una obra épica de menor valor: la Franciada, que pretendía ser para Francia lo que fue la Eneida para Roma.

La literatura renacentista española

Se ha discutido de manera extensa si hubo o no Renacimiento en España, o si se pasó del Medievo directamente al Barroco. La discusión ha durados hasta nuestros días. A partir de la muerte de Carlos V en 1558, tiempo en el que hubo el cambio de dirección artística y cultural en España, ésta se orienta en un sentido religioso y cristiano que, para muchos, contradice las direcciones esenciales renacentistas.

Pese a que la influencia italiana llegó a España muy pronto, pues mantenía un intenso contacto con Italia a través de la Corona de Aragón, bajo cuyo dominio se encontraban buena parte de la isla de Sicilia y de la península itálica, esta influencia no se reflejó en el arte sino, en todo caso, en la necesidad de una nueva forma de crear su arte y desarrollar su cultura. Por ello, más bien deberíamos hablar del Barroco español, que de Renacimiento español.

El periodo coincidió, además, con la gran expansión del Imperio Español; si los Reyes Católicos habían logrado la unidad española con su nieto Carlos I de España y V de Alemania, y el hijo de éste, Felipe II, España extendió su hegemonía a gran parte de Europa al dominar sobre Alemania, los Países Bajos y extensos territorios de Italia. A este imperio corresponde, asimismo, un magnífico desarrollo de todas las artes, sobre todo de la literatura, que tiene en este siglo geniales cultivadores.

Los siglos XVI y XVII constituyen los siglos de Oro de la literatura española.
El Barroco español consiguió resultados muy originales y diferentes en relación con el arte renacentista: precisamente por la fusión de la tradición medieval con las nuevas aportaciones europeas consigue una síntesis peculiar con la cristianización de la antigüedad. Otro rasgo original es la coexistencia de lo popular y típicamente local con la cultura universal.

Los Siglos de Oro

Con el fin de la Edad Media, España inicia una rápida ascensión hacia su época de plenitud. Las causas políticas y sociales que convirtieron a España en la primera potencia de Europa impulsan la literatura renacentista, el pensamiento y las artes a una ascensión que, bajo la influencia del Renacimiento italiano, había comenzado con los albores del siglo XV.

Cuando Carlos V sube al trono, comienza el periodo de esplendor llamado Siglos de Oro. Dicho periodo abarca los siglos XVI y XVII: desde el advenimiento de Carlos V hasta la muerte de Calderón de la Barca en 1681.

Siglo XVI: plenitud de la literatura renacentista española.

La plenitud del Renacimiento en España se alcanza durante el reinado de Carlos V, en que se sigue una directriz paganizante. Se trata de un momento de recepción de influencias extranjeras. Época inspirada por los hombres de armas, por el humanismo europeo; influencia italiana; sátira erasmista; entusiasmo pagano e ideales de universalidad.
Poesía italianista: Boscán y Garcilaso.
Prosa didáctica e historia: Colón, Cortés, entre otros.
Novela picaresca: Lazarillo de Tormes.

El teatro en Europa durante el Renacimiento

En la segunda mitad del siglo XVI, el teatro experimentó un gran auge en Europa Occidental, extendiéndose por países como Inglaterra, Francia, España, Italia y Alemania. Sin embargo, en Francia e Italia, el teatro no floreció hasta mucho más tarde debido a factores como las discordias civiles y las luchas entre los pequeños estados.

En cambio, en Inglaterra y España, el teatro progresó rápidamente a finales del siglo XVI y principios del siglo XVII, sin tener contacto directo entre ellos. A partir de 1560, ambos países empezaron a realizar experimentos prometedores y hacia 1590, dos grandes poetas, Marlowe y Lope de Vega, fijaron las normas que marcarían el camino del teatro en sus respectivos países. Estos dos poetas se rodearon de otros nombres ilustres, consolidando el éxito del teatro en ambas naciones.

El progreso del teatro en España e Inglaterra se debió en gran parte a su éxito, y a una colaboración excepcionalmente íntima entre el público y los autores en España. Lope de Vega, en particular, era un escritor muy sensible al aplauso popular y estableció la fórmula del éxito en el teatro español: “Porque como las paga el vulgo, es justo hablarle en necio para darle gusto“. En Inglaterra, el teatro sustituyó a los libros y periódicos como forma de entretenimiento.

Antes de Shakespeare, se habían llevado a escena obras sobre temas históricos, como Enrique V, Ricardo III y la vida de Tomás Moro, pero estos dramas eran solo crónicas dialogadas escuchadas por el pueblo con fe patriótica. El éxito del teatro en ambos países llevó a la creación de compañías profesionales, lo que hizo que su número fuera excesivo en Inglaterra y se tuvo que restringir su cantidad en la segunda mitad del siglo XVI.

Durante los primeros 30 años del reinado de Isabel, se realizaron muchos experimentos teatrales basados en la imitación de Séneca y Plauto. Sin embargo, autores significativos como John Lyly, Robert Greene y Thomas Kyd sentaron las bases de lo que sería el teatro posterior al educar al público y hacerlo más exigente.

Christopher Marlowe (1564-1593)

Marlowe, quien tradujo a Ovidio y a Lucano, revolucionó el teatro inglés en solo siete u ocho años. A los 30 años de edad, falleció en una pelea. Entre sus obras se encuentran Tamerlán, Doctor Faustus, El judío de Malta y Eduardo II, en las que se ocupó principalmente del tema del poder: el poder imperial en Tamerlán, el poder de la sabiduría en Doctor Faustus, el poder del dinero en El judío de Malta y la pérdida del poder en Eduardo II. Todo en Marlowe es trágicamente intenso.

Además, fue el autor que más alusiones a los clásicos hizo y estableció la ley de la escena inglesa. En sus dramas, Marlowe creó un método acumulativo mediante el cual amontonaba incidentes que modificaban la percepción original de los hechos. Por ejemplo, en El judío de Malta se aborda la injusticia histórica cometida por los cristianos contra los judíos y la crueldad de la venganza judía. En los dos primeros actos, el judío es una criatura que sufre y cuenta con la simpatía del público; sin embargo, el cúmulo de crímenes que comete lo hace antipático al final.

William Shakespeare (1564-1616)

Shakespeare nació en 1564 en Stratford-on-Avon y se casó con Anne Hathaway a los 19 años. Después del nacimiento de sus hijos, Susana en 1583 y los gemelos Hamnet y Judith en 1585, abandonó su pueblo para perseguir su sueño de ser actor. Aunque no se sabe exactamente cuándo se estableció en Londres, para 1592 ya era una figura conocida en la capital inglesa.

Es probable que sus primeras obras literarias hayan sido restauraciones de antiguas obras de teatro, como La verdadera tragedia de Ricardo, duque de York, que se atribuye a Marlowe, Greene y posiblemente a Shakespeare. Esta obra se refundió con el título de Enrique VI, lo que llevó a Greene a acusar a Shakespeare de plagio en 1592.

Las fechas y el canon de sus obras no son completamente seguros, pero se cree que Shakespeare escribió una gran cantidad de obras durante su vida.

Entre sus obras más famosas se encuentran El rey Enrique VI, Ricardo III, Titus Andronicus, La comedia de las equivocaciones, La doma de la bravía, Los dos caballeros de Verona, Trabajos de amor perdidos, Romeo y Julieta, A buen fin no hay mal principio, Sueño de una noche de verano, El rey Juan, El rey Ricardo II, El mercader de Venecia, El rey Enrique IV, El rey Enrique V, Mucho ruido y pocas nueces, Julio César, Como gustéis, Las alegres comadres de Windsor, Noche de Epifanía, Hamlet, Troilo y Cressida, Medida por medida, Otelo, Macbeth, El rey Lear, Antonio y Cleopatra, Timón de Atenas, Coriolano, Pericles, Cimbelina, El cuento de invierno, La tempestad y Enrique VIII.

Shakespeare dejó de escribir para la escena a la edad relativamente joven de 48 años y no se sabe exactamente lo que hizo después.

Las primeras obras de Shakespeare lo presentan como un autor del grupo de Lyly, Greene y Marlowe. Sin embargo, en obras posteriores como Sueño de una noche de verano, Noche de Epifanía y Enrique IV, se pueden encontrar elementos característicos del mundo shakespeariano. Es posible que Shakespeare haya comenzado a trabajar en el drama histórico o de la crónica bajo la influencia de Marlowe o Greene.

Shakespeare se diferencia claramente de otros autores de la literatura renacentista en su obra Romeo y Julieta, que es un ejemplo supremo de tragedia romántica sin profundas reflexiones. Lo propio de Shakespeare fue la tragedia, donde explora las posibilidades secretas de la ambición, la ingratitud y los celos, y sondea lo más íntimo del corazón en obras como Hamlet, Macbeth, Lear y Otelo. Aunque se acerca a los trágicos griegos, los problemas que explora Shakespeare son más abstractos. En sus obras, Shakespeare revela el espíritu entre la desesperación y la locura.

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