A finales del siglo XIX, Francia era una nación en busca de su alma. Las revoluciones habían derribado el trono y el altar, los dos pilares que durante siglos habían mantenido unida a la sociedad. En medio de esta incertidumbre, mientras la industrialización transformaba las ciudades y la ciencia desafiaba la fe, un pensador riguroso llamado Émile Durkheim planteó una pregunta fundamental: ¿qué puede mantener unida a una sociedad moderna, compleja y diversa? Su respuesta fue tan audaz como profética: la educación. Para él, la escuela pública, laica y republicana debía convertirse en la nueva iglesia de la nación, el crisol donde se forjarían los ciudadanos y se cimentaría la cohesión social.
Este artículo explora en profundidad la educación de Durkheim, el enfoque que fundó la sociología de la educación. Analizaremos su vida y el turbulento contexto histórico que moldeó su pensamiento. Desglosaremos sus conceptos teóricos clave, como el “hecho social” y los tipos de “solidaridad”. Veremos cómo, para Durkheim, la escuela es la principal herramienta para transmitir una moral colectiva y garantizar la integración de cada individuo en el todo social. Finalmente, examinaremos su legado, sus aplicaciones en Hispanoamérica y las críticas que nos obligan a repensar su vigencia en el siglo XXI.
Qué vas a encontrar en este artículo
Contexto Histórico y Biografía de Durkheim
Para entender la sociología de Émile Durkheim (1858-1917), es imposible separarla del proyecto de la Tercera República Francesa. Su obra no fue un mero ejercicio académico; fue una respuesta directa a las urgentes necesidades políticas y sociales de su tiempo.
Orígenes y Formación Inicial
Nacido en Épinal, en el seno de una devota familia judía, Durkheim estaba destinado a ser rabino. Sin embargo, su brillantez académica lo llevó a la prestigiosa Escuela Normal Superior de París, donde se distanció de la fe religiosa pero nunca perdió la fascinación por el poder de la moral y los rituales para unir a las comunidades.
Formado en la tradición del positivismo de Auguste Comte, Durkheim creía firmemente que la sociedad podía y debía ser estudiada con el mismo rigor científico que la naturaleza. Su objetivo era establecer la sociología como una ciencia autónoma, con su propio objeto de estudio y su propio método. Tras enseñar filosofía en varios liceos, obtuvo la primera cátedra de sociología y pedagogía de Francia, primero en Burdeos y luego en la Sorbona de París, consolidando su posición como una de las mentes más influyentes de su generación.
Evolución de su Pensamiento Sociológico
La obra de Durkheim es un intento constante de diagnosticar los males de la sociedad moderna y proponer remedios. En libros como “La división del trabajo social” y “El suicidio”, argumentó que la rápida industrialización y el individualismo creciente estaban erosionando los lazos sociales tradicionales, dejando a las personas en un estado de anomia: una peligrosa falta de normas y de sentido de pertenencia.
Fue en este contexto que escribió obras como “Educación y Sociología” y “La educación moral”. Para él, si la religión y los gremios ya no podían unir a la sociedad, era el Estado, a través del sistema educativo, el que debía asumir esa función vital. La escuela no era, para Durkheim, un lugar para el desarrollo personal o la adquisición de conocimientos abstractos, sino la institución social por excelencia, encargada de una misión sagrada: crear una conciencia colectiva y asegurar la supervivencia de la nación.

Fundamentos Teóricos de la Educación en Durkheim
La perspectiva de Durkheim sobre la educación es radicalmente sociológica. La despoja de toda consideración individualista para analizarla como un fenómeno puramente social, regido por leyes que trascienden al individuo.
Educación como Hecho Social y Socialización
El concepto central de la sociología durkheimiana es el de “hecho social”. Los hechos sociales son “maneras de actuar, de pensar y de sentir, exteriores al individuo, y que están dotadas de un poder de coacción en virtud del cual se le imponen”. El lenguaje que hablamos, la moneda que usamos o las leyes que obedecemos no son invenciones personales; son realidades sociales que nos preexisten y nos moldean.
Para Durkheim, la educación es el hecho social por antonomasia. Es la acción ejercida por las generaciones adultas sobre las que todavía no están maduras para la vida social. Su finalidad es suscitar y desarrollar en el niño un cierto número de estados físicos, intelectuales y morales que le exigen la sociedad política en su conjunto y el medio especial al que está particularmente destinado.
En otras palabras, la educación es el principal mecanismo de socialización escolar. Su función no es “sacar” algo del interior del niño, sino “introducir” en él las normas, valores y creencias de su sociedad. A través de la educación, el individuo biológico, egoísta y asocial, se convierte en un ser social, capaz de vivir en comunidad. Es el proceso que asegura que cada nueva generación no tenga que empezar de cero, garantizando la continuidad y la homogeneidad de la vida colectiva.
Cohesión Social y Tipos de Solidaridad
La gran preocupación de Durkheim era la cohesión social: ¿qué es lo que mantiene unida a una sociedad? Su respuesta varía según el tipo de sociedad.
Solidaridad Mecánica: Propia de las sociedades tradicionales y preindustriales. En ellas, los individuos son muy similares entre sí; comparten las mismas creencias, valores y trabajos. La cohesión se basa en la semejanza. La conciencia colectiva es fuerte y envuelve casi por completo a la conciencia individual. La educación en estas sociedades es difusa y busca reproducir la tradición de manera idéntica.
Solidaridad Orgánica: Característica de las sociedades modernas, industriales y complejas. La cohesión aquí no se basa en la similitud, sino en la diferencia y la interdependencia. La alta división del trabajo social hace que cada individuo sea un especialista (médico, ingeniero, obrero, artista) y dependa de los demás para sobrevivir, como los órganos de un cuerpo.
El gran desafío de la modernidad es cómo mantener la unidad en medio de esta creciente diversidad. Aquí es donde la educación de Durkheim adquiere su rol crucial. La escuela moderna debe cumplir una doble función aparentemente contradictoria: por un lado, inculcar una base de valores y conocimientos comunes a todos los ciudadanos para crear un sentimiento de pertenencia (homogeneidad); por otro, preparar a los individuos para ocupar roles especializados y diferentes en la sociedad (diferenciación).
Principios Educativos y su Rol en la Cohesión Social
Para Durkheim, la escuela no es un espacio neutro. Es un agente moralizador activo, una maquinaria diseñada para inculcar en los niños las disposiciones que la sociedad necesita.
Formación Moral y Transmisión de Valores
Con el declive de la religión, Durkheim vio la necesidad de una moral laica, basada en la razón y en el respeto a la sociedad misma. La escuela es el “templo” donde se debe impartir esta nueva moral. Sus tres elementos fundamentales son:
El Espíritu de Disciplina: Es la base de toda moralidad. La disciplina no es un castigo, sino la adquisición de la regularidad y la autoridad de la norma. A través de horarios, reglas y deberes, el niño aprende a controlar sus impulsos egoístas y a actuar según principios impersonales. Es la base del autocontrol.
La Adhesión a los Grupos Sociales: El niño debe aprender a amar a la sociedad. La moralidad es altruismo, es actuar por el bien del grupo. La escuela enseña esto haciendo que el niño se sienta parte de una comunidad (su clase, su escuela) y, por extensión, de la gran comunidad que es la nación.
La Autonomía de la Voluntad: Este es el elemento más moderno. No se trata de obedecer ciegamente, sino de comprender racionalmente por qué las normas son necesarias y adherirse a ellas por convicción. Una moral laica exige una obediencia ilustrada.
El rol del docente, en este esquema, es el de un “sacerdote” de esta moral laica, el representante de la sociedad ante el niño.
El Papel de la Escuela en la Integración Social
La escuela es la principal institución social encargada de la integración. Actúa como un puente entre la familia (un mundo basado en el afecto y lo particular) y la sociedad en general (un mundo basado en la impersonalidad y las reglas universales).
En la escuela, el niño aprende a ser tratado no como el “hijo de”, sino como un alumno más, igual a los demás ante la ley. Aprende a cooperar con extraños y a ser evaluado por sus méritos. Se le inculcan las normas de convivencia que rigen la vida en una sociedad compleja. Al enseñar una lengua, una historia y unos símbolos nacionales comunes, la escuela crea la homogeneidad cultural necesaria para la solidaridad orgánica. Al mismo tiempo, al orientar a los alumnos hacia diferentes trayectorias académicas y profesionales, los prepara para la división del trabajo.

Aplicaciones Prácticas en Entornos Educativos
La teoría de Durkheim no fue un simple ejercicio intelectual; tuvo consecuencias muy concretas en la configuración de los sistemas educativos modernos.
Implementación Histórica en Francia
Las ideas de Durkheim fueron el sustento ideológico de las grandes reformas educativas de la Tercera República Francesa. Leyes como las de Jules Ferry en la década de 1880 establecieron una educación primaria gratuita, obligatoria y laica. El objetivo era claro: arrebatarle a la Iglesia el control de la educación y crear una nueva generación de ciudadanos leales a la República y a sus valores: liberté, égalité, fraternité.
Los currículos se estandarizaron, se crearon manuales de historia y educación cívica para promover un relato nacional unificado y se formó a los maestros para que fueran los principales agentes de esta misión socializadora. La escuela francesa se convirtió en el modelo de un sistema educativo centralizado y estatal, diseñado explícitamente para la integración nacional.
Adaptaciones en Hispanoamérica y Contextos Modernos
El modelo francés de Estado-nación y de escuela republicana fue muy influyente en Hispanoamérica a finales del siglo XIX y principios del XX. Países como Argentina, México, Chile o Uruguay vieron en la educación pública, laica y centralizada la herramienta fundamental para “civilizar” y “modernizar” sus sociedades.
En contextos de alta inmigración (como en Argentina) o de gran diversidad étnica (como en México o Brasil), el sistema escolar asumió una función durkheimiana de primer orden: forjar una identidad nacional unificada. Se buscaba “argentinizar” o “mexicanizar” a los hijos de inmigrantes y a las poblaciones indígenas, a menudo a costa de sus lenguas y culturas de origen. Aunque hoy esta visión homogeneizadora es muy criticada, es innegable que los sistemas educativos de la región fueron diseñados con un propósito integrador de raíz durkheimiana.
Influencia y Legado en la Pedagogía Contemporánea
El impacto de Durkheim fue tan profundo que se consolidó como una figura ineludible entre los grandes autores de la pedagogía, y toda la sociología de la educación posterior puede ser vista como un diálogo con su obra, ya sea para expandirla o para refutarla.
Impacto en Sociólogos y Pedagogos Posteriores
La sociología de la educación como disciplina académica es, en gran medida, una creación suya.
Pensadores funcionalistas posteriores (como Talcott Parsons) continuaron su línea de análisis, viendo la educación como una institución clave para la estabilidad social.
Por otro lado, los teóricos del conflicto, como Pierre Bourdieu, ofrecieron la crítica más devastadora. Para Bourdieu, la escuela no integra a todos por igual. Lo que hace es reproducir las desigualdades sociales existentes. La “cultura común” que la escuela transmite no es neutra, sino que es la cultura de la clase dominante, lo que pone en desventaja a los niños de clases populares.
Su visión también contrasta fuertemente con la de pedagogos como John Dewey, para quien la educación debía centrarse en el crecimiento del individuo y sus intereses, y no en la imposición de las normas sociales.
Relevancia Actual en Desafíos Globales
A pesar de las críticas, las preguntas de Durkheim siguen siendo increíblemente relevantes:
Educación Cívica y Ciudadanía: En tiempos de polarización política, el debate sobre qué valores cívicos debe transmitir la escuela para mantener la democracia es puramente durkheimiano.
Cohesión en Sociedades Diversas: ¿Cómo pueden las escuelas fomentar un sentido de pertenencia común en sociedades cada vez más multiculturales sin caer en la asimilación forzosa? La tensión entre unidad y diversidad es el gran desafío durkheimiano del siglo XXI. La educación para la paz y la interculturalidad son intentos de responder a esta pregunta.
Lucha contra la Anomia: Fenómenos como el bullying, la radicalización juvenil o el abandono escolar pueden ser analizados desde la perspectiva de la anomia: una falla de la escuela y otras instituciones en proporcionar normas claras y un sentido de comunidad.
Críticas y Limitaciones de su Enfoque
La teoría de Durkheim, aunque poderosa, presenta serias limitaciones, especialmente vista desde la perspectiva actual.
Análisis de Debilidades Históricas
La principal crítica es su énfasis excesivo en la cohesión a expensas del individuo y la diversidad. Su modelo puede justificar la imposición de una cultura nacional hegemónica y la supresión de las identidades minoritarias (lingüísticas, étnicas, religiosas). No presta suficiente atención a la diversidad cultural.
Además, su visión funcionalista tiende a ser conservadora. Al enfocarse en cómo la educación contribuye a la estabilidad del sistema, ignora o minimiza el papel de la escuela como un espacio de conflicto, poder y reproducción de la desigualdad, como señalarían más tarde los teóricos críticos. Su teoría no explica satisfactoriamente por qué, a pesar de la expansión de la educación, persisten las brechas sociales.
Sugerencias para Adaptaciones Contemporáneas
Para que el pensamiento de Durkheim siga siendo útil, debe ser reinterpretado. La cohesión social en el siglo XXI no puede basarse en la homogeneidad cultural, sino en la adhesión a valores universales y democráticos, como los derechos humanos, el pensamiento crítico y el respeto a la diversidad.
El objetivo de una educación inclusiva de inspiración durkheimiana no sería hacer a todos iguales, sino asegurar que todos, independientemente de su origen, adquieran las herramientas para participar plenamente en una sociedad democrática y sientan que las reglas del juego son justas para todos. La solidaridad orgánica hoy exige el reconocimiento y la valoración de la diferencia, no su eliminación.
Émile Durkheim nos obligó a mirar la educación con otros ojos. Nos enseñó que lo que ocurre en un aula no es un evento aislado, sino un reflejo de las necesidades más profundas de la sociedad. Su mayor contribución fue establecer que la educación es, ante todo, una empresa moral y social, cuya principal función social es transformar a un conjunto de individuos en una comunidad viable.
Aunque su visión de una sociedad homogénea y su fe en el Estado como agente moralizador nos parezcan hoy problemáticas, la pregunta central que planteó sigue sin respuesta definitiva: ¿cómo educamos a nuestros hijos para que se sientan parte de algo más grande que ellos mismos sin anular su individualidad? La educación de Durkheim, con todas sus complejidades y contradicciones, sigue siendo un punto de partida indispensable para cualquiera que se tome en serio el poder de la escuela para construir (o destruir) el tejido social.
Recursos Prácticos para Docentes
Actividad de Reflexión: Analizando el “Currículum Oculto” Durkheimiano de tu Escuela
El currículum oculto se refiere a las lecciones, valores y perspectivas no escritas que los estudiantes aprenden en la escuela. Usa estas preguntas para analizar tu entorno escolar desde una perspectiva durkheimiana:
La Moral de la Disciplina: ¿Qué reglas y rutinas (horarios, formaciones, códigos de vestimenta) existen en tu escuela? ¿Qué valores subyacentes (puntualidad, orden, obediencia, respeto a la autoridad) están transmitiendo?
La Moral de la Adhesión al Grupo: ¿Qué rituales (actos escolares, eventos deportivos, ceremonias) se realizan para fomentar un sentido de pertenencia a la comunidad escolar? ¿Cómo se celebra la identidad de la escuela?
La Transmisión de Valores: ¿Qué símbolos (banderas, escudos, himnos) se exhiben en la escuela? ¿Qué historias se cuentan sobre la nación o la comunidad local? ¿Qué tipo de ciudadano ideal parece promover la escuela a través de sus prácticas diarias?
Preparación para la Sociedad: ¿Cómo se enseña a los estudiantes a relacionarse con la autoridad (docentes, directivos) y con sus pares? ¿Se promueve la competencia, la cooperación o ambas?
Glosario
Hecho Social: Formas de actuar, pensar y sentir que son externas al individuo y ejercen una coacción sobre él, moldeando su comportamiento. La educación es un ejemplo paradigmático.
Cohesión Social: El grado en que los miembros de una sociedad están unidos por lazos sociales. Es el “pegamento” que mantiene unida a la sociedad.
Solidaridad Mecánica: Tipo de cohesión social basada en la similitud de los individuos y una fuerte conciencia colectiva, propia de sociedades tradicionales.
Solidaridad Orgánica: Tipo de cohesión social basada en la interdependencia funcional de individuos especializados, propia de sociedades modernas con alta división del trabajo.
Anomia: Estado de desorientación y falta de normas en una sociedad o individuo, que conduce a una sensación de no pertenencia y puede ser causa de comportamientos desviados.
Preguntas Frecuentes (FAQ)
1. ¿Cuál es la función principal de la educación para Durkheim? La función principal es la socialización metódica de la nueva generación. Es decir, transmitir las normas, valores y conocimientos que la sociedad considera esenciales para su supervivencia y cohesión, transformando al individuo biológico en un ser social.
2. ¿Qué es un “hecho social” y por qué la educación es uno de ellos? Un hecho social es cualquier norma o estructura social que se impone a los individuos desde fuera (es externa y coercitiva). La educación es un hecho social porque ningún individuo la inventa; es un sistema que existe antes de que nazcamos y que nos moldea activamente para encajar en la sociedad.
3. ¿Durkheim estaba en contra del individualismo? No exactamente. Durkheim distinguía entre un individualismo egoísta (que debilita a la sociedad) y un “culto al individuo” moral, propio de la modernidad, donde se valora la dignidad y la autonomía de la persona. Para él, la solidaridad orgánica moderna requiere individuos autónomos, pero esa autonomía debe estar siempre orientada por una moral colectiva.
4. ¿Cuál es la principal crítica a la teoría educativa de Durkheim? La principal crítica es que su enfoque funcionalista puede servir para justificar la reproducción de la desigualdad social. Al presentar la escuela como un agente de integración neutro, su teoría tiende a ignorar cómo las normas y valores que transmite suelen ser los de los grupos dominantes, perpetuando así las ventajas y desventajas sociales de origen.
5. ¿Cómo se aplica hoy la idea de “educación moral” de Durkheim? Se aplica en los debates sobre educación en valores o formación ciudadana. Cuando las escuelas implementan programas para enseñar sobre democracia, derechos humanos, respeto, responsabilidad o cuidado del medio ambiente, están realizando la función de educación moral laica que Durkheim consideraba fundamental para la sociedad moderna.
Bibliografía
Durkheim, É. (2002). Educación y sociología. Ediciones Coyoacán.
Durkheim, É. (1998). La educación moral. Editorial Trotta.
Durkheim, É. (2001). La división del trabajo social. Ediciones Akal.
Giddens, A. (1998). Émile Durkheim: Escritos selectos. Editorial Nueva Visión.
Lukes, S. (1984). Émile Durkheim: Su vida y su obra. Siglo XXI Editores.
Lerena, C. (1986). Reprimir y liberar: Crítica sociológica de la educación y de la cultura contemporáneas. Ediciones Akal. (Ofrece una perspectiva crítica sobre las teorías funcionalistas como la de Durkheim).