Contenidos procedimentales: qué son, ejemplos y cómo enseñarlos

Como docente, seguramente has dedicado horas a planificar cómo explicar la fotosíntesis, las causas de la Revolución Francesa o las propiedades de los triángulos. Pero ¿cuánto tiempo dedicas a planificar cómo enseñar a tus estudiantes a construir un gráfico, a redactar un argumento o a resolver una ecuación paso a paso? Ahí, en el “cómo se hace”, reside el poder de los contenidos procedimentales, el motor del saber hacer en la educación.

A menudo, damos por sentado que los estudiantes aprenderán los procedimientos por simple imitación o por la repetición de ejercicios. La realidad es que enseñar a ejecutar una tarea de manera eficaz y autónoma es una de las labores más complejas y gratificantes de la docencia. Los procedimientos no son solo una lista de pasos; son las herramientas que permiten a los alumnos aplicar el conocimiento, resolver problemas y, en definitiva, aprender a aprender.

Este artículo es una guía práctica diseñada para ti. Te ayudará a identificar, planificar, enseñar y evaluar los contenidos procedimentales con una claridad que transformará tu enfoque pedagógico. Dejaremos de centrarnos únicamente en el “qué” para darle al “cómo” el lugar protagónico que merece.

Qué vas a encontrar en este artículo

¿Qué son los contenidos procedimentales?

Los contenidos procedimentales son el conjunto de acciones, habilidades, técnicas y estrategias ordenadas que se realizan para alcanzar un objetivo específico. En esencia, responden a la pregunta “¿cómo se hace algo?”. No se trata de memorizar un concepto, sino de ejecutar una secuencia de pasos de forma deliberada y eficiente.

Estos contenidos involucran tanto habilidades motrices (como usar un compás o una tijera) como procesos cognitivos complejos (como aplicar estrategias de comprensión lectora o analizar una fuente histórica). La clave de su naturaleza es que se aprenden haciendo. Su dominio no se demuestra recitando la teoría, sino a través de la ejecución. Este enfoque práctico fomenta un aprendizaje significativo, donde el estudiante es el protagonista de su propio proceso.

Piensa en ellos como algoritmos para la acción. Por ejemplo:

  • Realizar una división con dos cifras: implica seguir una secuencia de pasos lógicos (probar, multiplicar, restar, bajar el siguiente número) que no se puede aprender solo con la teoría.
  • Analizar una fuente histórica: requiere aplicar un método que incluye identificar al autor, el contexto, el propósito y contrastar la información.
  • Elaborar un ensayo: va más allá de saber qué es un ensayo; exige saber cómo estructurar ideas, argumentar y citar fuentes.
cómo enseñar contenidos procedimentales

Diferencias con los contenidos conceptuales y actitudinales

Para planificar de manera efectiva, es fundamental distinguir los tres tipos de contenidos curriculares. Aunque en la práctica están interrelacionados, entender sus diferencias te ayudará a diseñar actividades más precisas.

  • Contenidos conceptuales: el “saber qué”
    Son el conjunto de datos, hechos, conceptos y principios que explican el mundo. Responden a la pregunta “¿qué es?”. Aquí se encuentran las definiciones, las clasificaciones y las teorías. Por ejemplo, saber qué es la gravedad, cuáles son las partes de una célula o las características del Romanticismo. Son la base teórica sobre la que se construyen los otros saberes, y su enseñanza se apoya en una de las teorías del aprendizaje más extendidas, la teoría cognitiva.

  • Contenidos procedimentales: el “saber cómo”
    Como ya vimos, son el “saber hacer”. Son las habilidades y estrategias que permiten utilizar los contenidos conceptuales para resolver tareas. Responden a la pregunta “¿cómo lo hago?”. Por ejemplo, calcular la velocidad de caída de un objeto usando la fórmula de la gravedad, identificar las partes de la célula en un microscopio o analizar un poema romántico.

  • Contenidos actitudinales: el “saber ser y convivir”
    Se refieren a los valores, normas y actitudes que guían el comportamiento. Responden a las preguntas “¿cómo me comporto?” y “¿por qué lo hago?”. Incluyen la disposición para el trabajo en equipo, el respeto por las opiniones ajenas, la valoración de la ciencia o el desarrollo de un espíritu crítico. Fomentan la educación emocional y la formación de una ciudadanía digital responsable.

Un ejemplo integrado para verlo claro:
Imagina que estás trabajando la poesía en clase de Lengua.

  • Contenido conceptual: Explicas qué es una metáfora, su definición y sus tipos. El estudiante sabe qué es.
  • Contenido procedimental: Propones un ejercicio para identificar y subrayar las metáforas en un poema. El estudiante aprende a aplicar el concepto. Este es el saber hacer.
  • Contenido actitudinal: Fomentas un debate sobre las distintas interpretaciones de esas metáforas, promoviendo el respeto y la apreciación por la diversidad de perspectivas. El estudiante aprende a valorar y convivir.

Características de los contenidos procedimentales

Entender su naturaleza te permitirá enseñarlos de manera más efectiva. Estas son sus principales características:

  • Requieren práctica repetida y guiada: Nadie aprende a andar en bicicleta leyendo un manual. El dominio de un procedimiento exige repetición. Sin embargo, no se trata de una repetición mecánica, sino de una práctica reflexiva, donde el estudiante recibe guía y ajusta su ejecución.
  • Se aprenden mejor con modelado y retroalimentación: La forma más eficaz de enseñar un procedimiento es mostrarlo. El docente actúa como un modelo experto. Durante la práctica, una retroalimentación efectiva y constante es crucial para que el alumno corrija sus errores y refine su técnica. El papel del error en el aprendizaje es fundamental aquí.
  • Son generalmente progresivos: La mayoría de los procedimientos se aprenden de lo simple a lo complejo. Se construyen sobre habilidades previas. Por ejemplo, antes de aprender a resolver ecuaciones de segundo grado, el estudiante debe dominar las de primer grado. Esta progresión es clave en la planificación didáctica.
  • No siempre son visibles al principio: Muchos procedimientos son internos y cognitivos. Por ejemplo, el proceso mental para inferir el significado de una palabra por su contexto no es observable directamente. El docente debe usar estrategias como el pensamiento visible para hacer explícitos estos procesos mentales.
contenidos procedimentales

Cómo seleccionar contenidos procedimentales en tu planificación

Integrar los contenidos procedimentales en tu planificación no es añadir más trabajo, sino darle un nuevo enfoque a lo que ya haces. El secreto está en pensar en términos de habilidades y acciones, no solo de temas.

  1. Analiza tus objetivos de aprendizaje: Revisa los objetivos de aprendizaje de tu currículum escolar. La mayoría de ellos ya incluyen verbos de acción que delatan un procedimiento oculto. Si un objetivo dice “analizar”, “comparar”, “resolver”, “crear” o “evaluar”, te está pidiendo que enseñes un procedimiento. Estos objetivos están directamente ligados a la educación por competencias.

  2. Identifica las habilidades clave de tu área: Cada materia tiene sus propios “saber hacer”.

    • Matemáticas: resolver problemas, aplicar algoritmos, interpretar gráficos.
    • Ciencias: formular hipótesis, diseñar experimentos, registrar datos.
    • Lengua: redactar tipos de textos específicos, argumentar oralmente, analizar sintácticamente.
    • Ciencias Sociales: interpretar mapas, analizar fuentes, construir líneas de tiempo.
    • Arte: aplicar una técnica de pintura, leer una partitura, ejecutar un paso de baile.
  3. Sé explícito en tu planificación: No basta con poner “Resolver problemas”. Desglosa el procedimiento en una secuencia didáctica clara.

    • Objetivo de aprendizaje: Resolver problemas matemáticos aplicando la regla de tres simple.
    • Contenido conceptual: Qué es una proporción, qué es la regla de tres.
    • Contenido procedimental:
      1. Leer y comprender el enunciado del problema.
      2. Identificar las dos magnitudes y los tres datos conocidos.
      3. Plantear la proporción de forma ordenada.
      4. Aplicar el algoritmo (multiplicar en cruz y dividir).
      5. Interpretar el resultado y redactar la respuesta.

Al desglosarlo, te das cuenta de que no es una sola habilidad, sino una cadena de ellas. Esto te permite identificar dónde pueden surgir las dificultades y cómo apoyar a tus estudiantes.

Estrategias didácticas para enseñar contenidos procedimentales

Aquí está el corazón del asunto. No basta con explicar los pasos; hay que orquestar un proceso de aprendizaje activo. Estas estrategias, basadas en la teoría socioconstructivista, son tus mejores aliadas.

a. Modelado (Demostración paso a paso)

También conocido como “yo hago, tú miras”. El docente ejecuta el procedimiento completo, verbalizando en voz alta su proceso de pensamiento.

  • Cómo hacerlo: Si enseñas a analizar una oración, no te limites a dar la solución. Toma un marcador y di en voz alta: “Primero, busco el verbo, que es la acción. Aquí es ‘come’. Ahora me pregunto quién realiza esa acción… ‘El perro’. Entonces, ‘El perro’ es el sujeto. Lo marco así…”.
  • Por qué funciona: Reduce la carga cognitiva del estudiante. Le permite ver la secuencia, las decisiones y las estrategias de un experto en tiempo real. Es una demostración de las competencias docentes en acción.

b. Práctica guiada y práctica autónoma

Este es el “nosotros hacemos juntos, luego tú haces solo”.

  • Práctica guiada: Después del modelado, se resuelve un problema similar con toda la clase. El docente hace preguntas, pide sugerencias y guía al grupo para que apliquen los pasos juntos. Es una forma de aprendizaje cooperativo.
  • Práctica autónoma: Una vez que los estudiantes muestran confianza, se les da la oportunidad de practicar de forma individual o en parejas. Aquí es donde realmente consolidan la habilidad.

c. Andamiaje (Scaffolding)

El andamiaje consiste en proporcionar ayudas temporales que permiten al estudiante realizar una tarea que no podría hacer solo. Estas ayudas se retiran gradualmente a medida que el alumno gana autonomía. Es una aplicación directa del concepto de zona de desarrollo próximo.

  • Ejemplos de andamios:
    • Listas de cotejo (checklists) con los pasos del procedimiento.
    • Organizadores gráficos para estructurar la información.
    • Plantillas con inicios de frases para escribir un texto argumentativo (“En mi opinión…”, “Un argumento que apoya esto es…”, “Sin embargo…”).
    • Preguntas guía para analizar un problema.

d. Evaluación formativa constante

La enseñanza de procedimientos vive y respira gracias a la evaluación formativa. No puedes esperar al examen final para ver si un alumno sabe o no realizar un procedimiento. La clave es observar y corregir durante el proceso.

  • Cómo hacerlo: Camina por el aula mientras los estudiantes practican. Observa cómo lo hacen. Pregúntales: “¿Por qué has decidido hacer eso ahora?”, “¿Cuál crees que es el siguiente paso?”. Ofrece pistas, no soluciones. Esta es la esencia de una retroalimentación efectiva.
  • Por qué funciona: Detectas y corriges errores en el momento, antes de que se fosilicen. Evitas uno de los errores más comunes al evaluar: centrarse solo en el producto final sin entender el proceso que llevó a él.

e. Repetición significativa

La práctica hace al maestro, pero solo si la práctica tiene sentido. La repetición mecánica lleva al aburrimiento y a una comprensión superficial.

  • Cómo hacerlo: En lugar de 20 ejercicios idénticos, diseña actividades que requieran aplicar el mismo procedimiento en contextos diferentes y con niveles de complejidad crecientes. Si el procedimiento es “elaborar un gráfico de barras”, los alumnos pueden usarlo para representar los resultados de una encuesta de la clase, los datos del clima de su ciudad o la población de diferentes países.
  • Por qué funciona: La repetición en contextos variados ayuda a la generalización. El estudiante entiende que el procedimiento no es solo para “la clase de matemáticas”, sino una herramienta versátil para comprender y comunicar información. Este enfoque está en sintonía con las metodologías activas que buscan la transferencia del conocimiento.

Ejemplos de contenidos procedimentales por nivel y área

Para que estas ideas cobren vida, veamos ejemplos concretos que puedes adaptar a tu aula.

Educación inicial y primaria

En esta etapa, muchos contenidos procedimentales son fundamentales para el desarrollo de la autonomía y las bases académicas.

  • Motricidad fina: Atarse los cordones, usar tijeras correctamente siguiendo una línea, abrocharse los botones, moldear plastilina con una forma específica.
  • Matemáticas: Resolver sumas con llevadas, realizar restas pidiendo prestado, usar una regla para medir objetos, clasificar objetos por forma y color.
  • Lectoescritura: Trazar correctamente las letras, enseñar a leer siguiendo el renglón con el dedo, subrayar las ideas principales en un texto corto, buscar una palabra en el diccionario.
  • Ciencias: Seguir los pasos de una receta simple (como hacer una ensalada de frutas), regar una planta siguiendo instrucciones, registrar observaciones en una tabla simple.

Educación secundaria

Los procedimientos se vuelven más complejos y específicos de cada disciplina.

  • Ciencias Naturales: Elaborar una hipótesis, diseñar un experimento controlando variables, usar correctamente un microscopio, interpretar una tabla periódica.
  • Matemáticas: Resolver ecuaciones de segundo grado, usar el compás y la regla para construir figuras geométricas, interpretar funciones en un gráfico cartesiano, aplicar el teorema de Pitágoras.
  • Lengua y Literatura: Argumentar por escrito con coherencia y cohesión, analizar sintácticamente una oración compleja, identificar los tópicos literarios en una obra, realizar un comentario de texto.
  • Ciencias Sociales: Interpretar un mapa topográfico, analizar una fuente primaria distinguiendo hechos de opiniones, construir una línea de tiempo comparada, realizar búsquedas bibliográficas fiables en internet.

Áreas transversales

Estos procedimientos son habilidades para la vida, cruciales en cualquier nivel y materia.

  • Habilidades de comunicación: Realizar presentaciones orales efectivas (estructurar el discurso, usar apoyos visuales, manejar el tiempo).
  • Habilidades sociales: Trabajar en equipo con roles definidos, resolver conflictos entre alumnos mediante el diálogo, practicar la escucha activa.
  • Habilidades de estudio: Tomar notas de una clase o un texto, elaborar esquemas y mapas conceptuales, planificar un calendario de estudio, aplicar estrategias para fomentar la autonomía.

Evaluación de contenidos procedimentales

Evaluar un “saber hacer” requiere instrumentos de evaluación diferentes a los de un examen de conceptos. La evaluación auténtica es tu mejor aliada.

  • Observación directa y listas de cotejo: Mientras los estudiantes trabajan, puedes usar una lista de cotejo (checklist) con los pasos clave del procedimiento. Simplemente marcas si el alumno cumple o no con cada paso. Es rápido, objetivo y genial para la evaluación formativa.
  • Rúbricas: Las rúbricas de evaluación son la herramienta estrella. Describen los niveles de desempeño (novato, aprendiz, competente, experto) para cada uno de los pasos o criterios del procedimiento. Dan una retroalimentación muy detallada tanto a ti como al estudiante.
  • Evaluar tanto el proceso como el producto: No te fijes solo en el resultado final. Un problema matemático puede tener la respuesta correcta, pero el alumno pudo haber llegado a ella por casualidad o usando un método incorrecto. De igual forma, un resultado incorrecto puede deberse a un simple error de cálculo en un proceso por lo demás perfecto.
  • Diferenciar entre error conceptual y error de procedimiento: Es una distinción clave. ¿El estudiante no sabe qué es un verbo (error conceptual) o no sabe cómo encontrarlo en la oración (error de procedimiento)? Tu intervención será muy diferente en cada caso.
  • Definir criterios claros y observables: Los criterios de evaluación deben ser acciones que puedas ver.
    • Mal criterio: “Entiende cómo resolver ecuaciones”. (No es observable).
    • Buen criterio: “Sigue correctamente los pasos para despejar la incógnita en una ecuación de primer grado”. (Es observable).
    • Mal criterio: “Escribe bien”. (Es subjetivo).
    • Buen criterio: “Utiliza conectores lógicos adecuados para enlazar párrafos en un texto argumentativo”. (Es específico y observable).

La evaluación por competencias se nutre de esta forma de observar y valorar el desempeño real de los estudiantes.

Dificultades frecuentes y cómo resolverlas

Enseñar contenidos procedimentales tiene sus desafíos. Aquí te presentamos los más comunes y sus soluciones.

Dificultades frecuentes:

  1. Falta de claridad en la explicación: El docente asume que los pasos son obvios y no los desglosa lo suficiente.
  2. Exceso de verbalización sin práctica: Se dedica mucho tiempo a explicar la teoría del procedimiento, pero muy poco a que los alumnos lo ejecuten.
  3. Prácticas mecánicas sin sentido: Se proponen decenas de ejercicios repetitivos que no promueven la comprensión ni la transferencia.
  4. Poca retroalimentación del docente: El docente se limita a corregir el resultado final, sin dar pistas sobre los fallos en el proceso.

Soluciones prácticas:

  1. Secuenciar bien y modelar: Desglosa cualquier procedimiento en sus micropasos. Haz un modelado explícito, pensando en voz alta.
  2. Priorizar el “hacer”: Aplica la regla 20/80: 20% del tiempo para explicar y modelar, 80% para la práctica guiada y autónoma.
  3. Usar ejemplos variados: Diseña problemas y proyectos que apliquen el mismo procedimiento en contextos diversos y relevantes para los estudiantes.
  4. Adaptar la complejidad: Utiliza el andamiaje para apoyar a quienes lo necesitan y retira las ayudas gradualmente. No todos los alumnos avanzarán al mismo ritmo.
  5. Fomentar la metacognición: Anima a los estudiantes a reflexionar sobre su propio proceso. La autoevaluación y la coevaluación son herramientas poderosas para que tomen conciencia de cómo aprenden.

Relación con enfoques pedagógicos actuales

El foco en los contenidos procedimentales no es una moda pasajera, sino que está en el núcleo de las corrientes pedagógicas más innovadoras.

  • Enfoque por competencias: La educación por competencias se define como la capacidad de movilizar saberes (conceptuales, procedimentales y actitudinales) para resolver situaciones complejas. Los procedimientos son, por tanto, el componente de “acción” indispensable de toda competencia.
  • Metodologías activas: Enfoques como el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP), el aprendizaje-servicio o el aprendizaje basado en problemas se basan enteramente en el “saber hacer”. Los estudiantes deben investigar, planificar, crear, colaborar y comunicar, todos ellos procesos que requieren el dominio de múltiples contenidos procedimentales.
  • Evaluación formativa: Como hemos visto, la enseñanza de procedimientos es inseparable de la evaluación formativa. Observar cómo un alumno aplica una estrategia y ofrecerle retroalimentación para que la mejore es la esencia de este enfoque evaluativo que busca optimizar el aprendizaje, no solo certificarlo.

Enseñar contenidos procedimentales es mucho más que transmitir una lista de instrucciones. Es equipar a nuestros estudiantes con las herramientas mentales y físicas para actuar sobre el mundo. Es enseñarles a pensar de manera ordenada, a resolver problemas de forma estratégica y a aplicar el conocimiento de manera creativa y eficaz.

Cuando planificamos explícitamente el “cómo”, dejamos de ser meros transmisores de información y nos convertimos en verdaderos entrenadores de habilidades. Un contenido conceptual se puede olvidar, pero un procedimiento bien aprendido, practicado y comprendido se convierte en una habilidad para toda la vida, una auténtica herramienta para aprender a aprender.

La próxima vez que prepares tu clase, pregúntate: ¿qué quiero que mis alumnos sepan? Y, sobre todo, ¿qué quiero que sepan hacer? En la respuesta a esa segunda pregunta encontrarás la clave para un aprendizaje más profundo, útil y empoderador.

Glosario

  • Andamiaje (Scaffolding): Estrategia de apoyo temporal que el docente proporciona al estudiante para que pueda realizar una tarea que está más allá de sus capacidades actuales. Estas ayudas (como plantillas, preguntas guía o listas de cotejo) se retiran gradualmente a medida que el alumno gana autonomía.

  • Aprendizaje Significativo: Tipo de aprendizaje en el que un estudiante relaciona la nueva información con los conocimientos que ya posee. El nuevo conocimiento adquiere sentido y se integra de forma sólida en su estructura cognitiva, en lugar de ser memorizado de forma aislada.

  • Contenidos Actitudinales: Se refieren al “saber ser y convivir”. Engloban los valores, las normas y las actitudes que un estudiante desarrolla, como el respeto, la responsabilidad, el trabajo en equipo y el espíritu crítico.

  • Contenidos Conceptuales: Corresponden al “saber qué”. Incluyen los hechos, datos, definiciones, principios y teorías de una disciplina. Son el conocimiento teórico que el estudiante debe comprender y recordar.

  • Contenidos Procedimentales: Son el “saber hacer”. Consisten en un conjunto de acciones, habilidades, técnicas o estrategias ordenadas que se siguen para alcanzar un objetivo. Implican la ejecución de una tarea, ya sea física o mental.

  • Evaluación Formativa: Proceso de evaluación continuo que se realiza durante el proceso de enseñanza y aprendizaje. Su principal objetivo no es calificar, sino recoger información sobre el progreso del estudiante para ofrecerle retroalimentación y ajustar la enseñanza con el fin de mejorar su aprendizaje.

  • Metacognición: La capacidad de una persona para reflexionar sobre sus propios procesos de pensamiento. Implica ser consciente de cómo se aprende, planificar estrategias para abordar una tarea, supervisar la propia comprensión y evaluar los resultados del propio aprendizaje.

  • Modelado: Estrategia didáctica en la que el docente demuestra explícitamente cómo se realiza un procedimiento. Generalmente, implica “pensar en voz alta” para que los estudiantes no solo vean los pasos, sino que también comprendan el razonamiento que hay detrás de cada uno.

  • Rúbrica: Instrumento de evaluación que consiste en una matriz o tabla donde se especifican los criterios para evaluar una tarea y se describen los diferentes niveles de calidad o desempeño para cada criterio (por ejemplo, de “novato” a “experto”). Permite una evaluación más objetiva y una retroalimentación más detallada.

  • Saber Hacer: Expresión que se utiliza como sinónimo del dominio de los contenidos procedimentales. Representa la capacidad de una persona para aplicar sus conocimientos de manera práctica y efectiva en la resolución de tareas o problemas.

  • Secuencia Didáctica: Conjunto de actividades de aprendizaje y evaluación, estructuradas y articuladas entre sí, que se diseñan para alcanzar uno o varios objetivos de aprendizaje específicos. Tiene un inicio, un desarrollo y un cierre.

  • Zona de Desarrollo Próximo (ZDP): Concepto clave de la teoría socioconstructivista de Vygotsky. Se refiere al espacio entre lo que un estudiante puede hacer de forma independiente y lo que puede lograr con la guía de un adulto o la colaboración de compañeros más capaces. El andamiaje opera dentro de esta zona.

Preguntas Frecuentes (FAQ)

1. ¿Un procedimiento es siempre una secuencia de pasos fijos?
No necesariamente. Existen los algoritmos (pasos fijos que garantizan una solución, como en una división) y las estrategias o heurísticos (pasos más flexibles y adaptables que orientan la resolución de un problema, como las estrategias de comprensión lectora). Ambos son contenidos procedimentales.

2. ¿Cómo puedo enseñar un procedimiento que es puramente mental, como “analizar críticamente”?
A través del modelado con pensamiento en voz alta y el uso de rutinas de pensamiento visible. Puedes usar organizadores gráficos que ayuden a los estudiantes a estructurar sus ideas (por ejemplo, una tabla para separar hechos de opiniones) y fomentar debates donde deban justificar sus análisis. La clave es hacer explícito el proceso interno.

3. ¿Es posible enseñar contenidos procedimentales en todas las materias?
Absolutamente. Todas las disciplinas, desde la educación física (aprender una técnica deportiva) hasta la filosofía (construir un argumento lógico), tienen sus propios “saber hacer”. Identificarlos es el primer paso para una enseñanza más completa.

4. ¿Qué hago si mis estudiantes siguen los pasos pero no entienden por qué lo hacen?
Ese es el riesgo de la práctica mecánica. Para evitarlo, conecta siempre el procedimiento con su propósito y con los contenidos conceptuales subyacentes. Pregúntales: “¿Por qué hacemos este paso ahora?”, “¿Qué pasaría si nos lo saltáramos?”. Fomenta la metacognición para que no solo ejecuten, sino que comprendan el porqué de cada acción.

5. ¿Cuánto tiempo se debe dedicar a enseñar un solo procedimiento?
Depende de la complejidad del procedimiento y del nivel de los estudiantes. El dominio no se logra en una sola clase. La enseñanza de contenidos procedimentales debe ser un proceso continuo y en espiral: se introduce, se practica, se refina y se vuelve a aplicar en contextos más complejos a lo largo del año escolar.

Bibliografía

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  • Perkins, D. (1995). La escuela inteligente: Del adiestramiento de la memoria a la educación de la mente. Editorial Gedisa.
  • Brookhart, S. M. (2013). How to create and use rubrics for formative assessment and grading. ASCD.
  • Valls, E. (1993). Los procedimientos: aprendizaje, enseñanza y evaluación. Editorial Horsori.

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