Dentro del complejo panorama educativo de Estados Unidos, pocos temas generan un debate tan intenso como el de las charter schools. Para algunos, representan la vanguardia de la innovación, una solución flexible y basada en el mercado para revitalizar la educación pública. Para otros, son una amenaza que desvía fondos públicos, aumenta la segregación y debilita el sistema tradicional. Lejos de ser un fenómeno marginal, las charter schools en Estados Unidos se han convertido en una pieza central del sistema.
Según la Alianza Nacional para las Escuelas Públicas Charter (National Alliance for Public Charter Schools), en el año escolar 2022-2023, existían aproximadamente 7,800 charter schools atendiendo a cerca de 3.7 millones de estudiantes en todo el país. Estas cifras demuestran que ya no son un experimento a pequeña escala, sino una opción consolidada para millones de familias.
Pero, ¿qué son exactamente? ¿Cómo funcionan y en qué se diferencian de las escuelas públicas que todos conocemos? Esta guía completa está diseñada para docentes y profesionales de la educación que buscan comprender a fondo el modelo de las charter schools en Estados Unidos, analizando sus promesas, sus resultados y las controversias que las rodean.
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¿Qué son las Charter Schools?
En su definición más básica, una charter school es una escuela pública que opera con un mayor nivel de autonomía a cambio de un mayor nivel de rendición de cuentas. Son públicas porque reciben financiación del estado, son gratuitas para los estudiantes y no pueden tener afiliaciones religiosas ni discriminar en la admisión.
La palabra clave es “charter” (contrato o estatuto). Cada una de estas escuelas opera bajo un contrato de duración determinada (generalmente de 3 a 5 años) con una entidad autorizadora. Esta entidad puede ser un distrito escolar, una universidad o una junta estatal. El chárter detalla la misión de la escuela, su programa educativo, los objetivos de aprendizaje que se compromete a alcanzar y el método que se utilizará para medir su éxito.
La principal diferencia con una escuela pública tradicional radica en la libertad. Las charter schools están exentas de muchas de las regulaciones y mandatos que rigen a los distritos escolares. Esta autonomía les permite tomar sus propias decisiones sobre:
- Currículo y pedagogía: Pueden diseñar su propio currículum escolar y adoptar metodologías activas específicas.
- Gestión del personal: Pueden contratar, despedir y establecer los salarios de sus docentes y personal administrativo sin seguir necesariamente las reglas del distrito o los contratos sindicales.
- Presupuesto y operaciones: Tienen control directo sobre su presupuesto y pueden decidir cómo asignar los fondos.
- Calendario y jornada escolar: Pueden establecer jornadas escolares más largas, un año escolar extendido o calendarios diferentes.
A cambio de esta flexibilidad, enfrentan una consecuencia que las escuelas tradicionales no tienen: si no cumplen con los objetivos de rendimiento estipulados en su chárter, la entidad autorizadora puede revocarlo y la escuela puede ser cerrada. Este principio se conoce como “autonomía por rendición de cuentas”.

Origen y expansión del movimiento Charter
El movimiento de las charter schools no surgió de la nada. Nació en el contexto de las reformas educativas de finales del siglo XX, un período marcado por la preocupación sobre la calidad de la educación pública estadounidense, encapsulada en el influyente informe de 1983 “A Nation at Risk”.
La idea fue popularizada a finales de la década de 1980 por Albert Shanker, entonces presidente del sindicato de maestros American Federation of Teachers (AFT). Shanker imaginó las charter schools como laboratorios de innovación gestionados por docentes, donde se pudieran experimentar nuevas teorías del aprendizaje y estrategias pedagógicas exitosas para luego ser replicadas en el sistema tradicional.
- Estados pioneros: Minnesota fue el primer estado en aprobar una ley de charter schools en 1991, abriendo la primera escuela de este tipo al año siguiente. California le siguió en 1992, sentando las bases para lo que se convertiría en el estado con más estudiantes en charter schools.
- Expansión nacional: A lo largo de los años 90 y principios de los 2000, el movimiento se expandió rápidamente, recibiendo un fuerte apoyo bipartidista. Los demócratas lo veían como una forma de ofrecer mejores opciones a las familias de bajos ingresos atrapadas en escuelas de bajo rendimiento, mientras que los republicanos lo apoyaban por su enfoque en la competencia de mercado y la reducción de la burocracia.
- Diversidad de modelos: Con la expansión, también llegó la diversificación. Lo que comenzó como un movimiento de escuelas pequeñas e independientes evolucionó para incluir grandes redes de gestión de chárteres, conocidas como Charter Management Organizations (CMOs), que operan decenas de escuelas en múltiples estados.
¿Cómo funcionan las Charter Schools?
Para entender su funcionamiento, es útil desglosar los cuatro pilares de su modelo operativo: autonomía, gestión, financiación y rendición de cuentas.
Autonomía y gestión pedagógica
La autonomía es su característica definitoria. Un grupo de fundadores (que pueden ser educadores, padres o miembros de la comunidad) presenta una propuesta detallada a una entidad autorizadora. Si se aprueba, reciben el chárter y la libertad para implementar su visión. Esto puede dar lugar a modelos muy especializados:
- Escuelas enfocadas en STEM o STEAM.
- Programas de inmersión en dos idiomas.
- Escuelas que utilizan el aprendizaje basado en proyectos (ABP) como eje central.
- Modelos pedagógicos específicos como Montessori o Waldorf.
- Escuelas diseñadas para atender a poblaciones específicas, como estudiantes en riesgo o con altas capacidades.
Modalidades de gestión
Las charter schools pueden ser gestionadas de dos maneras principales:
- Independientes (Stand-alone): Operadas por su propia junta directiva sin fines de lucro. Suelen ser escuelas únicas con un fuerte vínculo con su comunidad local.
- Redes de gestión (CMOs/EMOs): Administradas por una organización externa. Estas pueden ser:
- Charter Management Organizations (CMOs): Organizaciones sin fines de lucro que gestionan múltiples escuelas bajo un modelo educativo y operativo unificado (ej. KIPP, Uncommon Schools).
- Education Management Organizations (EMOs): Organizaciones con fines de lucro que gestionan escuelas charter. Esta modalidad es la más controvertida, ya que introduce un motivo de lucro en la gestión de fondos públicos.
Financiación: Fondos públicos y aportes privados
El financiamiento de charter schools es un tema complejo. La premisa general es que “los fondos públicos siguen al estudiante”. Cuando un estudiante se inscribe en una charter school, una parte de la financiación estatal y local que el distrito escolar tradicional habría recibido por ese estudiante se transfiere a la charter school.
Sin embargo, rara vez reciben el 100% de la financiación por alumno que reciben las escuelas de distrito. A menudo no reciben fondos para instalaciones (edificios y mantenimiento), lo que las obliga a destinar parte de su presupuesto operativo al alquiler o a la hipoteca. Para cerrar esta brecha, muchas charter schools dependen de:
- Donaciones privadas: Filantropía de fundaciones y particulares.
- Subvenciones federales: Programas específicos como el Charter School Program (CSP) que apoya la creación y expansión de estas escuelas.
Rendición de cuentas
La contraparte de la autonomía es la rendición de cuentas. Al final del período de su contrato, la escuela debe demostrar que ha cumplido sus objetivos. La entidad autorizadora revisa el rendimiento académico (resultados en evaluaciones estandarizadas en Estados Unidos), la salud financiera y el cumplimiento operativo de la escuela. Si los resultados son satisfactorios, el chárter se renueva. Si no lo son, la escuela puede ser cerrada.

Ventajas y promesas de las Charter Schools
Los defensores de las charter schools en Estados Unidos argumentan que su modelo ofrece beneficios significativos para los estudiantes, las familias y el sistema educativo en general.
- Innovación pedagógica: Libres de las restricciones burocráticas, las charter schools pueden actuar como centros de investigación y desarrollo para la educación. Pueden experimentar con nuevas formas de planificación didáctica, evaluación y gestión del aula, y ser pioneras en la innovación educativa en EE.UU..
- Flexibilidad curricular: Permite crear programas educativos altamente especializados que no siempre son viables en una escuela de distrito grande y diversa. Esto ofrece a los padres y estudiantes una verdadera elección educativa que se alinea mejor con sus intereses y necesidades.
- Atención a comunidades específicas: Muchas de las charter schools más exitosas han surgido en comunidades urbanas de bajos ingresos, ofreciendo una alternativa de alta calidad a las escuelas de distrito con bajo rendimiento crónico. Se centran en cerrar la brecha de rendimiento académico para estudiantes afroamericanos y latinos.
- Mayor implicación de los padres: El modelo de elección requiere que los padres sean participantes activos en la educación de sus hijos, desde la selección de la escuela hasta el cumplimiento de los contratos de participación que muchas charter schools exigen.
- Competencia saludable: En teoría, la existencia de charter schools obliga a las escuelas públicas tradicionales a mejorar para no perder estudiantes (y la financiación que los acompaña). Esta competencia puede ser un catalizador para la reforma en todo el sistema.
Críticas y controversias
A pesar de sus promesas, el movimiento de las charter schools ha estado plagado de críticas y controversias desde sus inicios.
- Desigualdad en el acceso y “selección implícita”: Aunque legalmente deben aceptar a todos los estudiantes a través de un sorteo (lotería) si hay más solicitantes que plazas, los críticos argumentan que a menudo “descreman” a los estudiantes más fáciles de educar. Esto puede ocurrir de forma sutil:
- Barreras de información: Las familias con más recursos y capital social son más propensas a navegar el complejo proceso de solicitud.
- Requisitos implícitos: Escuelas con jornadas largas o requisitos de voluntariado para los padres pueden disuadir a familias monoparentales o de bajos ingresos.
- Menor atención a estudiantes con necesidades especiales: Los estudios muestran que, en general, las charter schools atienden a un porcentaje menor de estudiantes con discapacidades severas en comparación con las escuelas de distrito, que están obligadas por ley a aceptar a todos los niños de su zona.
- Rendimiento académico mixto: A pesar de las historias de éxito, los estudios a gran escala sobre el rendimiento de las charter schools han arrojado resultados mixtos. El Centro de Investigación de Resultados Educativos (CREDO) de la Universidad de Stanford, en su estudio más completo, encontró que, en promedio, el rendimiento de los estudiantes de charter schools no es significativamente diferente del de sus pares en escuelas públicas tradicionales. Sin embargo, sí encontraron que los estudiantes en charter schools urbanas y los estudiantes de minorías a menudo muestran un crecimiento académico mayor.
- Uso de fondos públicos para gestión privada: La participación de EMOs (organizaciones con fines de lucro) es un punto de gran controversia. Los críticos argumentan que desvía el dinero de los contribuyentes de las aulas hacia los beneficios corporativos. La falta de transparencia financiera en algunas de estas redes ha llevado a escándalos de fraude y mala gestión.
- Impacto en las escuelas de distrito: Cuando los estudiantes se van a una charter school, los fondos se van con ellos, pero los costos fijos del distrito (edificios, transporte, pensiones) no disminuyen en la misma proporción. Esto puede desestabilizar financieramente a las escuelas públicas tradicionales, afectando a los estudiantes que se quedan.
- Condiciones laborales de los docentes: La mayoría del personal de las charter schools no está sindicalizado. Esto les da flexibilidad para contratar y despedir, pero también puede llevar a jornadas laborales más largas, salarios más bajos (especialmente al principio de la carrera) y menos protecciones laborales. La tasa de rotación de docentes en las charter schools es significativamente más alta que en las escuelas públicas tradicionales.
- Falta de transparencia y supervisión: La calidad de las entidades autorizadoras varía enormemente. En algunos estados, una supervisión laxa ha permitido que operen escuelas de baja calidad o con prácticas financieras cuestionables, debilitando la promesa de “rendición de cuentas”.
Ejemplos destacados de Charter Schools
Para entender la diversidad del movimiento, es útil mirar algunos de los modelos más conocidos:
- Success Academy Charter Schools (Nueva York): Fundada por Eva Moskowitz, esta red es famosa por obtener algunos de los resultados más altos en los exámenes estandarizados del estado de Nueva York, superando incluso a las escuelas de los suburbios más ricos. Su modelo se basa en un currículo riguroso, una jornada escolar extendida y un enfoque intenso en la preparación para los exámenes. Sin embargo, también es criticada por su estricta disciplina, la alta presión sobre estudiantes y maestros, y por tener una tasa de deserción estudiantil superior a la media.
- KIPP (Knowledge Is Power Program): KIPP es una de las redes de charter schools sin fines de lucro más grandes y antiguas del país. Su modelo, a menudo llamado “sin excusas”, se centra en altas expectativas académicas, más tiempo de instrucción (días y años escolares más largos) y un fuerte énfasis en el desarrollo del carácter y el camino hacia la universidad. KIPP ha tenido un éxito notable en lograr que sus estudiantes, en su mayoría de bajos ingresos y minorías, se gradúen de la universidad a tasas mucho más altas que el promedio nacional para su demografía.
Diferencias por estado: un mosaico regulatorio
No existe una ley federal que regule las charter schools en Estados Unidos. Cada estado tiene su propia legislación, lo que crea un panorama regulatorio muy diverso.
- Estados con mayor expansión: California, Texas, Florida y Arizona tienen un gran número de charter schools y leyes que generalmente favorecen su creación y expansión.
- Estados con regulación estricta: Algunos estados, como Massachusetts, tienen leyes consideradas como un “modelo” por los defensores, con autorizadores de alta calidad y un fuerte enfoque en el rendimiento.
- Estados con mayor resistencia: Otros estados tienen límites (“caps”) sobre el número de charter schools que pueden operar, o directamente no tienen una ley que las permita.
Esta variabilidad significa que la calidad y el impacto de las charter schools pueden ser muy diferentes dependiendo del marco legal del estado en el que operan.
Charter Schools vs. Escuelas Públicas Tradicionales
Esta tabla comparativa resume las diferencias clave entre los dos modelos:

El futuro de las Charter Schools
El futuro del movimiento de las charter schools es incierto y está en el centro de un debate cada vez más polarizado.
- Tendencias de crecimiento: Aunque el crecimiento general se ha ralentizado, sigue habiendo una fuerte demanda en muchas áreas urbanas. La pandemia también impulsó el interés en opciones educativas más flexibles, incluyendo las charter schools virtuales.
- Presión política y social: El apoyo bipartidista inicial se ha erosionado. Muchos demócratas, influenciados por los sindicatos de maestros y las preocupaciones sobre la equidad, se han vuelto más escépticos. Los debates sobre la financiación y el impacto en las escuelas de distrito son cada vez más intensos.
- Impacto en la equidad educativa: La pregunta central sigue siendo si las charter schools son una herramienta para promover la equidad educativa o si, por el contrario, contribuyen a un sistema educativo más estratificado.
Las charter schools en Estados Unidos representan uno de los experimentos de reforma educativa más significativos del último medio siglo. Nacieron con la noble promesa de ser motores de innovación, espacios de autonomía para los educadores y una tabla de salvación para los estudiantes atrapados en escuelas fallidas. En muchos casos, han cumplido esa promesa, demostrando que es posible lograr resultados académicos extraordinarios con poblaciones estudiantiles desfavorecidas.
Sin embargo, el movimiento no está exento de problemas profundos. Las preguntas sobre la equidad en el acceso, la transparencia financiera, las condiciones laborales de los docentes y su impacto desestabilizador en el sistema público tradicional son legítimas y deben ser abordadas.
En última instancia, las charter schools no son ni una panacea ni una catástrofe. Son un reflejo de las tensiones fundamentales en la educación estadounidense: la lucha entre la elección individual y el bien común, entre la autonomía y la equidad, y entre la innovación y la estabilidad. Para cualquier educador que busque comprender el sistema educativo en Estados Unidos, analizar el fenómeno de las charter schools es indispensable para entender el presente y el futuro de la educación pública en el país.
Glosario
- Charter School: Escuela pública financiada por el estado que opera de forma independiente de las regulaciones del distrito local, bajo un contrato específico (“chárter”) que estipula sus metas de rendimiento.
- Autorizador (Authorizer): Entidad (distrito escolar, universidad, junta estatal) responsable de otorgar y supervisar los chárteres, y de decidir sobre su renovación o revocación.
- Charter (Contrato): El documento legal que establece la misión, el programa educativo, los objetivos de rendimiento y las métricas de evaluación de una charter school.
- Lotería de Admisión (Lottery): Sistema de sorteo al azar que las charter schools deben usar para seleccionar a los estudiantes cuando el número de solicitantes excede el de plazas disponibles.
- Organización de Gestión de Chárteres (CMO/EMO): Una organización (sin o con fines de lucro) que gestiona una red de múltiples charter schools bajo un modelo centralizado.
- Elección de Escuela (School Choice): Un término general para las políticas que permiten a los padres elegir la escuela a la que asistirán sus hijos, ya sea pública, charter, privada (a través de vales) o en casa, en lugar de ser asignados a una escuela por su domicilio.
Preguntas Frecuentes (FAQ)
1. ¿Los estudiantes tienen que pagar para asistir a una charter school?
No. Las charter schools son escuelas públicas y, por ley, deben ser gratuitas. No pueden cobrar matrícula. Pueden solicitar donaciones voluntarias o cobrar tarifas por actividades extracurriculares, al igual que las escuelas públicas tradicionales.
2. ¿Los maestros de las charter schools necesitan tener certificación estatal?
Depende del estado. Algunas leyes estatales exigen que todos o un cierto porcentaje de los maestros de charter schools estén certificados. Otros estados otorgan a las charter schools una exención de este requisito, permitiéndoles contratar a profesionales de la industria u otros expertos que no tengan una credencial de enseñanza tradicional.
3. ¿Las charter schools tienen que aceptar a estudiantes con discapacidades?
Sí. Como escuelas públicas, están obligadas por la ley federal (como la Ley de Educación para Individuos con Discapacidades – IDEA) a aceptar y proporcionar servicios a estudiantes con discapacidades. Sin embargo, los estudios muestran que a menudo atienden a un menor porcentaje de estudiantes con discapacidades severas.
4. ¿Qué sucede si una charter school cierra?
Si una charter school cierra (ya sea por bajo rendimiento, problemas financieros o baja matrícula), los estudiantes deben volver a inscribirse en el sistema de escuelas públicas de su distrito de residencia o buscar plaza en otra escuela de su elección, si la opción está disponible.
5. ¿Las charter schools están afiliadas a alguna religión?
No. Al ser escuelas públicas que reciben fondos de los contribuyentes, las charter schools en Estados Unidos deben ser seculares y no pueden tener afiliaciones religiosas ni promover una doctrina religiosa específica en su currículo.
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