El género lírico es uno de los más antiguos y venerados de la literatura. Desde la poesía épica de Homero hasta la obra de los grandes poetas contemporáneos, la lírica ha cautivado a lectores y oyentes durante siglos.
En este artículo, vamos a adentrarnos en el fascinante mundo del género literario lírico, explorando su definición, elementos, características y algunos de los subgéneros más populares. Además, hablaremos de la importancia de la lírica en la cultura y sociedad actual, y cómo ha evolucionado a lo largo del tiempo.
Contenidos
Definición del género lírico
La poesía lírica se presenta como una forma de expresión poética en la que el poeta expresa sus sentimientos personales, colocándose en el centro de un discurso psicológico, introspectivo, rememorativo, evocador o fantástico que configura su experiencia del yo. Este género literario permite al hablante comunicar aspectos de su interioridad, como sus sentimientos, emociones y estado de ánimo.
El término “lírica” se origina en la antigua Grecia, de la palabra griega “lirykos”. En aquel entonces, la lira, un instrumento musical de cuerda, se utilizaba para acompañar las palabras del cantor con ritmo y melodía.
La lírica tiene sus raíces en una forma de comunicación humana basada en la oralidad, lo que significa que la transmisión de conocimientos, cultura y tradiciones se llevaba a cabo a través de estructuras que permitían la repetición de palabras y frases, conservando una base relativamente constante en aspectos como la rima, el verso y la estrofa.
Dentro del ámbito literario, el género literario lírico abarca obras en las que el autor se expresa de manera subjetiva, plasmando sus ideas y sentimientos más íntimos y personales, tales como la melancolía, la tristeza, el dolor, el amor, la libertad, la muerte, la soledad, la pasión o la alegría. Este tipo de textos suelen ser conocidos como poemas, por lo que los términos lírica y poesía a menudo se consideran sinónimos.
Lo que constituye a un poeta no es su capacidad de experimentar estados anímicos poéticos -qué persona sensible no la tendría?- sino un enamoramiento productivo con la lengua.. hay cientos de vivencias memorables, incluso apasionadas que el poeta no plasma nunca verbalmente porque no son compatibles con sus oportunidades de hacer conquistas verbales y transformar así lo personal en lo suprapersonal de una configuración rítmica..
Elementos del género lírico
Toda obra del género lírico está constituida por dos tipos de elementos:
Constituyentes de Fondo
Son aquellos elementos que nos permiten comprender el significado y la intención del poeta al escribir su obra. Estos elementos son:
– El hablante lírico: Es la voz que se expresa en el poema, manifestando sus sentimientos, emociones e ideas. No se debe confundir con el autor real, ya que el hablante lírico es una creación ficticia que puede adoptar diferentes identidades y puntos de vista.
– El temple de ánimo: Es el estado de ánimo o la actitud que tiene el hablante lírico en el momento de escribir el poema. Puede ser alegre, triste, melancólico, irónico, etc. El temple de ánimo se refleja en el tono y el lenguaje del poema.
– La actitud lírica: Existen tres tipos de actitudes líricas en general para representar el mundo poético: carmínica (YO), apostrófica (TU) y enunciativa (EL o ELLA).
- La actitud carmínica se refiere al hablante lírico que se encuentra dentro del poema y narra sus propios sentimientos y mundo interior, identificándose con el yo y haciendo uso de la primera persona gramatical al hablar.
- En la apostrófica, el hablante lírico establece un diálogo con otra persona o busca la respuesta de otra persona, que también tiene una palabra clave que es el tú, que ocupa la segunda persona gramatical.
- La actitud enunciativa se distingue por la narración secuencial de una serie de hechos, los cuales están directamente vinculados con el objeto lírico y son contados en tercera persona. Esta actitud se enfoca en una fuente de inspiración y se utiliza la tercera persona gramatical, ya sea “él” o “ella”.
– El motivo lírico: Es el tema central o la idea principal sobre la que gira el poema. Puede ser un sentimiento, una emoción, una situación, un objeto, una persona, etc. El motivo lírico suele ser abstracto y universal, es decir, que puede ser compartido por muchos lectores y autores.
– El lenguaje lírico: relacionado con la creación del mundo lírico en correspondencia con una utilización determinada del lenguaje.
– El objeto lírico: Es la fuente de inspiración del hablante lírico o aquello a lo que se dirige su canto. Puede coincidir o no con el motivo lírico. Por ejemplo, si el motivo lírico es el amor, el objeto lírico puede ser la persona amada o una flor que simbolice ese sentimiento.
Estos constituyentes de fondo nos ayudan a analizar e interpretar las obras líricas desde una perspectiva más profunda y personal. Al conocerlos podemos apreciar mejor la belleza y la originalidad del lenguaje poético.
Constituyentes de Forma
La obra lírica es una forma de expresión literaria que se caracteriza por la subjetividad del autor, que manifiesta sus sentimientos y su visión del mundo a través del lenguaje poético. Para crear una obra lírica se utilizan unos elementos formales que le dan estructura y musicalidad al texto. Estos elementos son el poema, el verso, la estrofa, la métrica, el ritmo y la rima.
– El poema: el poema es la unidad básica de la obra lírica. Es una composición escrita en verso que tiene una extensión variable y un tema determinado. El poema se divide en estrofas y versos.
– El verso: el verso es cada una de las líneas que forman el poema. Su longitud se mide en sílabas métricas, que no siempre coinciden con las sílabas gramaticales. Según el número de sílabas métricas, los versos pueden ser heptasílabos (7 sílabas), octosílabos (8 sílabas), endecasílabos (11 sílabas), alejandrinos (14 sílabas), etc.
– La estrofa: la estrofa es un conjunto de versos que comparten un mismo esquema rítmico y una misma rima. Hay diferentes tipos de estrofas según el número y la disposición de los versos. Por ejemplo: pareado (2 versos), terceto (3 versos), cuarteto (4 versos), quinteto (5 versos), etc.
– La métrica: la métrica es el estudio del número y la distribución de las sílabas métricas en los versos y las estrofas. La métrica determina el tipo y el nombre del verso y la estrofa.
– El ritmo: el ritmo es la musicalidad del verso y del poema. Se crea mediante la combinación de los acentos tónicos y átonos, las pausas y los signos de puntuación.
– La rima: la rima es la coincidencia total o parcial entre los sonidos finales de dos o más versos a partir de la última vocal acentuada. Según el grado de coincidencia entre los sonidos se distingue entre rima consonante (cuando coinciden todos los sonidos) y rima asonante (cuando solo coinciden las vocales). Según la disposición alternada o seguida entre los versos rimados se distingue entre rima abrazada (ABBA), cruzada (ABAB) o gemela (AABB).
Características del género lírico
La función poética en la poesía lírica se caracteriza por el uso abundante de figuras retóricas. El poeta busca despertar en el lector sensaciones como la sorpresa, la emoción y la provocación, explorando las posibilidades que el lenguaje le brinda.
La función expresiva se hace presente en la lírica al transmitir los sentimientos, visiones y emociones del autor. El poema se convierte en el medio para compartir la intimidad, las experiencias más personales y subjetivas a través de la evocación, la alusión y la connotación.
Se emplea un lenguaje con connotaciones que sugieren y evocan, transportando al lector a otros mundos imaginarios, como la infancia, la fantasía y la imaginación.
La concentración y brevedad son elementos esenciales del poema, al centrarse en un sentimiento, una emoción o un tema específico, evitando la dispersión temática. Los elementos narrativos son escasos, limitándose a ser un soporte o simbolismo del poema.
El uso predominante del verso es característico del género lírico, debido a la sonoridad que brinda al texto, el esfuerzo de condensación que exige al poeta y su capacidad para estilizar el mensaje. Sin embargo, también hay textos del género narrativo en verso y del género lírico en prosa.
El ritmo y la musicalidad se logran a través de la repetición de sonidos, la distribución de sílabas, pausas y acentos, secuencias sonoras o sintácticas. La lírica se originó con el ritmo y la música, para ser recitada y cantada, incluso con el acompañamiento de instrumentos musicales. La distribución de acentos es fundamental para lograr el ritmo del poema, por lo que se presta especial atención a las vocales tónicas, con o sin tilde.
El género lírico abarca una gran variedad de temas, formas y tonos, desde poemas de amor, dolor y soledad, hasta formas estróficas y versos libres, con tonos irónicos, satíricos, reflexivos, comprometidos, filosóficos y cívicos.
Breve historia del género lírico
Durante la antigüedad, la poesía épica se enfocó en narrar eventos gloriosos y heroicos, como se puede ver en la Odisea en Grecia y la Eneida en Roma. Por otro lado, la poesía lírica se centró en expresar los sentimientos y preocupaciones de los poetas tanto en Grecia como en Roma.
En Grecia, había dos tipos de poesía lírica: coral, que se cantaba en un coro, e individual o monódica, que era recitada por un solo individuo. Safo, la poetisa más importante de la antigüedad, dirigió una escuela para jóvenes nobles en Lesbos. Solo se han conservado 650 versos de sus obras, que expresan sus alegrías y desencantos amorosos, y reflejan su mundo interior.
En Roma, la poesía lírica abarcó una variedad de temas, como el amor, el erotismo, la elegía y la sátira, y se compuso en diferentes formas estróficas. Catulo, un poeta romano del siglo I a.C., es conocido por su lírica personal y autobiográfica, lo que lo convierte en el poeta latino más cercano a la sensibilidad y la poética actual. Sus epigramas, que son poemas cortos, son conocidos por su agudeza y su tono satírico.
La poesía medieval presenta dos grandes corrientes:
– Poesía popular: anónima y de carácter colectivo que se transmite oralmente: jarchas, cantigas de amigo, villancicos, cantares de gesta. Estos últimos son la manifestación más significativa de la poesía popular narrativa junto con los romances.
– Poesía Lírica culta: de transmisión escrita y cuyos autores máximos son Gonzalo de Berceo y Juan Ruiz.
La poesía del Renacimiento presenta dos tendencias. Una continúa la tradición castellana precedente y la otra, más renovadora.
De la literatura clásica se recuperan los temas mitológicos: y diversos géneros como la oda, la égloga y la canción. Se retoman también algunos tópicos literarios clásicos como el carpe diem (aprovecha el día); el beatus ille (feliz aquel…); y el locus amoenus (lugar idílico). Los temas abordados en este periodo son principalmente el amor, los temas filosóficos y morales, y el misticismo religioso.
La poesía lírica en el periodo Barroco se preocupó de una gran variedad de temas, pero entre ellos destacan algunos como los sueños o la mitología.
La poesía barroca se caracteriza por buscar la admiración del lector y querer alcanzar la originalidad mediante el ingenio. Esto ocasiona que en la obra lírica abunde el empleo de los recursos retóricos y latinismos, lo que contribuye que, en ocasiones, su comprensión sea difícil. Sus máximos representantes fueron Lope de Vega, Luis de Góngora y Francisco Quevedo. Estos dos últimos mantuvieron una gran rivalidad literaria a lo largo de sus vidas.
Neoclasicismo; En el siglo XVII se desarrolla la Ilustración, movimiento intelectual que defiende la razón y confía en el progreso y en la educación. Un ejemplo de su carácter didáctico se plasma en los fabulistas Iriarte y Samaniego.
La poesía del romanticismo comparte con otros géneros los temas y ambientes que caracterizan al movimiento, tales como el amor, la soledad, los motivos sobrenaturales, la libertad, etc. También los románticos manifiestan un interés por lo seres que viven al margen de las convenciones sociales, como el pirata, el ladrón, el verdugo o el reo. El pirata, por ejemplo, representa al hombre libre de las ataduras sociales, Así lo demuestra, uno de los máximos representantes, José de Espronceda, en una de sus composiciones.
La poesía del modernismo se caracteriza por dos rasgos esenciales: La sensorialidad: se manifiesta a través de los colores, los sonidos y los aromas evocados a través de instrumentos musicales, objetos preciosos o flores. Se presenta el lado refinado de la naturaleza aludiendo a cisnes o ruiseñores. Las ambientaciones irreales y exóticas: parajes exóticos, cuidados jardines, palacios y el lejano Oriente son los espacios habituales de los poetas modernistas.
Durante el siglo XX aparecen el Europa varios movimientos literarios de carácter rupturista (vanguardias) como el futurismo, cubismo, dadaísmo, surrealismo, creacionismo, que intentan brindar a la poesía nuevas formas de expresión y nuevos significados.
Poema y Verso
Poema viene del verbo griego poiein, que significa hacer, por lo tanto, poema es un hecho literario (entendiendo literario como un tratamiento de estilización del lenguaje para intensificar su belleza, convirtiéndolo en objeto de arte). En la antigüedad se hablaba de poesía épica o narrativa, lirica destinada al canto (del arpa manual de cinco cuerdas conocida como “lira”) y poesía dramática o teatro.
La relación casi directa entre los conceptos de poema y lirica es relativamente moderna, ya que en la época clásica europea se les llamaba poema a los textos poéticos extensos donde el autor aunaba una postura hacia el público y el aspecto del canto (Carmina).
Si bien con el romanticismo comienza a aparecer una nueva forma de hacer poema (la prosa poética), la estructura más generalizada es la del verso-estrofa.
El poema puede estar compuesto por varias estrofas (poema estrófico) o por una tirada de versos de extensión variable (poema no estrófico).
El poema se escribe en una serie de unidades llamadas versos, cada una de las cuales ocupa una línea independiente. Al final de cada verso hay una pausa que debe respetarse al leer el poema.
A veces la pausa del verso no coincide con la pausa morfosintáctica, ya sea porque el verso divide los miembros de un sintagma o rompe con
una palabra. Este fenómeno se denomina encabalgamiento.
Gráficamente hablando, el verso corresponde a una de las líneas de un poema, aunque esta definición no se aplica para las vanguardias del siglo XX que rompieron con esta estructura y optaron por una poesía de carácter visual.
Subgéneros literarios que componen el género lírico
Dentro del género lírico encontramos una serie de subgéneros ordenados en base a su antigüedad:
Antiguos
Oda: La oda es parte de la poesía lírica en verso. En ella la preponderancia es de la subjetividad del poeta, además de su individualidad, para mostrar sus sentimientos o deseos más profundos. Se caracteriza por el uso de un vocabulario elevado y solemne en su tono. Refiere, en general, a grandes personalidades, lugares bellos y tópicos como el regocijo de la vida, la paz y la tranquilidad.
Elegía: La elegía, también conocida en épocas medievales como endecha o planto, es una composición poética cuyo principal tema es el fallecimiento de una persona cercana y querida o de algún suceso que desata tristeza y dolor profundo. Generalmente es extenso, de tono melancólico, y deja a las claras el dolor que produce una pérdida individual o colectiva.
Epigrama: Un epigrama es parte del género lírico y es una composición de escasa extensión que expresa una idea satírica o festiva concreta, de manera ingeniosa. Creado en la Grecia antigua, era utilizado para transmitir, de manera breve, ciertos escritos sobre objetos con ideas específicas y claras.
Égloga: La égloga es un poema extenso sobre tópicos referidos a la naturaleza y a la vida de los pastores en los campos. Este es uno de los subgéneros literarios que contiene tanto ritmo como musicalidad. Su extensión es de unas 30 estrofas. Generalmente exalta sentimientos amorosos, de relaciones de pareja y de cercanía a la naturaleza, expuestos por pastores.
Himno: El himno es una composición literaria musical, poética o solemne ejecutada con el objetivo de alabar a dioses, santos, sucesos determinados o personas célebres de la patria. En general, busca expresar sentimientos alegres, con celebraciones y positividad. Es la expresión de un suceso tan importante como inspirador que debe ser representado a través de la música o de un texto. También se los puede definir como composiciones musicales que identifican a una nación, pueblo, colectividad o Estado, generalmente en formato de marcha o poema lírico.
Sátira: La sátira es un poema burlesco, una composición poética que tiene como objetivo la ridiculización o degradación de una persona o cosa. Utiliza constantemente la burla, la alusión y la ironía en su desarrollo. Su objetivo es dejar a la vista las debilidades de los seres humanos, su maldad y locura, las acciones reprobables.
Canción: La canción es una composición estructurada como un poema admirativo. Generalmente, tratan sobre temas amorosos, religiosos y satíricos. Es de extensión variable, entre cinco y siete estrofas, y su variante popular es considerada un arte menor.
Modernos
Soneto: El soneto es una forma poética cuya temática era el amor y el misticismo. Muy habitual en Europa durante los siglos XIII al XV, estaba formada por catorce versos, organizados en cuatro estrofas fijas, dos cuartetos y dos tercetos. Generalmente, la primera estrofa planteaba el tema del soneto, la segunda lo explicaba, el primer terceto realiza la reflexión sobre el tema y, finalmente, el último expresa un sentimiento profundo sobre el mismo.
Madrigal: El madrigal es una forma poética bucólica o pastoral procedente del Renacimiento italiano. En él se expresa con vigor y suavidad sobre el amor. Generalmente, no tenía una cantidad determinada de versos, pero sí se componía de una combinación libre de estos de 7 a 11 sílabas. Se dividía en secciones en donde las voces se imitan unas a otras, con estilo contrapuntístico. A una gran cantidad de madrigales, por sus características, se les ha puesto música. Así, el madrigal es poesía musicalizada de forma polifónica.
Prosa poética
La prosa poética y el poema lírico guardan ciertas similitudes, aunque también presentan algunas diferencias en términos de métrica y forma. Ambos comparten al hablante lírico, la actitud y el objeto poético, pero mientras que la prosa poética no se rige por las leyes de la versificación, el poema lírico sí lo hace.
A diferencia de la narración, cuyo propósito principal es relatar hechos, la prosa poética busca transmitir sensaciones, impresiones y perspectivas del mundo. A pesar de que no está sujeta a la métrica y medida, hay algunos elementos que permiten hablar de una estructura especial de la prosa poética, tales como la atención a la organización sintáctica, la búsqueda de una cadencia a través de las pausas y la distribución equilibrada de los acentos, lo que otorga cadencia y ritmo al texto.
Algunos prosistas importantes fueron:
- Gustavo Adolfo Bécquer.
- Juvencio Valle.
- Johann Wolfgang von Goethe.
- Charles Baudelaire.
- Juan Ramón Jiménez.
- Henry David Thoreau.
Otras manifestaciones poéticas
El siglo XX es un periodo marcado por los cambios, las rupturas y los vanguardismos que pretenden buscar nuevas formas de expresión. La poesía no queda exenta de esta búsqueda de lo novedoso, lo experimental tanto en sus temas o contenidos como en la estructura misma. Podemos mencionar alguna de sus manifestaciones: acrósticos, caligramas, jitanjáforas y limericks.
El acróstico es un poema en que las letras iniciales, medias o finales de cada verso, leídas en sentido vertical, forman un vocablo o expresión.
El caligrama es una forma poética que consiste en disponer un texto de manera que se presente en la hoja icónica y tipográficamente representando las ideas o los objetos a los cuales evoca. El neologismo fue creado por el poeta francés Guillaume Apollinaire en su obra Caligramas (1918). Sin embargo, la existencia de este tipo de poemas se remonta a la poesia figurativa de los griegos en el s.IV a. C.
Esta tradición poética se perpetúa en los collages surrealistas de Breton y de Aragon, en Francia. Vicente Huidobro será el representante del caligrama en Chile y Juan José Tablada en México, entre otros.
La jitanjáfora es una forma poética donde lo más importante es el juego de palabras, reales e inventadas, y el sinsentido de las oraciones cuyo significado se entiende por el contexto de la composición o por la similitud que guardan con otras existentes. El origen del término surgió de un poema de Mariano Brull y fue acuñado por el poeta y ensayista mexicano Alfonso Reyes.
Los limericks, mejor conocidos como la poesía del disparate, del absurdo, fueron creados por poeta, pintor y humorista inglés Edward Lear en 1846 en su obra “El ómnibus sin sentido”. El uso del lenguaje transgrede la lógica y, sobre todo, las leyes de la semántica y la sintaxis formales. Edward Lear les brindó cierta formalidad al proponer una estructura: estrofas de cinco versos donde los dos primeros versos y el último riman.
Esta forma poética es considerada poco seria por algunos poetas, otros lo asumen como un reto que despoja de solemnidad y rigor a la poesía. Es generalmente utilizado por escritores infantiles. El contenido suele ser la descripción de un personaje en clave de nonsense (sin sentido) y un giro ingenioso al final.
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