El sistema educativo de Puerto Rico representa un caso de estudio fascinante, un modelo híbrido moldeado por su rica herencia hispánica y su compleja relación política con Estados Unidos. Entender su funcionamiento no solo es clave para comprender la sociedad puertorriqueña, sino también para analizar las dinámicas educativas que surgen en contextos biculturales y políticamente singulares. Para docentes y expertos en educación, Puerto Rico ofrece una ventana a los desafíos y oportunidades que nacen de la confluencia de dos mundos.
Este artículo te ofrece una visión panorámica y detallada de la educación en la isla. Exploraremos su historia, su estructura organizativa, los distintos niveles educativos y las particularidades que lo hacen único. Además, analizaremos con profundidad los retos más urgentes que enfrenta, desde el financiamiento hasta el impacto de los desastres naturales, y las perspectivas de futuro que se abren paso. La educación es, sin duda, el pilar sobre el cual Puerto Rico construye su porvenir, y conocerlo a fondo es el primer paso para entender su potencial.
Qué vas a encontrar en este artículo
Breve historia de la educación en Puerto Rico
La trayectoria educativa de la isla es un reflejo directo de sus transformaciones políticas y sociales. Cada etapa histórica ha dejado una huella indeleble en las aulas, el currículo y los objetivos pedagógicos.
Etapa colonial española (1493-1898)
Durante los primeros siglos de dominio español, la educación era un privilegio reservado para una élite muy reducida. Las primeras iniciativas educativas estaban a cargo de órdenes religiosas, como los dominicos y los franciscanos. Su principal objetivo era la evangelización y la formación de clérigos y funcionarios coloniales. La enseñanza se centraba en la doctrina católica, el latín, la gramática y la retórica.
Hacia el final del siglo XVIII y principios del XIX, con la influencia de la Ilustración, surgieron las primeras voces que abogaban por una educación más secular y accesible. Sin embargo, el acceso a la educación formal seguía siendo extremadamente limitado para la mayoría de la población, especialmente en las zonas rurales y para las mujeres y personas esclavizadas.
Transición a la soberanía estadounidense (1898) y su impacto
El cambio de soberanía en 1898 tras la Guerra Hispanoamericana marcó un punto de inflexión radical. Estados Unidos vio en la educación una herramienta fundamental para la “americanización” de la isla. Se implementó un sistema educativo público centralizado, modelado en gran medida según el sistema educativo en Estados Unidos.
Una de las políticas más controvertidas fue la imposición del inglés como idioma de instrucción. Esta medida, que fluctuó en intensidad a lo largo de las décadas, generó una fuerte resistencia y un debate sobre la identidad cultural y lingüística que perdura hasta hoy. A pesar de la controversia, esta etapa también significó una expansión masiva del acceso a la educación, la construcción de cientos de escuelas y la formación de un cuerpo magisterial local. La historia de la educación en la isla quedó permanentemente ligada a esta dualidad cultural.
Reformas clave del siglo XX
A mediados del siglo XX, con la creación del Estado Libre Asociado en 1952, Puerto Rico ganó mayor autonomía en sus asuntos internos, incluida la educación. Se reafirmó el español como lengua de instrucción en las escuelas públicas, aunque el inglés se mantuvo como asignatura obligatoria.
Durante este período, conocido como la “Operación Manos a la Obra”, la educación se concibió como un motor para el desarrollo económico e industrial. Se fortaleció la educación técnica y vocacional y se expandió la educación superior con el crecimiento de la Universidad de Puerto Rico (UPR) como principal centro de formación profesional e investigación.
Tendencias recientes (siglo XXI)
El siglo XXI ha estado marcado por desafíos monumentales. La prolongada crisis económica y fiscal de la isla, la supervisión de una Junta de Control Fiscal federal, los devastadores huracanes Irma y María en 2017, los terremotos de 2020 y la pandemia de COVID-19 han sometido al sistema a una presión sin precedentes.
Estas crisis han provocado el cierre masivo de escuelas, la emigración de miles de docentes y estudiantes, y han evidenciado las profundas debilidades en infraestructura y recursos. En respuesta, han surgido debates sobre reformas estructurales, la descentralización del sistema, la implementación de las “escuelas chárter” (un modelo similar a las charter schools en Estados Unidos) y la necesidad urgente de modernizar el sistema para enfrentar la realidad del siglo XXI.

Organización general del sistema educativo de Puerto Rico
La estructura administrativa del sistema educativo puertorriqueño es centralizada, aunque con influencias y dependencias del sistema federal estadounidense.
El rol del Departamento de Educación de Puerto Rico (DEPR)
El Departamento de Educación de Puerto Rico (DEPR) es la agencia gubernamental que administra el sistema de instrucción pública de la isla. Es uno de los sistemas escolares más grandes bajo jurisdicción estadounidense por número de estudiantes. El DEPR es responsable de establecer el currículum escolar, gestionar el presupuesto, contratar y supervisar al personal docente y administrativo, y mantener la infraestructura escolar.
Históricamente, su estructura ha sido altamente centralizada, lo que ha generado críticas por su burocracia y su lenta capacidad de respuesta a las necesidades de las comunidades locales. Reformas recientes han intentado delegar más poder a las regiones educativas y a las propias escuelas, pero el modelo sigue siendo predominantemente centralizado.
Relación con el sistema educativo de Estados Unidos
Aunque Puerto Rico tiene autonomía sobre su currículo, el sistema está fuertemente influenciado por Estados Unidos. El DEPR recibe fondos federales significativos, lo que implica cumplir con ciertas regulaciones y mandatos federales, como la Ley “Every Student Succeeds Act” (ESSA). Esto incluye la administración de pruebas estandarizadas para medir el progreso académico y la implementación de programas específicos para poblaciones vulnerables, como estudiantes con trastornos del aprendizaje o aprendices de inglés. Esta dualidad obliga al sistema a buscar un equilibrio entre los requisitos federales y las necesidades y el contexto cultural puertorriqueño.
Educación pública vs. educación privada: datos y diferencias
El sistema educativo de Puerto Rico se divide en dos grandes sectores:
- Educación Pública: Es la opción mayoritaria y es gratuita. Atiende a la gran mayoría de los estudiantes de la isla, especialmente en los niveles primario y secundario. Sin embargo, enfrenta serios desafíos de financiamiento, infraestructura deteriorada y escasez de recursos.
- Educación Privada: Representa un porcentaje significativo del alumnado, mayor que en muchos estados de EE. UU. Estas instituciones, a menudo de carácter religioso (mayoritariamente católicas) o laico-bilingüe, suelen ofrecer clases más pequeñas, mayores recursos y, en muchos casos, un currículo con un fuerte énfasis en el inglés. La matrícula en estas escuelas puede ser costosa, lo que crea una brecha socioeconómica en el acceso a una educación de mayor calidad.
Financiación del sistema educativo
La financiación de la educación pública en Puerto Rico proviene principalmente de fondos estatales del gobierno de la isla y de asignaciones del gobierno federal de Estados Unidos. Sin embargo, la profunda crisis fiscal que atraviesa Puerto Rico desde hace más de una década ha resultado en recortes drásticos al presupuesto educativo.
Esta reducción de fondos ha tenido consecuencias directas: el cierre de cientos de escuelas, la falta de mantenimiento de las que quedan abiertas, la congelación de salarios de los maestros y la escasez de materiales didácticos y tecnológicos. La gestión de estos fondos y la búsqueda de una mayor equidad educativa son dos de los mayores desafíos que enfrenta el DEPR.
Niveles educativos en Puerto Rico
La estructura de los niveles educativos en Puerto Rico sigue de cerca el modelo estadounidense, organizándose en etapas claras que guían la trayectoria escolar del estudiante.
Educación preescolar
La educación inicial es fundamental. En Puerto Rico, los servicios para la primera infancia se ofrecen a través de diversos programas. El más conocido es el programa federal Head Start, que brinda servicios educativos, de salud y nutrición a familias de bajos ingresos. Además, el DEPR gestiona programas de kindergarten para niños de cinco años, que es el punto de partida de la educación formal. También existe una oferta de centros preescolares privados.
Educación primaria (Nivel Elemental)
Comprende desde el primer hasta el sexto grado. Durante esta etapa, los estudiantes desarrollan habilidades fundamentales en lectoescritura, matemáticas, ciencias y estudios sociales. El currículo busca sentar las bases del conocimiento y fomentar las habilidades de pensamiento crítico desde una edad temprana. La calidad de la educación primaria es crucial, ya que cualquier rezago educativo en esta fase puede afectar todo el futuro académico del estudiante.
Educación secundaria (Nivel Intermedio y Superior)
La educación secundaria se divide en dos ciclos:
- Escuela Intermedia (Middle School): Generalmente abarca los grados séptimo y octavo (y a veces noveno). Es una etapa de transición donde los estudiantes comienzan a tener diferentes maestros para cada materia y se profundiza en los contenidos curriculares.
- Escuela Superior (High School): Comprende los grados del noveno al duodécimo. Los estudiantes siguen un currículo más especializado que los prepara para la educación superior o el mundo laboral. Al finalizar, obtienen un diploma de escuela superior, requisito indispensable para acceder a la universidad.
Educación técnica y vocacional
Paralelamente a la ruta académica tradicional, el sistema ofrece programas de educación técnica y vocacional. Estas escuelas e institutos preparan a los estudiantes en oficios y profesiones técnicas de alta demanda en el mercado laboral, como enfermería, artes culinarias, mecánica automotriz, tecnología de la información y cosmetología. Esta modalidad es una alternativa valiosa para aquellos estudiantes que desean una inserción laboral más rápida.
Educación superior
Puerto Rico cuenta con un sistema de educación superior robusto y diverso, con instituciones públicas y privadas.
- Sistema Público (Universidad de Puerto Rico – UPR): La UPR es el principal sistema universitario público y el más prestigioso de la isla. Cuenta con 11 recintos distribuidos por todo el territorio, siendo el de Río Piedras el más grande y emblemático. Ofrece una amplia gama de programas de grado, maestría y doctorado. La UPR ha sido históricamente un centro de investigación, pensamiento crítico y movilidad social.
- Sistema Privado: Existe una gran cantidad de universidades privadas, como la Universidad Interamericana de Puerto Rico, la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico y la Universidad Ana G. Méndez. Estas instituciones complementan la oferta pública y a menudo tienen un enfoque más profesionalizante.
El acceso a la educación superior es una aspiración para muchos jóvenes puertorriqueños, aunque los costos de matrícula y la competencia representan barreras importantes.

Características y particularidades del sistema educativo puertorriqueño
Más allá de su estructura, el sistema tiene rasgos distintivos que definen la experiencia educativa en la isla.
Bilingüismo: inglés y español en la enseñanza
El debate sobre el idioma es quizás la característica más definitoria del sistema educativo de Puerto Rico. Aunque el español es la lengua vehicular en la mayoría de las escuelas públicas, la enseñanza del inglés como segundo idioma es obligatoria y fundamental. En el sector privado, es común encontrar programas de inmersión total en inglés o currículos bilingües. El objetivo es formar ciudadanos bilingües, pero la efectividad de la enseñanza del inglés en el sistema público es un tema de constante debate y una de las áreas donde se busca mayor innovación, a través de modelos de educación bilingüe que puedan ser adaptados al contexto local.
Currículo: influencia de EE. UU. vs. contenidos locales
El currículo oficial del DEPR intenta balancear la influencia estadounidense con la necesidad de preservar y enseñar la cultura, historia y literatura puertorriqueña. Los estándares curriculares en materias como ciencias y matemáticas a menudo se alinean con los de Estados Unidos para asegurar la competitividad de los estudiantes. Sin embargo, en áreas como los estudios sociales y el español, se pone un fuerte énfasis en los contenidos locales. Este equilibrio es vital para la formación de una identidad cultural propia en un contexto globalizado. La correcta selección de contenidos curriculares es un desafío constante.
Evaluación y pruebas estandarizadas
Al igual que en Estados Unidos, la evaluación del rendimiento estudiantil se apoya fuertemente en pruebas estandarizadas. En Puerto Rico, estas pruebas se conocen como las Pruebas de Medición y Evaluación para la Transformación Académica (META-PR). Miden el progreso de los estudiantes en materias clave y sus resultados son utilizados para evaluar el desempeño de las escuelas y los distritos. Estas pruebas, sin embargo, son objeto de críticas por parte de educadores que argumentan que fomentan la enseñanza para el examen (“teaching to the test”) y no reflejan una visión integral del aprendizaje del alumno, abogando por métodos de evaluación auténtica como complemento.
Formación y rol del docente en Puerto Rico
Para ejercer como maestro en el sistema público, se requiere un título universitario en educación y una certificación del DEPR. El rol del docente en Puerto Rico es especialmente desafiante. Además de sus responsabilidades pedagógicas, a menudo deben lidiar con la falta de recursos, infraestructuras deficientes y los profundos problemas sociales que afectan a sus estudiantes. La salud mental de los docentes es una preocupación creciente, ya que enfrentan altos niveles de estrés y burnout. A pesar de ello, el magisterio puertorriqueño es conocido por su resiliencia y su profundo compromiso con sus comunidades.
Infraestructura y recursos educativos
La infraestructura escolar es uno de los talones de Aquiles del sistema. Muchas escuelas son antiguas y carecen de mantenimiento adecuado. Los desastres naturales han agravado esta situación, dañando o destruyendo cientos de planteles. La brecha digital también es una realidad; aunque se han hecho esfuerzos por integrar la tecnología, muchas escuelas carecen de acceso a internet de alta velocidad o de suficientes dispositivos para los estudiantes, limitando el uso de herramientas TIC en el aula.
Principales desafíos del sistema educativo de Puerto Rico
El sistema enfrenta una tormenta perfecta de desafíos interconectados que requieren soluciones urgentes y sostenibles.
- Desigualdades socioeconómicas y brecha urbano-rural: La pobreza infantil y el aprendizaje escolar están íntimamente ligados. Existe una marcada diferencia en la calidad y los recursos entre las escuelas de zonas urbanas de altos ingresos y las de comunidades rurales o empobrecidas. Esta desigualdad perpetúa ciclos de pobreza y limita la movilidad social.
- Deserción escolar y migración juvenil: Las altas tasas de deserción escolar, especialmente a nivel superior, son una gran preocupación. Además, la crisis económica ha provocado una emigración masiva de jóvenes y profesionales, incluyendo a miles de docentes, en busca de mejores oportunidades en Estados Unidos. Esta fuga de talento debilita el capital humano de la isla.
- Impacto de la crisis económica: Los recortes presupuestarios han estrangulado al sistema, afectando todo, desde el salario de los maestros hasta la compra de libros de texto. La Junta de Control Fiscal ha impuesto medidas de austeridad severas que han impactado directamente el presupuesto educativo. Esta situación dificulta la retención de personal cualificado, la actualización de recursos y la capacidad del sistema para invertir en mejoras a largo plazo.
Consecuencias de los desastres naturales (huracán María, terremotos, pandemia): Puerto Rico se encuentra en una región geográficamente vulnerable. El huracán María en 2017 no solo destruyó cientos de escuelas, sino que también causó un trauma profundo en la comunidad escolar. Los estudiantes y docentes sufrieron interrupciones prolongadas en su educación, y muchos aún lidian con las secuelas emocionales. De manera similar, los terremotos que afectaron el sur de la isla en 2020 y la posterior pandemia de COVID-19 pusieron de manifiesto la fragilidad del sistema y la urgente necesidad de desarrollar protocolos ante emergencias escolares más robustos y una infraestructura escolar segura. Es fundamental que los docentes aprendan a detectar señales de estrés o ansiedad en sus alumnos para crear un clima escolar de apoyo.
Problemas de financiamiento y cierre de escuelas: Como consecuencia de la crisis económica y la disminución de la población estudiantil por la migración, el DEPR ha llevado a cabo un masivo cierre de escuelas en la última década. Si bien el gobierno argumenta que es una medida necesaria para optimizar recursos, los críticos señalan que estos cierres se han realizado sin la debida participación familiar y comunitaria, afectando desproporcionadamente a las comunidades rurales y pobres. Las escuelas no son solo centros de aprendizaje, sino también pilares de la vida social y cultural, por lo que su cierre representa una pérdida irreparable para muchas localidades.
Retos de la calidad educativa y la innovación pedagógica: Más allá de los problemas estructurales, existen desafíos pedagógicos. El sistema ha sido criticado por su dependencia de un modelo de enseñanza tradicional, centrado en la memorización. Hay una necesidad apremiante de transitar hacia metodologías activas que fomenten la creatividad, la resolución de problemas y el aprendizaje significativo. Integrar de manera efectiva el aprendizaje basado en proyectos (ABP) y otras corrientes de la pedagogía moderna requiere una inversión significativa en la formación continua de los docentes para desarrollar nuevas competencias docentes y una redefinición de los objetivos de aprendizaje.
Oportunidades y perspectivas de futuro
A pesar de este panorama sombrío, el sistema educativo de Puerto Rico posee fortalezas y oportunidades únicas que podrían ser la clave para su revitalización y para el futuro de la isla.
Educación como motor de desarrollo y movilidad social: Históricamente, la educación ha sido el principal vehículo de educación y movilidad social en México, una lección aplicable a Puerto Rico. Invertir en una educación pública de calidad es la estrategia más efectiva a largo plazo para reconstruir la economía, fomentar la innovación y crear una sociedad más justa y equitativa. Un sistema educativo fuerte puede atraer inversiones, retener talento y preparar a las nuevas generaciones para los empleos del futuro.
Iniciativas de innovación y digitalización: La crisis ha catalizado la creatividad. Han surgido numerosas iniciativas desde la sociedad civil, el sector privado y grupos de docentes para introducir la tecnología y la innovación en las aulas. Proyectos de robótica, programación, gamificación y el uso de la IA en la educación están demostrando que es posible modernizar la enseñanza a pesar de los recursos limitados. Cerrar la brecha digital y desarrollar competencias digitales en estudiantes y maestros es una prioridad.
Cooperación con universidades y programas internacionales: La relación con Estados Unidos y la diáspora puertorriqueña facilita el acceso a colaboraciones con prestigiosas universidades y centros de investigación. Fomentar los programas de intercambio educativo, las becas y los proyectos de investigación conjunta puede enriquecer enormemente el ecosistema educativo de la isla, trayendo nuevos conocimientos y recursos.
Potencial de la educación bilingüe en un mundo globalizado: El bilingüismo, a menudo visto como un punto de conflicto, es en realidad uno de los mayores activos de Puerto Rico. Una población fluidamente bilingüe en español e inglés tiene una ventaja competitiva inmensa en la economía global. Fortalecer y mejorar la enseñanza del inglés no como una imposición, sino como una herramienta de empoderamiento, puede abrir innumerables puertas para los jóvenes puertorriqueños en campos como el turismo, los negocios internacionales, la tecnología y la diplomacia.
Reformas en debate y proyectos de transformación educativa: La crisis ha forzado una conversación nacional sobre la necesidad de una reforma educativa profunda. Se debaten modelos de mayor autonomía escolar, cambios curriculares para alinear la educación con las necesidades del siglo XXI, y una mayor participación de las comunidades en la gestión del aula y de las escuelas. Si estos debates se traducen en políticas públicas bien diseñadas y financiadas, podrían sentar las bases para un sistema educativo más resiliente, equitativo e innovador.
El sistema educativo de Puerto Rico se encuentra en una encrucijada crítica. Los desafíos son monumentales: una crisis fiscal prolongada, una infraestructura vulnerable y profundas desigualdades sociales. Sin embargo, sería un error verlo solo a través de la lente de sus problemas. Su posición única como puente entre la cultura latinoamericana y la estadounidense, su potencial bilingüe y la increíble resiliencia de sus docentes y estudiantes son fuentes de una oportunidad extraordinaria.
La educación es, y siempre será, la clave para el futuro de la isla. Superar los obstáculos actuales requerirá voluntad política, inversión sostenida y una visión compartida que ponga a los estudiantes en el centro de todas las decisiones. Con el enfoque correcto, el sistema educativo puertorriqueño no solo puede recuperarse, sino transformarse en un modelo de excelencia y equidad para toda la región.
Recursos para docentes
Para los educadores interesados en profundizar en el contexto puertorriqueño, aquí hay una lista de recursos valiosos:
- Departamento de Educación de Puerto Rico (DEPR): El sitio web oficial es la fuente principal de información sobre políticas, calendarios escolares, comunicados oficiales y recursos curriculares.
- Asociación de Maestros de Puerto Rico (AMPR): Es la principal organización sindical y profesional para los maestros de la isla. Ofrece recursos, desarrollo profesional y defensa de los derechos del magisterio.
- Centro para la Nueva Economía (CNE): Una organización de investigación independiente que frecuentemente publica análisis y estudios detallados sobre el estado de la educación en Puerto Rico y sus implicaciones económicas y sociales.
- Espacios Abiertos: Una organización sin fines de lucro que promueve la transparencia y la rendición de cuentas. Ofrecen datos y análisis sobre el presupuesto de educación y el impacto de las políticas públicas.
- Unidad de Investigaciones de Educación del Instituto de Estadísticas de Puerto Rico: Proporciona datos y estadísticas oficiales sobre matrícula, personal docente, resultados de pruebas y otros indicadores clave del sistema educativo.
Glosario
- DEPR: Siglas del Departamento de Educación de Puerto Rico, la agencia gubernamental que gestiona el sistema de educación pública.
- Estado Libre Asociado (ELA): Estatus político de Puerto Rico en relación con Estados Unidos, establecido en 1952. Otorga autonomía en asuntos internos, incluyendo la educación.
- Escuelas Chárter (Escuelas Alianza): Escuelas públicas gestionadas por entidades privadas bajo un contrato o “chárter” con el gobierno. Son un modelo controvertido en la isla.
- META-PR: Siglas de las Pruebas de Medición y Evaluación para la Transformación Académica, las pruebas estandarizadas utilizadas en el sistema público.
- UPR: Siglas de la Universidad de Puerto Rico, el sistema universitario público principal de la isla.
Preguntas Frecuentes (FAQ)
1. ¿El idioma de instrucción en las escuelas de Puerto Rico es el español o el inglés?
En el sistema de educación pública, el idioma principal de instrucción es el español. El inglés se enseña como una segunda lengua y es una materia obligatoria en todos los niveles. En el sector privado, es común encontrar escuelas bilingües o con programas de inmersión en inglés.
2. ¿Es gratuita la educación universitaria en Puerto Rico?
La educación en la Universidad de Puerto Rico (UPR), el sistema público, no es gratuita, pero está fuertemente subsidiada por el gobierno, por lo que sus costos de matrícula son considerablemente más bajos que los de las universidades en Estados Unidos. Existen becas y ayudas financieras disponibles, incluyendo la Beca Pell federal.
3. ¿Cuáles son los mayores desafíos que enfrentan las escuelas en Puerto Rico?
Los principales desafíos son la falta de financiamiento debido a la crisis fiscal, el deterioro de la infraestructura escolar (agravado por huracanes y terremotos), la alta tasa de pobreza estudiantil, la emigración de docentes y la necesidad de modernizar las prácticas pedagógicas.
4. ¿Un maestro de otro país puede trabajar en Puerto Rico?
Sí, pero debe cumplir con los requisitos de certificación del DEPR. Esto generalmente implica validar sus credenciales académicas, demostrar dominio del español y aprobar los exámenes de certificación de maestros requeridos en la isla.
5. ¿Cómo ha afectado la relación con Estados Unidos a la educación puertorriqueña?
La relación ha tenido un impacto profundo. Por un lado, ha significado acceso a fondos federales y la alineación con estándares educativos estadounidenses. Por otro lado, ha generado un debate histórico sobre la identidad cultural y lingüística, especialmente en torno al papel del inglés en las escuelas. El sistema es un híbrido de ambos mundos.
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