¿Alguna vez te has maravillado al ver cómo un niño pequeño intenta encajar una pieza cuadrada en un agujero redondo, o cuando un adolescente debate apasionadamente sobre la justicia y la libertad? Estos momentos no son casuales; son ventanas al fascinante proceso de cómo se construye el pensamiento. Antes de Jean Piaget, la visión predominante era que los niños eran simplemente “adultos en miniatura” que sabían menos. Piaget, un biólogo suizo con una curiosidad insaciable por la mente infantil, revolucionó esta idea. Demostró que los niños no solo saben menos, sino que su forma de pensar es cualitativamente diferente a la de los adultos.
Su gran aporte fue la teoría cognitiva de Piaget, un mapa que describe cómo los seres humanos construimos activamente nuestro conocimiento del mundo desde el nacimiento. No se trata de una simple acumulación de datos, sino de una profunda reorganización de nuestros procesos mentales. Comprender esta teoría no es un mero ejercicio académico; es una herramienta indispensable para cualquier docente, psicopedagogo o padre que desee facilitar un aprendizaje genuino y respetuoso. En este artículo, desglosaremos su teoría, exploraremos en detalle cada una de sus famosas etapas y, lo más importante, te mostraremos cómo estas ideas transforman la práctica en el aula.
Qué vas a encontrar en este artículo
¿Qué es la teoría cognitiva de Piaget?
En esencia, la teoría cognitiva de Piaget es una teoría integral sobre la naturaleza y el desarrollo de la inteligencia humana. Piaget no estaba interesado en medir cuán inteligentes son los niños, sino en comprender cómo llegan a pensar de la manera en que lo hacen.
Noción de constructivismo: el conocimiento se construye activamente
El corazón de su teoría es una idea que hoy nos parece familiar, pero que en su momento fue radical: el constructivismo. Piaget postuló que el conocimiento no es algo que se recibe pasivamente del entorno o que viene pre-programado en nuestros genes. En cambio, cada individuo construye su propio entendimiento a través de la interacción directa con el mundo. Los niños son pequeños científicos que exploran, experimentan, tocan, prueban y, a partir de esas acciones, edifican sus propias estructuras mentales. Son los arquitectos de su propio conocimiento.
Rol del error, la actividad y la interacción con el entorno
Desde esta perspectiva, el error adquiere un nuevo significado. Para Piaget, los errores de un niño no son fracasos, sino ventanas privilegiadas a su lógica interna. Cuando un niño dice que hay más agua en un vaso alto y delgado que en uno bajo y ancho (aunque la cantidad sea la misma), no está siendo “tonto”; nos está mostrando que su pensamiento está dominado por la percepción visual y aún no ha desarrollado la noción de conservación.
La actividad es el motor de este proceso. El aprendizaje no ocurre por escuchar pasivamente, sino por hacer. Es a través de la manipulación de objetos, la exploración y la resolución de problemas que las estructuras mentales se modifican y se vuelven más complejas.
Diferencias con otras teorías del aprendizaje
Esta visión constructivista se opone frontalmente a otras teorías del aprendizaje de su época.
- Frente al Conductismo: La teoría conductista veía la mente como una “caja negra” y el aprendizaje como una respuesta a estímulos externos (refuerzo y castigo). Para Piaget, lo que ocurre dentro de esa caja negra (los procesos mentales) es precisamente lo más importante.
- Frente al Innatismo: Otras teorías sugerían que nacemos con conocimientos o estructuras mentales ya formadas. Piaget argumentó que nacemos solo con algunos reflejos básicos y la capacidad de aprender, pero todo lo demás se construye.
- Frente al Socioconstructivismo (Vygotsky): Aunque ambos son constructivistas, Piaget puso el foco en la construcción individual a través de la interacción con el entorno físico. Más adelante, Vygotsky criticaría esta visión por subestimar el rol fundamental de la interacción social y la cultura en este proceso, un punto que exploraremos más adelante.

Principios clave de la teoría piagetiana
Para entender cómo ocurre esta construcción del conocimiento, Piaget describió un mecanismo fascinante que funciona como el motor del desarrollo cognitivo. Este mecanismo se basa en varios conceptos clave.
Esquemas mentales
Los esquemas son los “ladrillos” de nuestro edificio mental. Son patrones organizados de pensamiento o comportamiento que usamos para interpretar el mundo. Un bebé tiene esquemas muy básicos, como el “esquema de succión” (sabe cómo succionar un pezón, un dedo o un chupete). Con el tiempo, estos esquemas se vuelven más complejos y abstractos. Un niño puede tener un “esquema de perro” (animal de cuatro patas, peludo, que ladra), y un adulto puede tener esquemas complejos sobre la “justicia” o la “democracia”.
Adaptación, asimilación y acomodación
El desarrollo cognitivo ocurre a través de un proceso llamado adaptación, que es la tendencia a ajustarse a las demandas del entorno. La adaptación se logra a través de dos procesos complementarios:
Asimilación: Ocurre cuando usamos nuestros esquemas existentes para dar sentido a nuevas experiencias. Es como intentar meter información nueva en las “cajas” mentales que ya tenemos. Por ejemplo, un niño con un “esquema de perro” ve un caballo por primera vez y dice “¡perro grande!”. Está asimilando la nueva información a su esquema existente.
Acomodación: Ocurre cuando debemos modificar nuestros esquemas existentes (o crear nuevos) porque la nueva información no encaja. Es el proceso de cambiar nuestras “cajas” mentales. En el ejemplo anterior, cuando los padres le explican que eso no es un perro grande sino un caballo, el niño debe acomodar su pensamiento. Puede modificar su esquema de “perro” para que sea más específico o crear un nuevo “esquema de caballo”.
Equilibración: cómo se desarrolla el pensamiento por desequilibrios
Este es el motor que impulsa todo el proceso. Piaget creía que los seres humanos buscamos un estado de equilibrio cognitivo, un balance entre nuestros esquemas mentales y la realidad.
- Cuando podemos asimilar una nueva experiencia sin problemas, estamos en equilibrio.
- Cuando nos encontramos con algo nuevo que no encaja en nuestros esquemas (como el niño que vio el caballo), se produce un desequilibrio o conflicto cognitivo. Esta sensación de “esto no cuadra” es incómoda.
- Para resolver esta incomodidad, nos vemos forzados a acomodar nuestro pensamiento, modificando los esquemas para que puedan incluir la nueva información.
- Al hacerlo, alcanzamos un nuevo estado de equilibrio, pero en un nivel superior y más complejo de pensamiento.
Este ciclo de equilibrio -> desequilibrio -> acomodación -> nuevo equilibrio es lo que, según Piaget, impulsa el desarrollo intelectual.
El aprendizaje como consecuencia del desarrollo (no al revés)
Una de las ideas más polémicas de Piaget es que el desarrollo precede al aprendizaje. Esto significa que no se le puede enseñar a un niño un concepto que está muy por encima de su etapa de desarrollo cognitivo. Primero debe alcanzar la madurez biológica y construir las estructuras mentales necesarias, y solo entonces podrá aprender ciertos conceptos. Para Piaget, la función del docente no es acelerar el desarrollo, sino ofrecer las experiencias adecuadas para que el niño pueda construir su conocimiento de acuerdo a su etapa.
Las etapas del desarrollo cognitivo según Piaget
Piaget propuso que todos los niños atraviesan cuatro etapas universales en un orden fijo. Estas etapas no se refieren a cuánto sabe un niño, sino a cómo piensa. Entender estas etapas del desarrollo cerebral y cognitivo es clave para poder adaptar contenidos de manera efectiva.
Etapa sensoriomotriz (0-2 años)
- Características: En esta etapa, los bebés conocen el mundo a través de sus sentidos (lo que ven, oyen, saborean) y sus acciones motoras (lo que tocan, chupan, agarran). El pensamiento es literalmente acción. No hay reflexión interna; “pensar” es “hacer”.
- Logro clave: La permanencia del objeto. Al principio de esta etapa, si un objeto desaparece de su vista, para el bebé deja de existir (“ojos que no ven, corazón que no siente”). El gran logro es comprender que los objetos y las personas siguen existiendo aunque no puedan verlos, oírlos o tocarlos. Este es el fundamento para el pensamiento simbólico, ya que el niño debe ser capaz de mantener una representación mental de un objeto para poder pensar en él más tarde.
- Ejemplos en el entorno familiar y educativo: El clásico juego de “cucú-tras” (o peek-a-boo) es un excelente ejemplo. La alegría del bebé al “reencontrar” la cara de su cuidador es una manifestación de su creciente dominio de la permanencia del objeto. En un entorno educativo inicial, esto se traduce en proporcionar un ambiente seguro y rico en estímulos donde los bebés puedan explorar libremente. Juguetes que se pueden esconder y encontrar, cajas para meter y sacar objetos, y texturas diversas son herramientas didácticas perfectas para esta etapa.
Etapa preoperacional (2-7 años)
- Características: Esta etapa se define por un avance monumental: la aparición de la función simbólica. Los niños ahora pueden usar símbolos (palabras, imágenes, gestos) para representar objetos y eventos del mundo real. El lenguaje explota, el juego de simulación se convierte en su actividad principal y el dibujo adquiere un significado. Sin embargo, su pensamiento aún no es lógico.
- Pensamiento egocéntrico: Una característica central es el egocentrismo. Esto no significa que sean egoístas, sino que son incapaces de adoptar la perspectiva de otra persona. Asumen que todos ven, piensan y sienten lo mismo que ellos. El famoso “experimento de las tres montañas” de Piaget demostró esto: un niño sentado en un lado de una maqueta de montañas es incapaz de describir cómo la ve una persona sentada enfrente.
- Limitaciones del pensamiento:
- Centración: Se enfocan en un solo aspecto de una situación, ignorando los demás. Esto explica por qué fallan en las tareas de conservación. Si ven que el agua se vierte en un vaso más alto, se centran en la altura e ignoran el ancho, concluyendo que hay “más agua”.
- Irreversibilidad: Son incapaces de revertir mentalmente una secuencia de eventos para volver al punto de partida. No pueden pensar: “si vierto el agua de vuelta al vaso original, será la misma cantidad”.
- Implicancias para el jardín y primeros grados: Esta es la edad de oro del juego. El rincón de dramatización, los bloques de construcción y los materiales de arte no son solo para entretener, son el laboratorio donde los niños ejercitan su pensamiento simbólico. El rol del docente es facilitar este juego, hacer preguntas abiertas y contar muchas historias y cuentos cortos. La enseñanza debe ser visual, concreta y basada en la acción. No tiene sentido dar largas explicaciones lógicas; es mucho más efectivo mostrar y hacer.
Etapa de operaciones concretas (7-11 años)
- Características: El pensamiento del niño da un salto cualitativo y se vuelve mucho más lógico, flexible y organizado. La gran conquista de esta etapa es la capacidad de realizar operaciones mentales, pero siempre y cuando se apliquen a información concreta, es decir, a objetos y eventos que pueden percibir o manipular directamente.
- Avances clave:
- Conservación: Ahora entienden que la cantidad de líquido, materia o número no cambia aunque su forma o apariencia se modifique. Superan la centración y la irreversibilidad.
- Reversibilidad: Pueden revertir mentalmente los procesos. Entienden que si 7 + 5 = 12, entonces 12 – 5 = 7. Esto es fundamental para las matemáticas.
- Clasificación y Seriación: Pueden organizar objetos en jerarquías de clases y subclases (ej. “rosas” y “margaritas” son tipos de “flores”) y ordenar elementos a lo largo de una dimensión cuantificable, como la longitud o el peso.
- Ejemplos de actividades escolares: Esta es la etapa ideal para introducir manipulativos en matemáticas (regletas, bloques de base diez), realizar experimentos científicos donde puedan observar y medir resultados, crear líneas de tiempo en historia y trabajar con mapas en geografía. Los problemas de lógica y los acertijos son excelentes para ejercitar su nuevo pensamiento lógico en niños. Una buena planificación didáctica para esta edad debe estar llena de actividades prácticas.
Etapa de operaciones formales (11 años en adelante)
- Características: Esta es la última etapa y se caracteriza por la capacidad de pensar de forma abstracta, sistemática y científica. El pensamiento ya no está atado a lo concreto; ahora pueden razonar sobre ideas, hipótesis y posibilidades.
- Habilidades desarrolladas:
- Pensamiento abstracto: Pueden reflexionar sobre conceptos como la justicia, la moralidad, el infinito o la libertad. Pueden entender metáforas y el lenguaje figurado.
- Razonamiento hipotético-deductivo: Pueden abordar un problema como un científico. Son capaces de formular una hipótesis (“¿Qué pasaría si…?”), deducir consecuencias lógicas y probarlas sistemáticamente para llegar a una conclusión. El famoso “problema del péndulo” de Piaget ilustra esta capacidad.
- Desarrollo de la argumentación: Pueden construir y analizar argumentos, identificar falacias lógicas y defender un punto de vista con razonamientos complejos.
- Aplicaciones en secundaria: En esta etapa, los estudiantes están listos para debates, proyectos interdisciplinarios de investigación, la resolución de problemas matemáticos complejos, el análisis literario profundo y la experimentación científica donde ellos mismos diseñan los procedimientos. El docente debe fomentar el pensamiento crítico, el debate respetuoso y la exploración de diferentes perspectivas.

Aplicaciones pedagógicas de la teoría de Piaget
La teoría cognitiva de Piaget no es solo una descripción del desarrollo; es una fuente inagotable de implicaciones para la enseñanza. Si tomamos en serio sus ideas, nuestra forma de enseñar cambia radicalmente.
- Diseño de actividades según la etapa cognitiva: La implicación más directa es que las tareas y los contenidos deben ser apropiados para el nivel de desarrollo del estudiante. De nada sirve intentar enseñar álgebra abstracta a un niño en la etapa de operaciones concretas. Se necesitan puentes, como el uso de materiales manipulativos. Esto es la base para una educación inclusiva que respeta los ritmos individuales.
- Valor del descubrimiento y el conflicto cognitivo: El aprendizaje más profundo ocurre cuando los estudiantes descubren los conceptos por sí mismos. El docente debe diseñar situaciones que generen un “conflicto cognitivo”, ese momento de desequilibrio en el que el estudiante se da cuenta de que sus ideas actuales no son suficientes para resolver un problema. Es en la búsqueda de una nueva solución donde ocurre la verdadera acomodación y el aprendizaje.
- El juego como herramienta de aprendizaje: Piaget nos enseñó que el juego no es una pérdida de tiempo, sino el trabajo de la infancia. A través del juego simbólico y de reglas, los niños asimilan la realidad, practican roles sociales, resuelven problemas y desarrollan su pensamiento.
- Evaluación como exploración del proceso: Una evaluación piagetiana no se centra solo en si la respuesta es correcta o incorrecta. Se interesa por el proceso de razonamiento del estudiante. Hacer preguntas como “¿cómo llegaste a esa respuesta?” o “¿qué estabas pensando?” nos da información valiosa sobre sus esquemas mentales. Esto se alinea perfectamente con la idea de evaluación formativa, que busca entender para poder ayudar.
- El docente como facilitador: El rol del docente en un aula piagetiana no es el de un transmisor de información, sino el de un organizador, un provocador, un guía. Es quien prepara el ambiente, plantea problemas interesantes y hace las preguntas adecuadas para estimular el pensamiento del niño, pero sin darle las respuestas.
Críticas y revisiones a la teoría piagetiana
Ninguna teoría es perfecta, y la de Piaget, a pesar de su genialidad, ha sido objeto de importantes críticas y revisiones que la han enriquecido.
- Subestimación del rol social y cultural (la crítica de Vygotsky): Esta es la crítica más importante. Lev Vygotsky, un psicólogo ruso contemporáneo de Piaget, argumentó que Piaget se centró demasiado en el niño como un científico solitario. Para Vygotsky, el desarrollo cognitivo es inseparable del contexto social y cultural. Aprendemos a través de la interacción con otros más capaces (padres, maestros, pares) y a través de las herramientas culturales que nuestra sociedad nos proporciona, siendo el lenguaje la más importante.
- Etapas demasiado rígidas: Investigaciones posteriores han demostrado que el desarrollo cognitivo es mucho más continuo y menos escalonado de lo que Piaget proponía. Los niños pueden estar en diferentes “etapas” para diferentes tareas, y los ritmos de desarrollo varían enormemente entre individuos y culturas.
- Subestimación de las capacidades de los niños: Con métodos de investigación más sensibles, algunos estudios han encontrado que los bebés y niños pequeños son más competentes de lo que Piaget creía. Por ejemplo, indicios de la permanencia del objeto o de la perspectiva de otros pueden aparecer antes de lo que él estipuló.
- Aportes desde la neurociencia: La neuroeducación moderna confirma algunas intuiciones de Piaget. El concepto de neuroplasticidad o plasticidad cerebral respalda su idea de que la experiencia activa moldea las estructuras cerebrales. Sin embargo, también matiza la idea de etapas rígidas, mostrando que el cerebro se desarrolla a diferentes ritmos y es mucho más flexible.
A pesar de estas críticas, la vigencia de su enfoque sigue siendo monumental. Piaget nos obligó a escuchar a los niños y a tomar en serio su forma de pensar.
Diferencias y similitudes con otros enfoques
Para comprender mejor la teoría cognitiva de Piaget, es útil compararla con otras corrientes pedagógicas.
- Piaget vs. Vygotsky: Es el debate clásico del constructivismo.
- Foco: Piaget se centra en el individuo y su interacción con el entorno físico (constructivismo cognitivo). Vygotsky se centra en la interacción social y la cultura (constructivismo social).
- Lenguaje: Para Piaget, el lenguaje es una manifestación del pensamiento. Para Vygotsky, el lenguaje es la herramienta que moldea el pensamiento.
- Desarrollo y Aprendizaje: Para Piaget, el desarrollo precede y limita el aprendizaje. Para Vygotsky, el aprendizaje social bien guiado tira del desarrollo hacia adelante (la famosa Zona de Desarrollo Próximo).
- Piaget vs. Ausubel:
- Tipo de Aprendizaje: Piaget defiende el aprendizaje por descubrimiento, donde el alumno es el protagonista. David Ausubel, por otro lado, defiende el aprendizaje significativo por recepción, argumentando que una exposición bien estructurada por parte del docente puede ser muy eficaz si se ancla en los conocimientos previos del alumno. No son necesariamente opuestos; pueden ser estrategias complementarias.
- Comparación con teorías más recientes:
- Jerome Bruner: Aunque influido por Piaget, Bruner (con su aprendizaje por descubrimiento) también incorporó ideas de Vygotsky, destacando la importancia del lenguaje y la cultura en su concepto de “andamiaje”, que es muy similar a la Zona de Desarrollo Próximo.
- Howard Gardner: La teoría de las Inteligencias Múltiples de Gardner no se centra en las etapas del desarrollo, sino que critica la visión de una inteligencia única y lógica (muy piagetiana) para proponer diferentes tipos de inteligencia (musical, espacial, interpersonal, etc.). Sin embargo, un docente puede usar el marco de Piaget para entender cómo se desarrolla cada una de esas inteligencias en diferentes edades.
Ejemplos de actividades basadas en la teoría de Piaget
Para que estas ideas cobren vida, veamos cómo se traducen en actividades concretas para cada nivel educativo.
Actividades para Nivel Inicial / Jardín (Etapa Preoperacional)
- Juego Simbólico: Crear rincones temáticos (la cocina, el consultorio médico, el taller mecánico). Proporcionar cajas de cartón, telas y objetos no estructurados para que los niños los transformen con su imaginación en barcos, castillos o cuevas.
- Clasificación simple: Pedirles que agrupen bloques por color o por forma (no por ambos a la vez, debido a la centración). Jugar a “¿qué objeto no pertenece a este grupo?”.
- Exploración sensorial: Bandejas con arena, agua, arroz o espuma para que exploren texturas y volúmenes de manera libre.
- Narración de cuentos: Usar títeres y disfraces para representar historias, ayudándoles a secuenciar eventos simples (principio, medio y fin).
Actividades para Primaria (Etapa de Operaciones Concretas)
- Conservación de la materia: Dar a cada niño una bola de plastilina idéntica. Pedirles que transformen la suya en una salchicha, una galleta, etc. Luego, preguntar: “¿Quién tiene más plastilina ahora?”. Esto genera un debate que les ayuda a construir la noción de conservación.
- Seriación y Lógica: Darles una serie de varillas de diferentes tamaños para que las ordenen de la más corta a la más larga. Resolver problemas de lógica como “Ana es más alta que Luis, y Luis es más alto que Pedro. ¿Quién es el más alto?”.
- Reversibilidad matemática: Usar materiales manipulativos para mostrar que la suma y la resta son operaciones inversas. Construir y deconstruir números con bloques de base diez.
- Adopción de perspectivas: Leer un cuento y pedirles que lo reescriban desde el punto de vista de otro personaje, por ejemplo, el lobo de “Caperucita Roja”.
Actividades para Secundaria (Etapa de Operaciones Formales)
- Razonamiento hipotético-deductivo: Plantear problemas de ciencia abiertos, como: “Diseña un experimento para descubrir qué factores hacen que las plantas crezcan más rápido”. Los estudiantes deben formular hipótesis, identificar variables y proponer un método para probarlas.
- Debates sobre temas abstractos: Organizar debates sobre dilemas éticos, sociales o políticos (ej. “la inteligencia artificial y el futuro del trabajo”, “la regulación de las redes sociales”). Esto exige argumentación, pensamiento abstracto y consideración de múltiples perspectivas.
- Análisis literario y simbólico: Analizar la poesía, las metáforas y los temas subyacentes en una novela. Ir más allá de la trama para discutir sobre la condición humana, la justicia o el poder.
- Proyectos de investigación: Proponer proyectos de investigación donde los estudiantes elijan un tema, formulen una pregunta, busquen fuentes, analicen la información y presenten sus conclusiones, ejerciendo todas las habilidades del pensamiento formal.
La teoría cognitiva de Piaget cambió para siempre la forma en que miramos a la infancia. Nos enseñó que los niños no son recipientes vacíos que debemos llenar de información, sino constructores activos, curiosos y lógicos de su propio universo mental. Su mapa del desarrollo, con sus etapas bien definidas, nos proporcionó un marco invaluable para entender el viaje del pensamiento, desde la acción pura del bebé hasta el razonamiento abstracto del adolescente.
Si bien las críticas y las nuevas investigaciones han matizado y enriquecido su legado, sus aportes siguen siendo un pilar fundamental de la pedagogía moderna. Nos recuerda que enseñar no es solo transmitir contenidos, sino crear las condiciones para que el estudiante pueda descubrir, experimentar y construir. Enseñar desde la comprensión del desarrollo cognitivo es, en definitiva, enseñar con empatía, con respeto y con un profundo sentido del potencial que reside en cada mente en formación.
Preguntas Frecuentes (FAQ)
1. ¿Cuál es la diferencia clave entre asimilación y acomodación en palabras simples?
Imagina que tu mente tiene “cajas” para guardar ideas (esquemas). La asimilación es cuando encuentras algo nuevo y logras meterlo en una caja que ya tienes (ej: ves un caniche y lo metes en tu “caja de perros”). La acomodación es cuando lo nuevo no cabe y tienes que cambiar la forma de la caja o crear una nueva (ej: ves una cebra, intentas meterla en la “caja de caballos”, pero al ver las rayas, creas una nueva “caja de cebras”). La asimilación organiza, la acomodación expande el conocimiento.
2. ¿Cómo puedo saber exactamente en qué etapa del desarrollo está un niño?
Las etapas de Piaget son una guía, no una sentencia. Es muy raro que un niño esté “puramente” en una etapa. Lo más común es que muestre características de su etapa actual y algunas de la siguiente o la anterior, dependiendo de la tarea. Lo importante no es etiquetar al niño con una etapa, sino usar el marco de Piaget para observar cómo razona. Pregúntate: “¿Está pensando de forma concreta? ¿Puede manejar ideas abstractas? ¿Se centra en un solo aspecto del problema?”. Esa observación es la que te permitirá adaptar tus actividades de forma efectiva.
3. ¿El “egocentrismo” de Piaget significa que el niño es egoísta?
No, en absoluto. Este es uno de los malentendidos más comunes. En la teoría de Piaget, egocentrismo es un término técnico que describe una limitación cognitiva, no un rasgo de carácter. Significa que el niño es incapaz de comprender una situación desde la perspectiva de otra persona. Cree que todos ven, piensan y sienten lo mismo que él. Es una característica natural del desarrollo, no un defecto moral.
4. Si el desarrollo viene antes que el aprendizaje, ¿significa que no puedo enseñar a un niño algo que aún no sabe?
No significa que no puedas enseñar, sino que la forma en que enseñas es crucial. No puedes “instalar” un concepto abstracto en un niño que opera de forma concreta. Lo que sí puedes y debes hacer es ofrecer experiencias ricas, materiales manipulativos y problemas desafiantes (pero alcanzables) que generen un conflicto cognitivo. Es ese desequilibrio el que empuja al niño a acomodar su pensamiento y, por lo tanto, a construir un nuevo aprendizaje. El docente no acelera las etapas, pero sí alimenta el proceso de construcción dentro de cada una.
5. Con todas las críticas, especialmente de Vygotsky, ¿por qué sigue siendo tan importante estudiar a Piaget?
Estudiar a Piaget sigue siendo fundamental por varias razones. Primero, fue el pionero que nos obligó a ver a los niños como constructores activos de su conocimiento. Segundo, su idea del aprendizaje a través de la acción y el descubrimiento es la base de muchas metodologías activas modernas. Y tercero, aunque Vygotsky añadió la crucial dimensión social, las teorías de ambos no son mutuamente excluyentes, sino complementarias. Entender a Piaget te da la base sobre el desarrollo individual, y entender a Vygotsky te permite ver cómo ese desarrollo es potenciado por la cultura y la interacción social. Dominar ambos te da una visión mucho más completa del aprendizaje.
Bibliografía
- Flavell, J. H. (1996). La psicología evolutiva de Jean Piaget. Paidós.
- Gardner, H. (1993). La mente no escolarizada: Cómo piensan los niños y cómo deberían enseñar las escuelas. Paidós.
- Piaget, J. (1977). Psicología y pedagogía. Ariel.
- Piaget, J. (1991). Seis estudios de psicología. Editorial Labor.
- Piaget, J. (2001). La representación del mundo en el niño. Ediciones Morata.
- Piaget, J. e Inhelder, B. (1997). Psicología del niño. Ediciones Morata.
- Richmond, P. G. (1981). Introducción a Piaget. Fundamentos.
- Vygotsky, L. S. (2000). El desarrollo de los procesos psicológicos superiores. Crítica.