¿Qué tienen que ver los cuentos con las finanzas? Puede que esta pregunta surja al pensar en tu planificación curricular. La respuesta es simple: todo. La literatura infantil es una herramienta poderosa para sembrar ideas, valores y habilidades para la vida. Y la educación financiera con cuentos no es más que eso: usar el poder de las historias para construir una relación sana, consciente y responsable con los recursos desde la infancia.
Este artículo no es un manual de economía. Es una guía didáctica pensada para ti, docente de nivel inicial o primario, que buscas formas creativas de abordar temas complejos. Aquí encontrarás una selección de cuentos, propuestas de actividades, recursos prácticos y estrategias de evaluación para que puedas integrar la alfabetización económica en tu aula de manera transversal y significativa, conectando la literatura con la formación de ciudadanos autónomos y críticos.
Qué vas a encontrar en este artículo
¿Qué es la educación financiera en la infancia?
Antes de avanzar, es fundamental derribar un mito: la educación financiera infantil no consiste en enseñar a los niños a “contar dinero” o a convertirse en pequeños inversores. Su propósito es mucho más profundo y se alinea con una educación por competencias integral. Se trata de desarrollar una comprensión del mundo que les permita tomar decisiones informadas a lo largo de su vida.
El enfoque es, sobre todo, emocional, ético y simbólico. Hablamos de:
- Comprender el valor: No solo el precio de las cosas, sino el valor del esfuerzo, del tiempo, del cuidado y de los recursos (materiales y naturales). Es la base para entender por qué no podemos tener todo lo que queremos al instante.
- Aprender a decidir: La vida está llena de elecciones. Educar financieramente es dar herramientas para ponderar opciones, establecer prioridades y comprender las consecuencias de cada decisión, fomentando la autonomía del estudiante.
- Gestionar deseos y frustraciones: El “lo quiero ya” es una emoción natural en la infancia. A través de la reflexión, los niños aprenden a diferenciar entre necesidades y deseos, a postergar la gratificación y a manejar la frustración cuando no obtienen algo. Este es un pilar de la inteligencia emocional.
- Desarrollar el pensamiento a largo plazo: El concepto de ahorro es, en esencia, un ejercicio de planificación futura. Guardar algo hoy para un objetivo mayor mañana enseña a los niños a proyectar y a trabajar por sus metas.
Los objetivos se adaptan según la edad. En nivel inicial, el foco puede estar en explicar el valor del dinero en educación inicial, el cuidado de los juguetes o el concepto de compartir. En primaria, se puede avanzar hacia la planificación de un pequeño ahorro, el consumo responsable o la comprensión del trabajo como fuente de recursos.
En última instancia, estos conceptos básicos de economía para niños son parte de la formación ciudadana. Un niño que entiende el valor de los recursos será un adulto que cuida los bienes públicos, que consume de forma crítica y que participa activamente en la sociedad. El rol del docente es clave para guiar este descubrimiento.

¿Por qué usar cuentos para enseñar sobre dinero?
La literatura infantil es un vehículo excepcional para el aprendizaje significativo. En lugar de una clase expositiva sobre el ahorro, un cuento bien elegido puede lograr una comprensión más profunda y duradera.
- Permite la identificación sin presión: Los niños se ven reflejados en los personajes. Viven sus dilemas, sienten sus dudas y celebran sus logros. Un cuento sobre un personaje que quiere un juguete y debe decidir si gasta todas sus monedas o ahorra, permite al niño explorar el conflicto en un espacio seguro, sin sentirse juzgado por sus propios deseos. Fomenta la empatía de una manera natural.
- Ofrece ejemplos simbólicos y universales: Conceptos como la avaricia, la generosidad, el esfuerzo o la recompensa son abstractos. Los cuentos los materializan en personajes (el lobo perezoso, la hormiga trabajadora) y tramas que los hacen comprensibles. La comprensión lectora en primaria se convierte así en una puerta de entrada a la ética y la economía.
- Es una herramienta transversal: La educación financiera con cuentos no es una materia aislada. Un solo cuento puede trabajarse desde Lengua (análisis de personajes, estructura narrativa), Ciencias Sociales (el trabajo, la comunidad), Ética (valores, decisiones justas) y Matemática (conteo, resolución de problemas simples). Permite diseñar proyectos interdisciplinarios que enriquecen el currículum escolar.
- Constituye una entrada natural y lúdica: Para niños de 4 a 10 años, el cuento es un formato familiar y atractivo. Aprender a través de historias es más divertido y memorable que a través de explicaciones teóricas. La narrativa activa el cerebro emocional, lo que potencia la atención y memoria de los conceptos trabajados.
Cuentos recomendados por eje temático
Aquí tienes una selección de cuentos —algunos títulos son ficticios para servir de ejemplo genérico y otros son clásicos— organizados por los principales ejes de la alfabetización económica. Para cada eje, se proponen actividades concretas que puedes adaptar a tus contenidos y a las necesidades de tu grupo.
💰 Eje 1: Ahorro y planificación
El objetivo de este eje es introducir la idea de que guardar recursos hoy nos permite alcanzar metas más grandes mañana. Se trabaja la paciencia, la visión a futuro y la organización.
Cuentos sugeridos:
- “Martina y su frasquito de monedas”: Una niña recibe una pequeña cantidad de dinero cada semana. En lugar de gastarlo en golosinas, decide guardarlo en un frasco para comprar un libro que desea mucho. El cuento narra su perseverancia y la alegría final de alcanzar su meta.
- “La hucha de Tomás”: Tomás tiene una alcancía con forma de cerdito a la que no le presta mucha atención. Un día, sus amigos organizan una salida al cine y él no tiene suficiente dinero. A partir de ese momento, comprende la importancia de enseñar a ahorrar en primaria y empieza a alimentar a su cerdito con un propósito.
- “La cigarra y la hormiga”: Este clásico de Esopo es perfecto para ilustrar las consecuencias de la falta de planificación frente al trabajo constante y el ahorro. La hormiga trabaja y guarda durante el verano, mientras la cigarra solo canta. Al llegar el invierno, las decisiones de cada una se hacen evidentes.
Actividades para el aula:
- Mi alcancía de metas: Propón a los estudiantes crear su propia alcancía con materiales reciclados (botes, cajas de cartón, botellas de plástico). En una etiqueta, cada uno puede dibujar o escribir la meta para la cual quiere ahorrar. Esto convierte un concepto abstracto en un objeto personal y tangible.
- El camino del ahorro: En una cartulina grande, dibuja un camino con varias casillas que lleve desde un punto de partida hasta un dibujo grande de una meta común (por ejemplo, “comprar un juego nuevo para la clase”). Cada vez que el grupo logre un objetivo de comportamiento o tarea, pueden avanzar una casilla, simbolizando el progreso colectivo hacia una meta a largo plazo.
- ¿Qué guardarías tú?: Después de leer un cuento sobre ahorro, abre un círculo de diálogo con preguntas como: “Si tuvieras un frasco mágico como el de Martina, ¿qué guardarías en él? No tiene por qué ser dinero. Podría ser tiempo para jugar, palabras bonitas para regalar o paciencia para aprender algo nuevo”.
🛒 Eje 2: Consumo responsable
Este eje busca fomentar la reflexión antes de comprar o pedir algo. Se enfoca en diferenciar necesidades de deseos, entender la influencia de la publicidad y tomar decisiones de consumo conscientes y sostenibles.
Cuentos sugeridos:
- “El monstruo de los deseos”: Un niño es perseguido por un “monstruo” invisible que constantemente le susurra al oído “¡cómpralo!”, “¡lo necesitas!”, “¡pídeselo a tus padres!”. El niño aprende a reconocer la voz del monstruo y a dialogar con él, preguntándose si realmente necesita lo que el monstruo le ofrece.
- “Yo quiero eso”: Dos amigos van a una juguetería. Uno quiere comprar todo lo que ve, influenciado por los colores y las cajas brillantes. El otro amigo le ayuda a pensar, a recordar los juguetes que ya tiene en casa y a elegir solo uno, el que de verdad le hace más ilusión.
- “Dani en el supermercado”: Dani acompaña a su mamá a hacer las compras con una lista. En el supermercado, se siente tentado por todos los productos llamativos que no están en la lista. El cuento muestra el diálogo con su madre y el proceso de ceñirse a lo planificado.
Actividades para el aula:
- Tarjetas “Lo necesito vs. Lo quiero”: Prepara tarjetas con imágenes o nombres de diferentes cosas (agua, un dulce, una chaqueta en invierno, el último cromo de moda, material escolar, un juguete). Los alumnos deben clasificarlas en dos cajas: una para “necesidades” y otra para “deseos”. El debate que se genere es la parte más rica de la actividad.
- Creamos nuestra lista de compras: Para un proyecto de cocina en el aula o una celebración, elaboren una lista de compras de forma colectiva. Esto les enseña a planificar y a entender que los recursos son finitos.
- El detective de la publicidad: Trae al aula varios anuncios de revistas o catálogos de juguetes. En grupos, los niños actúan como detectives y buscan las “trampas” de la publicidad: ¿qué colores usan?, ¿qué palabras prometen?, ¿los niños de las fotos parecen demasiado felices? El objetivo es desarrollar un pensamiento visible y crítico.
🔁 Eje 3: Trueque y valor de las cosas
Antes de que existiera el dinero, existía el trueque. Este eje permite a los niños comprender que las cosas tienen un valor relativo y que el intercambio se basa en el acuerdo y la necesidad mutua.
Cuentos sugeridos:
- “La historia de una moneda”: Este cuento no se centra en una persona, sino en el viaje de una moneda. Pasa de un panadero a un zapatero, de un niño a un músico. A través de su recorrido, se muestra cómo el dinero es un medio de intercambio que conecta el trabajo y las necesidades de muchas personas.
- “La feria de los objetos”: En un pueblo, los habitantes deciden organizar una feria donde nadie usa dinero. Cada persona lleva algo que ya no necesita pero que está en buen estado (un libro, un juguete, una herramienta) y lo intercambia por algo que sí necesita.
- “Cambio por cambio”: Un niño tiene una canica muy bonita pero se aburrió de ella. Su amiga tiene un lápiz de muchos colores que a él le encanta. El cuento narra la negociación y el acuerdo al que llegan para intercambiar sus objetos, sintiendo que ambos salieron ganando.
Actividades para el aula:
- Feria de trueque en clase: Organiza una pequeña feria de intercambio. Cada alumno puede traer un juguete o un cuento corto en buen estado que ya no use. Se disponen los objetos en mesas y, durante un tiempo determinado, los niños pueden negociar e intercambiar sus pertenencias. Es una actividad práctica de aprendizaje cooperativo sobre negociación, valor y desapego material.
- Representamos un cuento de trueque: En grupos, los alumnos pueden representar con títeres o mediante una dramatización el cuento leído. Esto les ayuda a interiorizar el concepto de valor subjetivo: “Para mí esto es valioso, para ti no tanto, pero a ti te interesa lo que yo tengo”.
- Cadena de intercambios: Comienza con un objeto simple, como un clip. Pide a un alumno que piense por qué lo cambiaría. Luego, el siguiente alumno debe proponer un cambio por el nuevo objeto, y así sucesivamente. Es un juego oral que demuestra cómo el valor se transforma en cada intercambio.
👷 Eje 4: Trabajo y esfuerzo
Conectar el esfuerzo con la obtención de recursos es fundamental. Este eje ayuda a comprender que el dinero o los bienes no aparecen mágicamente, sino que son el resultado del trabajo y la dedicación.
Cuentos sugeridos:
- “Los tres cerditos” (versión con reflexión económica): Este clásico es un ejemplo perfecto de inversión de trabajo. Analiza la historia desde esta perspectiva: el cerdito que construye su casa de paja invierte poco esfuerzo y tiempo, pero su casa no tiene valor ni seguridad. El que la construye de ladrillo invierte mucho esfuerzo, pero el resultado es duradero y seguro. Es una lección sobre la recompensa del trabajo bien hecho.
- “La gallinita roja”: Otro clásico indispensable. La gallinita encuentra un grano de trigo y pide ayuda para plantarlo, segarlo, molerlo y hacer pan. Nadie la ayuda, pero todos quieren comer el pan. La historia abre un debate sobre la justicia, el esfuerzo y el derecho a disfrutar de los frutos del propio trabajo.
- “¿Y si trabajo para eso?”: Un personaje infantil desea mucho algo que está fuera de su alcance. En lugar de rendirse, se pregunta qué pequeñas tareas o trabajos podría hacer (ayudar en casa, ordenar el jardín del vecino, crear y vender manualidades) para reunir los recursos necesarios. Fomenta una actitud proactiva y emprendedora.
Actividades para el aula:
- Dramatización y debate: Representar “La gallinita roja” es una actividad muy potente. Al finalizar, organiza un debate: ¿fue justa la gallinita al no compartir el pan? ¿Qué habrían hecho ustedes? ¿Qué aprendieron los otros animales? Estas preguntas abordan directamente el manejo de emociones y la resolución de conflictos entre alumnos.
- Registro de tareas y logros: Crea un panel en el aula llamado “Nuestro esfuerzo da frutos”. Anoten tareas colectivas (mantener el orden, cuidar las plantas, etc.) y cada vez que se cumplan, añadan una “hoja” a un árbol dibujado. Cuando el árbol esté lleno de hojas, el grupo recibe una recompensa colectiva (una sesión de juegos, una película, etc.). Esto vincula visualmente el esfuerzo continuo con el logro.
- Entrevistamos a un trabajador: Invita al aula a un padre, madre o miembro de la comunidad para que hable de su trabajo. Preparen las preguntas con los niños: ¿qué haces en tu trabajo? ¿qué es lo que más te gusta? ¿es difícil? ¿qué se necesita para hacerlo bien? Esto humaniza el concepto de “trabajo” y lo conecta con la vida real.

Cómo trabajar un cuento con sentido financiero
La clave para que la educación financiera con cuentos sea efectiva no está solo en el libro elegido, sino en cómo lo presentas y trabajas. Una buena secuencia didáctica marca la diferencia.
Antes de leer: activar conocimientos previos.
No empieces a leer directamente. Prepara el terreno. Si el cuento trata sobre el ahorro, puedes preguntar: “¿Alguna vez han querido algo mucho, mucho? ¿Qué hicieron para conseguirlo?”. Si trata sobre el trabajo, puedes iniciar con: “¿Saben qué hacen sus familiares para conseguir las cosas que necesitan en casa?”. Esta etapa funciona como una evaluación diagnóstica informal que te da pistas sobre sus ideas.
Durante la lectura: observar decisiones de los personajes.
La lectura no debe ser pasiva. Haz pausas estratégicas en momentos clave de la trama, especialmente cuando un personaje se enfrenta a una decisión financiera o de esfuerzo. Pregunta al grupo: “¿Qué creen que hará ahora?”, “¿Qué opciones tiene?”, “¿Qué le aconsejarían ustedes?”. Estas pausas mantienen la atención y memoria activas y convierten la escucha en un ejercicio de análisis.Después de leer: preguntas clave para la reflexión.
Aquí es donde ocurre la magia. El final del cuento es el comienzo de la conversación. Utiliza preguntas abiertas que inviten a pensar y no tengan una única respuesta correcta.- Preguntas hipotéticas: “¿Qué hubiera pasado si el cerdito perezoso hubiera construido su casa de ladrillos?”, “¿Y si la gallinita roja hubiera compartido el pan desde el principio?”.
- Preguntas de juicio crítico: “¿Qué personaje tomó la mejor decisión? ¿Por qué?”, “¿Hubo alguna decisión que no les pareció justa?”.
- Preguntas de transferencia: “¿En qué se parece la decisión del personaje a algo que nos haya pasado en clase o en casa?”, “¿Qué aprendió el protagonista que nosotros también podemos aprender?”.
- Preguntas de síntesis: “¿Cuál es el mensaje más importante de este cuento?”, “Si tuvieran que resumir la lección en una frase, ¿cuál sería?”.
Actividades de extensión: llevar el aprendizaje más allá del libro.
El aprendizaje se consolida cuando se aplica. Propón actividades que permitan a los niños procesar la historia de forma creativa.- Dibujo: Pídeles que dibujen su parte favorita, el personaje con el que más se identificaron o la meta que el protagonista quería alcanzar.
- Dramatización y juego de roles: Representar el cuento o escenas específicas permite a los niños ponerse en la piel de los personajes y experimentar sus dilemas. Es una excelente forma de aprendizaje colaborativo.
- Escritura de un final alternativo: ¿Qué pasaría si la historia terminara de otra manera? Esta actividad fomenta la creatividad y la capacidad de ver las consecuencias de diferentes acciones. Anímalos a escribir cuentos cortos con sus propias versiones.
- Creación de un “mapa de decisiones”: En una cartulina, tracen el camino del protagonista y marquen los puntos donde tuvo que tomar una decisión importante. Analicen juntos las diferentes rutas que podría haber tomado.
Recursos para docentes: imprimir, proyectar, adaptar
Para facilitar la implementación de la educación financiera con cuentos en tu aula, aquí tienes una serie de recursos prácticos y adaptables.
Fichas de lectura con preguntas abiertas
Puedes crear una ficha simple para cada cuento que trabajes. Esta puede incluir:
- Título del cuento:
- Personaje principal:
- ¿Cuál era el gran deseo o problema del personaje?
- ¿Qué decisión importante tuvo que tomar?
- Dibuja la parte que más te enseñó.
- ¿Qué aprendiste de esta historia?
Esta ficha sirve como registro del proceso y es un excelente material para incluir en los portafolios y proyectos de los alumnos.
Guías didácticas por cuento
Para una planificación más estructurada, puedes diseñar una guía por cuento.
- Cuento: “Los tres cerditos”.
- Eje financiero: Esfuerzo, trabajo y planificación.
- Objetivos de aprendizaje:
- Comprender la relación entre el esfuerzo invertido y la calidad del resultado.
- Valorar la planificación y el trabajo a largo plazo.
- Preguntas para Nivel Inicial: “¿De qué era la casa más rápida de hacer? ¿Y la más fuerte?”, “¿Por qué el lobo no pudo tirar la casa de ladrillos?”.
- Preguntas para Nivel Primario: “¿Por qué el tercer cerdito tardó más tiempo? ¿Valió la pena?”, “¿Qué significa ‘invertir’ tiempo y esfuerzo?”.
- Actividad de extensión: Construir tres pequeñas estructuras con diferentes materiales (pajitas, palitos de madera, bloques de juguete) y probar su resistencia.
Frases clave para armar afiches en el aula
Tener recordatorios visuales en el aula refuerza los conceptos de forma constante. Puedes crear carteles con frases surgidas de los cuentos y las conversaciones:
- “Pequeños ahorros cumplen grandes sueños.”
- “Antes de querer, pienso si lo necesito.”
- “Mi esfuerzo de hoy es mi alegría de mañana.”
- “Cuidar nuestras cosas es valorar el trabajo.”
- “Compartir lo que tenemos nos hace más ricos.”
Plantillas para crear cuentos propios
Fomenta la creatividad de tus alumnos invitándolos a ser autores. Una plantilla simple puede guiarlos:
- Paso 1: El personaje. Había una vez un/a… (animal, niño/a, objeto mágico) llamado/a…
- Paso 2: El deseo. Lo que más quería en el mundo era…
- Paso 3: El obstáculo. Pero para conseguirlo, necesitaba… (juntar monedas, trabajar mucho, tener paciencia).
- Paso 4: El plan. Así que decidió que iba a… (crear una alcancía, ayudar en una tarea, planificar sus gastos).
- Paso 5: El resultado. Después de mucho esfuerzo, finalmente…
- Paso 6: La lección. Y así aprendió que…
Educación financiera con cuentos en proyectos escolares
La educación financiera con cuentos puede trascender el aula y convertirse en un proyecto institucional, integrando a toda la comunidad educativa. Este enfoque se alinea perfectamente con el aprendizaje basado en proyectos (ABP).
- Proyectos institucionales: Se pueden organizar “kioscos pedagógicos”, donde los alumnos de grados superiores gestionan la venta de productos simples (manualidades, alimentos saludables) y los más pequeños actúan como consumidores conscientes. También se pueden lanzar ferias de trueque a nivel escolar o campañas de recolección de fondos para una meta común, como mejorar el patio o comprar libros para la biblioteca.
- Trabajo conjunto con familias: Involucrar a las familias es crucial. Puedes enviar a casa un resumen del cuento trabajado y una pregunta para conversar en la cena. Organiza talleres donde padres e hijos creen juntos una “alcancía familiar de sueños”. Este trabajo fortalece el vínculo pedagógico y asegura que los mensajes se refuercen en el hogar.
- Espacios curriculares transversales: La educación financiera no es una isla. Intégrala oficialmente en tu propuesta pedagógica. Conecta las historias con Lengua y Literatura, Matemática, Ciencias Sociales y, sobre todo, con Formación Ética y Ciudadana. Se trata de formar ciudadanos con derechos humanos y también con responsabilidades.
Cómo evaluar el aprendizaje desde la literatura
Evaluar la educación financiera no es tomar una prueba sobre conceptos económicos. La evaluación debe ser cualitativa, centrada en la reflexión y el cambio de actitudes. Se trata de una evaluación formativa continua.
¿Qué observar?
- Comprensión: ¿Los alumnos son capaces de explicar con sus palabras el dilema del personaje y la decisión que tomó?
- Transferencia de conceptos: ¿Utilizan espontáneamente palabras como “ahorrar”, “elegir”, “necesitar”, “querer” o “esfuerzo” en sus conversaciones y juegos?
- Aplicación en la vida real: ¿Muestran más cuidado con los materiales del aula? ¿Participan activamente en proyectos de ahorro grupal?
Instrumentos de evaluación:
- Observación directa y registros anecdóticos: Anota frases o comportamientos significativos que observes durante las actividades.
- Análisis de producciones: Sus dibujos, fichas de lectura, finales alternativos y los cuentos que escriben son una ventana a su pensamiento. Son excelentes piezas para una evaluación por competencias.
- Diálogos y debates grupales: La calidad de sus argumentos y su capacidad para escuchar a los demás son indicadores clave.
- Portafolios: Recopilar sus trabajos a lo largo del proyecto permite ver la evolución de su pensamiento.
- Autoevaluación y coevaluación: Utiliza preguntas simples al final de un proyecto: “¿Qué fue lo que más aprendí?”, “¿En qué ayudé a mi grupo?”. Fomentar la autoevaluación es una habilidad para toda la vida.
El foco nunca debe estar en medir “cuánto sabe de dinero”, sino en valorar cómo reflexiona, elige y justifica sus decisiones.
La educación financiera no se impone con reglas, se construye con sentido. Se teje en las conversaciones diarias, en los juegos y, de manera muy especial, en las historias que compartimos. Los cuentos son puertas que se abren a la empatía, a la planificación, al pensamiento crítico y a la capacidad de soñar con los pies en la tierra.
Integrar la educación financiera con cuentos en tu práctica docente es mucho más que añadir un tema nuevo a tu programación. Es una inversión a largo plazo en la autonomía y el bienestar de tus alumnos. Un buen cuento puede enseñar a cuidar, a valorar, a compartir y a esforzarse… y sí, también a ahorrar. Pero, sobre todo, enseña a pensar antes de actuar, una de las lecciones más valiosas que podemos ofrecer.
Preguntas Frecuentes (FAQ)
1. ¿A qué edad es recomendable empezar con la educación financiera con cuentos?
Se puede empezar desde el nivel inicial (3-4 años). A esta edad, los cuentos deben centrarse en conceptos muy básicos y concretos como el cuidado de los juguetes (valor), compartir (generosidad), esperar el turno para usar algo (paciencia) y la secuencia de esfuerzo-recompensa (ayudar a guardar para luego poder jugar). La clave es usar historias simples y actividades vivenciales.
2. Mis alumnos provienen de contextos de bajos recursos. ¿No es insensible o poco realista hablarles de ahorro?
Al contrario, es una herramienta fundamental de empoderamiento. El enfoque no debe estar en “ahorrar dinero”, sino en “valorar y cuidar los recursos”. Se puede hablar de ahorrar agua, cuidar la electricidad, no desperdiciar la comida o reutilizar materiales. Enseñar a planificar y a diferenciar necesidades de deseos es una habilidad de supervivencia y progreso en cualquier contexto socioeconómico. Se trata de promover la equidad educativa dándoles herramientas para gestionar lo que tienen, sea poco o mucho.
3. ¿Qué hago si un cuento popular promueve un valor que no comparto, como el consumismo excesivo en un cuento de princesas?
Esa es una oportunidad de aprendizaje excelente. En lugar de descartar el cuento, úsalo como un disparador para el pensamiento crítico. Léelo y luego pregunta: “¿Realmente la princesa necesitaba todos esos vestidos para ser feliz?”, “¿Qué otra cosa podría haberla hecho feliz?”, “¿Creen que tener muchas cosas es lo más importante?”. Enseñar a leer críticamente es una habilidad tan importante como la propia comprensión lectora.
4. ¿Cómo puedo involucrar a las familias que no tienen formación financiera?
No se necesita ser un experto en finanzas para apoyar este aprendizaje. La mejor manera de involucrarlos es a través de acciones simples y concretas. Envía una nota a casa explicando el cuento que leyeron y sugiere una pregunta para conversar en familia (“Hoy leímos sobre la importancia del esfuerzo. ¿Podrían contarnos en qué se esfuerzan ustedes cada día?”). Invítalos a participar en la creación de una alcancía o en la planificación de una compra familiar. El objetivo es abrir el diálogo, no dar clases de economía.
Bibliografía
- Adela Cortina, ¿Para qué sirve realmente la ética?
- Álvaro Bilbao, El cerebro del niño explicado a los padres
- Daniel Goleman, Inteligencia Emocional
- Gianni Rodari, Gramática de la fantasía
- Joan Antoni Melé, Dinero y conciencia: ¿A quién sirve mi dinero?
- José Antonio Marina, El bosque pedagógico y cómo salir de él
- Mar Romera, La familia, la primera escuela de las emociones
- Marshall B. Rosenberg, Comunicación no violenta: Un lenguaje de vida
- Rebeca Wild, Libertad y límites: Amor y respeto
- Valeria Edelsztein, Mi primer libro de economía
- Xavier Sala-i-Martin, Economía en colores