La educación es, en su esencia, un acto de conexión. Sin embargo, en la práctica diaria, el conocimiento puede parecer distante para el estudiante, un territorio abstracto y difícil de alcanzar. Es aquí donde el docente asume su rol más transformador: no como un mero transmisor de datos, sino como un constructor de puentes. Este artículo explora a fondo el concepto de mediación pedagógica, un enfoque donde el profesor actúa intencionadamente como un facilitador que une al alumno con el saber, el contexto y sus propias capacidades para aprender. Lejos de ser una simple técnica, la mediación pedagógica es una postura ética y profesional que redefine el rol del docente y coloca al estudiante en el centro de un proceso activo, creativo y, sobre todo, lleno de significado. A lo largo de este texto, descubriremos cómo esta perspectiva, inspirada en las ideas de grandes autores de la pedagogía, sigue siendo una de las herramientas más poderosas para la enseñanza en el siglo XXI.
Qué vas a encontrar en este artículo
Orígenes del Concepto: Contexto Histórico y Antecedentes
El concepto de mediación pedagógica no surgió en el vacío. Es el resultado de una evolución en el pensamiento educativo que buscaba superar las limitaciones de los modelos tradicionales. Para comprender su alcance, es fundamental explorar las raíces teóricas que le dieron forma, principalmente desde el constructivismo social y la pedagogía crítica.
La Zona de Desarrollo Próximo de Vygotsky
Una de las influencias más determinantes en la mediación pedagógica proviene del psicólogo ruso Lev Vygotsky y su teoría socioconstructivista. Vygotsky introdujo el concepto de Zona de Desarrollo Próximo (ZDP), que define la distancia entre lo que un estudiante puede hacer por sí solo y lo que puede lograr con la ayuda de un adulto o un compañero más capaz.
Es precisamente en esta zona donde la mediación cobra todo su sentido. El docente mediador no entrega respuestas, sino que proporciona “andamios”: preguntas, pistas, herramientas y estímulos que permiten al estudiante construir su propio conocimiento y avanzar a través de su ZDP. La interacción social y el rol del lenguaje en la educación son cruciales en este proceso. El diálogo se convierte en el vehículo a través del cual el pensamiento se organiza y el aprendizaje se consolida. Por lo tanto, la mediación pedagógica vygotskiana es un acto de colaboración intencionada para expandir las capacidades del aprendiz.
La Pedagogía Crítica de Paulo Freire
Otra figura central es el educador brasileño Paulo Freire, quien desde la pedagogía crítica cuestionó el modelo de “educación bancaria”, donde el docente “deposita” conocimiento en la mente pasiva del alumno. Freire propuso una educación problematizadora, basada en el diálogo y la conciencia crítica.
Para Freire, la mediación pedagógica es un acto político y liberador. El docente mediador no se posiciona por encima del estudiante, sino a su lado, dialogando con él sobre su realidad y utilizando el conocimiento como una herramienta para comprender y transformar el mundo. El objetivo no es solo aprender contenidos, sino formar estudiantes críticos y conscientes de su papel en la sociedad. En este sentido, el educador es un mediador entre el estudiante y su contexto, facilitando una lectura crítica de la realidad que impulse a la acción.
Del Modelo Tradicional al Enfoque Humanista
La transición hacia la mediación pedagógica representa un cambio de paradigma fundamental. El modelo tradicional, centrado en el docente como única fuente de saber y en la memorización de contenidos, da paso a un enfoque humanista que valora al estudiante como un ser integral, con emociones, intereses y saberes previos.
Este cambio se alinea con diversas corrientes pedagógicas que promueven la autonomía y el desarrollo personal. Autores como Carl Rogers abogaron por un aprendizaje centrado en la persona, donde el educador crea un clima de confianza y empatía que facilita el crecimiento. La mediación pedagógica incorpora estos principios al reconocer que el aprendizaje es tanto un proceso cognitivo como emocional, y que el vínculo pedagógico es una condición indispensable para que ocurra un aprendizaje significativo.

¿Qué es Exactamente la Mediación Pedagógica? Definición y Componentes Clave
Definir la mediación pedagógica implica ir más allá de una simple descripción de tareas. Es una intervención intencionada y planificada del docente en el proceso de aprendizaje del estudiante, con el propósito de potenciar sus capacidades y facilitar la construcción de conocimiento. No se trata de “facilitar” en el sentido de simplificar en exceso, sino de hacer posible y accesible el aprendizaje, promoviendo el esfuerzo y la reflexión.
El docente mediador crea situaciones de aprendizaje que desafían al estudiante, lo invitan a pensar y lo acompañan en el proceso de superación de obstáculos. Esta mediación puede ser directa (a través del diálogo, preguntas o modelado) o indirecta (a través del diseño de materiales, la organización del espacio o la selección de recursos).
Características Esenciales: Participación, Creatividad y Expresividad
La mediación pedagógica se distingue por tres características fundamentales que la alejan de la enseñanza tradicional:
Participación: El estudiante no es un receptor pasivo, sino un protagonista activo. El docente mediador diseña actividades que requieren la implicación del alumno, fomentando el debate, el aprendizaje cooperativo y la construcción conjunta de ideas. Se busca que el estudiante “haga” y “piense” con el conocimiento, no solo que lo reciba.
Creatividad: Se valora la originalidad y la búsqueda de soluciones diversas. En lugar de enseñar un único camino para resolver un problema, el mediador anima a explorar diferentes enfoques y a expresar las ideas de maneras personales. La creatividad no se limita a las artes; se aplica a la resolución de problemas matemáticos, la interpretación de textos o el diseño de proyectos científicos.
Expresividad: Se reconoce la importancia de que los estudiantes puedan comunicar lo que han aprendido de múltiples formas. La mediación pedagógica utiliza diversos lenguajes (oral, escrito, visual, corporal) para que cada alumno encuentre el canal más adecuado para organizar y compartir sus pensamientos. Esto se conecta con la teoría de las inteligencias múltiples de Howard Gardner.
Funciones Cognitivas que Potencia la Mediación
El impacto de la mediación pedagógica va más allá de la adquisición de contenidos. Su verdadero poder reside en el desarrollo de las funciones ejecutivas y los procesos cognitivos superiores. Un buen mediador ayuda a los estudiantes a:
Regular la atención: Focalizar el interés en los aspectos relevantes de una tarea y mantener la concentración.
Organizar la memoria: Conectar la nueva información con los conocimientos previos y desarrollar estrategias para recordarla a largo plazo.
Desarrollar el razonamiento lógico: Analizar, comparar, clasificar y deducir a partir de la información disponible.
Fomentar el pensamiento crítico: Evaluar la validez de los argumentos, identificar sesgos y formar opiniones fundamentadas.
Promover la metacognición: Reflexionar sobre el propio proceso de aprendizaje, identificar fortalezas y debilidades, y planificar cómo mejorar.
El Diálogo Didáctico como Herramienta Central
El diálogo es el corazón de la mediación pedagógica. No se trata de un simple intercambio de preguntas y respuestas, sino de una conversación estructurada con una clara intención pedagógica. A través del diálogo, el docente puede:
Diagnosticar saberes previos: Descubrir qué saben los estudiantes sobre un tema.
Generar conflicto cognitivo: Plantear preguntas que desafíen las ideas preconcebidas de los alumnos y los motiven a buscar nuevas explicaciones.
Modelar procesos de pensamiento: Pensar en voz alta para mostrar a los estudiantes cómo abordar un problema o analizar un texto.
Ofrecer retroalimentación efectiva: Dar orientaciones específicas que ayuden al estudiante a comprender sus errores y a mejorar su desempeño.
El Docente como Puente del Saber: El Perfil del Mediador
Convertirse en un docente mediador implica cultivar un conjunto de habilidades y actitudes que van más allá del dominio disciplinar. El foco se desplaza del “qué” enseñar al “cómo” facilitar que otros aprendan. Este perfil requiere una combinación de sensibilidad humana, competencia técnica y una profunda creencia en el potencial de cada estudiante.
Habilidades Fundamentales: Empatía y Escucha Activa
En el centro del perfil mediador se encuentran dos competencias emocionales clave:
Empatía: La capacidad de comprender la perspectiva del estudiante, de conectar con sus emociones y de reconocer las dificultades que puede estar enfrentando. Un docente empático sabe cuándo ofrecer apoyo, cuándo plantear un desafío y cómo crear un clima escolar de seguridad emocional donde el error es visto como una oportunidad.
Escucha activa: Implica prestar atención no solo a lo que el estudiante dice, sino también a cómo lo dice, a sus gestos y a lo que no expresa verbalmente. Escuchar activamente permite al docente comprender las verdaderas raíces de una duda o un error y ajustar su mediación de manera precisa y personalizada.
Estas habilidades fortalecen la inteligencia emocional en el aula y son la base para construir una relación de confianza.
El Arte de Diseñar Experiencias de Aprendizaje
El docente mediador es, ante todo, un diseñador. Su tarea principal es crear ambientes y proponer actividades que provoquen la curiosidad y promuevan la construcción de conocimiento. Esto se aleja de la tradicional planificación didáctica centrada en una lista de contenidos a cubrir. En su lugar, el diseño se enfoca en:
Objetivos de aprendizaje claros: ¿Qué habilidades y comprensiones clave quiero que mis estudiantes desarrollen?
Tareas auténticas: Proponer problemas y proyectos relevantes, conectados con la vida real, que tengan sentido para los estudiantes.
Recursos variados: Utilizar diferentes tipos de textos, herramientas digitales, materiales manipulativos y fuentes de información.
Flexibilidad: Estar dispuesto a ajustar la planificación sobre la marcha, en función de las respuestas y necesidades de los estudiantes.
Una buena secuencia didáctica mediada es como un buen guion: tiene una estructura clara, pero deja espacio para la improvisación y la co-creación.
Fomentando la Autonomía y la Resolución de Conflictos
El objetivo último de la mediación pedagógica es que el estudiante se vuelva cada vez menos dependiente del mediador. El docente busca transferir gradualmente la responsabilidad del aprendizaje al alumno, enseñándole a autorregularse, a planificar sus tareas y a evaluar su propio progreso. Esto se logra a través de estrategias para fomentar la autonomía, como el uso de rúbricas para la autoevaluación o la implementación de proyectos interdisciplinarios donde los estudiantes toman decisiones.
Asimismo, el aula es un espacio de interacción social donde surgen conflictos entre alumnos. El docente mediador no los ignora ni los resuelve de forma autoritaria. En cambio, media en el conflicto, enseñando a las partes a comunicarse, a escuchar las perspectivas del otro y a buscar soluciones negociadas.

Estrategias y Herramientas Prácticas para la Mediación Pedagógica
La teoría de la mediación pedagógica cobra vida a través de estrategias y herramientas concretas que se pueden aplicar en el día a día del aula. Estas prácticas transforman la intención mediadora en acciones efectivas que promueven el aprendizaje.
El Uso de las TIC para una Mediación Ampliada
Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) ofrecen un abanico inmenso de posibilidades para la mediación pedagógica. No se trata de usar la tecnología por sí misma, sino de integrarla con una clara intención pedagógica. Algunas herramientas TIC para docentes pueden servir para:
Acceder a información diversa: La web permite superar las limitaciones del libro de texto, dando acceso a simulaciones, videos, artículos y bases de datos que enriquecen los temas estudiados. El docente media seleccionando fuentes fiables y enseñando a los estudiantes a realizar una lectura científica y crítica de la información.
Fomentar la colaboración: Plataformas como Google Docs o Padlet permiten que los estudiantes trabajen juntos en tiempo real, construyendo textos o murales de forma colaborativa, incluso a distancia.
Personalizar el aprendizaje: Aplicaciones adaptativas pueden ofrecer a cada estudiante ejercicios ajustados a su nivel, permitiendo que el docente dedique más tiempo a la mediación con aquellos que enfrentan mayores dificultades. La IA en la educación también abre nuevas fronteras en este campo.
La Pregunta como Instrumento de Exploración
El docente mediador es un maestro en el arte de preguntar. Las preguntas bien formuladas son la principal herramienta para guiar el pensamiento del estudiante sin darle la respuesta. Se pueden distinguir varios tipos de preguntas mediadoras:
Preguntas para activar conocimientos previos: “¿Qué sabemos ya sobre este tema?”
Preguntas para enfocar la atención: “¿En qué parte del texto encontramos la idea principal?”
Preguntas para fomentar la reflexión: “¿Por qué crees que ocurrió esto?”
Preguntas para generar hipótesis: “¿Qué pasaría si cambiáramos esta variable?”
Preguntas metacognitivas: “¿Cómo llegaste a esa conclusión? ¿Qué pasos seguiste?”
Estas técnicas son fundamentales en metodologías activas como el aprendizaje basado en problemas (ABP).
Mediación en Aulas Inclusivas y Diversas
La mediación pedagógica es especialmente poderosa en contextos de alta diversidad. La educación inclusiva no se trata de que todos los estudiantes hagan lo mismo, sino de que todos tengan la oportunidad de aprender al máximo de su potencial. El docente mediador:
Utiliza el Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA): Ofrece múltiples formas de presentar la información, de permitir la acción y expresión de los alumnos, y de implicarlos en el aprendizaje.
Realiza adaptaciones curriculares: Ajusta los objetivos, contenidos o criterios de evaluación para responder a las necesidades individuales de estudiantes con trastornos del aprendizaje o otras condiciones.
Valora la diversidad cultural en la escuela: Incorpora las experiencias y saberes de los estudiantes de diferentes orígenes como un recurso valioso para el aprendizaje de todo el grupo.
Aplicaciones en Contextos Educativos Hispanoamericanos
La mediación pedagógica adquiere matices particulares cuando se aplica en la diversa realidad de América Latina. Los desafíos sociales, económicos y culturales de la región hacen que este enfoque no solo sea pertinente, sino necesario para promover una educación de calidad y con equidad.
Mediación en Entornos Rurales: Superando Barreras Geográficas
En muchas zonas rurales de Hispanoamérica, las escuelas enfrentan el aislamiento, la falta de recursos y la existencia de aulas multigrado. En este contexto, el docente mediador es una figura clave. Utiliza la mediación pedagógica para:
Conectar el currículo con la realidad local: Integra los saberes de la comunidad (prácticas agrícolas, tradiciones orales) en los proyectos de aula, haciendo que el aprendizaje sea relevante.
Fomentar el aprendizaje autónomo: Enseña a los estudiantes a utilizar los pocos recursos disponibles (una pequeña biblioteca, un único ordenador con conexión satelital) para investigar y aprender por su cuenta.
Promover la tutoría entre pares: Organiza a los estudiantes de diferentes edades para que los mayores medien en el aprendizaje de los más pequeños, creando una comunidad de aprendizaje.
Proyectos de Mediación con TIC en Zonas Urbanas
En las ciudades, aunque el acceso a la tecnología puede ser mayor, la brecha digital sigue siendo un desafío. Los proyectos de mediación pedagógica con TIC en estos contextos buscan:
Desarrollar la ciudadanía digital: El docente media en el uso de redes sociales e internet para enseñar a los estudiantes a comunicarse de forma respetuosa, a proteger su privacidad y a evaluar la fiabilidad de la información.
Crear redes de aprendizaje: Utiliza plataformas en línea para conectar su aula con otras escuelas, museos o expertos, ampliando los horizontes de sus estudiantes más allá del entorno inmediato.
Producir contenido local: En lugar de ser solo consumidores de información, los estudiantes, con la mediación del docente, crean blogs, videos o podcasts sobre temas de su interés o problemas de su comunidad.
La Mediación como Herramienta para la Equidad Social
En una región marcada por la desigualdad, la mediación pedagógica se convierte en una herramienta para la equidad educativa. Un docente mediador trabaja activamente para compensar las desventajas de origen de sus estudiantes. Esto implica:
Tener altas expectativas para todos: Confiar en la capacidad de cada estudiante para aprender, independientemente de su contexto socioeconómico.
Ofrecer apoyo diferenciado: Dedicar más tiempo y estrategias de andamiaje más intensivas a aquellos estudiantes que enfrentan mayores barreras para el aprendizaje.
Hacer visible el currículum oculto: Dialogar con los estudiantes sobre los valores, normas y sesgos implícitos en la cultura escolar y en la sociedad en general.
Críticas y Desafíos de la Mediación Pedagógica en la Práctica
A pesar de sus innegables beneficios teóricos, la implementación de la mediación pedagógica en el mundo real enfrenta obstáculos significativos. Es importante analizar estos desafíos para tener una visión completa y realista de este enfoque.
La Dependencia de Recursos y Contextos Favorables
Una crítica común es que la mediación pedagógica es difícil de aplicar en sistemas con ratios de alumnos por aula muy elevadas, falta de materiales o una infraestructura escolar precaria. Mediar de forma individualizada es un desafío inmenso para un docente a cargo de 40 estudiantes en un espacio reducido. Si bien la creatividad puede suplir la falta de recursos, existen límites estructurales que no pueden ser ignorados.
La Necesidad de una Formación Docente Continua
Ser un docente mediador no es algo innato; requiere un alto nivel de competencias docentes y una sólida formación docente. Muchos programas de formación inicial todavía se centran en un modelo transmisivo. Por ello, es indispensable una actualización profesional continua que brinde a los profesores las herramientas teóricas y prácticas para:
Comprender a fondo las teorías del aprendizaje que sustentan la mediación.
Aprender a diseñar actividades y estrategias didácticas mediadoras.
Desarrollar habilidades de gestión del aula, comunicación y evaluación formativa.
La falta de este apoyo puede llevar al síndrome de burnout docente en aquellos que intentan cambiar sus prácticas en solitario.
Resistencia al Cambio en Sistemas Educativos Rígidos
La mediación pedagógica a menudo choca con la cultura de sistemas educativos muy burocratizados y centralizados. Un currículo sobrecargado de contenidos curriculares que “hay que pasar”, la presión por los resultados en pruebas estandarizadas y una cultura de evaluación centrada en la calificación numérica pueden desincentivar las prácticas mediadoras, que requieren más tiempo y un enfoque en los procesos más que en los resultados a corto plazo.
Legado y Relevancia Actual en la Pedagogía Contemporánea
A pesar de los desafíos, el legado de la mediación pedagógica es más fuerte que nunca. Sus principios fundamentales resuenan en los debates educativos más actuales y son la base de muchas de las reformas que buscan una educación más humana, inclusiva y pertinente para el siglo XXI.
La relevancia de la mediación pedagógica se observa en el auge de las metodologías activas. Enfoques como el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP), el flipped classroom o la gamificación no tendrían sentido sin un docente que actúe como mediador, guiando, preguntando y facilitando en lugar de exponiendo.
Además, los aportes de la neuroeducación han validado muchos de los postulados de la mediación. Hoy sabemos que el cerebro aprende mejor cuando está emocionalmente involucrado, cuando puede conectar lo nuevo con lo conocido y cuando participa activamente en la resolución de problemas. La mediación pedagógica es, en esencia, una forma de enseñar que respeta cómo funciona el cerebro.
En Hispanoamérica, conceptos como el de la Nueva Escuela Mexicana, que pone el foco en la comunidad y el desarrollo integral del estudiante, o los esfuerzos por una educación para la paz en contextos de posconflicto, beben directamente de la tradición de la mediación y la pedagogía crítica.
La mediación pedagógica no es una moda pasajera, sino un pilar fundamental de la buena enseñanza. Representa la decisión consciente de un docente de ir más allá de la simple instrucción para convertirse en un verdadero arquitecto de oportunidades de aprendizaje. Al asumir este rol, el profesor deja de ser el centro del universo del aula para convertirse en el puente que conecta mundos: el mundo interior del estudiante con el vasto universo del conocimiento, y el conocimiento académico con la vibrante realidad del contexto en que se vive.
Adoptar un enfoque de mediación pedagógica es un desafío, pero también uno de los actos más gratificantes de la profesión docente. Significa creer en el potencial de cada alumno, valorar el poder del diálogo y entender que enseñar no es llenar un vacío, sino encender una llama. En un mundo en constante cambio, la capacidad de aprender a aprender es el regalo más valioso que podemos ofrecer a nuestros estudiantes, y el docente mediador es, sin duda, el mejor guía en ese viaje.
Glosario
Mediación Pedagógica: Proceso intencional en el que el docente actúa como puente entre el estudiante, el conocimiento y el contexto, utilizando estrategias para facilitar la construcción activa del aprendizaje y el desarrollo de la autonomía.
Zona de Desarrollo Próximo (ZDP): Concepto de Vygotsky que describe el espacio entre lo que un aprendiz puede hacer de forma independiente y lo que puede lograr con la guía o colaboración de alguien más experto. Es el área ideal para la intervención mediadora.
Andamiaje (Scaffolding): Apoyo temporal (pistas, preguntas, modelos) que el docente proporciona al estudiante para ayudarlo a completar una tarea que está justo por encima de su nivel de competencia actual. Estos apoyos se retiran gradualmente a medida que el estudiante gana autonomía.
Pedagogía Crítica: Corriente educativa, fuertemente influenciada por Paulo Freire, que concibe la educación como un acto político y liberador. Busca desarrollar en los estudiantes la capacidad de analizar críticamente la sociedad y de actuar para transformarla.
Aprendizaje Significativo: Término acuñado por David Ausubel que describe un tipo de aprendizaje en el que la nueva información se relaciona de manera sustancial y no arbitraria con la estructura de conocimiento que ya posee el estudiante.
Diálogo Didáctico: Interacción verbal estructurada entre docente y estudiantes con una clara intención pedagógica. No es una conversación casual, sino una herramienta para explorar ideas, generar conflictos cognitivos y construir entendimiento de forma conjunta.
Preguntas Frecuentes (FAQ)
1. ¿La mediación pedagógica solo se aplica en niveles iniciales o primaria? No. Aunque es fundamental en las primeras etapas, la mediación pedagógica es un enfoque válido y necesario en todos los niveles educativos, desde la educación inicial hasta la universitaria y la formación de adultos. Lo que cambia son las estrategias y el nivel de complejidad del andamiaje, pero el principio de guiar y facilitar la construcción del conocimiento sigue siendo el mismo.
2. ¿Cómo puedo empezar a aplicar la mediación pedagógica si tengo un currículo muy estricto y poco tiempo? Puedes empezar con pequeños cambios. Por ejemplo, en lugar de iniciar un tema con una exposición, comienza con una pregunta desafiante que active la curiosidad. Introduce breves momentos de trabajo en parejas para discutir una idea. Modifica tus preguntas durante la clase para que no busquen solo una respuesta correcta, sino que inviten a la reflexión (“¿Por qué piensas eso?”, “¿Alguien lo ve de otra manera?”).
3. ¿La mediación pedagógica implica que el docente nunca debe dar una clase expositiva? No necesariamente. Una clase expositiva puede ser una forma de mediación si está bien diseñada. Por ejemplo, si el docente la estructura con pausas para preguntas, utiliza analogías para conectar con los saberes previos de los alumnos y modela su propio proceso de pensamiento. La clave no es la herramienta (clase expositiva, proyecto, etc.), sino la intención: ¿estoy entregando información para ser memorizada o estoy organizando la información para ayudar a otros a pensar?
4. ¿Cuál es la diferencia entre un docente mediador y un tutor? Aunque ambos roles implican apoyo, la mediación pedagógica es una función inherente a la práctica docente en el aula con todo el grupo. Su objetivo es diseñar un ambiente de aprendizaje que potencie a todos. La tutoría suele ser una intervención más específica y focalizada, a menudo individual o en grupos pequeños, para abordar dificultades particulares o reforzar contenidos concretos. Un buen tutor, sin duda, utiliza técnicas de mediación.
Bibliografía
Ausubel, D. P., Novak, J. D., & Hanesian, H. (1983). Psicología Educativa: Un punto de vista cognoscitivo. Trillas.
Bruner, J. (1988). Desarrollo cognitivo y educación. Morata.
Feuerstein, R., Rand, Y., & Rynders, J. E. (1988). Don’t accept me as I am: Helping “retarded” people to excel. Plenum Press.
Freire, P. (2005). Pedagogía del oprimido. Siglo XXI Editores.
Freire, P. (1997). A la sombra de este árbol. El Roure.
Gutiérrez, F. y Prieto, D. (1991). La mediación pedagógica. Apuntes para una educación a distancia alternativa. Editorial PPN.
Litwin, E. (2008). El oficio de enseñar: condiciones y contextos. Paidós.
Meirieu, P. (2001). Frankenstein educador. Laertes.
Perkins, D. (1995). La escuela inteligente: Del adiestramiento de la memoria a la educación de la mente. Gedisa.
Porlán, R. (1993). Constructivismo y escuela: Hacia un modelo de enseñanza-aprendizaje basado en la investigación. Diada Editora.
Vygotsky, L. S. (1979). El desarrollo de los procesos psicológicos superiores. Crítica.
Vygotsky, L. S. (2000). Pensamiento y lenguaje. Paidós.
Wassermann, S. (2006). El estudio de casos como método de enseñanza. Amorrortu Editores.