Seguro que en más de una ocasión, al hablar del 20 de junio y de la figura de Manuel Belgrano, nos hemos emocionado contando la historia de cómo se izó por primera vez nuestra bandera a orillas del Paraná. Es un relato que conocemos, que enseñamos y que forma parte de nuestra identidad. Pero, ¿alguna vez nos detuvimos a pensar con más profundidad en una pregunta que parece simple pero que encierra un montón de historia y debate? ¿Por qué justamente celeste y blanco? ¿Qué llevó a Belgrano a elegir esa combinación y no otra para el paño que nos distinguiría como Nación naciente?
Este artículo es una invitación a bucear en el origen de los colores de la Bandera Argentina. No vamos a repetir la cronología de su creación, que seguro ya manejás, sino que nos vamos a meter de lleno en las distintas hipótesis, las interpretaciones históricas y hasta las leyendas que intentan explicar el porqué de nuestro celeste y blanco. Es un viaje fascinante que nos muestra que, a veces, las respuestas no son únicas ni sencillas, y que la historia se construye con muchas voces y miradas. Ideal para llevar al aula y despertar esa chispa de curiosidad investigadora en nuestros alumnos.
Qué vas a encontrar en este artículo
Un distintivo necesario en tiempos de revolución
Para empezar, recordemos brevemente el contexto. Estamos en 1812, en plena efervescencia revolucionaria. Las Provincias Unidas del Río de la Plata luchaban por su independencia de España. En este escenario, Manuel Belgrano, al mando del Ejército del Norte, notó una necesidad imperiosa: un distintivo propio para sus tropas. Hasta ese momento, los ejércitos patriotas y realistas usaban los mismos colores (el rojo y gualda español), lo que generaba confusión en el campo de batalla y no ayudaba a forjar un sentido de pertenencia e identidad diferenciada.
El primer paso fue la creación de la escarapela, aprobada por el Triunvirato el 18 de febrero de 1812, con los colores “blanco y azul celeste”. Poco después, el 27 de febrero, Belgrano fue más allá y, basado en esos mismos colores, enarboló por primera vez una bandera en Rosario. Lo que no dejó Belgrano en ese momento, ni en documentos posteriores de forma explícita y única, fue una justificación detallada de por qué esos colores. Y ahí es donde empieza el misterio y las diversas interpretaciones.

Las hipótesis sobre la mesa: desentrañando el celeste y blanco
A lo largo de los años, historiadores, investigadores y el propio imaginario popular han tejido diversas teorías sobre la elección de los colores de la bandera de Belgrano. Vamos a explorar las más importantes:
La mirada al cielo: ¿inspiración divina o poética popular?
Esta es, quizás, la explicación más difundida y romántica: Belgrano se inspiró en los colores del cielo y las nubes en un día soleado a orillas del Paraná. Es una imagen poderosa y muy atractiva, que conecta directamente con nuestro paisaje y con una sensación de amplitud y libertad.- A favor: Es una metáfora visual muy fuerte. El cielo es un símbolo universal de lo sublime, lo infinito, y para una nación que nacía, podía representar la esperanza y un futuro promisorio. Además, no es descabellado pensar que un hombre culto como Belgrano, en un momento de inspiración, pudiera recurrir a una imagen tan potente.
- En contra o con matices: Los historiadores más rigurosos suelen ser escépticos con esta explicación como única fuente. Señalan que no hay documentos de la época donde Belgrano o sus contemporáneos mencionen esta inspiración celestial de forma directa. Podría ser una interpretación posterior, embellecida por la tradición oral y la literatura patriótica. Sin embargo, esto no le quita valor simbólico; el cielo efectivamente tiene esos colores y la asociación es casi inevitable y muy sentida por el pueblo.
Las cintas borbónicas: ¿estrategia o coincidencia?
Esta es una de las hipótesis sobre los colores de la Bandera más debatidas y con fuerte asidero histórico. Sostiene que el celeste y el blanco eran los colores de la Casa de Borbón, la dinastía reinante en España.- Argumentos: Durante la invasión napoleónica a España, el rey Fernando VII estaba prisionero. Muchos movimientos independentistas en América, al menos en sus inicios, decían actuar en nombre del rey cautivo, buscando mayor autonomía pero sin romper lazos de forma radical e inmediata. Usar los colores borbónicos (específicamente los de la Orden de Carlos III, que eran el azul celeste y blanco) podría haber sido una forma de:
- Mostrar una aparente lealtad a Fernando VII, evitando una confrontación directa y total con los sectores más conservadores.
- Diferenciarse del rojo y amarillo, que eran los colores de guerra de España, pero manteniendo un vínculo con la tradición monárquica a la que aún se respondía, al menos formalmente.
- Se sabe que durante las invasiones inglesas, algunos criollos habían usado distintivos celestes y blancos.
- El contexto de la escarapela: French y Beruti, durante la Semana de Mayo de 1810, repartieron cintas celestes y blancas. Aunque hay debate sobre si estas eran efectivamente celestes o si la tradición las “celestizó” después, el uso de estos colores ya tenía cierta circulación.
- Las implicaciones: Si esta hipótesis es la principal, la elección de colores no habría sido un gesto de ruptura total desde el inicio, sino más bien una jugada política astuta en un contexto complejo.
- Argumentos: Durante la invasión napoleónica a España, el rey Fernando VII estaba prisionero. Muchos movimientos independentistas en América, al menos en sus inicios, decían actuar en nombre del rey cautivo, buscando mayor autonomía pero sin romper lazos de forma radical e inmediata. Usar los colores borbónicos (específicamente los de la Orden de Carlos III, que eran el azul celeste y blanco) podría haber sido una forma de:
El manto de la Virgen: la fe de Belgrano en los colores patrios.
Manuel Belgrano era un hombre profundamente religioso y devoto de la Virgen María. Esta hipótesis sugiere que los colores celeste y blanco fueron elegidos en honor a la Inmaculada Concepción y a advocaciones marianas muy queridas en la región.- Argumentos:
- Los colores tradicionales del manto de la Inmaculada Concepción son el blanco (pureza) y el azul celeste (símbolo celestial).
- Belgrano tenía una especial devoción por la Virgen de Luján (patrona de Argentina) y la Virgen del Valle de Catamarca, ambas representadas con estos colores.
- En su testamento, Belgrano dejó dinero para dotar escuelas “bajo la protección y patrocinio de Santa Rosa de Lima y la Inmaculada Concepción de María Santísima”.
- En un contexto donde la religión católica tenía un peso social y cultural enorme, invocar la protección divina a través de los colores marianos tendría un fuerte significado para el pueblo y las tropas.
- Relación con otras hipótesis: Esta teoría no es necesariamente excluyente de la de los Borbones, ya que la propia Orden de Carlos III también estaba bajo la advocación de la Inmaculada Concepción. Los símbolos podían tener múltiples capas de significado.
- Argumentos:
¿Ecos de la Orden de Carlos III?
Como mencionamos al hablar de las cintas borbónicas, la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III, fundada en 1771, utilizaba una banda de seda azul celeste con cantos blancos. Esta era una de las condecoraciones más importantes del reino español.- Influencia directa: Es muy probable que Belgrano y otros patriotas conocieran esta orden y sus colores. Podría haber sido una fuente de inspiración directa, por su prestigio y por estar asociada a la monarquía a la que, teóricamente, aún se respondía.
- Símbolo de distinción: Usar estos colores podría haber sido una forma de adoptar un símbolo de nobleza y distinción para la nueva causa, pero dándole un nuevo significado.
El rompecabezas histórico: la voz de los documentos y los historiadores
Lo cierto es que Manuel Belgrano no dejó un escrito donde dijera: “Elegí estos colores por esta única y exclusiva razón”. En sus comunicados al Triunvirato, justificó la necesidad de la bandera para distinguir a sus tropas, pero no detalló el porqué de los tonos.
- Carta al Triunvirato (27 de febrero de 1812): “…siendo preciso enarbolar bandera y no teniéndola, la mandé hacer blanca y celeste, conforme a los colores de la escarapela nacional…” Aquí la clave es “conforme a los colores de la escarapela”. Pero, ¿por qué la escarapela era celeste y blanca? El decreto del Triunvirato que aprobó la escarapela tampoco da una razón explícita para los colores.
- El debate historiográfico: Los historiadores han analizado estos documentos, el contexto de la época y otras fuentes para construir las interpretaciones históricas sobre los colores de la Bandera.
- Algunos, como Bartolomé Mitre, se inclinaron por la influencia borbónica y de la Orden de Carlos III.
- Otros, como Vicente Fidel López, dieron más peso a la inspiración celestial o a la tradición popular.
- Investigadores más recientes, como Miguel Ángel De Marco, han profundizado en la devoción mariana de Belgrano.
- No hay un consenso absoluto. Muchos historiadores hoy creen que la elección pudo ser una combinación de factores, o que Belgrano eligió colores que ya tenían cierta circulación y aceptación (como los usados en las invasiones inglesas o los de la escarapela) y que, además, podían tener múltiples resonancias positivas (borbónicas para algunos, marianas para otros, celestiales para el pueblo).
Esta falta de una única explicación “oficial” por parte del creador es lo que mantiene vivo el debate y la riqueza interpretativa.

Leyendas y el sentir popular: cómo el pueblo se apropió de los colores
Más allá de las discusiones académicas, el origen de los colores de la Bandera Argentina también se ha nutrido de leyendas y del imaginario popular. Estas narrativas, aunque no siempre tengan rigor histórico, son importantes porque muestran cómo el pueblo se identifica y siente sus símbolos.
- La flor del ceibo: Aunque los colores no coinciden (el ceibo es rojo), a veces se la asocia por ser la flor nacional, buscando conectar todos los símbolos.
- Poemas y canciones: Obras como “Aurora” (“Alta en el cielo, un águila guerrera…”) han reforzado la conexión de los colores con el cielo y la majestuosidad de la naturaleza argentina, independientemente de la intención original.
- Relatos orales: En muchas familias y escuelas, la explicación del cielo y las nubes es la primera y más emotiva que se transmite, por su sencillez y belleza.
Estas narrativas no buscan competir con la historia, sino complementarla desde el afecto y la identidad colectiva. Son parte del “folklore” que rodea a nuestros colores de la Bandera.
Más allá del origen exacto: la consolidación de un símbolo
Quizás nunca sepamos con certeza absoluta cuál fue la única o principal motivación de Belgrano al elegir el celeste y blanco. Pero lo que sí es indiscutible es que, una vez creada, la bandera con estos colores se arraigó profundamente en el corazón del pueblo argentino.
Acompañó las luchas por la independencia, presidió los momentos más importantes de nuestra historia y se convirtió en el emblema indiscutido de nuestra soberanía e identidad. El celeste y blanco pasaron a representar la Patria misma, con todas sus luchas, sus glorias, sus sueños y sus desafíos. Lo importante no es solo de dónde vinieron los colores, sino lo que llegaron a significar para millones de argentinos a lo largo de más de doscientos años.
Llevando el debate al aula: propuestas para docentes
Trabajar el origen de los colores de la Bandera Argentina en el aula puede ser una excelente oportunidad para desarrollar el pensamiento crítico y la habilidad de analizar diferentes fuentes y perspectivas.
Cómo tratar el tema de las múltiples interpretaciones:
- Presentar las diferentes hipótesis como lo que son: teorías basadas en investigaciones, no como verdades absolutas.
- Fomentar el respeto por todas las posturas, siempre que estén argumentadas.
- Destacar que la historia es una ciencia en construcción y que los debates son parte de ella.
- Animar a los alumnos a sacar sus propias conclusiones, fundamentándolas.
Actividades sugeridas para primaria (adaptando la complejidad):
Nivel Inicial / Primer Ciclo (con mucho acompañamiento):
- “Lluvia de ideas sobre nuestros colores”: Preguntar a los chicos qué les transmiten los colores celeste y blanco. ¿A qué les recuerdan? Anotar sus ideas. Luego, contarles de forma muy sencilla alguna de las hipótesis (por ejemplo, la del cielo o la de la ropa de la Virgen).
- “Pintamos como Belgrano”: Imaginar que son Belgrano y tienen que elegir colores para una bandera. ¿Cuáles elegirían y por qué? Dibujar esas banderas.
Segundo Ciclo:
- “Detectives de la historia”: Dividir la clase en grupos. Cada grupo investiga una de las hipótesis sobre el origen de los colores (cielo, Borbones, Virgen). Pueden buscar información en libros, internet (con guía del docente) o en material proporcionado.
- “Mesa de debate”: Organizar un debate donde cada grupo defienda la hipótesis que investigó, presentando sus argumentos. El resto de la clase puede hacer preguntas.
- “Línea de tiempo de las ideas”: Crear una línea de tiempo visual donde se muestren las diferentes épocas y cómo pudieron haber influido en la elección de los colores (por ejemplo, la época de los Borbones, la devoción mariana, el momento de la creación).
- “Analizando imágenes”: Buscar pinturas o grabados de la época que representen a la Virgen, a los reyes Borbones (con sus bandas), o escenas de las invasiones inglesas donde se usaron distintivos. Analizar los colores presentes.
- “Escribimos nuestra propia conclusión”: Después de investigar y debatir, cada alumno o grupo puede escribir un texto breve explicando cuál creen que es la hipótesis más probable o qué les parece más interesante, justificando su respuesta.
- “Entrevista a un historiador (imaginaria)”: Preparar preguntas sobre el origen de los colores para hacérselas a un “historiador” (que puede ser el docente o un alumno preparado).
Recursos para seguir investigando (para docentes)
Para profundizar en el origen de los colores de la Bandera Argentina y encontrar material de calidad:
- Instituto Nacional Belgraniano: Es la fuente de referencia para todo lo relacionado con Belgrano. Su sitio web y publicaciones suelen abordar este tema.
- Libros de historiadores argentinos:
- Obras de Bartolomé Mitre (“Historia de Belgrano y de la Independencia Argentina”).
- Textos de Vicente Fidel López.
- Investigaciones de historiadores contemporáneos como Miguel Ángel De Marco, Luis Alberto Romero, Félix Luna, entre otros, que hayan tratado el período revolucionario.
- Publicaciones de divulgación histórica: Revistas como “Todo es Historia” o colecciones de historia argentina suelen tener artículos sobre símbolos patrios.
- Archivos y bibliotecas: Para investigaciones más profundas, el Archivo General de la Nación o bibliotecas especializadas pueden tener documentos relevantes.
- Sitios web de museos: El Museo Histórico Nacional puede ofrecer información o imágenes relacionadas.
- Portales educativos oficiales: Educ.ar y sitios similares pueden tener recursos específicos o enlaces a fuentes confiables.
El hecho de que no exista una única respuesta cerrada y definitiva sobre el origen de los colores de la Bandera Argentina no es una debilidad, sino una riqueza. Nos invita a investigar, a debatir, a pensar críticamente y a entender que la historia tiene matices.
Más allá de si fue el cielo, la lealtad a un rey lejano o la fe en la Virgen, lo que importa es que Manuel Belgrano, con su visión y su coraje, nos legó un símbolo que trascendió cualquier explicación única. El celeste y blanco se convirtieron en la piel de la Patria, un emblema que nos une en nuestra diversidad y nos recuerda cada día la lucha por la libertad y la soberanía. Enseñar a nuestros alumnos a preguntarse, a indagar y a valorar la complejidad de nuestra historia es, quizás, el mejor homenaje que podemos hacerle a nuestra bandera y a su creador.