El año 2035 puede sonar a ciencia ficción, pero en la escala del desarrollo educativo, está a la vuelta de la esquina. Los niños que hoy comienzan la educación primaria serán los jóvenes que egresen al mundo laboral en esa fecha. La pregunta que debemos hacernos como educadores, padres y responsables de políticas no es si el mundo será diferente, sino cómo será diferente y si estamos preparando a las nuevas generaciones para prosperar en él. La transformación digital, acelerada por la pandemia y la irrupción de la inteligencia artificial, ha dejado de ser una opción para convertirse en el ecosistema en el que viviremos y trabajaremos.
Anticipar las competencias digitales del futuro no es un ejercicio de adivinación, sino una necesidad estratégica. Es la única forma de diseñar un currículum escolar relevante y de dotar a los estudiantes de las herramientas cognitivas y prácticas que necesitarán para resolver los problemas de su tiempo. Este artículo es una hoja de ruta para entender qué habilidades serán cruciales para 2035 y cómo podemos empezar a construirlas hoy en nuestras aulas.
Qué vas a encontrar en este artículo
Qué son las competencias digitales y cómo evolucionan
Las competencias digitales se definen como el conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes necesarios para usar las tecnologías digitales de manera segura, crítica y creativa. Sin embargo, esta definición ha evolucionado drásticamente.
Marcos de referencia como el DigComp de la Unión Europea han sido fundamentales para estandarizar su comprensión, organizándolas en áreas como la alfabetización informacional, la comunicación y colaboración, la creación de contenido digital, la seguridad y la resolución de problemas.
La clave está en entender la diferencia entre las competencias básicas y las avanzadas que el futuro demanda:
- Competencias Digitales Básicas (Ayer): Saber usar un procesador de texto, navegar por internet, enviar un correo electrónico. Era la “alfabetización digital” del siglo XX.
- Competencias Digitales Intermedias (Hoy): Usar herramientas colaborativas en la nube, gestionar redes sociales, crear una presentación multimedia. Son las habilidades estándar en el entorno laboral actual.
- Competencias Digitales Avanzadas (Mañana): Las que exploraremos en este artículo. Ya no se trata solo de saber usar la tecnología, sino de pensar con ella, de entender su lógica interna y de aplicarla para crear, analizar y resolver problemas complejos de forma ética.
La evolución ha sido vertiginosa: pasamos de la alfabetización digital básica a la gestión de la información, y ahora estamos entrando de lleno en la era de la inteligencia artificial, la analítica de datos y el pensamiento computacional.

Habilidades clave que necesitarán los estudiantes en 2035
El futuro no exigirá únicamente saber manejar software, sino poseer un conjunto de habilidades cognitivas superiores aplicadas al entorno digital. Estas son las cinco áreas que definirán a los profesionales y ciudadanos competentes de 2035.
1. Pensamiento computacional
El pensamiento computacional no es sinónimo de programar, aunque la programación es una de sus mejores expresiones. Es un proceso de resolución de problemas que implica:
- Descomposición: Dividir un problema complejo en partes más pequeñas y manejables.
- Reconocimiento de patrones: Identificar similitudes o tendencias dentro del problema.
- Abstracción: Centrarse en la información importante e ignorar los detalles irrelevantes.
- Diseño de algoritmos: Crear una serie de pasos ordenados para resolver cada una de las partes del problema.
Un ejemplo fuera de la informática es organizar una fiesta de cumpleaños. Se descompone en tareas (invitados, comida, lugar, música). Se buscan patrones (gustos de los invitados para la comida). Se hace abstracción (nos centramos en el número de invitados, no en el color de sus ojos). Y se crea un algoritmo (una lista de tareas secuencial: 1. Definir fecha, 2. Enviar invitaciones, 3. Comprar comida, etc.).
Esta habilidad es la base para enfrentar cualquier desafío complejo, desde la planificación de un proyecto hasta la investigación científica, y es fundamental en el aprendizaje basado en problemas (ABP).
2. Alfabetización en datos
Vivimos en un mundo inundado de datos. La capacidad de leer, analizar, interpretar y comunicar información a partir de datos (es decir, la alfabetización en datos) será tan fundamental como la lectoescritura tradicional. Esto implica:
- Interpretar gráficos y estadísticas: Entender qué nos dice realmente un gráfico, más allá de sus formas y colores.
- Cuestionar las fuentes: Saber de dónde vienen los datos y qué sesgos pueden tener.
- Tomar decisiones basadas en evidencia: Utilizar datos para fundamentar un argumento o una decisión, en lugar de basarse solo en la intuición.
- Visualizar información: Ser capaz de presentar datos de una manera clara y comprensible para otros.
En la escuela, esto se traduce en proyectos donde los estudiantes no solo consumen información, sino que la generan y analizan: encuestas sobre hábitos en su comunidad, mediciones del clima, análisis de resultados deportivos. La lectura científica y la capacidad de entender sus datos son un pilar de esta competencia.
3. Uso crítico y ético de la IA
La inteligencia artificial ya está aquí, y su presencia será omnipresente en 2035. Las futuras competencias digitales no consistirán en competir contra la IA, sino en saber colaborar con ella de forma inteligente y ética. Esto requiere:
- Comprensión conceptual: No es necesario ser un ingeniero, pero sí entender conceptos básicos de cómo funciona una IA (que aprende de datos, que puede tener sesgos, que no “piensa” como un humano). Comprender la IA en la educación es el primer paso para dominarla.
- Evaluación de resultados: Saber que la IA generativa puede cometer errores, inventar información (“alucinar”) o perpetuar estereotipos. El estudiante del futuro debe desarrollar una mentalidad de “verificar siempre” y aplicar estrategias de lectura crítica a los contenidos generados por máquinas.
- Conciencia ética: Reflexionar sobre las implicaciones del uso de la IA. ¿Es justo usarla para este propósito? ¿Qué datos se están utilizando? ¿A quién podría perjudicar esta tecnología?
Saber “dialogar” con una IA para obtener los mejores resultados (lo que se conoce como prompt engineering) será una habilidad muy valorada.
4. Comunicación digital avanzada
Comunicarse en 2035 irá mucho más allá de escribir un texto o hablar en público. Exigirá el dominio de múltiples formatos y plataformas.
- Narrativa multimedia y transmedia: La capacidad de contar una historia coherente a través de diferentes medios (texto, video, audio, infografías) y plataformas (un blog, un podcast, una red social).
- Uso de entornos inmersivos: La realidad virtual, aumentada y mixta serán espacios comunes para la formación, el trabajo y la socialización. Saber cómo interactuar, presentar ideas y colaborar en estos entornos será una competencia clave.
- Colaboración global: Trabajar en equipos distribuidos por todo el mundo, con personas de diferentes culturas y zonas horarias, será la norma. Esto requiere no solo el dominio de herramientas de aprendizaje colaborativo, sino también una alta sensibilidad y atención a la diversidad cultural.
5. Ciberseguridad y gestión de la identidad digital
Cuanta más vida hacemos en el entorno digital, más importante es saber protegernos. Esta competencia es vital para el bienestar personal y profesional.
- Protección de datos y privacidad: Entender qué información compartimos, con quién y para qué. Saber configurar la privacidad de las cuentas y usar herramientas de autenticación seguras.
- Gestión de la huella digital: Ser consciente de que todo lo que hacemos en línea (publicaciones, comentarios, “me gusta”) construye una identidad digital permanente que puede tener consecuencias en el futuro (por ejemplo, en una búsqueda de empleo).
- Ciberresiliencia: Saber identificar y reaccionar ante amenazas como el phishing, el fraude o el ciberacoso. Esto es una parte fundamental de la ciudadanía digital responsable.
Cómo se desarrollarán estas competencias en la escuela
Estas competencias digitales avanzadas no pueden enseñarse en una única asignatura de “informática”. Deben integrarse de manera transversal en todo el currículo.
- Integración curricular: El pensamiento computacional se puede enseñar en literatura (descomponiendo la estructura de una novela), la alfabetización en datos en ciencias sociales (analizando censos) y el uso ético de la IA en filosofía o ética. La clave es la transversalidad en educación.
- Metodologías activas: El aprendizaje basado en proyectos (ABP) es la metodología ideal para desarrollar estas competencias de forma integrada. Un proyecto para crear una campaña de concienciación sobre el reciclaje puede implicar investigación de datos, creación de contenido multimedia, colaboración en línea y gestión de una red social.
- Gamificación y Makerspaces: La gamificación puede simular problemas complejos y motivar a los estudiantes a desarrollar soluciones creativas. Los makerspaces (laboratorios de creación) equipados con impresoras 3D, cortadoras láser y kits de robótica permiten a los estudiantes pasar de la teoría a la práctica, prototipando y construyendo soluciones a problemas reales.

Retos para alcanzar estas competencias
El camino para desarrollar estas competencias digitales en todos los estudiantes es complejo y está lleno de obstáculos.
- Brecha digital y desigualdad: El principal desafío es la equidad educativa. No todos los estudiantes tienen acceso a dispositivos, a una conexión a internet de calidad o a docentes preparados. Si no se aborda con políticas públicas decididas, la brecha digital se convertirá en un abismo de oportunidades.
- Capacitación docente: Los docentes son la piedra angular de esta transformación. Sin embargo, muchos no han recibido la formación necesaria para enseñar estas competencias avanzadas. Es urgente invertir masivamente en el desarrollo de las competencias docentes del siglo XXI.
- Actualización de políticas y currículos: Los sistemas educativos suelen ser lentos para cambiar. Los currículos y las políticas públicas necesitan ser mucho más ágiles para poder adaptarse al ritmo vertiginoso del cambio tecnológico.
Mirando hacia 2035: escenarios posibles
El futuro de la educación no está escrito. Dependiendo de las decisiones que tomemos, podemos dirigirnos a diferentes escenarios:
- Escenario optimista: La tecnología, y especialmente la IA, se convierte en un gran ecualizador. La educación personalizada y de alta calidad es accesible para todos. Los estudiantes desarrollan competencias digitales avanzadas en un marco ético, preparándose para ser ciudadanos creativos, críticos y colaborativos de un mundo global.
- Escenario realista: El progreso es desigual. Veremos “islas” de innovación en centros educativos con más recursos, mientras que gran parte del sistema lucha por mantenerse al día. La brecha de habilidades se amplía no solo entre países, sino también dentro de ellos.
- Escenario crítico: La fascinación por la tecnología nos lleva a una dependencia excesiva. Los estudiantes se vuelven expertos en usar herramientas, pero pierden habilidades humanas fundamentales como el pensamiento profundo, la escritura elaborada o la interacción cara a cara. Los sesgos de la IA profundizan las desigualdades sociales sin que seamos plenamente conscientes de ello.
Preparar a los estudiantes para 2035 es una de las tareas más urgentes y complejas que enfrentamos. Las competencias digitales avanzadas —pensamiento computacional, alfabetización en datos, uso crítico de la IA, comunicación avanzada y ciberseguridad— no son un lujo, sino la base para la participación cívica y profesional en el mundo que viene.
La responsabilidad es compartida. Se necesita una alianza estratégica entre:
- Docentes: Para ser aprendices permanentes, experimentar con valentía y guiar a sus estudiantes con sabiduría.
- Familias: Para acompañar a sus hijos en el mundo digital, fomentando un uso seguro y crítico.
- Gobiernos: Para crear políticas públicas que cierren la brecha digital e inviertan en una formación docente masiva y de calidad.
- Empresas tecnológicas: Para diseñar herramientas con responsabilidad, ética y un enfoque pedagógico.
El futuro no espera. La conversación sobre las habilidades para 2035 debe empezar hoy en cada sala de profesores, en cada ministerio de educación y en cada hogar. El momento de actuar es ahora.
Glosario de Términos Clave
- Competencias Digitales: Conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes para usar tecnologías digitales de forma segura, crítica y creativa.
- Pensamiento Computacional: Proceso de resolución de problemas que incluye descomposición, reconocimiento de patrones, abstracción y diseño de algoritmos.
- Alfabetización en Datos (Data Literacy): Capacidad de leer, comprender, analizar, interpretar y comunicar datos.
- Huella Digital: Rastro de datos que una persona deja al usar internet.
- Makerspace: Espacio de trabajo colaborativo equipado con herramientas tecnológicas para que los estudiantes puedan crear, inventar y aprender.
- Transmedia: Tipo de narrativa que se desarrolla a través de múltiples medios y plataformas de comunicación.
Preguntas Frecuentes (FAQ)
1. ¿Significa esto que asignaturas como Historia o Arte son menos importantes?
Al contrario. Las habilidades humanas como la creatividad, el pensamiento crítico, la empatía y la comprensión cultural, que se cultivan en las humanidades y las artes, son más importantes que nunca. Son precisamente las habilidades que las máquinas no pueden replicar. El objetivo es integrar las competencias digitales en estas áreas para potenciarlas, no para reemplazarlas.
2. Mi escuela no tiene recursos (impresoras 3D, gafas de RV). ¿Aun así podemos enseñar estas competencias?
Absolutamente. Muchas de estas competencias son, en su núcleo, formas de pensar. El pensamiento computacional se puede enseñar con lápiz y papel (actividades “unplugged”). La alfabetización en datos se puede practicar con artículos de periódico. El debate sobre la ética de la IA solo requiere un espacio para el diálogo. La tecnología es un acelerador, pero la base es pedagógica.
3. ¿A qué edad se debe empezar a enseñar estas competencias?
Los fundamentos pueden empezar desde la educación inicial. A través del juego, los niños pueden aprender a descomponer problemas (construir con bloques) y a seguir algoritmos (una receta de cocina sencilla). La complejidad y el nivel de abstracción deben ir aumentando progresivamente con la edad.
4. ¿No estamos exponiendo a los niños a demasiada pantalla?
Es una preocupación legítima. La clave es el equilibrio y la calidad del tiempo de pantalla. No es lo mismo pasar una hora consumiendo pasivamente videos que pasar una hora creando una animación, colaborando en un proyecto o aprendiendo a programar. El objetivo es un uso activo, creativo y crítico de la tecnología, no un consumo pasivo.
Bibliografía
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- World Economic Forum. (2023). Future of Jobs Report. (Publicación periódica clave para entender las tendencias del mercado laboral).