Nuestros adolescentes y jóvenes están en una etapa de la vida que es una montaña rusa de emociones, descubrimientos y, muchas veces, de grandes desafíos. Buscan su lugar en el mundo, construyen su identidad, y la forma en que se relacionan con los demás y cómo se sienten en sus entornos es fundamental. Por eso, el 12 de junio no es una fecha más en el calendario escolar argentino. Es el día de los adolescentes y jóvenes por la inclusión social y la convivencia contra toda forma de violencia y discriminación. Una jornada para frenar la pelota, reflexionar y, sobre todo, para renovar nuestro compromiso como educadores en la construcción de espacios donde la inclusión social y convivencia contra la violencia sean la norma, no la excepción. Este día nos invita a pensar activamente en cómo prevenir la violencia y la discriminación y en fortalecer la convivencia escolar, que es el semillero donde estos valores se aprenden y se practican.
Qué vas a encontrar en este artículo
¿De Qué Hablamos Cuando Hablamos de Inclusión, Convivencia, Violencia y Discriminación?
Para que el compromiso del 12 de junio tenga sentido, primero tenemos que tener claro a qué nos referimos con estos términos tan importantes.
Inclusión Social: Va mucho más allá de simplemente “estar juntos”. La inclusión social significa que cada adolescente, cada joven, se sienta verdaderamente parte, valorado, respetado y con las mismas oportunidades que los demás, sin importar su origen, su género, sus creencias, sus capacidades, su aspecto físico o cualquier otra característica personal. Es crear un ambiente donde la diversidad no solo se tolera, sino que se celebra como una riqueza. En la escuela, esto se traduce en que todos los alumnos puedan participar activamente, aprender y sentirse seguros y aceptados tal como son.
Convivencia: Es el arte de vivir juntos, de compartir espacios, tiempos y experiencias de manera pacífica y respetuosa. Implica reconocer al otro, con sus diferencias, y ser capaces de resolver los conflictos que inevitablemente surgen de una manera constructiva, a través del diálogo y el entendimiento mutuo. La convivencia escolar sana es aquella donde priman el respeto, la empatía, la solidaridad y la cooperación.
Violencia: La violencia no es solo el golpe o el empujón. Se manifiesta de muchas formas, algunas más visibles que otras. Existe la violencia física (agresiones, peleas), la violencia verbal (insultos, burlas, amenazas, gritos), la violencia psicológica o emocional (humillaciones, hostigamiento, manipulación, aislamiento, ciberacoso) y la violencia simbólica (mensajes, imágenes o discursos que naturalizan o justifican la dominación o la desigualdad). Prevenir la violencia y la discriminación implica estar atentos a todas estas manifestaciones.
Discriminación: Es tratar a una persona o grupo de manera diferente y perjudicial por alguna característica que posee. Es negar derechos, oportunidades o un trato igualitario basándose en prejuicios. Se puede discriminar por género, orientación sexual, etnia, nacionalidad, religión, discapacidad, situación socioeconómica, aspecto físico, opiniones, entre muchas otras razones. La discriminación genera exclusión, daña la autoestima y es una barrera enorme para la inclusión social y convivencia contra la violencia.
El Rol Clave de la Escuela y los Docentes
La escuela es un espacio privilegiado para trabajar estos temas. Es donde los chicos pasan gran parte de su día, donde interactúan con pares muy diversos y donde aprenden, no solo contenidos curriculares, sino también habilidades sociales y valores. La convivencia escolar es, en sí misma, un aprendizaje constante.
Como docentes, nuestro papel es fundamental. No se trata solo de transmitir información, sino de:
- Ser modelos: Nuestras actitudes, la forma en que tratamos a los alumnos, cómo manejamos los conflictos en el aula, todo eso enseña. Si promovemos el respeto y la inclusión con el ejemplo, el mensaje es mucho más potente.
- Crear un clima de confianza: Generar un ambiente en el aula donde los chicos se sientan seguros para expresarse, para compartir sus preocupaciones, para ser ellos mismos sin temor a ser juzgados o ridiculizados.
- Fomentar la empatía: Ayudar a los estudiantes a ponerse en el lugar del otro, a entender sus sentimientos y perspectivas.
- Promover el diálogo y la resolución pacífica de conflictos: Enseñarles herramientas para comunicarse de manera asertiva, para escuchar al otro y para buscar soluciones justas cuando hay problemas.
- Visibilizar y cuestionar estereotipos y prejuicios: Trabajar críticamente los mensajes que reciben de los medios, de las redes sociales, e incluso de su entorno más cercano, que a veces refuerzan la discriminación o la violencia.
- Dar voz a los jóvenes: Ellos tienen mucho para decir. Escucharlos, valorar sus opiniones y permitirles ser protagonistas en la construcción de una mejor convivencia es esencial.

El 12 de Junio: Un Hito con Nombre Propio
Este día se instituyó en Argentina por la Ley 26.809, sancionada en 2012, en memoria de Luisa Amanda Villarreal, una adolescente víctima de femicidio. La ley busca promover jornadas de reflexión y acción en las escuelas para que los jóvenes se apropien de la lucha por sus derechos y contra cualquier forma de violencia. Es un día para recordar que la inclusión social y convivencia contra la violencia no son solo palabras bonitas, sino derechos que debemos garantizar y construir activamente.
Estrategias y Actividades para el Aula: De la Reflexión a la Acción
El día de los adolescentes y jóvenes por la inclusión puede ser el puntapié inicial para un trabajo sostenido a lo largo del año. Acá te tiro algunas ideas, adaptables a diferentes edades y contextos:
Ideas Generales (para todos los niveles, adaptando la complejidad):
- Asambleas de aula: Espacios periódicos para conversar sobre cómo se sienten, qué problemas de convivencia observan, qué propuestas tienen para mejorar el clima escolar.
- Círculos de diálogo: Sentados en círculo, facilitar conversaciones sobre temas específicos (respeto, amistad, bullying, diversidad) donde todos tengan la oportunidad de hablar y ser escuchados sin interrupciones.
- Análisis de casos: Presentar situaciones (reales o ficticias, adaptadas a la edad) que involucren violencia, discriminación o exclusión, y analizarlas en grupo: ¿Qué pasó? ¿Cómo se sintieron los involucrados? ¿Qué se podría haber hecho diferente?
- Buzón de ideas o preocupaciones: Un espacio anónimo donde los chicos puedan dejar notas sobre cosas que les preocupan o ideas para mejorar la convivencia.
Actividades Específicas para Nivel Primario (Enfocadas en la base de la convivencia):
“El Semáforo de las Emociones”:
- Crear un semáforo con los colores rojo (enojo, parar), amarillo (alerta, pensar) y verde (calma, actuar/hablar). Usarlo para que los chicos identifiquen cómo se sienten ante ciertas situaciones y qué pueden hacer. Ayuda a la autorregulación y a expresar emociones.
“La Caja de los Cumplidos”:
- Decorar una caja bonita. Durante la semana, los chicos pueden escribir (o dibujar, los más chiquitos) cosas positivas sobre sus compañeros y depositarlas en la caja. Al final de la semana, se leen en voz alta. Fomenta el reconocimiento positivo.
Cuentos y Títeres sobre la Diversidad y la Amistad:
- Seleccionar o crear cuentos que muestren personajes diversos que aprenden a ser amigos y a respetarse. Usar títeres para representar las historias y generar diálogo.
Mural de la Convivencia:
- Crear un mural colectivo con dibujos, palabras y frases que representen lo que para ellos significa una buena convivencia (respeto, compartir, ayudar, escuchar).
Juegos Cooperativos:
- Priorizar juegos donde el objetivo sea colaborar y no competir ferozmente. Juegos donde todos ganan si el equipo logra el objetivo. Ayuda a construir lazos y a valorar el trabajo en equipo.
Actividades Específicas para Nivel Secundario (Profundizando y promoviendo el protagonismo juvenil):
Debates sobre Temas Actuales:
- Organizar debates sobre noticias o temas sociales relacionados con la violencia de género, el racismo, la xenofobia, la discriminación por orientación sexual, el ciberbullying, etc. Fomentar la investigación previa y la argumentación con respeto.
Análisis Crítico de Medios y Redes Sociales:
- Trabajar con publicidades, canciones, videos virales, perfiles de influencers. Analizar qué mensajes transmiten sobre los roles de género, los estereotipos de belleza, la violencia, la discriminación. ¿Cómo influyen en los jóvenes?
Proyectos de Investigación-Acción:
- Que los propios jóvenes investiguen algún problema de violencia o exclusión en su escuela o comunidad y propongan acciones concretas para abordarlo. Por ejemplo, una campaña contra el bullying, un taller sobre diversidad sexual, una jornada de encuentro con jóvenes de otras culturas.
Cine-Debate:
- Seleccionar películas o documentales que aborden estas temáticas y generar un espacio de reflexión posterior. Hay mucho material audiovisual potente que puede ser un gran disparador.
Creación de Contenidos Propios:
- Que los jóvenes produzcan sus propios mensajes contra la violencia y la discriminación: videos cortos para redes sociales, podcasts, canciones, obras de teatro, fanzines, murales. Darles las herramientas para que sean ellos los comunicadores.
Talleres sobre Derechos Humanos y Derechos de los Jóvenes:
- Conocer sus derechos es el primer paso para poder defenderlos. Invitar a especialistas o trabajar con materiales que expliquen de forma clara cuáles son sus derechos y cómo ejercerlos.
“Cartografía de la Violencia y la Inclusión” en la Escuela:
- De forma anónima o en grupos de confianza, que los estudiantes identifiquen en un mapa de la escuela los lugares donde se sienten más seguros o inseguros, donde han presenciado o vivido situaciones de violencia o exclusión, y también los espacios donde sienten que la inclusión es una realidad. Esto puede dar pistas muy valiosas para intervenir.
Consideraciones Importantes para el Docente
- Crear un espacio seguro SIEMPRE: Antes de abrir temas sensibles, es crucial asegurarse de que el aula sea un lugar donde los chicos se sientan contenidos y respetados. Establecer acuerdos de convivencia claros para el diálogo.
- Estar preparado para escuchar (y para derivar si es necesario): Pueden surgir relatos personales difíciles. Es importante escuchar con empatía, sin juzgar, y saber cuándo una situación excede nuestras posibilidades y requiere la intervención de equipos de orientación escolar, directivos o servicios especializados.
- Revisar nuestros propios prejuicios: Todos tenemos ideas preconcebidas. Es un ejercicio constante el autoanálisis para no transmitir, sin querer, nuestros propios sesgos.
- Trabajo en red: La escuela no está sola. Articular con las familias, con organizaciones de la comunidad, con otros profesionales, enriquece y fortalece el trabajo.
- La continuidad es clave: Una actividad aislada el 12 de junio sirve de poco si no se enmarca en un trabajo sostenido a lo largo del tiempo. La inclusión social y convivencia contra la violencia se construyen día a día.
El día de los adolescentes y jóvenes por la inclusión social y la convivencia contra toda forma de violencia y discriminación nos recuerda que educar es mucho más que transmitir conocimientos académicos. Es formar ciudadanos críticos, empáticos, solidarios y comprometidos con la construcción de una sociedad más justa y respetuosa. Es acompañar a nuestros alumnos en el desarrollo de herramientas para navegar un mundo complejo, para defender sus derechos y los de los demás, y para ser agentes de cambio positivo.
Prevenir la violencia y la discriminación y fortalecer la convivencia escolar no es una tarea sencilla, pero es, sin duda, una de las más importantes que tenemos entre manos. Que este 12 de junio sea una oportunidad para renovar ese compromiso, para escuchar más atentamente a nuestros jóvenes y para seguir buscando juntos caminos hacia escuelas y comunidades donde cada uno pueda florecer en plenitud, sin miedo y con la alegría de sentirse parte. Porque la verdadera inclusión se teje con los hilos del respeto, la empatía y la convicción de que en la diversidad radica nuestra mayor fortaleza.