Imagina a Lucía, una niña de cinco años en tu clase. Es dulce, participa en los juegos y parece entender las rutinas, pero casi nunca habla. Cuando lo hace, sus frases son de una o dos palabras. O piensa en Mateo, en tercer grado, un niño inteligente y bueno en matemáticas, pero que parece no “entender” las consignas cuando se las das oralmente. Entrega los trabajos incompletos, sus redacciones son confusas y se frustra con facilidad. ¿Es timidez? ¿Falta de atención? ¿Desinterés? A menudo, la respuesta es mucho más compleja y se esconde detrás de una dificultad invisible: el trastorno específico del lenguaje.
Este trastorno, también conocido por su término más actual, Trastorno del Desarrollo del Lenguaje (TDL), es una de las condiciones del neurodesarrollo más comunes y, paradójicamente, una de las más desconocidas y subdiagnosticadas en el entorno escolar. Como docente, tu rol es fundamental. Eres la persona que pasa más horas con el niño en contextos de comunicación y aprendizaje, lo que te convierte en un observador privilegiado. Este artículo no pretende convertirte en un fonoaudiólogo o logopeda. Su objetivo es mucho más poderoso: darte las herramientas para reconocer las señales de alerta, comprender la naturaleza del trastorno y, lo más importante, saber cómo actuar desde tu posición pedagógica para crear un aula que apoye y no excluya. Tu intervención temprana puede cambiar el rumbo de la vida académica y social de un estudiante.
Qué vas a encontrar en este artículo
¿Qué es el Trastorno Específico del Lenguaje (TEL/TDL)?
Para poder acompañar, primero debemos comprender. El trastorno específico del lenguaje (TEL), o Trastorno del Desarrollo del Lenguaje (TDL) según la terminología internacional más reciente, es una dificultad persistente y significativa en la adquisición y uso del lenguaje que no puede ser explicada por una discapacidad intelectual, un déficit auditivo, un trastorno del espectro autista (TEA) u otra condición médica. Es, en esencia, una dificultad “pura” con el lenguaje. La neuroeducación nos enseña que el cerebro de estos niños funciona de manera diferente en las áreas responsables del procesamiento lingüístico.
La diferencia clave: TEL vs. Retraso Simple del Lenguaje
Esta es una de las confusiones más comunes.
- Retraso Simple del Lenguaje: El niño sigue el mismo patrón de desarrollo del lenguaje que los demás, pero de forma más lenta. Es un desfase cronológico. Con la estimulación adecuada, estos niños suelen “ponerse al día” y alcanzar el nivel esperado para su edad.
- Trastorno Específico del Lenguaje (TEL/TDL): Aquí no hablamos de un simple retraso, sino de un desarrollo atípico. El niño no solo va más lento, sino que su lenguaje se desarrolla de una manera diferente, con errores y patrones que no son habituales en el desarrollo típico. Esta dificultad es persistente y no desaparece por sí sola; requiere una intervención especializada.
¿A qué edades se manifiesta y qué áreas afecta?
Las primeras señales pueden ser visibles desde los 2 o 3 años, pero a menudo se vuelven más evidentes con la entrada en el sistema escolar, donde las demandas comunicativas aumentan. El TEL/TDL puede afectar a una o varias de las siguientes áreas del lenguaje, de forma expresiva (lo que el niño dice) y/o comprensiva (lo que el niño entiende):
- Fonología: Dificultad para adquirir los sonidos del habla y las reglas para combinarlos. Su habla puede ser difícil de entender.
- Morfología y Sintaxis: Esta es una de las áreas más afectadas. Se manifiesta en problemas para estructurar oraciones correctamente. Usan frases muy simples, omiten palabras (verbos, artículos, preposiciones) y cometen errores gramaticales que no son propios de su edad.
- Semántica (Vocabulario): Tienen un vocabulario más reducido que sus pares. Les cuesta aprender palabras nuevas y a menudo usan términos genéricos como “cosa”, “eso” o “hacer” porque no encuentran la palabra precisa.
- Pragmática: Dificultad para usar el lenguaje de forma socialmente adecuada. Pueden tener problemas para iniciar o mantener una conversación, respetar los turnos de palabra, entender chistes, ironías o el lenguaje no literal.

Señales que el docente puede observar: La punta del iceberg
El TEL/TDL es un trastorno “camaleónico” y se manifiesta de muchas maneras. Como docente, no necesitas conocer la terminología técnica, pero sí puedes aprender a identificar las conductas observables en el aula.
1. Vocabulario escaso o poco preciso para su edad
Observas que el alumno usa constantemente las mismas palabras. Le pides que describa un dibujo y dice “un perro grande” sin más detalles. Le cuesta nombrar objetos comunes y recurre a gestos o a palabras comodín (“dame esa cosa”). Su lenguaje es notablemente más infantil que el de sus compañeros.
2. Frases mal estructuradas o muy simples
Esta es una señal de alarma clave. El alumno habla en “estilo telegráfico”. En lugar de decir “yo quiero ir al patio a jugar”, dice “yo querer patio”. Omite nexos, preposiciones y artículos, y los verbos suelen estar mal conjugados (“él no sabo” en lugar de “él no sabe”). Estas construcciones son normales en niños muy pequeños, pero su persistencia más allá de los 4-5 años es un indicador importante.
3. Dificultad para seguir instrucciones verbales
Le das una consigna simple de dos pasos como: “Guarda tu libro y saca el cuaderno azul”, y el alumno solo guarda el libro o se queda quieto, confundido. La dificultad para procesar y retener información verbal hace que las instrucciones complejas o largas sean una barrera insuperable.
4. Problemas para contar algo en secuencia (relatos confusos)
Le preguntas qué hizo el fin de semana y su relato es desorganizado, salta de una idea a otra sin conexión lógica, y omite información clave, haciendo que sea muy difícil seguirle. La capacidad para narrar eventos, un pilar del rol del lenguaje en la educación, está directamente afectada.
5. Evita hablar en grupo o responde con monosílabos
En las asambleas o puestas en común, el alumno permanece en silencio. Si le preguntas directamente, responde con “sí”, “no” o se encoge de hombros. No es necesariamente timidez; a menudo es una estrategia de evitación para no exponer su dificultad y la frustración que le genera.
6. Pronunciación alterada sin causa auditiva aparente
Su habla es difícil de entender para los demás. Simplifica palabras (“fante” por “elefante”), omite sílabas o sustituye sonidos. Aunque los problemas de articulación pueden ser una dificultad aislada (dislalia), cuando se presentan junto a problemas gramaticales, son una señal potente de TEL/TDL.
7. Se frustra, enoja o rinde al no lograr expresarse
Esta es la consecuencia emocional de la dificultad. Ves que el niño quiere decir algo, lo intenta, se traba, y al no ser comprendido, se enoja, llora o simplemente abandona la comunicación. Esta frustración puede llevar a problemas de conducta o a un aislamiento progresivo.
El TEL/TDL en diferentes niveles educativos
Las manifestaciones del trastorno cambian con la edad y las demandas del entorno.
En Nivel Inicial (Infantil)
En esta etapa, el foco está en el lenguaje oral y el juego.
- Escasa producción verbal: El niño puede ser “silencioso”, con un balbuceo tardío, pocas palabras sueltas después de los 2 años o sin combinar palabras en frases simples a los 3 años.
- Dificultad para el juego simbólico: Su juego puede ser repetitivo y poco imaginativo. Le cuesta crear escenarios o historias con los juguetes, una actividad que depende enormemente del lenguaje interno.
- Comprensión limitada: No responde a su nombre de forma consistente, no entiende preguntas simples o le cuesta seguir la trama de cuentos cortos, incluso con apoyo de imágenes.
- Problemas de socialización: Al no tener las herramientas lingüísticas, le cuesta unirse a los juegos de otros niños, negociar o resolver conflictos entre alumnos sencillos.
En Primaria
Aquí, la dificultad oral se traslada al aprendizaje académico formal. El lenguaje oral es la base sobre la que se construyen la lectura y la escritura.
- Errores gramaticales persistentes: Los problemas de sintaxis y morfología que se veían en inicial ahora aparecen también en su escritura.
- Dificultades en la lectoescritura: Un lenguaje oral pobre predice dificultades para enseñar a leer y escribir. La comprensión lectora en primaria se ve muy afectada porque, aunque pueda decodificar las palabras, no comprende la estructura de las frases ni el significado de un vocabulario más complejo. Puede confundirse con dislexia.
- Problemas para redactar: Su capacidad para escribir cuentos o textos es muy limitada. Sus redacciones son cortas, con frases simples, vocabulario repetitivo y una organización de ideas pobre, lo que a veces se solapa con dificultades de disortografía.
- Impacto en todas las áreas: La dificultad para entender enunciados de problemas afecta a las matemáticas. La incapacidad para expresar ideas complejas limita su participación en ciencias o historia. El TEL/TDL se convierte en una barrera para el aprendizaje transversal.

¿Qué puede hacer el docente ante estas señales? Un plan de acción
Tu rol es actuar con profesionalidad y empatía. No eres un diagnosticador, eres un agente de cambio.
1. Registrar situaciones con ejemplos concretos
Deja de lado los juicios (“es vago”, “no atiende”) y pasa a la observación objetiva. Utiliza una libreta para anotar ejemplos literales. Por ejemplo: “15 de mayo. Consigna oral: ‘Abran el libro en la página 20 y hagan el ejercicio 1’. Mateo se quedó mirando por la ventana. Le repetí la consigna y me preguntó: ‘¿qué libro?'”. Estos registros son oro puro para hablar con la familia y el equipo de orientación.
2. Evitar la sobreexigencia oral frente a otros
Forzar a un niño con TEL/TDL a hablar en una asamblea o a responder una pregunta compleja delante de todos es contraproducente. Genera ansiedad, refuerza su sensación de fracaso y puede provocar el mutismo selectivo en el aula. Busca momentos más íntimos y seguros para comunicarte con él.
3. Adaptar las consignas sin eliminar el contenido
No se trata de darle tareas más fáciles, sino de hacerlas más accesibles. Si la consigna es larga, dásela en partes. Si es oral, acompáñala de un gesto o un apoyo visual. Estas pequeñas adaptaciones curriculares marcan una gran diferencia.
4. Compartir observaciones con las familias de forma colaborativa
La participación familiar es crucial. Pide una reunión y plantea tus observaciones como una preocupación compartida. Usa tus registros para mostrar ejemplos concretos. Frases como “He notado que a [nombre del alumno] le cuesta seguir las explicaciones en grupo y me gustaría que pensáramos juntos cómo podemos ayudarle” abren la puerta a la colaboración en lugar de generar una actitud defensiva.
5. Articular con el equipo de orientación escolar
Comparte tus observaciones con el psicopedagogo, orientador o equipo de apoyo de la escuela. Ellos pueden realizar una evaluación más específica, orientar a la familia sobre la necesidad de consultar a un fonoaudiólogo o logopeda, y ayudarte a diseñar un plan de intervención más formal si fuera necesario. Este trabajo en equipo es fundamental para una intervención integral.
Estrategias pedagógicas para acompañar en el aula
Aquí es donde tu intervención diaria cobra un valor inmenso. No necesitas ser un especialista en lenguaje para implementar estrategias que creen un entorno más amigable y estimulante para un niño con trastorno específico del lenguaje.
1. Usar apoyos visuales para reforzar todo lo verbal
El canal visual es el gran aliado para un niño con dificultades de procesamiento auditivo.
- Agendas visuales: Utiliza pictogramas o fotos para mostrar la secuencia de actividades del día. Esto les da seguridad y les ayuda a anticipar lo que va a suceder.
- Apoyo en consignas: Cuando des una instrucción, acompáñala con un dibujo en la pizarra, un gesto o señalando el material. Por ejemplo, al decir “saquen el cuaderno rojo”, muestra un cuaderno rojo.
- Esquemas y mapas mentales: Para temas más complejos en primaria, utiliza organizadores gráficos. Un mapa mental ayuda a estructurar la información visualmente, haciendo las relaciones entre conceptos mucho más claras que un texto largo. Esta técnica de pensamiento visible beneficia a toda la clase.
2. Repetir y reformular consignas con palabras simples
No asumas que entendieron a la primera.
- Habla claro y simple: Usa frases cortas y un vocabulario concreto. Evita el lenguaje abstracto o las metáforas.
- Fragmenta la información: En lugar de “Vayan a su mesa, saquen la carpeta de plástica, busquen una hoja blanca y dibujen su casa”, divídelo: “Primero, todos a su mesa”. Una vez que lo han hecho: “Ahora, saquen la carpeta de plástica”. Y así sucesivamente.
- Pide que te repitan la consigna: Para verificar la comprensión, puedes pedirle al alumno (en voz baja, para no exponerlo) o a otro compañero que repita lo que hay que hacer.
3. Hablar pausadamente y dar tiempo para responder
La velocidad es enemiga de la comprensión en el TEL/TDL.
- Modula tu velocidad: Habla un poco más lento de lo habitual, especialmente durante las explicaciones.
- La regla de los 10 segundos: Cuando le hagas una pregunta a un alumno con TEL, cuenta hasta 10 mentalmente antes de esperar una respuesta. Necesitan más tiempo para procesar la pregunta, buscar las palabras y estructurar la respuesta. Este “tiempo de espera” es una de las estrategias más simples y efectivas.
4. Promover el lenguaje oral en contextos seguros y funcionales
El objetivo es que se animen a hablar, sin presión.
- Juegos de mesa: Juegos como el Lince, el Dobble o el Quién es Quién fomentan el vocabulario y la descripción en un contexto lúdico.
- Entrevistas uno a uno: Dedica cinco minutos a solas con el alumno para preguntarle sobre sus intereses. Un diálogo sin la presión del grupo puede fomentar una comunicación más fluida.
- Dramatizaciones y títeres: Usar un títere puede desinhibir al niño, ya que siente que es el títere quien habla, no él.
5. Corregir con modelado indirecto (expansión)
Esta es la técnica de corrección más respetuosa y eficaz. En lugar de decir “¡Así no se dice!”, reformula su frase de manera correcta en tu respuesta.
- Ejemplo:
- Alumno: “Ayer yo no sabo la tarea”.
- Docente (con tono natural y positivo): “¡Ah, qué bien que me lo dices! Entonces, ayer no supiste cómo hacer la tarea. Vamos a verla juntos ahora”.
De esta manera, le ofreces el modelo correcto sin interrumpir la comunicación ni avergonzarlo. Estás validando su mensaje y enriqueciendo su lenguaje al mismo tiempo.
Adaptaciones posibles en el aula
Estas adaptaciones, muchas de ellas parte del Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA), hacen el aula más accesible para todos.
- Uso de imágenes para anticipar rutinas y normas: Un cartel con pictogramas de las normas de convivencia es mucho más efectivo que una lista escrita.
- Actividades orales guiadas: En lugar de preguntas abiertas (“¿Qué opinan de…?”), utiliza preguntas más cerradas que requieran respuestas cortas o de elección (“¿Les parece que el personaje fue valiente o miedoso?”).
- Reducción de la carga escrita: El TEL/TDL a menudo impacta la escritura. Permite respuestas más cortas, el uso de esquemas o dibujos para complementar un texto, o incluso respuestas orales en algunas tareas.
- Trabajos en parejas o grupos pequeños: El aprendizaje cooperativo puede ser muy beneficioso. Junta al alumno con un compañero que tenga buenas habilidades comunicativas para que actúe como modelo y apoyo.
- Evaluación combinada: Utiliza diferentes instrumentos de evaluación. Combina una pequeña prueba escrita con una defensa oral, o permite que el alumno demuestre lo que sabe a través de una maqueta o un dibujo explicado.
Qué evitar: Prácticas que generan barreras
Tan importante como saber qué hacer es saber qué no hacer. Evita estas conductas que pueden dañar la autoestima del alumno y obstaculizar su progreso.
- NO ridiculices errores de expresión o pronunciación: Jamás imites su forma de hablar ni permitas que otros compañeros lo hagan. Corta de raíz cualquier burla.
- NO uses lenguaje excesivamente técnico, abstracto o figurado: Frases como “pónganse las pilas” o “esto es pan comido” pueden ser interpretadas literalmente y generar confusión.
- NO corrijas de forma directa, constante y negativa: Si interrumpes cada frase del niño para decirle “así no se dice”, lo único que conseguirás es que deje de hablar. Prioriza la comunicación sobre la corrección.
- NO ignores o naturalices el silencio constante: No asumas que “él es así, calladito”. El silencio persistente puede ser una señal de una dificultad profunda. Investiga, observa y busca la manera de conectar con ese alumno.
Recursos y apoyos recomendados
No estás solo en esto. Hay muchos recursos que pueden ayudarte.
- Libros y cuentos adaptados: Busca cuentos con pictogramas. Editoriales como Kalandraka o webs como ARASAAC (portal aragonés de comunicación aumentativa y alternativa) ofrecen recursos gratuitos de altísima calidad.
- Aplicaciones educativas:
- Apps tipo “Toca Boca”: Fomentan el juego simbólico y el vocabulario en un entorno digital interactivo y sin presión.
- Speech Blubs: Aplicación diseñada por logopedas para practicar sonidos y palabras a través de juegos.
- Guías y asociaciones:
- ATELCA (Asociación de TEL de Cantabria) o InfoTEL (en Argentina): Busca asociaciones de TEL/TDL en tu país. Suelen ofrecer guías descargables para docentes y familias con información muy valiosa.
- Coordinación con profesionales: El trabajo en red con el fonoaudiólogo, logopeda, psicopedagogo o maestro de apoyo que atiende al niño fuera de la escuela es fundamental para alinear estrategias y objetivos.
El trastorno específico del lenguaje es una condición real que puede limitar no solo la comunicación, sino también el aprendizaje académico, las relaciones sociales y la salud emocional en docentes y estudiantes si no se aborda de manera adecuada. Las dificultades de lenguaje en la escuela son una de las principales causas de fracaso escolar si permanecen invisibles.
Tu rol como docente es un eslabón insustituible en la cadena de apoyo. Detectar no es diagnosticar; es observar con atención, registrar con objetividad y actuar con empatía y preparación. Al implementar estrategias simples como usar apoyos visuales, dar más tiempo para responder y modelar el lenguaje en lugar de corregir, no solo estás ayudando a un alumno con TEL/TDL. Estás creando un aula más inclusiva, comprensiva y estimulante para todos. Estás convirtiendo tu salón de clases en un espacio seguro donde la voz de cada niño, sin importar cómo suene, tiene la oportunidad de ser escuchada y valorada.
Glosario de Términos Clave
Dislalia
Una dificultad específica en la articulación de uno o varios fonemas (sonidos del habla), por ejemplo, no poder pronunciar la /r/ (rotacismo) o la /s/ (sigmatismo). A diferencia del TEL, la dislalia no afecta a la estructura del lenguaje (gramática, vocabulario).
Lenguaje Comprensivo
La capacidad de entender el lenguaje, tanto oral como escrito. Incluye comprender el significado de las palabras, las frases, las preguntas y los discursos. Un niño puede tener un lenguaje expresivo adecuado pero un déficit en el comprensivo.
Lenguaje Expresivo
La capacidad de usar el lenguaje para comunicar pensamientos e ideas. Incluye el vocabulario que se utiliza, la forma de construir oraciones y la habilidad para narrar hechos o contar historias.
Modelado (o Expansión)
Una técnica de corrección indirecta en la que el adulto repite la frase incorrecta del niño de la forma gramaticalmente correcta, sin señalar el error. Ejemplo: Niño: “Coche roto”. Adulto: “Sí, el coche está roto”. Es una de las estrategias más efectivas para estimular el lenguaje.
Pragmática del Lenguaje
El conjunto de reglas sociales que rigen el uso del lenguaje en diferentes contextos. Incluye saber cómo iniciar una conversación, mantener el tema, tomar turnos para hablar, interpretar el lenguaje no verbal y entender dobles sentidos o chistes. Es el “saber cómo usar el lenguaje”.
Pictograma
Un dibujo o símbolo simple que representa un objeto, una acción o una idea. Se utilizan masivamente como sistema de apoyo visual para personas con dificultades de lenguaje, ya que transmiten un mensaje de forma directa y universal.
Retraso Simple del Lenguaje
Un desfase en el desarrollo del lenguaje donde el niño sigue las etapas normales de adquisición pero a un ritmo más lento que sus pares. Generalmente, con estimulación, se equipara al nivel esperado.
Sintaxis y Morfología
- Sintaxis: El conjunto de reglas que gobiernan cómo se combinan las palabras para formar oraciones coherentes y gramaticalmente correctas.
- Morfología: Se ocupa de la estructura interna de las palabras y de cómo se forman (plurales, tiempos verbales, géneros). El TEL/TDL afecta gravemente a ambas áreas.
Trastorno del Desarrollo del Lenguaje (TDL)
Es el término más actual y recomendado internacionalmente para referirse al TEL. Se prefiere porque subraya que es una condición del desarrollo (no adquirida) y elimina la palabra “específico”, ya que se ha visto que a menudo coexiste con otras dificultades (atención, motricidad, etc.). En la práctica, TEL y TDL se usan a menudo como sinónimos.
Preguntas Frecuentes (FAQ)
1. ¿Cómo puedo diferenciar entre un niño muy tímido y uno con un posible TEL/TDL?
Esta es una duda muy común. La clave está en observar la competencia lingüística frente a la disposición a hablar. Un niño tímido puede tener un lenguaje bien desarrollado para su edad (vocabulario amplio, frases bien construidas), pero elige no hablar en situaciones que le generan ansiedad, como en un gran grupo. Sin embargo, en un entorno seguro (uno a uno contigo, o jugando con un amigo cercano) su lenguaje puede fluir con normalidad. Un niño con TEL/TDL, en cambio, mostrará las dificultades lingüísticas (frases cortas, errores gramaticales, vocabulario limitado) incluso en esos contextos seguros. La dificultad no es una elección, es una barrera constante.
2. ¿El TEL/TDL se “cura” o el niño simplemente “lo superará al crecer”?
El TEL/TDL no es una enfermedad que se “cura”, ni es un simple retraso que desaparece con el tiempo. Es un trastorno del neurodesarrollo, lo que significa que la base neurológica para el procesamiento del lenguaje es diferente. Con una intervención temprana y especializada (logopedia/fonoaudiología) y un apoyo continuo en la escuela y en casa, un niño puede mejorar enormemente sus habilidades comunicativas y aprender estrategias para compensar sus dificultades. El objetivo no es la “cura”, sino el desarrollo de un lenguaje funcional y eficaz que le permita tener éxito académico y social.
3. ¿El Trastorno Específico del Lenguaje afecta a la inteligencia del niño?
No. Por definición, el diagnóstico de TEL/TDL excluye la discapacidad intelectual. Estos niños tienen una inteligencia no verbal dentro del rango normal o incluso superior. De hecho, esta discrepancia entre su inteligencia y su capacidad para usar el lenguaje es una de las mayores fuentes de frustración para ellos. Son conscientes de que no pueden expresar las ideas complejas que tienen en su mente. Es fundamental que todo el entorno del niño entienda que su dificultad con el lenguaje no refleja su capacidad para pensar y razonar.
4. ¿Cómo se manifiesta el TEL/TDL en niños bilingües? ¿No será solo una “confusión de idiomas”?
El bilingüismo no causa TEL/TDL. Un niño con este trastorno presentará dificultades en todas las lenguas que esté aprendiendo. Si la dificultad solo aparece en la segunda lengua pero su lengua materna es fluida y correcta para su edad, probablemente no sea TEL/TDL. Si, por el contrario, muestra errores gramaticales, vocabulario reducido y problemas de comprensión en su lengua materna (la que habla en casa), es muy probable que la dificultad sea un trastorno subyacente. Nunca se debe asumir que las dificultades son por “confusión”; es crucial observar su competencia en el idioma más fuerte.
5. No soy fonoaudiólogo/logopeda. ¿Estoy sobrepasando mis funciones al aplicar estas estrategias?
En absoluto. Tu rol como docente y el del terapeuta del lenguaje son diferentes pero complementarios. El terapeuta realiza una intervención clínica individualizada para rehabilitar las áreas deficitarias del lenguaje. Tu función, al aplicar estas estrategias, no es hacer terapia, sino crear un entorno de aprendizaje accesible e inclusivo. Usar apoyos visuales, hablar más despacio, dar más tiempo o modelar el lenguaje son prácticas de buena pedagogía que eliminan barreras y benefician a todos los estudiantes de tu aula, no solo al que tiene TEL/TDL. Estás adaptando tu enseñanza para garantizar el derecho a la educación de tu alumno.
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