Cada 1° de mayo en Argentina se conmemoran dos hechos importantes: el Día del Trabajo y el Día de la Constitución Nacional Argentina. Este último recuerda la sanción de la Constitución de 1853, que sentó las bases del sistema político, jurídico y social del país.
En el contexto escolar, esta efeméride ofrece una oportunidad para hablar sobre derechos, ciudadanía, democracia y la organización del Estado. Es un tema que puede parecer complejo, pero con el enfoque adecuado, se puede trabajar con estudiantes desde los primeros años.
Qué vas a encontrar en este artículo
¿Por qué se celebra el Día de la Constitución Nacional Argentina el 1° de mayo?
La Constitución Nacional Argentina fue sancionada por el Congreso General Constituyente en la ciudad de Santa Fe el 1° de mayo de 1853, luego de un proceso histórico complejo que incluyó guerras civiles, tensiones políticas y la necesidad de unificar al país bajo un mismo marco legal.
La fecha marca el momento en que se estableció por primera vez un documento formal que definía los poderes del Estado, los derechos de las personas, y los principios de organización nacional.
¿Qué es la Constitución y por qué es importante?
La Constitución es la ley fundamental de un país. Define cómo se organiza el gobierno, cuáles son los derechos y deberes de las personas y qué principios rigen la vida en comunidad.
En Argentina, la Constitución Nacional establece:
La división de poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Las garantías individuales: derecho a la vida, a la libertad, a la educación, al trabajo.
El funcionamiento de las instituciones democráticas.
La forma de organización federal del país.
Conocerla permite entender cómo funciona la vida en sociedad, cómo se protegen los derechos y cómo se construye la ciudadanía.

Breve historia de la Constitución Nacional Argentina
Después de la Revolución de Mayo de 1810 y la declaración de la Independencia en 1816, el territorio que hoy conocemos como Argentina atravesó décadas de desorganización política. Las provincias funcionaban como entidades autónomas, sin una estructura común. Durante ese tiempo, hubo varios intentos de redactar una constitución, pero todos fracasaron por las diferencias entre los grupos unitarios y federales.
En 1826 se sancionó una constitución unitaria que fue rechazada por muchas provincias. Luego, durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas, se consolidó un fuerte poder central en Buenos Aires, pero sin una constitución nacional. No fue hasta la caída de Rosas, tras la Batalla de Caseros en 1852, que se abrió la posibilidad de un acuerdo nacional.
Ese mismo año, Justo José de Urquiza convocó al Congreso General Constituyente en la ciudad de Santa Fe. La tarea del Congreso era redactar una constitución que organizara políticamente al país. El resultado fue la Constitución Nacional de 1853, fuertemente inspirada en la Constitución de los Estados Unidos, aunque también tomó elementos del derecho francés y del constitucionalismo liberal europeo.
Esta constitución estableció un sistema republicano, representativo y federal. También incorporó por primera vez un conjunto de derechos civiles y políticos que debían garantizarse para todos los habitantes del país.
Sin embargo, la provincia de Buenos Aires no participó del Congreso y rechazó el texto sancionado. Recién en 1860, tras un acuerdo político, se incorporó con ciertas reformas. A lo largo de su historia, la Constitución tuvo varias modificaciones: en 1866, 1898, 1949, 1957 y 1994. Esta última reforma fue especialmente importante, ya que incorporó tratados internacionales de derechos humanos con jerarquía constitucional y creó nuevas instituciones como el Jefe de Gabinete y el Consejo de la Magistratura.
Así, la Constitución de 1853 sigue siendo hoy la base de nuestra vida institucional, con las reformas que el tiempo y las circunstancias fueron sumando. Esta historia permite entender por qué cada Día de la Constitución Nacional Argentina es una oportunidad para revisar nuestro pasado y fortalecer el presente democrático.
El valor de la Constitución hoy
Más allá de su valor histórico, la Constitución Nacional Argentina sigue siendo una herramienta fundamental en la vida política, social y jurídica del país. Es la base sobre la cual se construye el Estado, se organizan los poderes, se regulan las leyes y se garantizan los derechos de todas las personas.
En tiempos de crisis institucional o de vulneración de derechos, volver al texto constitucional permite recordar cuáles son los principios que deben sostenernos como sociedad: legalidad, igualdad ante la ley, participación, respeto a las minorías, libertad de expresión y acceso a la justicia.
Pero su valor no es solo jurídico. También es pedagógico y cultural. La Constitución enseña que los desacuerdos pueden resolverse mediante el diálogo institucional y no por la imposición. Que los derechos tienen límites cuando afectan a otros. Y que el poder debe estar siempre controlado para evitar abusos. En este contexto, el Día de la Constitución Nacional Argentina cobra especial relevancia como un momento para reafirmar el compromiso con las instituciones y los derechos.
Hoy, en una sociedad atravesada por la desinformación, el descrédito hacia la política y el individualismo, reafirmar el valor de la Constitución es una forma de defender la democracia. Y eso empieza en la escuela: cuando los estudiantes aprenden que no todo vale, que hay normas compartidas, que los derechos se exigen pero también se respetan, y que el Estado tiene la obligación de garantizar condiciones de dignidad para todos.
En ese sentido, enseñar la Constitución no es un ejercicio teórico. Es una práctica ciudadana. Y es también una herramienta para construir esperanza: una sociedad más justa, inclusiva y democrática necesita ciudadanos informados, críticos y comprometidos. La Constitución, en tanto pacto fundacional, sigue siendo el marco que nos une en esa búsqueda.
Constitución y escuela: un puente hacia la ciudadanía
El Día de la Constitución Nacional Argentina invita a pensar cómo la escuela puede acercar este documento clave a las nuevas generaciones.
Hablar de Constitución en la escuela no se trata solo de repetir artículos o memorizar derechos. Se trata de ayudar a las y los estudiantes a:
Comprender que la ley nos organiza como sociedad.
Valorar la igualdad ante la ley.
Entender qué significa tener derechos y cómo se defienden.
Aprender que la democracia se ejerce también en lo cotidiano.
El aula es uno de los primeros espacios donde los chicos y chicas aprenden a convivir con normas, respetar turnos, votar, participar y dialogar. La Constitución ofrece un marco para reflexionar sobre esas prácticas.

¿Cómo explicar la Constitución en la escuela primaria?
Adaptar el contenido a cada edad es clave. No se necesita abordar el texto jurídico completo, sino traducirlo en acciones y ejemplos concretos.
Para primer ciclo (1° a 3° grado)
Hablar de reglas claras y justas.
Usar cuentos o juegos para mostrar qué pasa cuando no hay normas.
Relacionar la Constitución con las reglas del aula.
Ejemplo: “Así como en nuestra clase tenemos acuerdos de convivencia, la Constitución es un gran acuerdo para todo el país.”
Para segundo ciclo (4° a 6° grado)
Introducir conceptos como democracia, derechos, ciudadanía.
Leer algunos artículos sencillos del texto constitucional.
Trabajar con situaciones cotidianas: ¿Qué pasa si no se respetan los derechos?
Ejemplo: Analizar cómo el derecho a la educación se garantiza en la vida diaria.
Actividades para trabajar el Día de la Constitución Nacional argentina en la escuela primaria
1. Armar una “mini Constitución del aula”
Consensuar normas entre todos.
Escribirlas y firmarlas como un “acto fundacional”.
Relacionar ese proceso con el Congreso Constituyente de 1853.
Objetivo: comprender cómo se construyen las normas colectivas.
2. Jugar a la división de poderes
Dividir roles: un grupo hace de “Congreso” (legisla), otro del “Gobierno” (ejecuta) y otro del “Poder Judicial” (controla que se cumplan las reglas).
Proponer situaciones y resolverlas desde cada rol.
Objetivo: entender cómo se organiza el Estado y por qué es importante que los poderes sean independientes.
Organizar una asamblea escolar simbólica puede ser una excelente forma de conmemorar el Día de la Constitución Nacional Argentina con participación activa de los alumnos.
3. Línea del tiempo de la historia constitucional
Construir entre todos una línea del tiempo desde 1810 hasta hoy, marcando los hitos principales:
Asamblea del Año XIII
Constitución de 1819
Constitución de 1853
Reformas de 1860, 1949, 1994
Objetivo: ubicar el proceso constitucional en el tiempo y relacionarlo con momentos históricos claves.
4. ¿Qué dice la Constitución Nacional?
Seleccionar artículos fáciles de entender (por ejemplo, sobre educación, trabajo, salud).
Leerlos en grupo y debatir: ¿Esto se cumple en nuestra comunidad? ¿Cómo se garantiza?
Relacionarlos con los derechos que conocen.
Objetivo: conocer el contenido real del texto constitucional y reflexionar sobre su aplicación.
5. Constitución y vida cotidiana
Proponer a los estudiantes que busquen ejemplos reales de la Constitución en su vida diaria: en la escuela, en la familia, en el barrio.
Pueden armar afiches, dibujos o historietas para representar esos casos.
Objetivo: vincular la Constitución con situaciones concretas.
Estas propuestas buscan que el Día de la Constitución Nacional Argentina se convierta en una experiencia significativa y participativa para todo el grupo.
El 1° de mayo es más que el Día del Trabajo. También es la fecha en que nació legalmente nuestra Nación como república.
El Día de la Constitución Nacional Argentina no es solo una efeméride. Es una oportunidad para enseñar, reflexionar y construir ciudadanía desde la escuela.
No se trata de memorizar artículos, sino de comprender por qué existen. No se trata de idealizar un texto, sino de saber cómo usarlo para defender lo que es justo.
Y eso empieza en el aula.