Estimulación cognitiva en el aula: técnicas simples y efectivas para potenciar el aprendizaje

Como docente, seguro que esta escena te resulta familiar: explicas un concepto, la mayoría de la clase parece seguirte, pero al cabo de unos minutos, notas miradas perdidas, estudiantes que se distraen con cualquier cosa o que, al preguntarles, parecen no recordar lo que acabas de decir. A menudo, atribuimos esto a la falta de interés o a la dificultad del contenido. Pero, ¿y si la clave estuviera en cómo preparamos el cerebro de nuestros estudiantes para aprender? Aquí es donde entra en juego la estimulación cognitiva.

Lejos de ser una técnica compleja reservada para especialistas, la estimulación cognitiva en el aula es un conjunto de estrategias y actividades, muchas de ellas lúdicas y sencillas, diseñadas para “despertar” y ejercitar las habilidades mentales básicas que sostienen todo aprendizaje: la atención, la memoria, el razonamiento, el lenguaje. Se trata de una pieza fundamental del acto educativo moderno.

Este artículo es una guía práctica para ti, docente que buscas enriquecer tu enseñanza y potenciar el potencial de tus alumnos. Vamos a explorar qué es exactamente la estimulación cognitiva, por qué es tan importante desde la perspectiva de la neuroeducación, y te ofreceremos un amplio repertorio de técnicas y juegos que puedes empezar a aplicar mañana mismo, sin necesidad de grandes recursos, solo con tu intención pedagógica.

Qué vas a encontrar en este artículo

¿Qué es la estimulación cognitiva?

En esencia, la estimulación cognitiva es un conjunto de actividades dirigidas a mantener o mejorar el funcionamiento de nuestras capacidades mentales. Es como hacer gimnasia para el cerebro. Su objetivo es ejercitar y fortalecer las diferentes funciones cognitivas a través de ejercicios prácticos y específicos.

Es importante diferenciarla de otros conceptos:

  • Rehabilitación cognitiva: Se aplica generalmente en contextos clínicos después de un daño cerebral (un traumatismo, un ictus) para recuperar funciones perdidas.
  • Entrenamiento cognitivo: Suele ser más intensivo y enfocado en mejorar una habilidad muy específica, a menudo con software especializado.

La estimulación cognitiva en el aula, en cambio, tiene un carácter más global, preventivo y universal. Busca potenciar el desarrollo cognitivo normal de todos los estudiantes, dándoles mejores herramientas para enfrentar los desafíos académicos y de la vida.

Las principales funciones cognitivas en la educación que podemos estimular son:

  • Atención: La capacidad de focalizar y mantener el interés en un estímulo. Incluye la atención sostenida (mantener el foco por un tiempo), la selectiva (ignorar distractores) y la dividida (atender a varias cosas a la vez).
  • Memoria: El proceso de codificar, almacenar y recuperar información. Trabajamos la memoria a corto plazo, la memoria de trabajo (la que usamos para operar con información) y la memoria a largo plazo.
  • Lenguaje: La capacidad de comprender y expresar ideas, tanto de forma oral como escrita. Incluye vocabulario, fluidez verbal, comprensión, etc.
  • Funciones Ejecutivas: Son el “director de orquesta” de nuestro cerebro. Incluyen la planificación, la organización, la flexibilidad cognitiva (cambiar de estrategia), el control inhibitorio (frenar impulsos) y la toma de decisiones. Son cruciales para el éxito académico y vital.
  • Praxias: La habilidad de ejecutar movimientos coordinados para alcanzar un objetivo (ej. escribir, recortar).
  • Gnosias: La capacidad de reconocer y dar significado a la información que recibimos a través de los sentidos (visuales, auditivas, táctiles).

Cada vez que propones un juego de mesa, una adivinanza o un debate, estás realizando, quizás sin saberlo, una potente sesión de estimulación cognitiva.

estimulación cognitiva en el aula

Fundamentos pedagógicos y neuroeducativos

La idea de ejercitar la mente no es nueva en la pedagogía. Sin embargo, los avances de la neurociencia en las últimas décadas nos han dado una base científica sólida para entender por qué estas prácticas funcionan y cómo podemos optimizarlas.

  • Aportes de la neurociencia al aprendizaje: El puente entre la neurociencia y la educación se llama neuroeducación y aprendizaje. Nos ha enseñado que factores como la emoción, la novedad, el juego y la interacción social no son meros adornos, sino ingredientes esenciales para un aprendizaje significativo. El cerebro no aprende de manera óptima en un estado pasivo y monótono; necesita ser desafiado y activado.
  • Cómo aprende el cerebro: Nuestro cerebro aprende creando y fortaleciendo conexiones entre neuronas (sinapsis). Cada vez que un estudiante aprende algo nuevo, se produce un cambio físico en su estructura cerebral. El aprendizaje es un proceso biológico. Comprender cómo aprende el cerebro en la infancia y la adolescencia nos permite diseñar estrategias de enseñanza más eficaces y respetuosas con las etapas del desarrollo cerebral.
  • Plasticidad cerebral: la clave de todo: La plasticidad cerebral, también llamada neuroplasticidad, es la increíble capacidad del cerebro para cambiar y adaptarse como resultado de la experiencia. Durante la infancia y la adolescencia, esta capacidad está en su punto álgido. Esto significa que el cerebro no es una estructura fija; la enseñanza y la estimulación pueden, literalmente, moldearlo. Cada actividad de estimulación cognitiva es una oportunidad para crear nuevas redes neuronales y hacer más eficientes las existentes.

Por lo tanto, cuando aplicamos técnicas de estimulación cognitiva, no estamos solo “entreteniendo” a los alumnos. Estamos aprovechando la plasticidad de su cerebro para construir las bases cognitivas que les permitirán aprender mejor cualquier contenido.

Beneficios de la estimulación cognitiva en el aula

Incorporar pequeñas rutinas de estimulación cognitiva de forma regular puede tener un impacto transformador en la dinámica del aula y en el progreso de los estudiantes.

  • Mejora de la atención, la memoria y la resolución de problemas: Este es el beneficio más directo. Al ejercitar estas funciones de forma explícita, los estudiantes mejoran su capacidad para concentrarse durante más tiempo, retener información clave y abordar problemas con mayor flexibilidad y eficacia. El trabajo sobre atención y memoria en el aula es fundamental.
  • Prevención del aburrimiento y aumento de la motivación: Las actividades cognitivas, especialmente las lúdicas, rompen la monotonía de la clase. Introducen un elemento de sorpresa, desafío y juego que capta el interés y aumenta el rol de la motivación en el aprendizaje. Son una herramienta excelente para motivar estudiantes desinteresados.
  • Fomento de la autonomía y el pensamiento crítico: Muchas de estas actividades no tienen una única respuesta correcta. Animan a los estudiantes a explorar diferentes soluciones, a justificar sus razonamientos y a pensar por sí mismos. Esto contribuye a formar estudiantes críticos y no meros repetidores de información.
  • Desarrollo de la metacognición: La metacognición es “pensar sobre nuestro propio pensamiento”. Las actividades de estimulación cognitiva invitan a los alumnos a reflexionar sobre sus propias estrategias: ¿Cómo he hecho para recordar esto? ¿Qué paso seguí para resolver el enigma? Esta conciencia es clave para aprender a aprender.
  • Clima de aula más positivo: El juego y el desafío compartido generan risas, colaboración y un ambiente de aprendizaje más relajado y positivo. Ayudan a construir un clima escolar donde el error se ve como parte del proceso.
estimulación cognitiva

Principios para diseñar actividades cognitivas efectivas

Para que la estimulación cognitiva en el aula sea realmente efectiva, no basta con aplicar juegos al azar. Deben seguirse algunos principios pedagógicos.

  • Adecuación a la edad y nivel de desarrollo: Una actividad que es un desafío estimulante para un niño de 7 años puede ser aburrida para uno de 12, o frustrante para uno de 5. Es crucial adaptar contenidos y la complejidad de las tareas a la etapa evolutiva de tus estudiantes.
  • Carácter lúdico: El juego es el principal motor del aprendizaje en la infancia. La gamificación o, más sencillamente, presentar los ejercicios como retos, juegos o enigmas, aumenta drásticamente la implicación.
  • Variedad: No te centres solo en la memoria o solo en la lógica. Ofrece una dieta cognitiva equilibrada, alternando actividades que trabajen diferentes funciones. La variedad mantiene la novedad, un potente activador de la atención.
  • Propósito claro: Aunque sea un juego, el estudiante debe percibir (o tú debes explicarle) el propósito de la actividad. “Vamos a hacer este juego para ver quién tiene más memoria de lince” o “Este reto nos ayudará a ser mejores detectives”.
  • Estímulos multisensoriales: El cerebro aprende mejor cuando la información llega por varios canales. Combina estímulos visuales, auditivos y kinestésicos. El aprendizaje multisensorial es mucho más potente.
  • Contextualización: Siempre que sea posible, conecta las actividades con los contenidos que estáis trabajando en clase. Por ejemplo, un juego de memoria con el vocabulario de ciencias, o un problema de lógica basado en un personaje de la novela que estáis leyendo.

Técnicas simples de estimulación cognitiva (Atención, Memoria, Lenguaje)

Aquí tienes una batería de actividades de bajo costo y fácil implementación que puedes usar como “calentamiento” al inicio de la clase, en las transiciones o cuando notes que la energía del grupo decae.

Para la Atención:

  • Juegos de Estímulo-Respuesta:
    • Simón Dice: El clásico juego donde solo se debe obedecer si la orden va precedida de “Simón dice”. Entrena la atención selectiva y el control inhibitorio.
    • El director de orquesta: Un estudiante es el director y realiza una serie de gestos (palmas, zapateos, chasquidos). El resto debe imitarlo. De repente, cambia de movimiento sin avisar. El grupo debe estar atento para cambiar con él.
  • Búsqueda de diferencias o elementos ocultos: Usa láminas tipo “¿Dónde está Wally?”, juegos de los 7 errores, o simplemente proyéctales una imagen compleja durante 30 segundos y luego pídeles que nombren todos los objetos que recuerden que eran de color azul.
  • Lectura atenta: Lee un texto en voz alta y pide a los estudiantes que den una palmada cada vez que escuchen una palabra determinada (ej. un verbo en pasado). Puedes aumentar la dificultad pidiendo dos señales para dos palabras diferentes.

Para la Memoria:

  • El juego de la bandeja (Kim visual): Muestra una bandeja con varios objetos durante un minuto. Tápala y pide que escriban o digan todos los objetos que recuerdan. Para aumentar la dificultad, quita un objeto sin que lo vean y deben adivinar cuál falta.
  • Cadenas de palabras o movimientos: El primer jugador dice una palabra (ej. “casa”). El segundo repite “casa” y añade otra (“casa, árbol”). El tercero repite “casa, árbol” y añade una más. Se trabaja la memoria secuencial auditiva. Se puede hacer con gestos o movimientos.
  • Dictados “locos”: Dicta una frase, pero los estudiantes solo pueden empezar a escribirla cuando termines de decirla entera. Esto obliga a mantener la información en la memoria de trabajo.

Para el Lenguaje:

  • Palabras encadenadas: Empezar con una palabra y el siguiente debe decir una que comience con la última sílaba de la anterior (casa -> sapo -> poco…). Trabaja la fluidez y el acceso al léxico.
  • Categorías: Da una categoría (ej. “frutas”, “cosas que se encuentran en un baño”) y los estudiantes, por turnos, deben decir una palabra que pertenezca a ella hasta que alguien no sepa qué decir.
  • Trabalenguas y adivinanzas: Son excelentes para la conciencia fonológica, la articulación y el pensamiento inferencial.

Actividades para fortalecer el pensamiento lógico y la resolución de problemas

Estas actividades requieren un nivel más alto de razonamiento y son la base del pensamiento matemático y científico.

  • Series y patrones: Presenta secuencias (de números, figuras, colores o sonidos) con un elemento faltante que los estudiantes deben deducir. Comienza con patrones simples (A-B-A-B-?) y aumenta la complejidad.
  • Sudokus, laberintos y rompecabezas: Ya sean en papel o en formato digital, son ejercicios fantásticos para la lógica, la planificación y la visión espacial.
  • Desafíos matemáticos y enigmas: Plantea problemas de lógica que no sean puramente de cálculo. Por ejemplo: “Si en un corral hay gallinas y conejos, y yo cuento 8 cabezas y 22 patas, ¿cuántos animales hay de cada tipo?”. Este tipo de retos se puede vincular al aprendizaje basado en problemas (ABP).
  • Juegos de mesa estratégicos: Ajedrez, damas, Conecta 4, Batalla Naval o juegos de rol sencillos. Enseñan a planificar, anticipar los movimientos del oponente y tomar decisiones.
  • Clasificación y categorización: Da a los estudiantes un conjunto de objetos o palabras y pídeles que los agrupen según diferentes criterios que ellos mismos deben encontrar. Entrena la flexibilidad cognitiva.

Estimulación de la creatividad y la flexibilidad cognitiva

La creatividad no es un don mágico, es una habilidad del pensamiento que también se puede entrenar. Implica generar ideas nuevas y originales (pensamiento divergente) y conectar conceptos de forma novedosa.

  • Preguntas divergentes: Lanza preguntas que no tengan una única respuesta correcta para estimular la imaginación.
    • Usos inusuales: “¿Cuántos usos diferentes se te ocurren para un clip / un ladrillo / un paraguas roto?”. El objetivo es la cantidad y originalidad de las ideas.

¿Qué pasaría si…? “¿Qué pasaría si los humanos pudieran volar?”, “¿Qué pasaría si no existiera el dinero?”, “¿Qué pasaría si los animales hablaran nuestro idioma?”.

  • Escritura creativa con consignas abiertas:
    • Binomios fantásticos: Una técnica de Gianni Rodari. Elige dos palabras al azar que no tengan relación aparente (ej. “perro” y “armario”) y pide que escriban una historia corta que las conecte.
    • Comienzos sugerentes: Da a los estudiantes una frase de inicio intrigante y pídeles que continúen la historia. Por ejemplo: “Cuando abrí la puerta, lo único que encontré fue un zapato rojo y una nota que decía…”.
  • Dibujo e improvisación:
    • Dibujo ciego: Dibujar un objeto sin mirar el papel. El resultado no importa; el proceso activa la conexión mano-ojo y la percepción de una forma diferente.
    • Juegos teatrales: La improvisación es un ejercicio potentísimo de creatividad, escucha y flexibilidad. Escenas cortas con roles asignados al momento o juegos como “el objeto mágico” (un objeto cualquiera se convierte en mil cosas diferentes según la imaginación del actor).

Estas actividades enseñan a los estudiantes a pensar “fuera de la caja”, a no tener miedo a equivocarse y a ver los problemas desde múltiples perspectivas, una habilidad clave en el siglo XXI.

Adaptación de estrategias según nivel educativo

La estimulación cognitiva no es talla única. Aquí te damos algunas ideas para adaptar las actividades a cada etapa educativa.

Nivel Inicial (0-6 años):

En esta etapa, la estimulación está íntimamente ligada al juego sensorial y al movimiento. El objetivo es construir las bases perceptivas y motoras.

  • Juegos sensoriales: Cajas con diferentes texturas para tocar con los ojos cerrados, botellas con diferentes olores para adivinar, juegos de discriminación de sonidos.
  • Canciones con consignas motoras: Canciones que implican seguir un ritmo, realizar gestos o moverse por el espacio (“La batalla del calentamiento”, “Soy una taza”).
  • Juegos de construcción: Bloques, legos y otros materiales que fomentan la planificación, la visión espacial y la resolución de problemas de forma manipulativa.
  • Memoria visual simple: Juegos de memory con pocas parejas, o mostrar 3-4 objetos, taparlos y preguntar cuál falta.

Nivel Primario (6-12 años):

Los niños ya pueden manejar conceptos más abstractos y reglas más complejas. El juego sigue siendo el vehículo principal.

  • Retos mentales semanales: Plantear un enigma o un problema de lógica en la pizarra el lunes y dar toda la semana para que piensen en la solución.
  • Juegos de mesa: Introduce juegos de mesa que requieran estrategia, memoria y planificación (Catan Junior, Carcassonne, Dixit).
  • Mapas mentales y visual thinking: Enseñarles a organizar la información de forma visual, no solo lineal. El pensamiento visible es una herramienta de estimulación potentísima.
  • Juegos de memoria secuencial: “Simón” (el juego electrónico) o sus variantes analógicas, o el juego del “supermercado” (“Fui al supermercado y compré…”).

Nivel Secundario (12-18 años):

La estimulación se vuelve más sofisticada, enfocándose en las funciones ejecutivas superiores, el razonamiento abstracto y la metacognición.

  • Resolución de problemas del mundo real: Plantear problemas complejos y abiertos, a menudo vinculados a proyectos interdisciplinarios. Por ejemplo, “Diseñar un plan para reducir el desperdicio de plástico en la escuela”.
  • Debates y argumentación: Organizar debates sobre temas controvertidos donde los estudiantes deben investigar, estructurar argumentos, anticipar contraargumentos y practicar la escucha activa.
  • Estrategias metacognitivas: Enseñarles explícitamente a planificar sus estudios, a monitorear su propia comprensión (usando técnicas como las ruedas de metacognición), y a evaluar sus propias estrategias de aprendizaje.
  • Flipped Classroom o Aula Invertida: El modelo de Flipped Classroom libera tiempo en el aula para dedicarlo a actividades cognitivamente más demandantes, como la resolución de dudas, el debate y la aplicación práctica de los conocimientos.

La estimulación cognitiva no debe ser vista como un añadido o una actividad para los “ratos libres”. Es una parte esencial del rol del docente que entiende la educación de una forma integral. Es la preparación, el calentamiento que permite que el músculo del aprendizaje trabaje de forma más eficiente y con menos riesgo de lesiones (como la frustración o la desmotivación).

Como hemos visto, potenciar la mente de nuestros estudiantes no siempre requiere de tecnología de punta o de materiales costosos. Muchas veces, las técnicas de estimulación cognitiva más efectivas son juegos simples, preguntas poderosas y un cambio en la forma de presentar los desafíos. Lo que sí requiere es intención pedagógica: la decisión consciente de dedicar unos minutos cada día a ejercitar el cerebro de nuestros alumnos, a enseñarles a pensar mejor, a ser más creativos, más flexibles y más conscientes de su propio potencial.

Incorporar estas pequeñas rutinas es una inversión con un altísimo retorno. Estarás construyendo cerebros más ágiles, curiosos y preparados, no solo para superar el próximo examen, sino para enfrentar con éxito los desafíos de un mundo en constante cambio.

Glosario

  • Atención Sostenida: Capacidad para mantener el foco de concentración en una tarea durante un período prolongado.
  • Cognición: Conjunto de procesos mentales que nos permiten recibir, procesar y elaborar información. Incluye la percepción, la atención, la memoria, el razonamiento, etc.
  • Control Inhibitorio: Una función ejecutiva clave que permite resistir impulsos y evitar distracciones para poder alcanzar una meta.
  • Flexibilidad Cognitiva: La habilidad de cambiar de pensamiento o de estrategia de forma flexible para adaptarse a los cambios en el entorno o para resolver un problema.
  • Función Ejecutiva: Habilidades cognitivas de alto nivel que controlan y autorregulan otros procesos mentales y comportamientos. Son esenciales para la planificación, la organización y la consecución de objetivos.
  • Memoria de Trabajo (o Memoria Operativa): Sistema de memoria que nos permite mantener y manipular información temporalmente para realizar tareas complejas como el razonamiento, la comprensión y el aprendizaje.
  • Metacognición: La conciencia y el control sobre los propios procesos de pensamiento y aprendizaje. Es “aprender a aprender”.
  • Neuroeducación: Disciplina que integra los conocimientos de la neurociencia, la psicología y la pedagogía para mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje.
  • Pensamiento Divergente: Proceso de pensamiento que explora múltiples soluciones posibles a un problema. Está estrechamente asociado a la creatividad.
  • Plasticidad Cerebral: Capacidad del cerebro para reorganizarse y formar nuevas conexiones neuronales a lo largo de la vida, especialmente en respuesta a la experiencia y el aprendizaje.

Preguntas Frecuentes (FAQ)

1. ¿Cuánto tiempo debo dedicar a estas actividades?
No se trata de cantidad, sino de frecuencia y calidad. Es más efectivo dedicar 5-10 minutos todos los días a una actividad corta de estimulación (como un calentamiento al inicio de la clase) que hacer una sesión de una hora una vez al mes. La clave es la constancia para crear el hábito mental.

2. ¿Estas actividades pueden ayudar a estudiantes con dificultades de aprendizaje o TDAH?
Sí, y mucho. Aunque no reemplazan una intervención especializada, las actividades de estimulación cognitiva son herramientas excelentes dentro de un enfoque de Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA). Para estudiantes con TDAH, los juegos que entrenan la atención sostenida y el control inhibitorio son particularmente beneficiosos. Para aquellos con trastornos del aprendizaje, ejercitar las funciones cognitivas básicas (como la memoria de trabajo o la conciencia fonológica) puede fortalecer los cimientos que necesitan para progresar.

3. ¿Cómo puedo evaluar el progreso de mis estudiantes en estas áreas?
La evaluación debe ser principalmente formativa y basada en la observación. No se trata de poner una nota a su capacidad de memoria.

  • Observación directa: Fíjate si resuelven los retos con más rapidez, si su capacidad de atención en las tareas posteriores mejora, o si usan las estrategias de forma más autónoma.
  • Autoevaluación: Pregúntales a ellos. “¿Te resultó más fácil que la semana pasada? ¿Qué truco usaste para recordarlo?”. Fomentar la autoevaluación es parte del desarrollo metacognitivo.
  • Portafolios: Pueden guardar algunos de sus trabajos (resolución de enigmas, escritos creativos) para ver su propia evolución a lo largo del tiempo.

4. Algunos de mis estudiantes se frustran si no encuentran la solución rápido. ¿Qué hago?
Es una oportunidad de aprendizaje fantástica. El objetivo no es solo encontrar la respuesta, sino desarrollar la persistencia y la tolerancia a la frustración.

  • Modela una actitud positiva ante el error: Muestra que tú también te equivocas y que lo importante es seguir intentándolo. El papel del error en el aprendizaje es central.
  • Enfócate en el proceso, no en el resultado: Valora el esfuerzo y las estrategias que intentan, no solo si aciertan. “¡Me encanta cómo has probado esa idea! Aunque no sea la solución, es una forma muy inteligente de pensar”.
  • Da pistas, no la solución: Guíalos con preguntas: “¿Qué pasaría si pruebas por este otro lado? ¿Qué información ya tenemos que nos pueda ayudar?”.

5. ¿Existen recursos o materiales ya preparados que pueda usar?
¡Muchísimos! Además de los juegos tradicionales, hay una gran cantidad de recursos online, desde aplicaciones de entrenamiento cerebral (adaptadas para niños), hasta sitios web con acertijos, problemas de lógica y juegos de memoria. Busca términos como “brain teasers for kids”, “juegos de lógica para niños” o “actividades de funciones ejecutivas”. Sin embargo, recuerda que la mejor herramienta es tu propia creatividad para adaptar cualquier contenido de tu materia y presentarlo como un desafío cognitivo.

Bibliografía

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