Para comprender el complejo y a menudo polémico sistema educativo estadounidense de hoy, es fundamental mirar hacia atrás. El aula actual es el resultado de siglos de debates, reformas y conflictos que reflejan la evolución de la propia nación. Este artículo te guiará a través de la historia de la educación en Estados Unidos, un viaje que comienza en las colonias puritanas y llega hasta los desafíos digitales y políticos del siglo XXI. Entender este recorrido no solo aporta contexto, sino que también revela por qué estructuras como los distritos escolares locales, el modelo K-12 y las alternativas como las charter schools existen en su forma actual.
La educación en este país nunca ha sido una entidad estática; siempre ha funcionado como un espejo de las transformaciones sociales, políticas y económicas. Desde su rol inicial como herramienta de adoctrinamiento religioso y moral, pasando por su función de asimilación cultural para inmigrantes, hasta convertirse en un campo de batalla por la equidad y la justicia social, la escuela ha sido el escenario donde se han proyectado las esperanzas y tensiones de la sociedad. Acompáñanos en este análisis histórico para descubrir las raíces del sistema que hoy conoces.
Qué vas a encontrar en este artículo
Los orígenes: educación colonial y primeras leyes escolares (siglos XVII–XVIII)
La historia de la educación en Estados Unidos no comienza con una visión unificada, sino con un mosaico de enfoques arraigados en las distintas culturas coloniales. En las colonias del sur, la educación era un privilegio de la élite blanca, a menudo impartida por tutores privados, mientras que en las colonias centrales, con su diversidad religiosa y étnica, florecieron las escuelas parroquiales de distintas denominaciones.
Sin embargo, fue en Nueva Inglaterra donde se sentaron las bases más influyentes para la futura educación pública. Los colonos puritanos, que veían la alfabetización como una necesidad teológica, creían que cada persona debía ser capaz de leer la Biblia para alcanzar la salvación y resistir las tentaciones del diablo. Esta convicción dio origen a algunas de las primeras leyes educativas del continente.
La más destacada fue la Massachusetts Bay School Law de 1642, que exigía a los padres y tutores asegurarse de que sus hijos aprendieran a leer y conocer las leyes del país. Cinco años más tarde, esta idea se reforzó con la famosa “Old Deluder Satan Act” (Ley del Viejo Engañador Satanás) de 1647. Esta ley obligaba a los pueblos de 50 o más familias a contratar a un maestro para enseñar a leer y escribir, y a los de 100 o más familias a establecer una grammar school (una escuela de preparación para la universidad).
El propósito no era el desarrollo intelectual o la movilidad social, sino la disciplina moral y religiosa. La educación era una herramienta para inculcar valores, asegurar la cohesión social y, fundamentalmente, salvar almas. Este enfoque sentó un precedente clave: la idea de que la educación es un bien común y una responsabilidad de la comunidad, aunque su propósito y control seguirían siendo objeto de debate durante siglos.

El movimiento de la escuela común (siglo XIX)
El siglo XIX trajo consigo una transformación radical en la concepción de la educación. A medida que el país se expandía y la industrialización cambiaba la estructura social, surgió la necesidad de un sistema más estandarizado y accesible. En este contexto nació el movimiento de la escuela común (Common School Movement), liderado por reformadores como Horace Mann en Massachusetts.
Mann, a menudo llamado el “padre de la educación pública estadounidense”, defendía una visión revolucionaria: la educación debía ser universal, gratuita y no sectaria (laica). Su argumento era que una república democrática solo podía sobrevivir con una ciudadanía educada, capaz de participar de manera informada en la vida cívica. Para él, la escuela común era el “gran ecualizador”, un espacio donde niños de todos los orígenes sociales podían aprender juntos, forjando una identidad nacional compartida.
Las características principales del modelo de la escuela común eran:
- Financiación pública: Sostenida a través de impuestos locales, haciendo que la asistencia no dependiera de la capacidad de pago de las familias.
- Acceso universal: Abierta a todos los niños blancos, independientemente de su clase social.
- Carácter laico: Aunque promovía valores morales protestantes, buscaba distanciarse del control doctrinal de una sola iglesia.
- Profesionalización docente: Mann impulsó la creación de las normal schools, las primeras instituciones dedicadas a la formación docente, para asegurar que los maestros estuvieran preparados con una pedagogía estandarizada.
El modelo se expandió rápidamente por los estados del norte y el oeste, pero enfrentó resistencia. Sectores de la élite se oponían a pagar impuestos para educar a los hijos de los pobres. Además, la naturaleza protestante implícita del currículo generó tensiones con la creciente población inmigrante católica, que comenzó a crear su propio sistema de escuelas parroquiales como alternativa. A pesar de estos conflictos, la escuela común sentó las bases de la educación pública estadounidense y estableció el principio de que la escolarización es una responsabilidad del estado.
La consolidación del sistema educativo (finales del siglo XIX – principios del XX)
Con la idea de la escuela pública ya establecida, el siguiente paso fue organizarla y estandarizarla a gran escala. Este período fue testigo de la creación de la infraestructura administrativa que define al sistema educativo hasta hoy.
Creación de sistemas estatales y distritos escolares
Los estados comenzaron a asumir un rol más activo, creando departamentos de educación y estableciendo leyes que regían el funcionamiento de las escuelas. Sin embargo, la tradición de control local se mantuvo fuerte. El poder se delegó a unidades administrativas más pequeñas, dando origen a los distritos escolares (school districts). Estos distritos, gobernados por juntas escolares electas, tenían (y todavía tienen) una autonomía significativa para gestionar el currículum escolar, contratar maestros y, crucialmente, recaudar fondos a través de impuestos a la propiedad locales. Este modelo de financiación es la raíz de las profundas desigualdades que persisten en la actualidad.
El modelo K–12 y la escolaridad obligatoria
La estructura educativa también se formalizó. Se consolidó el modelo K–12, que organiza la escolarización en 13 grados, desde el jardín de infantes (Kindergarten, K) hasta el duodécimo grado (12th grade). Esta estructura, que hoy parece natural, fue una innovación diseñada para crear una trayectoria escolar predecible y coherente.
Paralelamente, los estados comenzaron a implementar leyes de asistencia obligatoria. Massachusetts fue pionero en 1852, y para 1918, todos los estados tenían alguna forma de escolarización compulsoria. Estas leyes no solo buscaban educar, sino también controlar el trabajo infantil y asegurar la socialización escolar de los jóvenes.
La americanización y la expansión de la secundaria
A finales del siglo XIX y principios del XX, Estados Unidos recibió una oleada masiva de inmigrantes del sur y este de Europa. Las escuelas públicas se convirtieron en el principal instrumento de “americanización”, un espacio diseñado para asimilar a los recién llegados enseñándoles inglés, civismo y los valores culturales dominantes. Este proceso, aunque brindó oportunidades, también implicó la supresión de las lenguas y culturas de origen, un ejemplo claro del currículum oculto en acción.
Este período también vio el “High School Movement”, una expansión sin precedentes de la educación secundaria. Mientras que antes la secundaria era para una pequeña élite, ahora se promovía como una etapa necesaria para la formación ciudadana y la preparación para una economía cada vez más compleja.

Siglo XX: expansión y reformas claves
El siglo XX fue una era de profundas transformaciones, donde la educación se expandió a nuevos niveles y se convirtió en un campo central de la política federal y las batallas por los derechos civiles.
a) Educación progresista (John Dewey y la pedagogía activa)
A principios de siglo, el filósofo y pedagogo John Dewey lideró el movimiento de la educación progresista, una reacción contra la rigidez y memorización del modelo tradicional. Dewey argumentaba que la educación no es una preparación para la vida, sino la vida misma. Su enfoque, que influyó en corrientes pedagógicas en todo el mundo, se basaba en:
- Aprendizaje a través de la experiencia: Los estudiantes aprenden mejor haciendo. Dewey promovía el aprendizaje basado en proyectos (ABP), donde los alumnos resolvían problemas reales.
- La escuela como laboratorio de democracia: El aula debía ser una comunidad democrática donde los estudiantes aprendieran a colaborar, debatir y participar cívicamente.
- Enfoque centrado en el niño: El currículo debía adaptarse a los intereses y etapas de desarrollo del estudiante, no al revés.
Aunque la educación progresista nunca se implementó de forma masiva, sus ideas sobre el aprendizaje activo y el pensamiento crítico han tenido una influencia duradera.
b) La educación en la era industrial
Al mismo tiempo, un modelo opuesto ganaba terreno, influenciado por la eficiencia de la producción industrial. El “modelo de fábrica” de la educación veía a las escuelas como líneas de ensamblaje para producir trabajadores y ciudadanos funcionales. Este enfoque se caracterizaba por:
- Disciplina y horarios rígidos: Campanas para marcar el inicio y fin de las clases, filas ordenadas y un enfoque en la obediencia.
- Estandarización: Un currículo único para todos, medido a través de pruebas estandarizadas.
- Diferenciación por tracks: Los estudiantes eran agrupados en diferentes itinerarios (académico, vocacional, general) según sus supuestas habilidades y futuro destino laboral, un sistema que a menudo reforzaba las divisiones de clase y raza.
c) Leyes y programas federales: un nuevo actor en escena
Históricamente, la educación había sido un asunto local y estatal. Sin embargo, a mediados del siglo XX, el gobierno federal comenzó a intervenir de manera decisiva para abordar problemas de alcance nacional.
- GI Bill (1944): Oficialmente la Servicemen’s Readjustment Act, esta ley ofreció a los veteranos de la Segunda Guerra Mundial financiación para estudios universitarios o de formación profesional. El resultado fue una democratización sin precedentes de la educación superior, transformando las universidades de instituciones de élite a motores de movilidad social masiva.
- Brown v. Board of Education (1954): Esta histórica decisión de la Corte Suprema declaró inconstitucional la segregación racial en las escuelas públicas, anulando la doctrina de “separados pero iguales”. Aunque su implementación fue lenta y encontró una feroz resistencia, Brown marcó el inicio del fin de la segregación legal y situó la lucha por la equidad educativa en el centro de la agenda de derechos civiles.
- Elementary and Secondary Education Act (ESEA) (1965): Como parte de la “Guerra contra la Pobreza” del presidente Lyndon B. Johnson, esta ley fue la primera gran incursión del gobierno federal en la financiación de las escuelas K-12. Su Título I destinaba fondos a los distritos escolares con altas concentraciones de estudiantes de bajos ingresos, estableciendo el principio de que el gobierno federal tiene un rol en garantizar la igualdad de oportunidades.
- Education for All Handicapped Children Act (1975), hoy IDEA: Esta ley, ahora conocida como Individuals with Disabilities Education Act (IDEA), revolucionó la educación especial. Garantizó el derecho de todos los niños con discapacidad a una “educación pública, gratuita y apropiada” en el “entorno menos restrictivo” posible, sentando las bases para la educación inclusiva en Estados Unidos.
Finales del siglo XX: estandarización y rendición de cuentas
Hacia el final del siglo XX, el péndulo de la reforma educativa volvió a oscilar, esta vez hacia un enfoque en la estandarización, la medición y la rendición de cuentas, impulsado por la percepción de una crisis en el sistema.
El informe de 1983 “A Nation at Risk” fue un punto de inflexión. Publicado por la Comisión Nacional de Excelencia en Educación, alertaba sobre una “marea creciente de mediocridad” en las escuelas estadounidenses y vinculaba el desempeño educativo directamente con la competitividad económica y la seguridad nacional.
Este informe desató una ola de reformas centradas en la rendición de cuentas. En los años 90, comenzó el movimiento de los estándares académicos, donde los estados definían lo que los estudiantes debían saber y ser capaces de hacer en cada nivel. Este movimiento culminó en la ley bipartidista No Child Left Behind Act (NCLB) de 2001, firmada por el presidente George W. Bush. NCLB fue una reautorización de la ESEA y expandió drásticamente el rol federal:
- Exigía que todos los estados realizaran evaluaciones estandarizadas en Estados Unidos anuales en lectura y matemáticas en los grados 3-8.
- Requería que las escuelas demostraran un “Progreso Anual Adecuado” (AYP) para todos los subgrupos de estudiantes (por raza, nivel socioeconómico, etc.).
- Imponía sanciones cada vez más severas a las escuelas que no cumplían con las metas, pudiendo llegar a la reestructuración o el cierre.
Aunque NCLB visibilizó las brechas de rendimiento, también fue criticada por fomentar la enseñanza para el examen (teaching to the test), reducir el currículo a las materias evaluadas y castigar a las escuelas con mayores desafíos.
En este clima de búsqueda de alternativas, ganaron popularidad las charter schools.
Estas son escuelas financiadas con fondos públicos pero que operan de forma independiente de los distritos escolares tradicionales. A cambio de una mayor autonomía en su currículo, presupuesto y contratación de personal, deben cumplir con los objetivos de rendimiento establecidos en su “chárter” o contrato fundacional. Sus defensores las ven como laboratorios de innovación y una opción vital para las familias atrapadas en escuelas de bajo rendimiento. Sus críticos, en cambio, argumentan que desvían fondos de las escuelas públicas tradicionales, a menudo no superan en rendimiento a estas y pueden carecer de la supervisión adecuada.
Paralelamente, creció el movimiento del homeschooling. Aunque siempre ha existido, ganó fuerza como una opción para padres con objeciones religiosas o filosóficas al currículo secular, así como para aquellos insatisfechos con la calidad académica o la seguridad de las escuelas públicas. El auge del homeschooling refleja una profunda corriente de individualismo y desconfianza hacia las instituciones gubernamentales en la cultura estadounidense.
Siglo XXI: desafíos y transformaciones
El nuevo milenio heredó las tensiones del siglo anterior y añadió nuevas capas de complejidad, marcadas por la tecnología, una mayor conciencia de la diversidad y una polarización política cada vez más intensa.
a) Common Core State Standards (2010 en adelante)
En un intento por abordar las críticas a NCLB y la variabilidad de los estándares entre estados, surgió la iniciativa de los Common Core State Standards. Liderada por la Asociación Nacional de Gobernadores y el Consejo de Jefes de Oficiales Escolares Estatales, buscaba establecer un conjunto único de estándares de alta calidad en artes del lenguaje inglés y matemáticas. El objetivo era claro: asegurar que los estudiantes de todo el país se graduaran preparados para la universidad y el mercado laboral, y permitir una comparación más precisa del rendimiento educativo entre estados.
Pese a su origen estatal, el gobierno de Obama incentivó su adopción a través de subvenciones, lo que llevó a que fuera percibido como una extralimitación federal. La iniciativa se volvió enormemente polémica. Los críticos de la derecha lo vieron como una usurpación del control local, mientras que algunos educadores y padres de la izquierda lo criticaron por su rigidez, su implementación apresurada y su fuerte vínculo con las pruebas estandarizadas. Como resultado, muchos estados que inicialmente lo adoptaron terminaron por derogarlo, modificarlo o cambiarle el nombre, aunque su influencia en los estándares actuales persiste.
b) Educación inclusiva y diversidad cultural
El siglo XXI ha visto una profundización del compromiso con la educación inclusiva, yendo más allá del simple acceso físico. La implementación de la ley IDEA ha llevado al desarrollo de prácticas y herramientas sofisticadas para apoyar a estudiantes con discapacidades. Los Programas de Educación Individualizada (IEP) y los Planes 504 son ahora componentes estándar del sistema. Un IEP es un documento legalmente vinculante que detalla el plan de estudios, los servicios y las adaptaciones curriculares para un estudiante con una discapacidad calificada, mientras que un Plan 504 proporciona adaptaciones para estudiantes con discapacidades que no requieren instrucción especializada pero sí acceso equitativo al entorno de aprendizaje.
Al mismo tiempo, la creciente diversidad demográfica del país ha puesto en primer plano la necesidad de una mayor atención a la diversidad cultural. Las escuelas atienden a un número cada vez mayor de estudiantes aprendices de inglés (ELL, por sus siglas en inglés). Esto ha impulsado el desarrollo de diversos modelos de educación bilingüe en Estados Unidos y programas de inmersión, así como la necesidad de formar a los docentes en estrategias efectivas para enseñar a estudiantes ELL. El desafío no es solo lingüístico, sino también cultural, buscando crear un clima escolar que valore y refleje las múltiples identidades de su alumnado.
c) Tecnología y aprendizaje digital
La tecnología ha redefinido el panorama educativo. Herramientas como las pizarras interactivas, las tabletas y las plataformas de gestión del aprendizaje se han vuelto comunes. La IA en la educación promete personalizar el aprendizaje a una escala nunca antes vista. En la educación superior, los MOOCs (Cursos Online Masivos y Abiertos) desafiaron el modelo universitario tradicional.
Sin embargo, fue la pandemia de COVID-19 la que aceleró esta transformación de manera abrupta. El cierre masivo de escuelas forzó una transición de emergencia a la educación remota. Esta experiencia a gran escala reveló tanto el potencial del aprendizaje digital como sus profundas limitaciones. Expuso la grave “brecha digital“, la disparidad en el acceso a dispositivos e internet de alta velocidad que afecta desproporcionadamente a estudiantes de bajos ingresos y de zonas rurales. También subrayó la importancia insustituible de la interacción cara a cara y el rol de la escuela como centro comunitario.
d) Debates actuales
Hoy, la educación estadounidense se encuentra en el centro de intensos debates que reflejan las divisiones de la sociedad.
- Financiación desigual: La dependencia de los impuestos locales a la propiedad sigue creando un sistema profundamente desigual, donde la calidad de la educación de un niño puede depender del código postal en el que vive. Las batallas legales y políticas por una financiación más equitativa son una constante.
- Crisis de deuda estudiantil: El costo de la educación superior se ha disparado, dejando a millones de graduados con una deuda abrumadora que afecta su capacidad para comprar una casa, formar una familia o ahorrar para el futuro. Este problema ha generado llamados a la condonación de la deuda y a la creación de modelos de universidad pública gratuita.
- Polarización política y guerras culturales: Las escuelas se han convertido en un campo de batalla central en las “guerras culturales” del país. Hay debates encendidos sobre qué y cómo enseñar temas como la historia de la esclavitud y el racismo, la identidad de género y la orientación sexual. Estos conflictos han llevado a la prohibición de libros y a leyes que restringen lo que los maestros pueden decir en el aula, creando un ambiente de tensión para los educadores.
Recursos para docentes
Navegar la historia de la educación en Estados Unidos puede enriquecer tu práctica docente. Aquí tienes algunas ideas:
- Líneas de tiempo comparativas: Pide a tus estudiantes que creen una línea de tiempo que conecte eventos clave de la historia educativa (como Brown v. Board of Education) con eventos más amplios de la historia de EE. UU. Esto les ayudará a entender la educación como un reflejo de la sociedad.
- Debates históricos: Organiza un debate en clase donde los estudiantes asuman los roles de figuras históricas como Horace Mann y un opositor de la escuela común. Esto fomenta el pensamiento crítico y la comprensión de diferentes perspectivas.
- Análisis de fuentes primarias: Utiliza extractos de la ley “Old Deluder Satan Act”, el informe “A Nation at Risk” o los argumentos de Brown v. Board of Education para que los estudiantes analicen el lenguaje y los propósitos de estas reformas.
- Conexión local: Investiga la historia del propio distrito escolar de tu comunidad. ¿Cuándo se fundó? ¿Cómo ha cambiado su demografía? ¿Cómo se financia? Esto hace que la historia sea tangible y relevante.
Conexión con elementos actuales del sistema
Comprender esta larga historia permite descifrar la estructura actual:
- La existencia de distritos escolares es una herencia directa del énfasis colonial en el control local y la desconfianza hacia el poder centralizado. Es la razón de la enorme diversidad de políticas y calidades, pero también la causa principal de la desigualdad en la financiación.
- El modelo K-12 no es una estructura inevitable, sino el resultado del movimiento de estandarización de finales del siglo XIX, diseñado para crear un ciclo educativo uniforme y predecible en una nación en crecimiento.
- La aparición de las charter schools es una respuesta del siglo XX a la burocracia y la rigidez percibidas en el sistema de distritos, retomando la idea de que la innovación puede surgir de la autonomía.
- El lugar del homeschooling se enmarca en una larga tradición estadounidense de autonomía familiar y derechos parentales, que se remonta a la idea de que los padres, no el estado, son los principales responsables de la educación de sus hijos.
El recorrido por la historia de la educación en Estados Unidos revela un sistema en constante tensión. Es una historia de ideales nobles, como la promesa de la escuela común de ser el gran ecualizador, y de realidades conflictivas, como la persistencia de la segregación y la desigualdad. El sistema educativo estadounidense siempre ha estado intrínsecamente ligado a su experimento democrático, su diversidad inherente y sus profundas divisiones sociales.
Desde la disciplina moral de los puritanos hasta los debates sobre la inteligencia artificial en el aula, cada etapa ha dejado una marca indeleble. Las aulas de hoy son un palimpsesto donde las ideas de Horace Mann, John Dewey y los arquitectos de No Child Left Behind coexisten, a menudo de forma contradictoria.
La pregunta que queda abierta es: ¿hacia dónde se dirige la educación estadounidense en las próximas décadas? Si la historia sirve de guía, es seguro que seguirá siendo un reflejo de las luchas y aspiraciones de la nación, un campo donde se debaten las preguntas más fundamentales sobre quiénes somos y en qué tipo de sociedad queremos vivir.
Glosario
- Common School (Escuela Común): Movimiento del siglo XIX que abogaba por una educación pública universal, gratuita y no sectaria, financiada por impuestos.
- K-12: Sistema que estructura la educación estadounidense desde el jardín de infantes (Kindergarten) hasta el duodécimo grado, abarcando aproximadamente de los 5 a los 18 años.
- Distrito Escolar (School District): Unidad administrativa local responsable de gestionar las escuelas públicas en una zona geográfica determinada, generalmente con una junta escolar electa.
- Charter School: Escuela que recibe financiación pública pero opera de forma independiente del sistema de distritos escolares local, con mayor autonomía a cambio de rendir cuentas por los resultados.
- Homeschooling (Educación en el hogar): Práctica de educar a los niños en casa, dirigida por los padres o tutores en lugar de en una escuela pública o privada.
- Normal School: Institución creada en el siglo XIX para la formación profesional de maestros de primaria. Precursora de las actuales facultades de educación.
- No Child Left Behind (NCLB): Ley federal de 2001 que aumentó la rendición de cuentas de las escuelas mediante pruebas estandarizadas anuales.
- IDEA (Individuals with Disabilities Education Act): Ley federal que garantiza servicios de educación especial y relacionados a niños con discapacidades.
- IEP (Individualized Education Program): Plan personalizado y legalmente vinculante para un estudiante que recibe educación especial.
Preguntas Frecuentes (FAQ)
1. ¿Por qué es tan importante el control local en la educación de EE. UU.?
El control local se remonta a las primeras colonias, donde las comunidades eran responsables de sus propias escuelas. Esta tradición se basa en la creencia de que las decisiones educativas deben ser tomadas por quienes están más cerca de los estudiantes: los padres y la comunidad local. Aunque el rol de los estados y el gobierno federal ha crecido, la autonomía de los distritos escolares sigue siendo un pilar del sistema.
2. ¿Cuál fue el impacto real de Brown v. Board of Education?
Aunque la decisión de 1954 declaró ilegal la segregación en las escuelas, su implementación fue muy lenta. Muchas escuelas, especialmente en el sur, se resistieron activamente a la integración durante años. Si bien marcó un punto de inflexión legal y moral, la segregación de facto (basada en la vivienda y otros factores) sigue siendo un problema importante en muchas partes del país hoy en día.
3. ¿Las charter schools son escuelas públicas o privadas?
Son una especie de híbrido. Se consideran escuelas públicas porque reciben financiación del gobierno y no pueden cobrar matrícula. Sin embargo, son gestionadas por organizaciones privadas o sin fines de lucro y tienen una autonomía similar a la de las escuelas privadas en cuanto a su funcionamiento interno.
4. ¿Por qué la financiación de las escuelas es tan desigual en Estados Unidos?
La principal fuente de financiación para las escuelas públicas son los impuestos locales a la propiedad. Esto significa que los distritos ubicados en áreas con propiedades de alto valor recaudan mucho más dinero que los distritos en áreas más pobres. Aunque los estados y el gobierno federal aportan fondos adicionales para intentar nivelar el campo, estas contribuciones a menudo no son suficientes para cerrar la brecha, creando grandes disparidades en recursos, salarios de maestros y calidad de las instalaciones.
5. ¿Qué reemplazó a la ley No Child Left Behind (NCLB)?
En 2015, NCLB fue reemplazada por la Every Student Succeeds Act (ESSA). ESSA mantiene el requisito de pruebas estandarizadas anuales, pero devuelve a los estados una mayor flexibilidad y control para establecer sus propios objetivos, sistemas de rendición de cuentas e intervenciones para las escuelas con dificultades.
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