Imaginen la Rusia de la década de 1920. La Revolución y la guerra civil han dejado un país devastado y un rastro de millones de niños huérfanos, abandonados a su suerte en las calles. Son los besprizorniki, niños y adolescentes que sobreviven en bandas, robando y delinquiendo. El nuevo estado soviético se enfrenta a un problema social de una escala monumental. En este escenario de caos y necesidad, surge una de las figuras más pragmáticas y controvertidas de la historia de la educación: Antón Makarenko. Su misión no fue teórica, sino desesperadamente práctica: transformar a estos jóvenes marginados en ciudadanos productivos y comprometidos con el ideal socialista.
La respuesta que encontró no estaba en los manuales de pedagogía de la época, sino en la creación de una comunidad con un propósito. La pedagogía de Makarenko es, en esencia, la ciencia de la educación a través del colectivo. Sostenía que el carácter, la moral y la responsabilidad no se enseñan con sermones, sino que se forjan en la acción compartida, en el trabajo real y en una disciplina nacida de la conciencia del bien común. Su legado, aunque inseparable de su contexto ideológico, ofrece lecciones poderosas sobre la construcción de comunidades educativas resilientes.
Este artículo profundiza en el pensamiento y la práctica de Antón Makarenko, uno de los autores en pedagogía más influyentes del siglo XX. Exploraremos su vida, los fundamentos marxistas de su teoría del colectivo y los principios educativos que aplicó en sus famosas colonias. Analizaremos su obra cumbre, el “Poema Pedagógico”, como testimonio de su método, y evaluaremos tanto las críticas a su enfoque como su sorprendente vigencia en los debates actuales sobre el aprendizaje cooperativo y la formación del carácter.
Qué vas a encontrar en este artículo
Contexto Histórico y Biografía de Makarenko
La obra de Antón Makarenko es incomprensible sin el telón de fondo de la agitación política y social que sacudió al Imperio Ruso a principios del siglo XX. Su vida y su pedagogía fueron una respuesta directa a los desafíos de su tiempo.
Orígenes y Formación en la Tormenta de la Historia
Antón Semiónovich Makarenko nació en 1888 en Bilopillia, una ciudad de la actual Ucrania, entonces parte del Imperio Ruso. Hijo de un obrero ferroviario, su origen humilde le dio una perspectiva terrenal y una profunda conexión con el mundo del trabajo. Se formó como maestro y desde joven mostró un talento para la enseñanza, pero su carrera se vio irrevocablemente moldeada por la Revolución de Octubre de 1917.
La caída del zarismo y la posterior guerra civil (1917-1923) desintegraron las estructuras sociales existentes. Millones de personas murieron, y una de las consecuencias más trágicas fue la aparición de una legión de niños y adolescentes huérfanos. Estos besprizorniki (niños de la calle) representaban una crisis humanitaria y un desafío para el nuevo gobierno bolchevique, que veía en ellos tanto una amenaza como la arcilla con la que se debía moldear al “Hombre Nuevo Soviético”. Fue en este contexto que las autoridades educativas buscaron a personas capaces de enfrentar una tarea que parecía imposible. Makarenko, con su energía y su enfoque pragmático, fue uno de los elegidos.
Evolución Profesional: De la Colonia Gorki a la Comuna Dzerzhinski
La verdadera forja de la pedagogía de Makarenko tuvo lugar en el campo de batalla educativo. En 1920, se le encargó dirigir una colonia para delincuentes juveniles cerca de Poltava. La llamó Colonia Gorki, en honor al escritor Máximo Gorki, quien se convirtió en su mentor y amigo. Las condiciones eran paupérrimas: edificios en ruinas, sin recursos y con un grupo de jóvenes endurecidos por la violencia y la desconfianza.
Los primeros meses fueron un fracaso. Los métodos pedagógicos tradicionales, basados en la persuasión y la benevolencia, no funcionaban. Los jóvenes se burlaban de él y continuaban con sus hábitos delictivos. El punto de inflexión, narrado vívidamente en su obra, llegó cuando Makarenko, en un acto de desesperación, abofeteó a uno de los líderes de la banda. Aunque hoy nos parezca un acto inaceptable, en ese momento estableció una línea de autoridad que, paradójicamente, le permitió empezar a construir una relación basada en el respeto y la exigencia mutua.
A partir de ahí, desarrolló su sistema. La Colonia Gorki no era una escuela, sino una comunidad autosuficiente. Los colonos trabajaban en la agricultura y en talleres para producir sus propios alimentos y bienes. La organización interna, basada en destacamentos y asambleas, les daba un poder real sobre sus vidas. Más tarde, entre 1927 y 1935, dirigió la Comuna Dzerzhinski, una institución más grande y tecnológicamente avanzada, donde los jóvenes llegaron a producir cámaras fotográficas y taladros eléctricos de alta calidad.
Estas experiencias quedaron inmortalizadas en su obra maestra, “Poema Pedagógico” (1935), una novela testimonial que no solo narra la épica de la Colonia Gorki, sino que expone de forma viva y humana todos los principios de su sistema pedagógico.

Fundamentos Teóricos de la Educación Colectiva
La pedagogía de Makarenko no surgió de la nada. Estaba firmemente anclada en la ideología marxista-leninista que moldeaba la Unión Soviética. Su objetivo no era simplemente rehabilitar a jóvenes, sino educarlos para que fueran constructores activos y conscientes de la nueva sociedad socialista.
Base en el Colectivismo Marxista: El Colectivo como Organismo Social
Para el marxismo, el individuo no existe en abstracto, sino que es un producto de sus relaciones sociales. La conciencia individual está determinada por la existencia social. Makarenko aplicó este principio directamente a la educación. Si se quería formar un nuevo tipo de persona, solidaria y disciplinada, era necesario crear un nuevo tipo de entorno social: el colectivo.
En su visión, el colectivo no es una simple suma de individuos, ni un grupo formado para una tarea específica. Es un organismo social vivo, con sus propios objetivos, tradiciones, y un “tono” o espíritu particular. Este organismo tiene un propósito superior: el bienestar y el progreso de la sociedad socialista. El rol del lenguaje en la educación dentro del colectivo era crucial para comunicar y reforzar estos objetivos compartidos. Cada miembro está interconectado y es responsable no solo de su propio comportamiento, sino del éxito del conjunto. Esta idea de la socialización escolar llevada a su máxima expresión definía el núcleo de su método.
La Relación entre Individuo y Comunidad: Desarrollo a Través del Colectivo
Uno de los puntos más complejos y a menudo malinterpretados de Makarenko es la relación entre el individuo y el grupo. En la pedagogía occidental, a menudo se contrapone el desarrollo personal a las necesidades del grupo. Para Makarenko, esta dicotomía era falsa. Sostenía que el individuo solo puede desarrollarse plenamente a través del colectivo.
¿Cómo funciona esto? En el colectivo de Makarenko, los objetivos personales deben estar alineados con los objetivos comunes. Un estudiante que quiere ser un buen mecánico no solo estudia para su propio beneficio, sino porque el taller de la comuna necesita buenos mecánicos para cumplir sus metas de producción. Este sentido de propósito compartido da dignidad al esfuerzo individual. La autoafirmación no viene de la competencia contra los demás, sino de la contribución valiosa al grupo. La comunidad reconoce, valora y apoya el desarrollo de las habilidades individuales porque sabe que la fortaleza de cada miembro es la fortaleza del colectivo. Es un modelo que redefine el vínculo pedagógico, extendiéndolo de la relación maestro-alumno a la red de relaciones de toda la comunidad.
Principios Educativos y Métodos en la Comunidad
La teoría del colectivo se materializaba en un conjunto de principios y métodos muy concretos que estructuraban la vida diaria en las colonias. Estos pilares no eran negociables y constituían el motor de la transformación pedagógica.
Trabajo Colectivo y Disciplina Consciente: Los Motores del Carácter
El Trabajo Productivo: Este es quizás el elemento más distintivo de la pedagogía de Makarenko. El trabajo no era una actividad simulada o meramente educativa; era real, productivo y socialmente útil. Los jóvenes de la Gorki cultivaban la tierra y los de la Dzerzhinski fabricaban productos industriales. Este trabajo generaba ingresos que hacían a la comuna económicamente autosuficiente, lo que a su vez creaba un inmenso orgullo y sentido de la dignidad. A través del trabajo, los jóvenes aprendían habilidades técnicas, pero sobre todo desarrollaban hábitos de esfuerzo, organización y responsabilidad. Era la máxima expresión de las metodologías activas.
La Disciplina Consciente: Makarenko es famoso por su énfasis en la disciplina, pero es crucial entender su concepto de “disciplina consciente”. No se trataba de una obediencia ciega y temerosa a la autoridad. Era la disciplina que surge de la comprensión por parte de cada miembro de que las reglas son necesarias para que el colectivo alcance sus metas. Las normas de convivencia no eran impuestas arbitrariamente por los educadores, sino que a menudo se discutían y ratificaban en la Asamblea General, el máximo órgano de autogobierno de la comuna, donde participaban todos los miembros. La presión para cumplir las normas no venía tanto del adulto, sino de los propios compañeros, lo que la hacía mucho más efectiva.
Formación Moral y Roles en la Colectividad
La educación para Makarenko era, ante todo, formación del carácter. Los valores como el honor, el deber, la solidaridad y la honestidad no se enseñaban en una asignatura, sino que se vivían y se exigían en la práctica diaria.
El Sistema de Perspectivas: Makarenko creía que todo colectivo necesita una serie de metas que lo impulsen hacia adelante. Diseñó un “sistema de líneas perspectivas”:
Perspectiva inmediata: Objetivos sencillos y cercanos, como limpiar el dormitorio para la inspección de mañana.
Perspectiva media: Metas a medio plazo, como cumplir el plan de producción del taller para el mes.
Perspectiva lejana: El gran objetivo ideal, como contribuir a la construcción de la sociedad socialista. Esta cadena de metas daba sentido y dirección a todas las actividades.
Organización en Destacamentos: La comuna se organizaba en “destacamentos”, unidades mixtas de distintas edades que funcionaban como una familia o un equipo. Cada destacamento tenía responsabilidades específicas (en el taller, en la cocina, en el campo) y un líder que rotaba periódicamente. Este sistema garantizaba que todos tuvieran la oportunidad de mandar y obedecer, de dirigir y ser dirigidos, fomentando así la versatilidad y el liderazgo.
El Rol del Educador: El educador en este sistema no es un simple transmisor de conocimientos. Es un miembro más experimentado del colectivo, un organizador y un guía. Su autoridad no deriva de su título, sino de su competencia, su compromiso y su capacidad para exigir tanto a los demás como a sí mismo. Debe ser un modelo de los valores que predica, creando un clima escolar de alta exigencia pero también de profundo respeto.

Aplicaciones Prácticas en Entornos Educativos
Aunque el modelo de Makarenko está profundamente ligado a su contexto, sus principios han sido adaptados y aplicados en diversos entornos, demostrando la potencia de sus ideas centrales.
Implementación Histórica: El Milagro de la Colonia Gorki
El caso de la Colonia Gorki es el ejemplo paradigmático. Makarenko recibió a un grupo de adolescentes traumatizados y violentos. Su primer gran éxito fue organizar la defensa de la colonia contra los bandidos locales, dándoles a los jóvenes un propósito común y una identidad colectiva. Luego, introdujo el trabajo agrícola. Al principio, fue un caos, pero gradualmente, a medida que veían los frutos de su esfuerzo (literalmente), empezaron a sentir orgullo por su trabajo.
La autogestión era clave. El “Consejo de Comandantes”, formado por los líderes de los destacamentos, tomaba decisiones cruciales sobre la vida diaria, desde la asignación de tareas hasta la resolución de conflictos. Cuando un miembro cometía una falta, a menudo era juzgado por la Asamblea General. La sanción, decidida por sus pares, tenía un peso moral inmenso. En pocos años, la colonia pasó de ser un reformatorio a una comunidad próspera y respetada, un “milagro pedagógico” que atrajo la atención de toda la Unión Soviética.
Adaptaciones en Hispanoamérica y Contextos Modernos
Las ideas de Makarenko sobre la combinación de estudio y trabajo y la organización colectiva encontraron un terreno fértil en los sistemas educativos de los estados socialistas.
Cuba: El sistema educativo cubano, especialmente en sus “escuelas en el campo”, incorporó el principio de combinar la educación académica con el trabajo agrícola productivo. La idea de que la educación debe estar ligada a las necesidades económicas y sociales del país es un eco directo de la pedagogía de Makarenko.
Movimientos Comunitarios: Más allá de los modelos estatales, los principios de Makarenko resuenan en muchas experiencias de educación comunitaria en América Latina. Proyectos de escuelas rurales que se organizan como cooperativas, programas para jóvenes en riesgo que utilizan talleres productivos como herramienta de inserción, o movimientos de educación popular que se basan en la asamblea y la responsabilidad colectiva, todos comparten, a sabiendas o no, un aire de familia con las ideas del pedagogo ucraniano. El énfasis en la solución colectiva de problemas reales es un principio universalmente poderoso.
Influencia y Legado en la Pedagogía Contemporánea
A pesar de las controversias ideológicas que lo rodean, el legado de Antón Makarenko perdura. Sus ideas siguen dialogando con las corrientes pedagógicas actuales y ofrecen una perspectiva valiosa para enfrentar desafíos educativos globales.
Impacto y Comparaciones con Otros Pedagogos
Makarenko es una figura central en la historia de la pedagogía, y su obra se enriquece al compararla con la de otros gigantes del pensamiento educativo.
Comparación con John Dewey: A primera vista, parecen opuestos: el colectivista soviético frente al demócrata estadounidense. Sin embargo, ambos comparten una base pragmática: la creencia en el “aprender haciendo”. Para John Dewey, la escuela debía ser un laboratorio de democracia; para Makarenko, un microcosmos de la sociedad socialista. Ambos veían el trabajo y los proyectos como herramientas educativas centrales, pero Dewey ponía el énfasis en el desarrollo del juicio crítico individual para la participación democrática, mientras que Makarenko lo ponía en la formación del carácter para el cumplimiento del deber colectivo.
Diálogo con Paulo Freire: Makarenko y Freire comparten la convicción de que la educación es un acto político. Ambos trabajaron con poblaciones marginadas y vieron la educación como una herramienta de transformación. Sin embargo, sus caminos divergen: la pedagogía crítica de Freire busca la “concientización” para que los oprimidos puedan liberarse de las estructuras de poder, fomentando el cuestionamiento y el diálogo. La pedagogía de Makarenko busca la “socialización” para integrar al individuo en una estructura de poder ya definida (el estado socialista), fomentando la disciplina y la unidad.
Relevancia Actual en Desafíos Globales
Aunque el contexto ha cambiado, muchos de los problemas que Makarenko enfrentó siguen vigentes: la exclusión social, la falta de propósito en los jóvenes, la desconexión entre la escuela y el mundo real. Sus ideas ofrecen pistas interesantes:
Educación Socioemocional: Su énfasis en la formación del carácter, la responsabilidad y la solidaridad es altamente relevante para los programas de educación emocional y social. La idea de que estas competencias se desarrollan a través de la práctica en una comunidad cohesionada es un principio fundamental.
Gestión del Aula y Resolución de Conflictos: El modelo de autogobierno y responsabilidad de los pares ofrece alternativas a los modelos disciplinarios puramente punitivos. Cuando los propios estudiantes participan en la creación y aplicación de las normas, el nivel de compromiso y respeto aumenta drásticamente.
Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP): El corazón del método de Makarenko es un gigantesco aprendizaje basado en proyectos (ABP) con una diferencia crucial: el producto final no es una maqueta o una presentación, sino algo real y con consecuencias. Esto nos desafía a pensar en cómo hacer que los proyectos escolares sean más auténticos y socialmente relevantes.
Críticas y Limitaciones de su Enfoque
Es imposible analizar a Makarenko sin abordar las serias críticas que se han formulado contra su modelo. Su pedagogía, hija de un régimen totalitario, presenta aspectos problemáticos cuando se examina desde la perspectiva de los derechos individuales y la diversidad.
Análisis de Debilidades Históricas
Autoritarismo y Supresión del Individuo: La crítica más grave es que su sistema puede anular la individualidad y el pensamiento disidente. En el colectivo de Makarenko, el bien del grupo es el valor supremo, y quien no se alinea con sus objetivos puede ser visto como un obstáculo. No hay espacio para la crítica radical al sistema mismo; el objetivo es la integración, no la emancipación en el sentido freireano.
Rigidez y Militarización: La organización en destacamentos, el uso de uniformes, los rituales y el énfasis en la disciplina a menudo le dieron a sus colonias un aire militar. Los críticos señalan que este tipo de estructura puede fomentar la conformidad y la obediencia acrítica en lugar de la creatividad y la autonomía genuina.
Contexto Ideológico Limitante: La pedagogía de Makarenko fue diseñada con un fin muy específico: crear ciudadanos para un estado socialista particular. Sus principios están tan entrelazados con la ideología marxista-leninista que resulta difícil separarlos. ¿Puede su método funcionar en una sociedad democrática, pluralista y multicultural que valora la diversidad de proyectos de vida?
Sugerencias para Adaptaciones Contemporáneas
A pesar de estas limitaciones, podemos rescatar y adaptar sus principios para el siglo XXI. No se trata de replicar la Colonia Gorki, sino de inspirarse en su espíritu.
El Colectivo Democrático: Podemos reimaginar el colectivo no como un organismo con un único fin ideológico, sino como una comunidad de aprendizaje democrática. Esto implica fomentar la responsabilidad compartida y la solidaridad, pero también proteger activamente el derecho a disentir, a la diversidad de opiniones y a la individualidad. La meta no es la uniformidad, sino la unidad en la diversidad.
Trabajo con Propósito, no solo Productivo: La idea del trabajo real sigue siendo poderosa. Podemos adaptarla a través de proyectos de Aprendizaje Servicio, empresas escolares gestionadas por los alumnos o iniciativas que resuelvan problemas reales de la comunidad local. El énfasis no debe estar solo en la productividad económica, sino en el impacto social y el desarrollo de competencias para el siglo XXI.
Disciplina Positiva y Responsabilidad Restaurativa: El concepto de “disciplina consciente” puede evolucionar. En lugar de la presión de los pares para conformarse, podemos usar la fuerza del grupo para la restauración. Cuando ocurre un conflicto, la comunidad puede trabajar junta para reparar el daño y reintegrar a los involucrados, un enfoque central en la disciplina positiva y la justicia restaurativa.
Antón Makarenko fue un pedagogo de la emergencia, un constructor que levantó una teoría educativa con los ladrillos de la cruda realidad. Su respuesta al caos fue la comunidad; su antídoto para la desesperanza fue el propósito compartido. La pedagogía de Makarenko es un testimonio contundente del poder que tiene un colectivo organizado y enfocado para transformar vidas. Su insistencia en la dignidad del trabajo productivo, la necesidad de una disciplina basada en el compromiso y la idea de que el carácter se forma en la acción solidaria son aportes imperecederos al pensamiento educativo.
Sin embargo, su legado es inherentemente complejo. No podemos ni debemos ignorar el contexto autoritario en el que trabajó y los riesgos que su modelo entraña para la libertad individual.
La lección más valiosa que nos deja Makarenko hoy no es una fórmula para replicar, sino una pregunta fundamental: ¿cómo podemos construir en nuestras escuelas y aulas comunidades que sean a la vez exigentes y solidarias, que fomenten la responsabilidad colectiva sin aplastar la singularidad de cada persona? En un mundo a menudo fragmentado e individualista, la búsqueda de una respuesta a esa pregunta hace que volver a leer a Makarenko, con una mirada crítica pero abierta, sea una tarea más necesaria que nunca.
Recursos para el Docente
Inspirarse en Makarenko no significa convertir el aula en un taller soviético. Significa tomar la esencia de sus ideas sobre la comunidad y la responsabilidad para potenciar el aprendizaje.
Preguntas para la Reflexión y el Debate (Individual o en Equipo):
Sentido de Pertenencia: ¿Sienten mis estudiantes que el aula es “suya”? ¿Qué mecanismos existen para que tomen decisiones reales sobre nuestro espacio y nuestras normas?
Responsabilidad Colectiva vs. Individual: Cuando un estudiante tiene dificultades o un conflicto, ¿lo tratamos como un problema puramente individual, o lo abordamos como una responsabilidad de toda la comunidad del aula?
El Propósito de las Tareas: ¿Los proyectos y trabajos que propongo tienen un propósito claro y relevante para los estudiantes, más allá de obtener una calificación? ¿Podrían tener un impacto real, aunque sea pequeño, fuera del aula?
Mi Rol como Líder: ¿Mi autoridad se basa únicamente en mi posición, o también en mi competencia, mi ejemplo y mi capacidad para guiar al grupo hacia metas compartidas?
Actividades Prácticas para el Aula:
El Consejo de Aula: Establece un consejo de estudiantes (con roles rotativos) que se reúna periódicamente para discutir problemas del aula, proponer soluciones a conflictos y organizar proyectos grupales. Dales autoridad real sobre ciertos aspectos de la vida en clase.
Proyectos Productivos a Pequeña Escala: Implementa un proyecto a largo plazo donde la clase deba producir algo real. Puede ser un huerto escolar cuyos productos se donan o venden, una revista digital sobre temas locales, la organización de un evento para la escuela o la creación de materiales didácticos para niños más pequeños.
Sistema de “Equipos Base”: En lugar de hacer grupos al azar para cada actividad, crea equipos heterogéneos y estables que funcionen durante un trimestre. Asígnales responsabilidades colectivas (orden, bienvenida a nuevos compañeros, etc.) y evalúa tanto el desempeño individual como el del equipo para fomentar el apoyo mutuo.
Glosario
Colectivo: Organismo social unido por un propósito común, con una estructura, tradiciones y un sentido de responsabilidad compartida. Es el principal instrumento educativo en la pedagogía de Makarenko.
Disciplina Consciente: Disciplina que no se basa en la coacción o el miedo, sino en la comprensión y aceptación voluntaria de las normas por parte de cada miembro, porque entiende que son necesarias para el bien del colectivo.
Destacamento: Unidad básica de organización dentro de la comuna, generalmente de composición mixta y con responsabilidades específicas. Funcionaba como un equipo o una “familia” de trabajo.
Poema Pedagógico: La obra más famosa de Makarenko, una novela testimonial donde narra de forma literaria sus experiencias y la evolución de su sistema pedagógico en la Colonia Gorki.
Colonia Gorki: La primera comunidad educativa dirigida por Makarenko, destinada a rehabilitar a delincuentes juveniles a través del trabajo y la autogestión.
Hombre Nuevo Soviético: El ideal de ciudadano que el sistema soviético buscaba formar: una persona educada, trabajadora, disciplinada y, sobre todo, colectivista, que antepone los intereses de la sociedad a los suyos.
Preguntas Frecuentes (FAQ)
1. ¿El método de Makarenko era una forma de adoctrinamiento o “lavado de cerebro”? Es una de las críticas más serias. Ciertamente, su pedagogía tenía un fin ideológico claro: formar ciudadanos socialistas. No fomentaba el cuestionamiento del sistema político. Sin embargo, dentro de ese marco, promovía una gran autonomía y autogestión en los jóvenes, que tomaban decisiones reales sobre su vida cotidiana, lo que lo diferencia del simple adoctrinamiento pasivo.
2. ¿Puede la pedagogía de Makarenko funcionar en una sociedad democrática y capitalista? No se puede trasplantar de forma literal. Sin embargo, sus principios básicos —la importancia de la comunidad, la dignidad del trabajo con propósito, la responsabilidad compartida y la autogestión estudiantil— pueden ser adaptados. La clave es separar los métodos pedagógicos (el colectivo, el trabajo) de su objetivo ideológico original y ponerlos al servicio de valores democráticos como la ciudadanía activa, la solidaridad y la inclusión.
3. ¿Cuál es la diferencia entre el “colectivo” de Makarenko y el simple trabajo en grupo? El trabajo en grupo suele ser temporal y enfocado en una tarea específica. El colectivo de Makarenko es una comunidad permanente y multifacética. Abarca todos los aspectos de la vida (trabajo, estudio, ocio, gobierno) y tiene una identidad y un propósito a largo plazo. En el colectivo, la responsabilidad no es solo sobre la tarea, sino sobre el bienestar y el comportamiento de cada uno de sus miembros.
4. ¿Qué papel tenían los castigos en su sistema? Makarenko no era contrario al castigo, pero su uso era complejo. Creía que el castigo más efectivo era la desaprobación del colectivo. La opinión de los pares tenía un poder inmenso. En casos extremos, podía llegar a la expulsión, decidida por la Asamblea General, que era vista como la consecuencia lógica de traicionar la confianza de la comunidad. Su enfoque se centraba más en la presión social y la responsabilidad que en el castigo físico o el aislamiento.
Bibliografía
Makarenko, A. S. (1935). Poema Pedagógico.
Makarenko, A. S. (1937). Banderas en las Torres.
Makarenko, A. S. (1937). El libro para los padres.
Makarenko, A. S. La educación colectiva. (Recopilación de conferencias y artículos).
Abbagnano, N., & Visalberghi, A. (1992). Historia de la pedagogía. Fondo de Cultura Económica.
Bowen, J. (1985). Historia de la educación occidental, Tomo III. Herder.
Fullat, O. (2000). Filosofías de la educación. Ariel.