¿Alguna vez has preparado una clase con esmero, la has explicado con claridad y has visto cómo tus estudiantes parecían comprenderlo todo, solo para descubrir una semana después que la mayoría ha olvidado los conceptos clave? No es un fallo tuyo ni de ellos; es el funcionamiento natural del cerebro. Este fenómeno tiene un nombre y una explicación científica: la curva del olvido y repaso inteligente es la combinación de conceptos que nos ayuda a entender por qué olvidamos y, más importante aún, cómo podemos vencer esa tendencia. Este artículo no solo explora la ciencia detrás de la memoria, sino que te ofrece estrategias prácticas y basadas en la evidencia para transformar la manera en que tus alumnos aprenden y retienen el conocimiento a largo plazo.
Qué vas a encontrar en este artículo
Origen del concepto: Hermann Ebbinghaus, el pionero de la memoria
Para entender el presente, a menudo debemos mirar al pasado. A finales del siglo XIX, un filósofo y psicólogo alemán llamado Hermann Ebbinghaus se hizo una pregunta que cambiaría nuestra comprensión del aprendizaje: ¿cómo medimos el olvido? En una época donde la psicología se basaba mayormente en la introspección, Ebbinghaus adoptó un enfoque rigurosamente científico.
Él mismo fue su único sujeto de estudio. Durante años, se dedicó a memorizar listas de sílabas sin sentido (como “ZOF,” “KEB” o “WUX”). Eligió sílabas sin significado para asegurarse de que el conocimiento previo o las asociaciones emocionales no interfirieran con los resultados. Su método era simple pero metódico: leía una lista a un ritmo constante y luego intentaba recordarla. Medía cuánto tiempo tardaba en memorizarla perfectamente y, después, cuánto tiempo le llevaba reaprender la misma lista tras diferentes intervalos: 20 minutos, una hora, un día, una semana.
Sus conclusiones fueron revolucionarias. Descubrió que el olvido no es lineal, sino exponencial. Olvidamos una cantidad enorme de información muy rápidamente después de aprenderla, y luego el ritmo de olvido se ralentiza. Este descubrimiento dio lugar a un gráfico que hoy conocemos como la “curva del olvido”. Ebbinghaus demostró que la memoria no era un arcón misterioso, sino un proceso medible y, por lo tanto, mejorable.

¿Qué es exactamente la curva del olvido?
La curva del olvido es una representación gráfica que muestra cómo la información se pierde con el tiempo cuando no hacemos ningún esfuerzo por retenerla. Imagina que tus estudiantes aprenden un concepto nuevo hoy y alcanzan un 100 % de comprensión. La curva de Ebbinghaus predice lo siguiente:
- En los primeros 20 minutos: La retención puede caer a cerca del 60 %.
- En la primera hora: La retención baja a menos del 50 %.
- Al final del primer día: Se puede haber olvidado hasta el 70 % de la información.
- Después de una semana: La retención podría ser inferior al 25 %.
La forma de la curva es un descenso muy pronunciado al principio, que se va suavizando con el tiempo. Es una visualización impactante del desafío al que nos enfrentamos en la educación. No basta con enseñar; debemos enseñar a recordar.
Factores que afectan la curva del olvido
La curva no es idéntica para todos ni para todo tipo de información. Varios factores pueden aplanarla (frenar el olvido) o hacerla aún más pronunciada (acelerarlo):
- Dificultad del material: Los conceptos complejos y abstractos se olvidan más rápido que los simples y concretos.
- Significatividad: La información que se conecta con los saberes previos del estudiante y tiene relevancia para su vida (un aprendizaje significativo) se retiene mucho mejor.
- Forma de presentación: Un contenido presentado de manera clara, estructurada y multisensorial es más fácil de recordar.
- Estado fisiológico y emocional: El estrés, la falta de sueño y la ansiedad aceleran el olvido, mientras que un estado de calma y curiosidad lo frena. El cerebro emocional juega un papel fundamental.
La ciencia detrás de la memoria y el olvido
Para combatir el olvido, es útil entender cómo funciona la memoria. Lejos de ser un simple archivo, la memoria es un proceso biológico activo y dinámico que involucra la creación y el fortalecimiento de conexiones neuronales. La neuroeducación nos ofrece una ventana a estos mecanismos.
El proceso de memorización se divide en tres etapas principales:
- Codificación: Es el primer paso. Cuando recibimos nueva información, nuestro cerebro la procesa y la convierte en un código neuronal. La calidad de la codificación es fundamental. Si un estudiante está distraído o no comprende el material, la codificación será débil y el recuerdo, casi imposible. Una buena atención y concentración son indispensables aquí.
- Almacenamiento (Consolidación): Una vez codificada, la información se almacena. Este proceso no es instantáneo. El cerebro necesita tiempo para consolidar los recuerdos, pasando de un estado frágil en la memoria a corto plazo a uno más estable en la memoria a largo plazo. Aquí es donde el sueño juega un papel protagonista. Durante el sueño profundo, el cerebro reactiva y fortalece las conexiones neuronales de lo aprendido durante el día, un proceso clave para la plasticidad cerebral.
- Recuperación: Es el acto de acceder a la información almacenada cuando la necesitamos. A veces, la información está ahí, pero no podemos encontrar el “camino” para llegar a ella. Un recuerdo es tan útil como nuestra capacidad para recuperarlo.
El olvido puede ocurrir en cualquiera de estas etapas. Una codificación pobre, una consolidación interrumpida o una ruta de recuperación débil llevan al mismo resultado: la incapacidad de recordar.

Repaso inteligente: la clave para vencer la curva del olvido
Si la curva del olvido es el problema, el repaso inteligente es la solución. Ebbinghaus no solo describió el problema, sino que también descubrió su antídoto. Se dio cuenta de que cada vez que revisaba una de sus listas de sílabas, la tasa de olvido disminuía. La curva se aplanaba con cada repaso.
Esto nos lleva al concepto de repaso espaciado, la base del repaso inteligente.
¿Qué es el repaso espaciado?
El repaso espaciado es una técnica de aprendizaje que consiste en revisar la información a intervalos de tiempo crecientes. En lugar de estudiar un tema intensamente en una sola sesión (repaso masivo o cramming), se distribuyen las sesiones de repaso a lo largo del tiempo.
- Repaso masivo (el método ineficaz): Estudiar un tema durante tres horas seguidas el día antes del examen. La información se almacena en la memoria a corto plazo y se olvida rápidamente después de la prueba.
- Repaso espaciado (el método eficaz): Estudiar el mismo tema durante 30 minutos el primer día, repasarlo durante 15 minutos al día siguiente, luego 10 minutos tres días después, y finalmente 5 minutos una semana más tarde.
¿Por qué funciona a nivel neuronal?
Cada vez que recuperamos un recuerdo, la conexión neuronal que lo codifica se fortalece. El acto de casi olvidar algo y luego esforzarse por recordarlo envía una señal poderosa al cerebro: “¡Esto es importante, no lo borres!”. Este esfuerzo de recuperación hace que la mielinización de las vías neuronales sea más robusta, lo que facilita el acceso a esa información en el futuro. El repaso espaciado interrumpe la curva del olvido justo cuando está a punto de caer, reiniciándola desde un punto más alto cada vez. Con cada repaso espaciado, la curva se aplana más y más, llevando la información a la memoria a largo plazo de forma duradera.
Estrategias prácticas basadas en ciencia para el aula
Como docente, tu objetivo es fomentar un aprendizaje duradero. Aquí te presentamos cinco estrategias basadas en la curva del olvido y repaso inteligente que puedes integrar en tu planificación didáctica.
1. Repaso espaciado con intervalos crecientes
- Explicación científica: Como vimos, revisar la información a intervalos crecientes (por ejemplo, después de 1 día, 3 días, 1 semana, 1 mes) obliga al cerebro a reconstruir la ruta de la memoria, fortaleciéndola cada vez más.
- Ejemplo de aplicación: Al introducir un nuevo concepto, como los tipos de textos, no lo dejes atrás al pasar al siguiente tema. Planifica breves actividades de repaso:
- Día 1: Enseñar el concepto.
- Día 2: Comenzar la clase con una pregunta rápida de 2 minutos sobre lo visto el día anterior.
- Día 5: Incluir una actividad corta (un juego, un párrafo para clasificar) sobre ese mismo concepto.
- Semana 3: Integrar el concepto en un proyecto interdisciplinario más amplio.
2. Práctica de recuperación activa (autoexámenes)
- Explicación científica: La práctica de recuperación (en inglés, retrieval practice) consiste en intentar recordar activamente la información sin mirar los apuntes. Este acto de “sacar” información del cerebro es mucho más potente para la memoria que simplemente “meter” información (releer o subrayar).
- Ejemplo de aplicación: En lugar de pedir a los alumnos que “repase el capítulo 5”, anímalos a que:
- Cierren el libro y escriban todo lo que recuerdan sobre el tema.
- Hagan “brain dumps” (volcados de cerebro): Al final de la semana, dedica 10 minutos para que escriban en una hoja todo lo que aprendieron.
- Utilicen cuestionarios de bajo impacto: Pequeños quizzes sin calificación o usando plataformas como Kahoot! no para evaluar, sino como herramientas de práctica. Esta es una forma excelente de evaluación formativa.
3. Intercalado de temas (interleaving)
- Explicación científica: En lugar de estudiar un tema en bloque antes de pasar al siguiente (práctica en bloque), el intercalado mezcla la práctica de diferentes temas o habilidades. Esto obliga al cerebro a discriminar constantemente qué estrategia o información aplicar, creando una comprensión más profunda y flexible.
- Ejemplo de aplicación: En una clase de matemáticas, en lugar de hacer 20 problemas de suma, luego 20 de resta y 20 de multiplicación, crea una hoja de trabajo con los problemas mezclados. El estudiante no podrá operar en “piloto automático” y deberá pensar activamente qué operación usar en cada caso. Esto es aplicable a casi cualquier materia, desde identificar tópicos literarios en diferentes poemas hasta diferenciar conceptos en ciencias.
4. Uso de mnemotecnias y asociaciones
- Explicación científica: Nuestro cerebro recuerda mejor las cosas que tienen significado o están conectadas a algo que ya conocemos. Las mnemotecnias (acrónimos, rimas, historias) crean “ganchos” artificiales para colgar la nueva información, facilitando su codificación y recuperación.
- Ejemplo de aplicación:
- Acrónimos: Para recordar los planetas del sistema solar (Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno), se puede usar una frase como “Mi Vieja Tía María Jamás Supo Usar Números”.
- Visualizaciones: Para explicar el ciclo del agua, pide a los estudiantes que imaginen que son una gota de agua y narren su viaje desde el océano hasta las nubes y de regreso. Esta técnica es muy útil en la enseñanza multisensorial.
5. Enseñar a otros lo aprendido (el efecto protegido)
- Explicación científica: Cuando un estudiante se prepara para enseñar un concepto a otra persona, su cerebro organiza la información de una manera más lógica y coherente. El acto de explicarlo en voz alta revela lagunas en su propia comprensión y solidifica el conocimiento.
- Ejemplo de aplicación: Fomenta el aprendizaje cooperativo. Agrupa a los estudiantes y asigna a cada uno una parte de un tema para que se la explique a los demás. La estrategia “rompecabezas” (jigsaw) es ideal para esto. También puedes pedirles que creen un video corto, un podcast o un folleto explicando un concepto para un público más joven.
Herramientas y recursos para aplicar el repaso inteligente
Afortunadamente, hoy en día existen numerosas herramientas, tanto digitales como analógicas, que facilitan la implementación del repaso espaciado y la práctica de recuperación.
Aplicaciones y plataformas digitales
- Anki: Es una de las herramientas más potentes y populares. Utiliza un algoritmo de repetición espaciada (SRS) para mostrarte tarjetas de memoria (flashcards) justo antes de que estés a punto de olvidarlas. Es altamente personalizable y gratuito, ideal para estudiantes de secundaria y superiores que necesitan memorizar grandes cantidades de vocabulario, fórmulas o fechas.
- Quizlet: Más amigable y visual que Anki. Permite crear tarjetas de memoria, pero también incluye juegos y pruebas para practicar la recuperación de forma activa. Su función “Aprender” también incorpora un sistema de repaso espaciado.
- RemNote / Obsidian: Son herramientas de toma de notas que integran la creación de flashcards directamente desde los apuntes. Esto permite a los estudiantes convertir sus notas en material de estudio activo de manera fluida, cerrando el círculo entre aprender y repasar.
Plantillas de planificación de estudio
Como docente, puedes proporcionar a tus estudiantes plantillas simples para que planifiquen sus repasos. Una tabla con columnas para “Tema”, “Fecha de aprendizaje”, “Repaso 1 (1 día)”, “Repaso 2 (3 días)”, “Repaso 3 (1 semana)” puede ayudarles a visualizar y comprometerse con el proceso.
Métodos analógicos: el poder de lo tangible
No todo tiene que ser digital. Las herramientas clásicas siguen siendo increíblemente efectivas:
- Sistema de Leitner: Es un método para usar tarjetas de memoria físicas. Se utilizan varias cajas (o montones). Las tarjetas que se aciertan avanzan a la siguiente caja (que se repasa con menos frecuencia), y las que se fallan retroceden a la primera (que se repasa a diario). Es la implementación manual de un algoritmo de repaso espaciado.
- Diarios de repaso o cuadernos de errores: Anima a los estudiantes a llevar un cuaderno donde anoten no solo lo que aprendieron, sino también las preguntas que fallaron en los autoexámenes. Revisar este cuaderno periódicamente es una forma muy efectiva de centrarse en las áreas más débiles.
Aplicaciones en el aula: recursos para el docente
Integrar estos principios no tiene por qué significar una revisión completa de tu currículum escolar. Se trata de pequeños cambios estratégicos en tu práctica diaria.
- Diseña “entradas” y “salidas” de clase:
- Entradas (Do Nows): Comienza cada clase con 2-3 preguntas rápidas sobre conceptos de días o semanas anteriores. Esto activa el conocimiento previo y funciona como un repaso espaciado.
- Salidas (Exit Tickets): Termina la clase pidiendo a los estudiantes que respondan en una pequeña nota a una pregunta como: “¿Qué fue lo más importante que aprendiste hoy?” o “¿Qué concepto de la semana pasada todavía te confunde?”. Esto fomenta la recuperación y te da una valiosa retroalimentación efectiva.
- Integra la práctica de recuperación en la evaluación:
- Utiliza cuestionarios frecuentes y de bajo riesgo. El objetivo no es la calificación, sino la práctica.
- Diseña tareas que requieran aplicar conocimientos de unidades anteriores. Por ejemplo, en un ensayo de historia, pide que conecten el evento actual con uno estudiado dos meses antes.
- Tareas acumulativas:
- En lugar de que las tareas semanales se centren solo en el contenido de esa semana, incluye siempre un porcentaje de preguntas sobre temas anteriores. Esto normaliza el repaso continuo y combate la idea de “aprender y olvidar”. Tu estrategia didáctica debe contemplar esta acumulación.
Errores comunes que sabotean el aprendizaje a largo plazo
Adoptar estas técnicas a menudo implica desaprender viejos hábitos. Como docente, es fundamental que ayudes a tus estudiantes a identificar y abandonar estas prácticas ineficaces que, con frecuencia, se disfrazan de estudio productivo.
Confundir la familiaridad con el conocimiento (el error de solo releer y subrayar)
Esta es la trampa más común. Cuando un estudiante relee sus apuntes o un capítulo del libro varias veces, el material le resulta cada vez más familiar. Su cerebro piensa: “Ah, sí, esto lo reconozco”. Pero reconocer no es lo mismo que recordar. Es una falsa sensación de seguridad, conocida en psicología cognitiva como la “ilusión de fluidez”. La relectura es una actividad pasiva que no construye las conexiones neuronales fuertes necesarias para recuperar la información desde cero. La solución es transformar lo pasivo en activo: en lugar de releer, los estudiantes deben cerrar el libro y preguntarse: “¿Qué acabo de leer? ¿Puedo explicarlo con mis propias palabras?”.La trampa del estudio masivo (el “atracón” o cramming)
Todos conocemos la escena: la noche antes del examen, el estudiante intenta memorizar semanas de contenido en unas pocas horas. Este método es el enemigo directo del repaso espaciado. El cramming carga la información en la memoria de trabajo, que es volátil y tiene una capacidad muy limitada. Puede que sirva para aprobar un examen al día siguiente, pero casi toda esa información se desvanecerá poco después, dejando una base de conocimiento muy débil para futuros aprendizajes. Es como intentar llenar una botella con una manguera a presión; la mayor parte del agua se derrama. Un aprendizaje duradero se construye con sesiones cortas y distribuidas en el tiempo.Aprender en “modo pasivo” sin autoevaluarse
Muchos estudiantes consumen información sin detenerse a verificar si la están asimilando de verdad. Asisten a clase, leen los materiales y asumen que el conocimiento se está transfiriendo por ósmosis. Sin embargo, no se dan cuenta de sus lagunas de comprensión hasta que se enfrentan a la evaluación formal, cuando ya es tarde. Anima a tus alumnos a que se hagan pruebas a sí mismos constantemente. Pueden usar tarjetas, explicarle el tema a un compañero o hacerse preguntas al final de cada sección. Descubrir un error durante el estudio es una oportunidad, no un fracaso. Es una valiosa guía que les dice exactamente en qué necesitan centrarse y les enseña la importancia del papel del error en el aprendizaje.
Evidencia científica reciente que respalda estas ideas
La investigación de Hermann Ebbinghaus sentó las bases hace más de un siglo, pero la ciencia moderna ha confirmado y ampliado sus hallazgos de manera contundente. Gracias a las tecnologías de neuroimagen como la resonancia magnética funcional (fMRI), los científicos pueden observar el cerebro en acción mientras aprende y recuerda.
Estudios recientes han demostrado que:
- La práctica de recuperación activa diferentes áreas del cerebro que la relectura pasiva. Cuando un estudiante intenta recordar algo, se activan regiones como el hipocampo y el córtex prefrontal, áreas cruciales para la consolidación y organización de la memoria. Releer, en cambio, provoca una actividad cerebral mucho menos intensa.
- El repaso espaciado promueve la neuroplasticidad. Cada vez que se recupera un recuerdo de forma espaciada, las sinapsis (conexiones entre neuronas) se vuelven más fuertes y eficientes. Es el equivalente neuronal a fortalecer un músculo con el ejercicio. Investigaciones en el campo de la neurociencia para planificar clases respaldan la integración de estos intervalos como parte del diseño de la instrucción.
- Su eficacia es universal. La efectividad de la curva del olvido y repaso inteligente se ha probado en una amplia gama de contextos: desde niños de primaria aprendiendo vocabulario, hasta estudiantes de medicina memorizando anatomía o pilotos entrenando procedimientos de emergencia. Funciona con diferentes tipos de contenidos curriculares, ya sean conceptuales, procedimentales o factuales.
Estas técnicas no son simplemente “trucos” de estudio; son métodos de aprendizaje que se alinean directamente con la arquitectura biológica de nuestro cerebro. El rol del docente hoy incluye ser un facilitador del aprendizaje que entiende estos principios y los integra para potenciar la retención de sus alumnos.
El olvido es una parte natural e inevitable del aprendizaje. La curva de Ebbinghaus no es una sentencia, sino un diagnóstico. Nos muestra cómo funciona nuestro cerebro por defecto. La verdadera lección de su trabajo no es que olvidamos, sino que tenemos el poder de controlar cómo y cuánto olvidamos.
La combinación de la curva del olvido y repaso inteligente nos ofrece un mapa claro y basado en la ciencia para construir un conocimiento sólido y duradero. Al pasar de estrategias pasivas como la relectura a métodos activos como la recuperación espaciada y el intercalado, no solo ayudamos a nuestros estudiantes a obtener mejores calificaciones, sino que les estamos equipando con las herramientas para convertirse en aprendices de por vida.
Como educadores, nuestro objetivo final no es que los alumnos memoricen datos para un examen, sino que internalicen conceptos que puedan aplicar y conectar en el futuro. Adoptar estos hábitos de estudio inteligentes en nuestra cultura escolar es uno de los pasos más importantes que podemos dar para lograr un aprendizaje verdaderamente profundo y significativo. La ciencia nos muestra el camino; a nosotros nos corresponde ponerlo en práctica.
Glosario
- Curva del Olvido: Representación gráfica que muestra la rapidez con la que se pierde la información memorizada a lo largo del tiempo si no se realiza ningún esfuerzo por retenerla.
- Repaso Espaciado (Spaced Repetition): Técnica de aprendizaje que consiste en revisar la información a intervalos de tiempo cada vez más largos para fortalecer la memoria a largo plazo.
- Práctica de Recuperación (Retrieval Practice): Estrategia de estudio basada en el acto de intentar recordar activamente la información desde la memoria, en lugar de consultarla pasivamente. También se conoce como “efecto de prueba”.
- Intercalado (Interleaving): Método de estudio que consiste en mezclar diferentes temas o tipos de problemas durante una sesión de práctica, en lugar de estudiarlos en bloques separados.
- Mnemotecnia: Herramienta de memorización que ayuda a recordar información compleja mediante asociaciones, como acrónimos, rimas o imágenes mentales.
- Codificación: Proceso inicial de la memoria mediante el cual la información sensorial se transforma en un formato que el cerebro puede almacenar.
- Consolidación: Proceso neurobiológico por el cual un recuerdo a corto plazo se estabiliza y se convierte en un recuerdo a largo plazo. Ocurre principalmente durante el sueño.
- Neuroplasticidad: Capacidad del cerebro para reorganizarse y formar nuevas conexiones neuronales a lo largo de la vida, fundamentalmente como resultado de la experiencia y el aprendizaje.
Preguntas Frecuentes (FAQ)
1. Esto suena a mucho trabajo extra. ¿Cómo puedo implementarlo sin rediseñar todo mi curso?
No necesitas cambiar todo de golpe. Empieza con pequeños pasos. Introduce “entradas” de 2 minutos al inicio de la clase con preguntas sobre temas de la semana anterior. Utiliza “salidas” al final para que los alumnos resuman lo aprendido. Estos pequeños actos de recuperación espaciada, integrados en tu rutina, ya marcan una gran diferencia.
2. ¿Con qué frecuencia exacta debo programar los repasos?
No hay una fórmula mágica que sirva para todos, pero la regla general es usar intervalos crecientes. Un buen punto de partida puede ser: 1 día después, 3 días después, 1 semana después, y luego 1 mes después. Lo más importante es que el repaso ocurra cuando el recuerdo ha empezado a desvanecerse, pero no se ha perdido del todo.
3. ¿Esta metodología funciona para todas las asignaturas y edades?
Sí, su versatilidad es una de sus mayores fortalezas. En matemáticas, se puede usar para recordar fórmulas y procedimientos. En historia, para fechas y conceptos. En artes, para teoría musical o historia del arte. Se puede adaptar el contenido para estudiantes de primaria usando juegos de tarjetas, y para universitarios usando sistemas digitales complejos como Anki.
4. ¿Qué hago si mis estudiantes se frustran al no poder recordar la información?
Es crucial enmarcar este desafío como algo positivo. Explícales que ese esfuerzo mental, esa “dificultad deseable”, es precisamente lo que fortalece la memoria. Fomenta una mentalidad de crecimiento donde el esfuerzo y el papel del error en el aprendizaje se vean como partes esenciales del proceso, no como fracasos.
5. Entonces, ¿releer y subrayar son completamente inútiles?
No completamente, pero su utilidad es muy limitada. Pueden ser un buen primer paso para familiarizarse con un texto nuevo e identificar las ideas principales. El problema surge cuando los estudiantes los usan como su única o principal estrategia de estudio. Deben ser el aperitivo, no el plato principal. El verdadero aprendizaje ocurre con la práctica de recuperación activa.
Bibliografía
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- Oakley, Barbara. (2015). Una mente para los números: Cómo sobresalir en matemáticas y ciencias (incluso si reprobaste álgebra). RBA Libros.
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- Guillén, Jesús C. (2017). Neuroeducación en el aula: De la teoría a la práctica. CreateSpace Independent Publishing Platform.
- Carey, Benedict. (2015). How We Learn: The Surprising Truth About When, Where, and Why It Happens. Random House. (Traducido como Aprendizaje: Descubre las claves para aprender de forma efectiva).
- Hattie, John. (2017). Aprendizaje visible para profesores: Maximizando el impacto en el aprendizaje. Ediciones Paraninfo.
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