La Lectura y sus Características

La lectura puede ser definida como un proceso cognitivo que involucra la decodificación de símbolos para reconocer su significado. Utilizamos para este proceso nuestros ojos, los cuales reciben estos símbolos escritos y, utilizando nuestro cerebro, los convertimos en palabras, oraciones y párrafos que nos comunican un mensaje. Se puede realizar de manera silenciosa o vocalizada.

Este proceso es activo y construye los significados de las palabras, desde el reconocimiento individual de cada letra, a cómo cada una de ellas forma una palabra en particular hasta, tanto desde lo individual y como parte del texto, el significado de cada una de ellas. El proceso es interactivo ya que involucra tanto al lector como al texto; el lector utiliza sus conocimientos para crear y construir el sentido de lo leído.

Cuando una persona lee ocurren un gran número de procesos. Los de menor nivel son los de reconocimiento de palabras, análisis sintáctico del texto y la organización y unión del mismo a través de las preposiciones. Los de elevado nivel son aquellos que implican saber de qué trata el texto, como decide interpretarlo, las inferencias del mismo, el mantenimiento de nuestra atención en él y el procesamiento estratégico del nuevo conocimiento.

Justamente el conocimiento es clave. El conocimiento del lenguaje (con todo lo que incluye: la gramática, el sistema de escritura, el vocabulario), el conocimiento del tema sobre el que trata el texto, el conocimiento del autor, el conocimiento del género literario en cuestión y, no poca cosa, el conocimiento del mundo que rodea al lector, con sus experiencias, valores y creencias. Con todos estos conocimientos, la persona crea y construye el significado. Cada lector tiene conocimientos diferentes, por lo cual dos personas que leen lo mismo probablemente van a construir una interpretación diferente del texto. Esto no significa que uno u otro se equivocaron, sólo que los conocimientos previos de cada uno, al ser disímiles, construyen un sentido diferente.

Es una habilidad receptiva, en cuanto a que el lector recibe información llevándola a cabo, pero también es una actividad productiva ya que cuando vocalizamos esa información la estamos retransmitiendo.

Leer implica otros dos aspectos: el contexto oral y el contexto gráfico. El contexto oral abarca toda la situación que rodea al acto de leer, el acompañamiento verbal en que se apoya el acto lector. El contexto gráfico abarca las imágenes que acompañan al texto en cuestión (la utilización de imágenes ayuda a la construcción de los significados cuando el sujeto está aprendiendo a leer).

Es una actividad muy frecuente, es una práctica social, ya que nos encontramos ante la necesidad de leer en infinidad de situaciones diarias: carteles, notas, el teléfono, la televisión, etc. Además, a leer se aprende de manera social, esto está relacionado con su inserción dentro de las prácticas culturales colectivas. Es una acción histórica, dentro de un contexto social, de comunidades de interpretación.  Leer sin comprender, sin relacionarlo con lo conocido, sin lograr tomar el sentido global de lo leído es una forma de analfabetismo funcional.

Los tres actores fundamentales de la actividad lectora son: el autor, el lector y el texto. El autor intenta dejar en el escrito sus ideas y pensamientos utilizando una serie de habilidades y estrategias propias de la escritura. El texto es la base de la interacción entre el autor y el lecto. El lector es el encargado de decodificar los signos escritos por el autor, pero no puede sólo conformarse con entenderlos. La comprensión lectora es la única forma de lograr que el conocimiento descubierto a través del acto de leer se transforme, por medio de una interacción utilizando diferentes métodos, en un conocimiento significativo.

¿Para qué leemos?

• Para disfrutar del placer de leer. Generalmente ocurre con algún tipo de libro, leyendo una novela o un poema.
• Para conseguir una información exacta. Por ejemplo, buscar en una agenda la fecha y hora de una cita previa, leer un dato en una enciclopedia, etc.
• Para adquirir una data general. Utilizando técnicas de lectura rápida, lograr saber de qué trata un texto de manera general, como puede ser una revista, un periódico, etc.
• Seguir instrucciones. Por ejemplo, en el uso de un electrodoméstico utilizamos su manual para poder aprender a utilizarlo.
• Para mejorar el nivel y la velocidad de la lectura.
• Para comunicarme con otros. A través de cartas o emails.
• Dar a conocer un texto.
• Recomendar lecturas a otros.
• Para aprender.
• Para mejorar la escritura.
• Para tener un gusto privado solo para nosotros, sin que tome contacto con nuestras relaciones personales cercanas y lejanas.
• Para incentivar nuestra propia imaginación y alejarnos del bombardeo constante de la cultura popular.
• Para reconocer la verdadera naturaleza humana y sus motivaciones. Nuestros valores y suposiciones son desafiados, nos permite empatizar con otros puntos de vista.
• Para sentirnos menos solos, más conectados con lo ocurrido o está ocurriendo fuera de nuestra experiencia de vida directa.

Procesos del Lector

Existen cuatro ciclos en la actividad lectora. Estos nos son aislados ni independientes, sino que están concatenados entre sí:

• Ciclo Óptico: el ojo es controlado por el cerebro, el cual toma la información del texto concentrándose en la más útil y descartando la no necesaria. En este ciclo es el lector el que controla de manera activa el proceso.
• Ciclo Perceptual: es la utilización de los sentidos a la hora de leer. Se construye en base a las sensaciones que crea en texto en el lector.
• Ciclo Gramatical: es la observación de los detalles de la construcción del texto por parte del lector. Las ideas, los recursos lingüísticos y no lingüísticos del autor son analizadas por el lector.
• Ciclo Semántico o de Significado: es donde el texto adquiere su significado y valor. Es el sector donde el lector puede apreciar el carácter estructurado de un texto escrito, donde puede interactuar con él y observar sus diferentes partes interrelacionándose.

Leer es comprender. El lenguaje nos construye, y leer es construir significados.