En el día a día del aula, una de las mayores frustraciones para cualquier docente es ver cómo la información nueva, que se explica con esmero y dedicación, parece desvanecerse de la mente de los estudiantes a los pocos días. Se presenta un tema, se realizan actividades y, sin embargo, al momento de conectar esa idea con la siguiente, parece que se está partiendo de cero otra vez. Este fenómeno, a menudo atribuido a la falta de atención o de estudio, tiene una raíz mucho más profunda: la ausencia de un anclaje mental. Cuando el nuevo conocimiento no tiene dónde sujetarse, simplemente queda a la deriva. Es aquí donde la visionaria teoría de David Ausubel nos ofrece una herramienta de inmenso poder: los organizadores previos.
Lejos de ser un simple resumen o una introducción, un organizador previo es un puente cognitivo. Es un material introductorio de mayor nivel de abstracción, diseñado específicamente para conectar lo que el alumno ya sabe con lo que está a punto de aprender. Su propósito no es adelantar el contenido, sino preparar la mente del estudiante, creando una estructura, un andamio sobre el cual los nuevos ladrillos del conocimiento puedan ser colocados de forma firme y coherente. Este enfoque transforma el aprendizaje de un acto de memorización a un proceso de construcción activa, pilar fundamental del aprendizaje significativo.
Este artículo es una guía completa para docentes de Hispanoamérica que buscan no solo enseñar, sino asegurar que el aprendizaje perdure. Exploraremos en profundidad qué son los organizadores previos, desglosaremos sus tipos, analizaremos el mecanismo cognitivo que activan y, lo más importante, ofreceremos estrategias prácticas y ejemplos concretos para diseñarlos y aplicarlos eficazmente en cualquier disciplina y nivel educativo.
Qué vas a encontrar en este artículo
Definición y Fundamentos de los Organizadores Previos
Para comprender el valor de los organizadores previos, primero debemos situarlos en el marco de las grandes teorías del aprendizaje. David Ausubel, psicólogo y pedagogo, postuló que el factor más importante que influye en el aprendizaje es lo que el alumno ya sabe. Averígüese esto y enséñese consecuentemente. Esta idea, tan sencilla como potente, es la piedra angular de su Teoría del Aprendizaje Significativo, la cual se opone frontalmente al aprendizaje memorístico o repetitivo.
El aprendizaje memorístico ocurre cuando el estudiante intenta almacenar nueva información sin conectarla con sus conocimientos existentes. Los datos se guardan en compartimentos aislados, son frágiles y se olvidan con facilidad. En cambio, el aprendizaje significativo se produce cuando la nueva información se relaciona de manera no arbitraria y sustancial con la estructura cognitiva del estudiante. Es decir, cuando el nuevo concepto se “engancha” a una idea ya existente.
Aquí es donde los organizadores previos juegan su papel estelar.
Un organizador previo es un concepto, una idea, una analogía o un material verbal o visual que se presenta al estudiante antes de la lección principal. Su característica fundamental es que tiene un nivel de generalidad y abstracción mayor que el contenido que se va a enseñar. No es un resumen de los puntos clave de la lección; es el marco general que los contendrá.
Piénsalo de esta manera: si vas a armar un rompecabezas de mil piezas, ¿qué es lo primero que haces? Miras la imagen de la caja. Esa imagen no te muestra dónde va cada pieza, pero te da el marco general, la estructura global que guiará tus acciones. Los organizadores previos son la “imagen de la caja” del aprendizaje. Proporcionan el panorama completo para que el estudiante pueda entender cómo encajan las piezas específicas de la nueva información. Activan los saberes previos relevantes y los traen al frente de la conciencia, listos para ser utilizados.
En esencia, su función es triple:
Dirigir la atención: Enfocan al estudiante en lo que es importante y en las grandes ideas del tema.
Movilizar el conocimiento existente: Activan las ideas relevantes que ya posee el alumno, preparándolo para la nueva información.
Proporcionar un anclaje conceptual: Ofrecen “ganchos” conceptuales (ideas más abstractas y estables) a los que se puede subordinar el material más detallado y específico de la lección.
Al hacer esto, los organizadores previos no solo facilitan la adquisición inicial del conocimiento, sino que también mejoran drásticamente su retención y su transferencia a nuevos contextos.

Tipos de Organizadores Previos y sus Características
Ausubel no propuso un modelo único de organizador, sino que distinguió dos tipos principales, cuya elección depende directamente del nivel de familiaridad que tengan los estudiantes con el tema a tratar. Entender esta diferencia es clave para diseñar una estrategia didáctica verdaderamente efectiva.
1. Organizadores Previos Expositivos
Los organizadores expositivos se utilizan cuando el nuevo material de aprendizaje es completamente desconocido para el estudiante. Es decir, cuando no existen conceptos relevantes en su estructura cognitiva con los que pueda relacionar la nueva información de manera directa. En este escenario, el organizador expositivo actúa proporcionando un “andamio” conceptual inclusivo.
Función principal: Ofrecer el contexto general y los conceptos más amplios que son necesarios para entender el material específico que vendrá después. Su objetivo es dotar al alumno del conocimiento de fondo que no posee.
Características:
Son de naturaleza más abstracta y general.
Presentan definiciones, conceptos clave y principios generales.
Establecen un marco conceptual desde cero.
Ejemplos prácticos:
En Biología (Primaria): Antes de enseñar las partes de la célula (núcleo, citoplasma, membrana), se podría presentar un organizador expositivo que defina el concepto de “sistema”. Por ejemplo: “Así como una ciudad tiene diferentes partes que trabajan juntas (la alcaldía, los hospitales, las calles), un ser vivo está hecho de pequeños ‘ladrillos’ llamados células, que también son sistemas con partes que colaboran para mantenerlo vivo”.
En Literatura (Secundaria): Antes de analizar un poema surrealista, el docente podría presentar una breve explicación del movimiento surrealista, sus objetivos (explorar el subconsciente) y sus características principales (imágenes oníricas, ausencia de lógica tradicional). Este marco es esencial para que los estudiantes no se sientan perdidos ante un texto que desafía las convenciones.
En Economía (Bachillerato): Para introducir el concepto de inflación, un organizador expositivo podría ser una explicación general sobre el valor del dinero y cómo este puede cambiar con el tiempo, usando conceptos básicos de oferta y demanda.
2. Organizadores Previos Comparativos
A diferencia de los expositivos, los organizadores comparativos se emplean cuando el estudiante ya posee conocimientos que son, en cierta medida, similares o relevantes para el nuevo tema. El desafío aquí no es construir un marco desde cero, sino ayudar al estudiante a integrar la nueva información distinguiéndola y relacionándola con lo que ya conoce.
Función principal: Trazar un puente explícito entre las ideas nuevas y las ya existentes, destacando tanto las similitudes como, y esto es crucial, las diferencias. Ayudan a evitar la confusión y a refinar los conceptos existentes.
Características:
Utilizan analogías, metáforas y comparaciones directas.
Discriminan activamente entre el conocimiento nuevo y el previo para evitar generalizaciones erróneas.
Integran conceptos en un marco cognitivo ya existente.
Ejemplos prácticos:
En Historia (Secundaria): Si los estudiantes ya estudiaron la Revolución Francesa y ahora van a estudiar la Revolución Rusa, un organizador comparativo podría ser una tabla o un diagrama que compare las causas de ambas: monarquía absoluta vs. zarismo, crisis económica, descontento social. Esto activa lo que saben y les da un marco para entender las particularidades del caso ruso.
En Física (Bachillerato): Para enseñar el concepto de corriente eléctrica, un docente puede usar la analogía del sistema circulatorio del agua en una casa, algo que todos los estudiantes conocen. Se compara el voltaje con la presión del agua, la corriente con el caudal y la resistencia con el ancho de las tuberías. A continuación, se señalan las diferencias para que la analogía no se lleve demasiado lejos.
En Matemáticas (Primaria): Si los niños ya saben sumar y van a aprender a multiplicar, un organizador comparativo podría ser: “La multiplicación es una forma rápida de hacer una suma repetida. Así como 2+2+2 es 6, decir ‘2 tres veces’ o ‘2×3’ también es 6”. Esto conecta la nueva operación con una ya dominada.

Cómo los Organizadores Previos Activan el Conocimiento
El poder de los organizadores previos no es mágico; reside en cómo interactúan con la arquitectura natural del cerebro humano para el aprendizaje. Ausubel describió dos procesos clave que explican este mecanismo: la diferenciación progresiva y la reconciliación integradora. Estos procesos son fundamentales para entender por qué la plasticidad cerebral se ve favorecida por este método.
Diferenciación Progresiva
Este principio postula que el aprendizaje de un nuevo campo de conocimiento ocurre de manera más efectiva cuando se procede de lo general a lo específico. La mente humana organiza la información jerárquicamente. Primero captamos las ideas más amplias, generales e inclusivas, y solo después vamos refinando nuestra comprensión con detalles y especificidades.
Cuando un docente presenta un organizador previo, está respetando y aprovechando esta tendencia natural. Ofrece primero la “gran idea” (el concepto más general). Esta idea actúa como un ancla cognitiva. A medida que se presenta la información nueva y más detallada de la lección, el cerebro del estudiante no la recibe como datos aislados, sino que la va “colgando” y organizando bajo la estructura general que ya se le proporcionó.
Analogía: Imagina que estás construyendo un árbol genealógico. El organizador previo sería la estructura básica con las ramas principales: bisabuelos, abuelos, padres. Luego, a medida que obtienes nueva información (nombres, fechas, lugares), la vas añadiendo en el lugar correcto de esa estructura. Sin la estructura inicial, solo tendrías una lista de nombres desordenada y difícil de recordar.
Reconciliación Integradora
El aprendizaje no es solo añadir información nueva; también implica modificar y reorganizar lo que ya sabíamos. La reconciliación integradora es el proceso mediante el cual el cerebro identifica y resuelve activamente las similitudes y diferencias entre las ideas nuevas y las ya existentes.
Aquí es donde los organizadores comparativos brillan. Al presentar una analogía o una comparación directa, el docente fuerza al cerebro a un ejercicio de análisis: ¿en qué se parece esto a lo que ya sé? ¿Y en qué es diferente? Este proceso consciente de comparación y contraste ayuda a:
Evitar la confusión: Al señalar explícitamente las diferencias, se previene que los estudiantes hagan generalizaciones incorrectas (por ejemplo, asumir que todo en la Revolución Rusa fue igual que en la Francesa).
Refinar el conocimiento previo: El nuevo conocimiento puede enriquecer o corregir ideas que el estudiante ya tenía, llevando a una comprensión más profunda y matizada.
Crear nuevas conexiones neuronales: Al relacionar activamente dos cuerpos de conocimiento, se fortalece la red conceptual del estudiante, mejorando la atención y memoria a largo plazo.
En conjunto, estos dos procesos aseguran que el aprendizaje sea un acto de construcción deliberada. Los organizadores previos no simplifican el contenido, sino que simplifican la tarea cognitiva de organizarlo, permitiendo que el estudiante dedique sus recursos mentales a comprender profundamente en lugar de a intentar memorizar caóticamente.

Estrategias Prácticas para Diseñar y Usar Organizadores Previos
Saber qué son los organizadores previos es solo el primer paso. El verdadero desafío para el docente es aprender a crearlos y utilizarlos de manera efectiva en su planificación didáctica. A continuación, se presenta un proceso paso a paso y una variedad de formatos que se pueden adaptar a cualquier contexto.
Pasos para Crear un Organizador Previo Eficaz
Analiza el Material de Aprendizaje: Antes que nada, identifica las ideas, conceptos y principios centrales de la lección que vas a enseñar. ¿Cuál es la “gran idea” que engloba todo lo demás? ¿Qué conceptos son absolutamente esenciales para la comprensión?
Evalúa el Conocimiento Previo de tus Estudiantes: Este paso es crucial. ¿Qué saben ya tus alumnos sobre este tema o temas relacionados? Puedes usar una evaluación diagnóstica rápida, como una lluvia de ideas, un breve cuestionario o preguntas abiertas al inicio de la clase. El resultado de este sondeo determinará el tipo de organizador que necesitas.
Elige el Tipo de Organizador:
Si los estudiantes tienen muy poco o ningún conocimiento previo, opta por un organizador expositivo.
Si ya tienen una base conceptual con la que se puede conectar el nuevo material, elige un organizador comparativo.
Diseña el Organizador: El formato puede variar, pero debe cumplir con dos reglas de oro: ser más abstracto y general que el material de la lección y ser presentado en un lenguaje claro y comprensible para los estudiantes.
Preséntalo y Conéctalo Explícitamente: El organizador debe ser lo primero que se presente. Explícalo, discútelo con la clase y asegúrate de que los estudiantes lo entiendan. Luego, a lo largo de la lección, haz referencias explícitas a él (“¿Recuerdan la analogía del río que vimos al principio? Bueno, esta parte del proceso es como los rápidos…”).
Formatos Populares de Organizadores Previos
No existe un único formato. La creatividad del docente y las necesidades del grupo dictarán la mejor opción.
Mapas Conceptuales o Diagramas: Presentar un mapa conceptual simple con los conceptos más generales y las relaciones entre ellos es una forma visual y potente de ofrecer un marco.
Analogías y Metáforas: Son especialmente útiles como organizadores comparativos. Conectar un concepto abstracto (como la estructura de un ensayo) con algo concreto (como la construcción de una hamburguesa: pan superior-introducción, ingredientes-cuerpo, pan inferior-conclusión) puede ser muy efectivo.
Preguntas Guía o Problemas: Plantear una pregunta amplia y desafiante al inicio puede servir como organizador. Por ejemplo, en una clase sobre el cambio climático: “¿Cómo es posible que las acciones de una persona en una ciudad puedan afectar el hielo en los polos?”. La lección entera se dedicará a construir la respuesta a esa pregunta.
Relatos o Anécdotas Breves: Una pequeña historia que encapsule el principio central de la lección puede preparar la mente de los estudiantes y darle un contexto humano y memorable.
Modelos Físicos o Visuales: Mostrar un modelo a escala del sistema solar antes de hablar de los planetas, o un globo terráqueo antes de estudiar las corrientes oceánicas.
Resúmenes Introductorios Abstractos: Un párrafo inicial que no resume los hechos de la lección, sino que presenta los principios o teorías subyacentes que los explican.
La clave es la intencionalidad. Un organizador previo no es un “calentamiento” cualquiera; es una herramienta de precisión diseñada para preparar el terreno cognitivo.
Aplicaciones en el Aula: Ejemplos por Disciplina y Edad
La versatilidad de los organizadores previos permite su aplicación en todas las áreas del currículo y en todos los niveles educativos. A continuación, se ofrecen ejemplos concretos adaptados a diferentes contextos, pensando siempre en la realidad de las aulas hispanoamericanas.
Educación Inicial y Primera Infancia
En estas etapas, los organizadores deben ser muy concretos, visuales y basados en la experiencia directa.
Tema: Los animales de la granja.
Organizador: Antes de hablar de cada animal (vaca, gallina, cerdo), la maestra puede mostrar una gran lámina de una granja y contar una historia simple: “En este lugar especial llamado granja, viven muchos amigos animales. Cada uno nos ayuda de una forma diferente y hace un sonido especial. ¡Vamos a conocerlos!”. Este relato crea el concepto general de “granja” como un sistema donde viven animales con un propósito. La evaluación en Educación Inicial podría centrarse en cómo los niños usan este marco para clasificar nuevos animales.
Tema: Los colores.
Organizador: Usar la analogía del arcoíris. “El sol y la lluvia a veces juegan juntos y pintan una sonrisa gigante en el cielo con muchos colores. Hoy vamos a aprender a pintar con esos mismos colores mágicos”.
Educación Primaria
Aquí se pueden introducir organizadores más conceptuales, pero siempre apoyados en elementos visuales y analogías claras.
Ciencias Naturales – Tema: El ciclo del agua.
Organizador Comparativo: “Sabemos que cuando mamá cocina y hierve agua, sale vapor, ¿verdad? Y que en un día frío, el vapor de nuestra boca se ve. El agua en la naturaleza hace un viaje muy parecido. El sol la calienta y la hace ‘vapor’ (evaporación), sube al cielo donde se enfría y forma nubes (condensación) y luego cae como cuando sudan los vasos fríos (precipitación)”.
Matemáticas – Tema: Las fracciones.
Organizador Expositivo: Presentar una pizza de cartón y explicar: “Una fracción es una forma de hablar de una parte de algo entero. Cuando compartimos una pizza, no nos comemos toda la pizza, sino una porción, una fracción. Hoy aprenderemos a nombrar esas porciones”.
Lengua y Literatura – Tema: La estructura de un cuento (inicio, nudo, desenlace).
Organizador Visual: Dibujar una pequeña montaña en la pizarra. “Un cuento es como escalar una montaña. Empezamos en la base, donde conocemos a los personajes (inicio). Luego subimos por la parte más difícil, donde ocurre el problema (nudo). Finalmente, llegamos a la cima y bajamos tranquilos, porque el problema se resolvió (desenlace)”.
Educación Secundaria y Bachillerato
A este nivel, los organizadores previos pueden ser más abstractos, complejos y teóricos, preparando a los estudiantes para un pensamiento de orden superior.
Historia – Tema: La Guerra Fría.
Organizador Comparativo/Analógico: “Imaginemos a dos equipos de fútbol muy poderosos que nunca juegan un partido directo entre ellos, pero compiten por fichar a los mejores jugadores, por tener los mejores estadios y hacen que otros equipos más pequeños jueguin entre sí para demostrar quién es el mejor. Así fue la Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética. No hubo una guerra directa, pero compitieron en todo: la carrera espacial, la economía, la influencia política y apoyaron guerras en otros países”. Este enfoque es ideal para proyectos interdisciplinarios que conecten historia y ciencias sociales.
Química – Tema: La tabla periódica.
Organizador Expositivo: “La tabla periódica no es una lista de elementos al azar. Es como un gran mapa organizado de los ‘ingredientes’ básicos del universo. Está ordenada por reglas muy claras, como si organizáramos una biblioteca por género, autor y año. Entender su organización nos permite predecir cómo se comportarán los elementos sin tener que memorizarlos todos”.
Filosofía – Tema: El dualismo de Platón.
Organizador Comparativo: “Todos hemos pensado alguna vez que nuestra mente o nuestros pensamientos son algo diferente a nuestro cuerpo físico. Platón llevó esta idea mucho más lejos. Propuso que existen dos mundos: el mundo de las cosas que tocamos y vemos, que es imperfecto y cambiante (como nuestro cuerpo), y un mundo perfecto de las Ideas, que solo podemos captar con la razón (como nuestra mente). Hoy exploraremos cómo esta división explica su visión de la realidad”.
Desafíos Comunes y Soluciones en la Implementación
Adoptar los organizadores previos como una práctica habitual no está exento de obstáculos. Sin embargo, conocerlos de antemano permite al rol del docente anticipar soluciones prácticas, especialmente en contextos con recursos limitados.
Desafío 1: “No tengo tiempo para añadir más cosas a mi clase”.
Solución: Este es quizás el mito más extendido. Un organizador previo bien diseñado no consume tiempo, lo invierte. Los 5-7 minutos que dedicas al principio a establecer un marco cognitivo claro te ahorrarán 15-20 minutos más tarde de re-explicaciones, resolución de dudas y corrección de conceptos erróneos. Se trata de un cambio de enfoque: en lugar de lanzarse directamente al contenido, se prepara el terreno para que la siembra sea más efectiva.
Desafío 2: “Mis estudiantes tienen niveles de conocimiento muy diferentes”.
Solución: Esta es precisamente una de las situaciones donde los organizadores son más valiosos. Un buen organizador actúa como un nivelador. Para los estudiantes con menos conocimientos previos, el organizador expositivo les proporciona el andamio mínimo necesario. Para los más avanzados, un organizador comparativo les permite profundizar y refinar sus ideas. Utiliza formatos muy visuales y sencillos, y fomenta la discusión en parejas o grupos pequeños sobre el organizador para que los propios compañeros ayuden a nivelar la comprensión. Este enfoque es clave para la atención a la diversidad cultural y de conocimientos.
Desafío 3: “Me cuesta trabajo diseñar organizadores que sean realmente efectivos”.
Solución: La práctica hace al maestro. Comienza con temas que domines muy bien. Colabora con otros docentes de tu misma materia para intercambiar ideas de analogías o diagramas. Y, lo más importante, pide retroalimentación a tus estudiantes. Preguntas como “¿La comparación con… les ayudó a entender mejor?” te darán información valiosa. No tienen que ser perfectos desde el principio. Un simple dibujo en la pizarra o una pregunta bien formulada pueden ser increíblemente poderosos.
Desafío 4: “¿Cómo puedo saber si el organizador funcionó?”
Solución: La evaluación de su efectividad es parte de la evaluación formativa. No necesitas un examen. Utiliza técnicas rápidas como un “boleto de salida” (pedir a los estudiantes que escriban en un papel la idea principal que se llevarán de la clase) o formula una pregunta al final de la lección que solo pueda ser respondida si se entendió el marco general presentado al inicio. La calidad de las preguntas de los estudiantes durante la clase también es un excelente indicador.
Beneficios y Evidencia en Contextos Hispanoamericanos
La aplicación de la teoría de Ausubel a través de los organizadores previos tiene un potencial transformador en los sistemas educativos de Hispanoamérica, regiones caracterizadas por una enorme diversidad y, a menudo, por la existencia de importantes barreras para el aprendizaje.
El principal beneficio radica en la promoción de la equidad educativa. En aulas donde conviven estudiantes de diferentes contextos socioeconómicos y culturales, los conocimientos previos pueden ser muy dispares. El uso sistemático de organizadores expositivos ayuda a cerrar esas brechas, asegurando que todos los alumnos tengan el anclaje conceptual mínimo para abordar el nuevo material. Esto previene que las desigualdades de origen se conviertan en desigualdades de aprendizaje.
Además, en entornos con recursos tecnológicos o materiales limitados, los organizadores previos representan una metodología de alto impacto y bajo costo. No requieren software especializado ni equipamiento caro. Se basan en el poder de la palabra del docente, en su capacidad para crear analogías relevantes culturalmente y en su habilidad para dibujar un simple diagrama en una pizarra. Es una herramienta cognitiva, no tecnológica, lo que la hace accesible y sostenible en cualquier escuela.
La evidencia empírica acumulada durante décadas ha demostrado consistentemente que el uso de organizadores previos mejora la comprensión y la retención del material de aprendizaje, especialmente cuando este es conceptualmente denso. Su implementación fomenta un cambio de paradigma: pasar de un currículo centrado en la cobertura de contenidos a uno enfocado en la construcción profunda de significado, un objetivo prioritario en las reformas educativas de toda la región que buscan promover una mayor equidad educativa.
Los organizadores previos son mucho más que una simple técnica de enseñanza; son la manifestación práctica de un profundo respeto por el proceso cognitivo del estudiante. Representan la convicción de que aprender no es recibir y almacenar, sino conectar y construir. Al adoptar esta herramienta propuesta por David Ausubel, el docente deja de ser un mero transmisor de información para convertirse en un arquitecto de experiencias de aprendizaje, diseñando cuidadosamente los puentes que permitirán a sus alumnos transitar de lo conocido a lo desconocido de una manera segura, coherente y duradera.
En un mundo saturado de datos, la habilidad de organizar, conectar y dar sentido a la información es más crucial que nunca. Enseñar a nuestros estudiantes a construir estructuras mentales sólidas a través de los organizadores previos no solo les ayudará a tener éxito en una materia específica, sino que los estará equipando con una habilidad fundamental para el aprendizaje a lo largo de toda la vida. Su vigencia es absoluta y su potencial para transformar la educación en el siglo XXI, inmenso.
Recursos para el Docente
Para facilitar la implementación de los organizadores previos, aquí tienes una lista de recursos prácticos:
Herramientas Digitales para Mapas Conceptuales:
Coggle: Intuitivo y visualmente atractivo para crear mapas mentales y diagramas de flujo.
MindMeister: Excelente para la lluvia de ideas y la creación colaborativa de mapas conceptuales.
Canva: Ofrece plantillas de organizadores gráficos que se pueden adaptar fácilmente.
Lecturas Recomendadas:
Psicología Educativa: Un punto de vista cognoscitivo de David Ausubel, Joseph Novak y Helen Hanesian. La fuente original y más completa sobre la teoría.
Aprender a aprender de Joseph Novak. Un libro práctico sobre cómo usar mapas conceptuales, una de las formas más efectivas de organizadores previos.
Técnicas de Activación de Conocimientos Previos:
Lluvia de ideas (Brainstorming): Rápida y efectiva para saber qué conoce el grupo.
Rutinas de pensamiento (Visible Thinking): Como “Veo, Pienso, Me pregunto”, que ayudan a exteriorizar el conocimiento previo.
Cuestionarios KWL (Qué sé, Qué quiero saber, Qué aprendí): Una estructura clásica para enmarcar una lección completa.
Glosario
Aprendizaje Significativo: Proceso de aprendizaje en el cual la nueva información se relaciona de manera sustancial y no arbitraria con la estructura cognitiva del individuo.
Diferenciación Progresiva: Principio del aprendizaje que establece que la mente organiza el conocimiento de forma jerárquica, yendo de los conceptos más generales a los más específicos.
Organizador Previo: Material introductorio de un nivel superior de abstracción, generalidad e inclusividad que el propio material de aprendizaje, presentado antes de la lección para servir de puente cognitivo.
Reconciliación Integradora: Proceso cognitivo mediante el cual se exploran, diferencian y relacionan explícitamente las ideas nuevas con las ya existentes, resolviendo contradicciones y creando una comprensión más rica.
Subsunsor: Concepto o idea específica y estable en la estructura cognitiva de un individuo, que sirve como punto de anclaje para nueva información. Los organizadores previos ayudan a activar o proporcionar subsunsores adecuados.
Preguntas Frecuentes (FAQ)
¿Cuál es la diferencia entre un organizador previo y un resumen? Un resumen presenta los puntos clave del propio material en el mismo nivel de abstracción. Un organizador previo se presenta antes del material y a un nivel mayor de abstracción. El resumen dice “esto es lo que vas a aprender”, mientras que el organizador dice “este es el marco general en el que encaja lo que vas a aprender”.
¿Se pueden usar los organizadores previos en todas las materias? Absolutamente. Aunque son especialmente útiles en materias con mucho contenido conceptual como ciencias, historia o filosofía, su lógica se puede aplicar a cualquier área. En artes, puede ser una introducción a un estilo artístico; en educación física, los principios biomecánicos de un movimiento.
¿Cuánto tiempo debo dedicar a presentar un organizador previo? No hay una regla fija, pero generalmente entre 5 y 10 minutos al inicio de la clase es suficiente. Debe ser breve y potente. Su objetivo no es ser una clase en sí mismo, sino preparar para la clase que sigue.
¿Cómo sé si mi organizador previo fue efectivo? Observa a tus estudiantes. Si hacen preguntas más profundas y conectadas, si usan el vocabulario del organizador durante la lección, o si pueden explicar con sus propias palabras cómo se relaciona el tema del día con la “gran idea” inicial, es una señal de que funcionó.
¿Son útiles para estudiantes con dificultades de aprendizaje? Sí, son excepcionalmente útiles. Para estudiantes con trastornos del aprendizaje o dificultades en las funciones ejecutivas, proporcionar una estructura clara y explícita al inicio reduce la carga cognitiva y la ansiedad, permitiéndoles enfocarse en la comprensión del contenido en lugar de en cómo organizarlo.
Bibliografía
Ausubel, D. P. (2002). Adquisición y retención del conocimiento: Una perspectiva cognitiva. Paidós Ibérica.
Ausubel, D. P., Novak, J. D., & Hanesian, H. (1983). Psicología Educativa: Un punto de vista cognoscitivo. Trillas.
Díaz Barriga, F. & Hernández Rojas, G. (2002). Estrategias docentes para un aprendizaje significativo. Una interpretación constructivista. McGraw-Hill.
Mayer, R. E. (2002). The promise of educational psychology: Using science to help students learn. Prentice Hall.
Moreira, M. A. (2000). Aprendizaje significativo: teoría y práctica. Visor.
Novak, J. D., & Gowin, D. B. (1988). Aprendiendo a aprender. Martínez Roca.
Pozo, J. I. (1989). Teorías cognitivas del aprendizaje. Morata.