Jesualdo Sosa: Biografía y Aportes a la Pedagogía de la Expresión Creadora

En la vasta historia de la pedagogía, pocos nombres resuenan con la fuerza transformadora de Jesualdo Sosa. Este maestro, escritor y periodista uruguayo se convirtió en un referente ineludible de la educación latinoamericana del siglo XX, no solo por su incansable trabajo en las aulas rurales, sino por desarrollar un pensamiento pedagógico que pone la creatividad infantil en el centro del proceso de aprendizaje. Su concepto de “expresión creadora” no era una simple técnica, sino una filosofía completa que veía en el arte y el trabajo herramientas para la liberación y la justicia social. Este artículo se adentra en la vida y obra de este notable educador, explorando desde su biografía y sus principales teorías hasta su legado vigente en la educación actual. Acompáñanos en este recorrido por las ideas de uno de los grandes autores de la pedagogía que demostró que otra educación es posible.

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Contexto histórico y antecedentes: la educación a principios del siglo XX

Para comprender la magnitud de los aportes de Jesualdo Sosa, es fundamental situarse en el contexto educativo de Uruguay y América Latina a principios del siglo XX. La región vivía una época de profundas tensiones sociales y políticas. Los sistemas educativos, en su mayoría, seguían un modelo tradicional, academicista y centralizado, fuertemente influenciado por el positivismo europeo. Este modelo se caracterizaba por ser memorístico, autoritario y desconectado de la realidad de los estudiantes, especialmente de aquellos en zonas rurales o de clases trabajadoras. El rol del docente era el de un mero transmisor de conocimientos, y el alumno, un receptor pasivo.

En este panorama, comenzaron a surgir vientos de cambio. A nivel global, el movimiento de la Escuela Nueva, con figuras como John Dewey en Estados Unidos o Célestin Freinet en Francia, proponía una revolución copernicana en la educación: poner al niño en el centro del proceso. Estas corrientes pedagógicas abogaban por un aprendizaje activo, basado en la experiencia, los intereses del niño y la cooperación. La escuela debía ser un laboratorio de vida, no un lugar de mera instrucción.

Al mismo tiempo, la Revolución Rusa de 1917 trajo consigo un nuevo paradigma: la pedagogía soviética. Figuras como Antón Makarenko desarrollaron modelos educativos basados en el trabajo colectivo como principio formador del carácter y la conciencia social. La educación, desde esta perspectiva, no era un fin en sí misma, sino un medio para construir una nueva sociedad, un hombre y una mujer nuevos.

Jesualdo Sosa bebió de todas estas fuentes. Se nutrió de los principios de la Escuela Nueva, pero los reinterpretó desde una perspectiva latinoamericana y con un fuerte compromiso social, articulándolos con las ideas del marxismo. Su propuesta no buscaba simplemente hacer la escuela más entretenida o activa; buscaba convertirla en un motor de transformación social. Para él, la creatividad y el trabajo no eran elementos separados, sino dos caras de la misma moneda en la construcción de un aprendizaje significativo y liberador. Su trabajo en las escuelas rurales no fue una anécdota, sino una declaración política: la educación de calidad debía llegar a los más desfavorecidos como una herramienta para superar las desigualdades.

Jesualdo Sosa

Biografía de Jesualdo Sosa (1905-1982)

La vida de Jesualdo Sosa fue un reflejo de su pensamiento: intensa, comprometida y marcada por la coherencia entre sus ideas y sus acciones. Su trayectoria no puede separarse de su obra, ya que sus experiencias en el aula fueron el laboratorio donde gestó sus revolucionarias teorías.

Primeros años y formación

Jesualdo Sosa, cuyo nombre real era Jesús Aldo Sosa, nació el 28 de febrero de 1905 en Tacuarembó, una ciudad del interior de Uruguay. Creció en un entorno modesto, lo que le permitió conocer de cerca las realidades y carencias de las comunidades rurales. Esta vivencia temprana marcaría profundamente su vocación y su enfoque pedagógico. En 1926, con apenas 21 años, se graduó como maestro de educación primaria, listo para iniciar un camino que dejaría una huella imborrable.

Sus primeras experiencias docentes lo enfrentaron con la rigidez del sistema educativo oficial. Pronto sintió la necesidad de buscar alternativas al modelo tradicional. Se unió a la Escuela Experimental No. 1 de Montevideo, un espacio donde comenzó a explorar nuevas metodologías activas y a cuestionar las prácticas pedagógicas hegemónicas de la época.

La experiencia fundacional: Canteras de Riachuelo (1928-1935)

El período más emblemático y fundacional de su carrera fue, sin duda, su labor en la escuela rural de Canteras de Riachuelo, en el departamento de Colonia. Entre 1928 y 1935, Jesualdo Sosa transformó una pequeña y olvidada escuela en un vibrante centro de experimentación pedagógica. Allí, junto a su compañera, la maestra María Cristina Zerpa, puso en práctica sus ideas sobre la expresión creadora.

La escuela de Riachuelo se convirtió en un taller vivo. Los niños no solo aprendían a leer y escribir, sino que dibujaban, pintaban, modelaban en arcilla, escribían sus propios poemas y periódicos, y participaban en la gestión de la escuela. Jesualdo Sosa eliminó los castigos, flexibilizó el currículo y basó la enseñanza en los intereses y la realidad de sus alumnos, hijos de obreros de las canteras. El trabajo manual y la producción artística se integraron como parte esencial del aprendizaje, rompiendo la dicotomía entre el trabajo intelectual y el manual. Esta experiencia quedó inmortalizada en su obra más famosa, Vida de un maestro, donde narra con detalle los desafíos y logros de este proyecto. Sin embargo, su enfoque innovador y su militancia comunista generaron la desconfianza de las autoridades conservadoras, lo que culminó con su destitución en 1935.

Exilio, viajes y labor internacional

Tras ser apartado de su cargo, la vida de Jesualdo Sosa entró en una nueva fase, marcada por los viajes, el exilio y una creciente influencia internacional. Su militancia política, que veía en la educación una herramienta de lucha, se intensificó.

  • México (1939-1943): Durante su exilio en México, trabajó como periodista y colaboró con instituciones educativas, difundiendo sus ideas y conociendo de cerca otras realidades latinoamericanas. Su perspectiva se enriqueció, y su crítica a los sistemas educativos se volvió más sólida y continental.

  • Cuba (1961-1962): Tras el triunfo de la Revolución Cubana, Jesualdo Sosa fue invitado a la isla para colaborar en la histórica Campaña Nacional de Alfabetización. Su experiencia fue fundamental para organizar las brigadas de maestros y desarrollar materiales didácticos. Allí pudo aplicar a gran escala sus principios de una educación ligada a la transformación social y a la dignificación de los sectores populares. Su rol en esta campaña es un ejemplo claro de cómo sus ideas trascendieron el aula para convertirse en política pública.

Últimos años, dictadura y fallecimiento

A su regreso a Uruguay, Jesualdo Sosa continuó su labor como escritor y periodista, convirtiéndose en una voz influyente en los círculos intelectuales y de izquierda. Sin embargo, con la llegada de la dictadura cívico-militar en 1973, su figura y su obra fueron nuevamente objeto de persecución. Sus libros fueron prohibidos, y su nombre fue silenciado por el régimen. A pesar de la censura, su pensamiento siguió circulando de manera clandestina, alimentando la resistencia pedagógica de muchos docentes.

Jesualdo Sosa falleció el 9 de septiembre de 1982 en Montevideo, sin poder ver el retorno de la democracia a su país. Sin embargo, su muerte no significó el fin de su influencia. Con la reapertura democrática, su obra fue redescubierta y revalorizada, y hoy es estudiado como una de las figuras más importantes de la historia de la pedagogía latinoamericana.

Principales teorías y conceptos desarrollados por Sosa

El pensamiento de Jesualdo Sosa es un entramado complejo que articula la psicología infantil, la sociología, el arte y la política. Su propuesta pedagógica no se limita a un conjunto de técnicas, sino que constituye una visión integral del niño, la escuela y la sociedad. A continuación, se analizan sus conceptos más influyentes.

La Expresión Creadora como eje del aprendizaje

Este es, sin duda, el concepto central de su obra, desarrollado extensamente en su libro La expresión creadora del niño. Para Jesualdo Sosa, la expresión no es un simple pasatiempo o una actividad complementaria, sino la manifestación más auténtica del ser infantil. A través del dibujo, la pintura, la escritura o el modelado, el niño no solo representa el mundo, sino que lo interpreta, lo organiza y, en el proceso, se construye a sí mismo.

Las características principales de la expresión creadora son:

  1. Es un lenguaje integral: A diferencia del lenguaje verbal, que es más analítico, la expresión plástica y poética permite al niño comunicar emociones, ideas y percepciones de manera totalizadora. Es un medio para exteriorizar su mundo interior.

  2. Fomenta la autoeducación: Al crear libremente, el niño se convierte en protagonista de su propio aprendizaje. Investiga, experimenta, comete errores y encuentra soluciones, desarrollando su autonomía y su pensamiento crítico. El papel del error en el aprendizaje es visto como una oportunidad, no como un fracaso.

  3. Libera de represiones: Jesualdo Sosa sostenía que la escuela tradicional, con su rigidez y sus modelos estereotipados, reprime la creatividad innata del niño. La expresión libre, en cambio, le permite canalizar sus impulsos y desarrollar una personalidad más equilibrada y segura.

Su enfoque se oponía radicalmente a las clases de dibujo tradicionales, donde se pedía a los niños copiar modelos. Para él, eso era “matar” la expresión. El maestro debía ser un guía que proporciona los materiales y el ambiente adecuado, pero que nunca impone un tema o una técnica, permitiendo que la creatividad fluya desde el interior del niño.

La Pedagogía-Tránsito: uniendo intereses y trabajo

Jesualdo Sosa no se conformaba con la simple expresión libre. Su objetivo era conectar esa creatividad con el conocimiento socialmente organizado y con el trabajo productivo. Aquí es donde surge su concepto de “pedagogía-tránsito”. Se trata de un puente metodológico que permite pasar de los intereses espontáneos del niño (expresados a través del juego y el arte) a un trabajo colectivo, organizado y con un propósito social.

Este tránsito se realiza a través de lo que él llamaba “complejos de trabajo”. Un complejo de trabajo parte de un tema de interés para los niños (por ejemplo, los animales de la granja, el trabajo en las canteras, la construcción de una casa) y, a partir de ahí, se organizan todas las áreas del conocimiento. Las matemáticas, la lengua, las ciencias sociales y naturales se aprenden de manera integrada y funcional, en el marco de un aprendizaje basado en proyectos (ABP).

De esta manera, la escuela se convierte en un taller donde se aprende haciendo. La creatividad individual se pone al servicio de un proyecto colectivo, y el trabajo adquiere un sentido educativo y social. Esta idea está fuertemente influenciada por la pedagogía soviética, pero Jesualdo Sosa la adapta a la realidad rural latinoamericana, dignificando el trabajo manual y conectándolo con la producción cultural.

Articulaciones con el marxismo: una educación liberadora

El compromiso político de Jesualdo Sosa con el comunismo es inseparable de su propuesta pedagógica. Su visión educativa estaba al servicio de un proyecto de transformación social. Para él, la educación no podía ser neutral; o bien reproducía las desigualdades del sistema capitalista, o bien se convertía en una herramienta para la emancipación de las clases oprimidas.

Desde una perspectiva marxista, Jesualdo Sosa analiza la escuela como institución social y critica su rol en la reproducción de la ideología dominante. Su pedagogía busca romper con esta lógica a través de varios ejes:

  • La unión de trabajo y educación: Al integrar el trabajo productivo en la escuela, se busca superar la división capitalista entre el trabajo manual y el intelectual, formando individuos más completos y conscientes del proceso productivo.

  • La conciencia de clase: El currículo y los proyectos de trabajo partían de la realidad concreta de los alumnos (hijos de obreros, campesinos), ayudándoles a comprender su lugar en la estructura social y a valorar su propia cultura.

  • La organización colectiva: La gestión democrática de la escuela y el énfasis en el aprendizaje cooperativo buscaban formar ciudadanos habituados a la solidaridad y la participación, en contraposición al individualismo competitivo que promueve el capitalismo.

Esta dimensión política es lo que diferencia a Jesualdo Sosa de otros defensores de la Escuela Nueva. Para él, la creatividad y la libertad individual solo tienen pleno sentido cuando se ponen al servicio de un proyecto colectivo de justicia social. Su enfoque puede ser considerado un precursor de la pedagogía crítica latinoamericana, que más tarde desarrollaría en profundidad Paulo Freire.

Aportes de Jesualdo Sosa a la pedagogía latinoamericana y su visión sobre la creatividad infantil

Aportes específicos a la pedagogía y la educación

Las teorías de Jesualdo Sosa no se quedaron en el papel. Su principal legado reside en haber demostrado que era posible llevarlas a la práctica, incluso en las condiciones más adversas. Sus aportes concretos transformaron la manera de entender el currículo, la didáctica y el rol de la escuela en la comunidad.

Innovaciones en el currículo y la práctica docente

El aporte más visible de Jesualdo Sosa fue su redefinición del currículo escolar. En lugar de un listado de asignaturas y contenidos abstractos, propuso un currículo vivo, flexible y emergente, basado en la realidad y los intereses de los niños.

  • El periódico escolar: Inspirado en las técnicas de Freinet, el periódico escolar fue una herramienta central en su pedagogía. Los niños escribían, ilustraban y componían sus propias noticias y relatos, lo que convertía la lectoescritura en una práctica social con sentido, en lugar de un ejercicio mecánico.

  • La asamblea escolar: Jesualdo Sosa introdujo la asamblea como un órgano de gobierno democrático donde los estudiantes participaban en la toma de decisiones sobre la vida de la escuela. Esto no solo desarrollaba su sentido de la responsabilidad y la ciudadanía, sino que también transformaba las relaciones de poder en el aula.

  • Integración del arte como lenguaje: El dibujo, la pintura y el modelado dejaron de ser “manualidades” para convertirse en lenguajes tan válidos como el escrito. A través del análisis de los dibujos infantiles, Jesualdo Sosa demostró que era posible comprender el desarrollo cognitivo y emocional de los niños, anticipándose a muchas ideas de la psicología evolutiva.

Impacto en la educación rural y la alfabetización

Jesualdo Sosa es una figura clave para entender la pedagogía rural en América Latina. Comprendió que la escuela rural no podía ser una copia empobrecida de la escuela urbana. Debía tener una identidad propia, arraigada en la cultura y las necesidades de su comunidad. Su modelo de escuela-taller, ligada al trabajo agrícola o artesanal, buscaba no solo educar a los niños, sino también mejorar las condiciones de vida de sus familias y evitar el desarraigo cultural.

Su participación en la Campaña de Alfabetización en Cuba es otro de sus grandes aportes. Allí, su experiencia fue crucial para diseñar un método que fuera rápido, efectivo y, sobre todo, que tuviera un profundo sentido político. Alfabetizar no era solo enseñar a firmar, era “dar la palabra” a los oprimidos para que pudieran leer el mundo y transformarlo. Demostró que la educación de adultos podía ser una poderosa herramienta de concientización y movilización social.

Influencia en la educación moderna y ejemplos prácticos

Aunque Jesualdo Sosa desarrolló su obra en la primera mitad del siglo XX, sus ideas conservan una sorprendente vigencia y continúan inspirando a educadores en toda Hispanoamérica. Su influencia se puede rastrear en diversas prácticas y movimientos pedagógicos contemporáneos.

Muchos de los principios de la “expresión creadora” resuenan en enfoques actuales como la pedagogía Reggio Emilia, que concibe al niño como un ser con “cien lenguajes” y valora la documentación de sus procesos creativos. La idea de que el ambiente debe ser un “tercer maestro” que estimule la curiosidad y la experimentación es un eco directo de la escuela-taller que Jesualdo Sosa implementó en Riachuelo.

Asimismo, su modelo de “complejos de trabajo” es un claro antecedente del aprendizaje basado en proyectos (ABP) y los proyectos interdisciplinarios que hoy se promueven como una forma de superar la fragmentación del conocimiento. La práctica de partir de una pregunta o problema relevante para los estudiantes y organizar el aprendizaje en torno a su resolución es una aplicación directa de la pedagogía-tránsito.

En Hispanoamérica, existen numerosos ejemplos de escuelas rurales y cooperativas que, de manera consciente o no, aplican los principios de Jesualdo Sosa. Proyectos educativos en comunidades indígenas que buscan integrar los saberes ancestrales con el currículo oficial, o escuelas que organizan huertas y talleres productivos como parte de su propuesta pedagógica, están siguiendo la senda que él abrió. Su enfoque en una educación inclusiva y atenta a la diversidad cultural de los contextos locales sigue siendo una guía para quienes buscan una escuela más justa y pertinente.

Recursos para docentes inspirados en Jesualdo Sosa

Aplicar las ideas de Jesualdo Sosa en el aula actual es posible y enriquecedor. Aquí te ofrecemos algunas estrategias prácticas:

  1. El Rincón de la Expresión Libre: Destina un espacio permanente en el aula con materiales variados (arcilla, pinturas, papeles de diferentes texturas, material de desecho). Anima a los estudiantes a usarlo libremente, sin consignas ni modelos, para expresar sus ideas y emociones.

  2. El Diario Mural o Periódico de la Clase: Fomenta la creación de un periódico escolar donde los alumnos sean los reporteros, editores e ilustradores. Puede ser un proyecto semanal o mensual donde documenten lo que aprenden, lo que les preocupa o los eventos de la escuela.

  3. Proyectos desde sus Intereses: Inicia un proyecto de investigación a partir de una pregunta o un tema propuesto por los propios estudiantes. Utiliza esa pregunta como eje para explorar contenidos de diferentes áreas del currículo de manera integrada.

  4. Asambleas de Clase: Dedica un tiempo semanal para realizar una asamblea donde se discutan temas de convivencia, se planifiquen actividades o se resuelvan conflictos entre alumnos. Esto fomenta la participación democrática en el aula y el sentido de comunidad.

  5. Documentación Pedagógica: Al igual que Jesualdo Sosa, lleva un registro (escrito, fotográfico o en video) de los procesos creativos de tus alumnos. Analizar sus producciones te dará una valiosa información sobre su desarrollo y sus formas de pensar.

Críticas y controversias a su enfoque

Como toda figura revolucionaria, Jesualdo Sosa no estuvo exento de críticas. Es importante analizarlas para tener una visión equilibrada de su pensamiento.

La crítica más recurrente, especialmente en su época, fue la acusación de “ideologización marxista”. Sus detractores argumentaban que utilizaba la escuela como un centro de adoctrinamiento político, en lugar de mantener una supuesta neutralidad. Desde la perspectiva de Jesualdo Sosa, esta neutralidad era una falacia, ya que la educación tradicional también adoctrinaba en los valores del sistema dominante. Sin embargo, el debate sobre el papel de la política en la escuela sigue abierto y es un punto de tensión en su propuesta.

Otra crítica se centra en los desafíos de su implementación a gran escala. Su modelo, altamente personalizado y basado en la creatividad del docente, requiere educadores muy formados y comprometidos, algo difícil de garantizar en sistemas educativos masivos y con recursos limitados. La falta de una planificación didáctica estructurada puede generar desorden o una cobertura desigual del currículo si el docente no es lo suficientemente hábil para guiar el proceso.

Finalmente, algunos pedagogos han señalado que su fuerte énfasis en lo social y lo colectivo podría, en ciertos casos, descuidar el desarrollo de contenidos académicos específicos o la atención a necesidades individuales de aprendizaje que no siempre se alinean con el proyecto del grupo.

Legado y relevancia actual en pedagogía

A pesar de las críticas, el legado de Jesualdo Sosa es innegable y su relevancia no ha hecho más que crecer con el tiempo. En un mundo que debate sobre la necesidad de fomentar la creatividad, el pensamiento crítico y las habilidades socioemocionales, sus ideas ofrecen un camino claro y probado.

Su principal legado es haber demostrado que la creatividad no es un lujo, sino una necesidad fundamental para el desarrollo humano y una herramienta poderosa para el aprendizaje. Nos enseñó a mirar los dibujos y los textos de los niños no como simples ejercicios, sino como ventanas a su pensamiento y a su alma.

Además, su insistencia en vincular la escuela con la vida y el trabajo sigue siendo un llamado de atención contra la abstracción y la irrelevancia de muchos currículos. Hoy, cuando se habla de la importancia de la educación y trabajo, la experiencia de Jesualdo Sosa en Riachuelo nos recuerda que esta vinculación debe ser crítica y emancipadora, no meramente funcional a las demandas del mercado.

Jesualdo Sosa fue mucho más que un maestro; fue un intelectual comprometido con su tiempo, un visionario que entendió que la verdadera revolución empieza en la infancia. Su vida y su obra son un testimonio de la potencia transformadora de la educación cuando se pone al servicio de la libertad, la creatividad y la justicia social. Su concepto de expresión creadora, su pedagogía-tránsito y su valiente defensa de una escuela popular y democrática lo consolidan como una figura imprescindible para cualquier educador que aspire a ir más allá de la simple instrucción. Redescubrir a Jesualdo Sosa hoy no es un ejercicio de nostalgia, sino una necesidad para imaginar y construir la escuela que nuestras sociedades necesitan.

Glosario

  • Expresión Creadora: Proceso por el cual el niño manifiesta su mundo interior (emociones, ideas, percepciones) a través de lenguajes no verbales como el dibujo, la pintura o el modelado. Es considerada por Sosa el motor principal del aprendizaje y la autoeducación.

  • Pedagogía-Tránsito: Metodología que sirve de puente para conectar los intereses espontáneos y la expresión libre del niño con el trabajo colectivo, organizado y con propósito social.

  • Complejos de Trabajo: Unidades de aprendizaje interdisciplinarias que parten de un tema de interés para los estudiantes y organizan los contenidos curriculares en torno a un proyecto práctico y colectivo.

  • Escuela Nueva: Movimiento pedagógico de principios del siglo XX que proponía poner al niño en el centro del proceso educativo, fomentando el aprendizaje activo, la experiencia y la cooperación. Jesualdo Sosa se inspiró en este movimiento, pero le añadió un fuerte componente de crítica social.

Preguntas Frecuentes (FAQ)

1. ¿Cómo puedo aplicar el método de la expresión creadora en mi aula? Puedes comenzar por establecer un espacio con materiales diversos y dar libertad a tus estudiantes para que creen sin instrucciones directas. Valora el proceso más que el resultado final y utiliza sus creaciones como punto de partida para dialogar sobre sus ideas y emociones.

2. ¿Cuál es la obra más importante de Jesualdo Sosa para empezar a leerlo? Vida de un maestro es su libro más emblemático y accesible. Es una crónica novelada de su experiencia en la escuela de Canteras de Riachuelo y una excelente introducción a su pensamiento y práctica. Para profundizar en su teoría, La expresión creadora del niño es fundamental.

3. ¿La pedagogía de Jesualdo Sosa es aplicable en contextos urbanos? Absolutamente. Aunque fue desarrollada en un entorno rural, sus principios son universales. La clave es adaptar los “complejos de trabajo” a los intereses y realidades de los estudiantes urbanos, conectando el aprendizaje con los problemas y oportunidades de su entorno.

4. ¿Qué diferencia a Jesualdo Sosa de otros pedagogos como Freinet o Montessori? Aunque comparte con ellos principios de la Escuela Nueva (como el respeto al niño y el aprendizaje activo), la principal diferencia es su explícita articulación con el pensamiento marxista. Para Jesualdo Sosa, el objetivo final de la educación no es solo el desarrollo individual del niño, sino la transformación de la sociedad y la lucha contra la opresión de clase.

Bibliografía

  • Sosa, J. (1935). Vida de un maestro.

  • Sosa, J. (1943). El niño y su expresión.

  • Sosa, J. (1945). La expresión creadora del niño.

  • Sosa, J. (1951). 180 poemas de los niños de la escuela de Jesualdo.

  • Sosa, J. (1962). José Artigas, el primer americano.

  • Sosa, J. (1970). Sarmiento, el sanjuanino.

  • Puiggrós, A. (Dir.). (1990). Historia de la educación en América Latina. Galerna.

  • Manacorda, M. A. (1987). Historia de la educación 2. De la antigüedad al 1500. Siglo XXI.

  • Pineau, P., Dussel, I., & Caruso, M. (2001). La escuela como máquina de educar. Paidós.

  • Palacios, J. (1979). La cuestión escolar. Laia.

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